¿Por qué en el Perú los Presidentes ganan por la izquierda y gobiernan por la derecha?

Esta pregunta, que se hacen muchos en estos días, tiene un trasfondo que se explica analizando nuestra sociedad y la historia reciente. El fujimorato nos dejó una sociedad aún más desigual que antes, que comenzó a crecer y se estancó pronto pero que tenía una estructura de poder anclada en una sólida minoría que entremezcla poder económico local y globalizado excluyendo a las mayorías y a amplios sectores medios que sólo pueden aspirar a que los poderosos quieran compartir. Pero en las elecciones pasa lo contrario, los poderosos se convierten en minoría por un instante, es el momento del miedo. Tras los resultados electorales el gobernante sabe que es elegido democráticamente por las mayorías pero que el poder de esa minoría es grande y chantajea. Dice públicamente que “no confía” en los ministros y altos cargos que ponga el Presidente que elegimos, hasta que ponga en altos cargos a los que sirven primero a sus intereses, para que el interés público se subordine al interés privado.

Todo estadista tiene que saber que el poder es así, le guste o no y tiene que medir y calcular hasta dónde puede ir. ¿Lo habrá hecho bien Humala? No lo sé, pero sé que García se echó a la derecha y se convirtió en el autor de una política excluyente que blandía la imagen del perro del hortelano y calificaba a los selváticos como ciudadanos de segunda. Sé que a Toledo le hicieron tal guerra para bajárselo que terminó confiando en Kuczynski –y ya ven cómo le pagó- y que Fujimori, cínico desde la partida, cambió el discurso antes de jurar y entregó las riendas de la economía y el ajuste estructural directamente a los administradores de los órganos multilaterales poniendo ministros títeres que sólo ejecutaban esas órdenes y no expresaban ni a los empresarios nacionales. Por eso nuestro caso es clasificado como “el ajuste neoliberal extremo” que aquí destruyó la capacidad estatal de prever el futuro (planeación, planeamiento estratégico que cada empresa sí hace) de formular y aplicar políticas públicas, instrumento vital en democracia y no sólo privatizó empresas, las vendió a precio de huevo y sin hacer espacio a los capitales nacionales para no tener que negociar con ellos. La comparación es posible y hay que hacerla. Pero los poderosos locales deben entender que el crecimiento y las oportunidades sólo les llegaron en democracia y que no desarrollarán ni serán ciudadanos del mundo si no lo se afincan acá con el reconocimiento de los millones que no tenemos poder económico.

Humala parece haber negociado con buenos réditos en el impuesto a las mineras y en el lote 88 del gas. Pero no es suficiente. Su promesa de enfrentar la exclusión requiere ingentes recursos e inversiones que se materialicen “socialmente”. Si se hace bien esa ampliación de la economía a los excluidos, surgirán ciudadanos que reclamarán trato de tales y por tanto las minorías poderosas tendrán que entender que es necesario “compartir” para seguir creciendo, como entendió la burguesía europea tras Hitler, Musolini y el miedo a Stalin. Por eso crearon el Estado de Bienestar y aquí no podrá hacerse igual porque es otro tiempo y otros retos, pero o aprendemos a compartir y a dialogar o la democracia podrá desaparecer. Ya en la campaña vimos que los medios de comunicación presionaron y no ganaron, que los empresarios se estrellaron con los resultados. La evaluación del presidente tendrá que ser en base a resultados y lamentablemente unas sol de cal y otras de arena ¿cómo podemos hablar de inclusión en un país donde el Estado invierte 20,000 dólares por Ha. en Olmos y lo vende a menos de 5,000 en términos tales que sólo acceda un gran empresario como el dueño de Gloria? ¿Así se usan los impuestos que todos pagamos? ¿Es sólo que no entendieron la historia y hacen hoy otra “Casagrande”?

Así como los poderosos chantajean al Presidente los pueblos pobres hacen lo mismo, en movilizaciones y paros que enfrentan el otro chantaje. Algunos intelectuales creen que, llenándolos de calificativos, los pueblos y sus dirigentes perderán, puede ser, pero saldrán otros y otros intelectuales desnudarán la mentira institucionalizada y las tretas de los que chantajean. ¿A dónde vamos así? Tenemos una historia llena de fracasos y la mejor prueba está en las cifras de calidad de educación y atención a los niños. ¿Crecemos pero los estudiantes no conocen ni tienen herramientas para hacerlo? ¿Crecemos paro hasta en Lima la desnutrición subsiste? ¿Tenemos años de crecimiento pero una madre pobre y abandonada envenena a sus tres hijos y se suicida en Carabayllo y seguimos como si nada pasara?

Si reflexionaran los poderosos sobre porqué sólo tras el fujimorato y no por él crecen económicamente, y entendieran lo que a ellos y a todos nos cuesta el mal manejo de su poder en Conga, quizás comenzarían a entender que no hay gobierno democrático ni desarrollo posible sin negociar, sumando y poniendo intereses comunes por encima, es decir construyendo hegemonía, algo que no funciona por simple suma de chantajes.

Puntuación: 5.00 / Votos: 8
Publicado por:
Visto:2090 veces
- Share

Comentarios

  1. Me parece que la solución es simple, orientar todos los esfuerzos en crear una plataforma de despegue de las familias en extrema pobreza o que se encuentran bajo el umbral de autoemprendimiento considerando el principio de la Constitución relacionada a la dignidad de los ciudadanos, al empresario ético, creativo, trabajador e innovador le interesará mucho tener un población con mayor inclusión pues se correlaciona con un mayor mercado de consumo.
    No es asistencialismo es inversión recuperar familias en condiciones que si no se hace algo derivan en degeneraciones de todo tipo. La plataforma básica incluirá una casa básica higiénica, educación de calidad y alimentación, servicios de salud, (Finlandia salió de la pobreza con esa política, educando y alimentando a los niños hasta el término de los estudios universitarios) y luego aplicar impuestos fuertes para las siguiente generaciones. Y no hay porque envidiar al empresario exitoso, ni ponerle restricciones mientras no vulnere el derecho de los demás. La solución está en que izquierda (por idealismo y principios, sensibilidad social) y derecha (por mercados ampliados de consumo y paz social, se amplia el techo de riqueza) se preocupen y se sancione a las autoridades que no implementen la mencionada plataforma del emprendimiento.

    Publicado por Marco Gálvez el día jue, 12 abril, 2012 a las 22:28:08
  2. ¿será porque somos una sociedad que no está básicamente empoderada ni en el ejercicio de sus derechos ni en el cumplimiento de sus deberes colectivos? somos malos consumidores políticos, nuestra capacidad de vigilancia respecto de las opciones elegidas es tan ridícula que los gobernantes históricamente le pierden el respeto. Además son pocos los líderes que como ud. invierten su influencia en visibilizar esas carencias.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *