Un policía que incumple la ley

Ayer fui al centro de Lima a dictar una conferencia en uno de los locales de la Municipalidad. Me indicaron que no podría detenerme y bajar en Emancipación, me propusieron bajara en la esquina de Lampa y Emancipación y cruzara por allí. Tengo problemas de locomoción, aunque nado 600 metros todas las mañanas, casi no puedo caminar y uso bastón, porque fácilmente pierdo el equilibrio. Se detuvo mi chofer y, en no más de minuto y medio, estaría en la vereda, pero un policía vociferó y pidió los papeles. Le dije que estaba incumpliendo la ley y me dijo que yo no manejaba y por lo tanto me callara. Insistí levantado la voz al nivel de la suya y cuando ya había un griterío se acercó una funcionaria municipal y le explicó quién era yo y a qué venía. El policía retrucó y dijo que sólo vino ha indicarnos dónde podía sobrepasar, lo que era falso.

El policía causó con su comportamiento demora en la cola de autos. El carro empezaba a detenerse y seguía su curso en minuto y medio, pero el incidente duró cuatro veces eso. La ley dice que a todo discapacitado(a) la autoridad le ayuda y le facilita las cosas, al igual que a un anciano(a) o madre gestante, pero a este policía y a muchos otros no les importa. Vio mi bastón en alto antes de venir a “sancionar” y le importó un pito. La ley -como en todo país civilizado- sólo hace estas excepciones, pero ante la funcionaria el policía aceptó dejar de molestar, porque aquí no se respeta la ley, salvo la ley del más fuerte. Una república democrática respeta por igual a todos los ciudadanos y ninguna autoridad les trata como nos trató este policía. No hay prebendados ni estamentos que pongan a nadie por encima del ciudadano, pero aquí un carro con letrero oficial y aún más si tiene escolta policial rompe todas las reglas, algo que se acepta por miedo o por sobonería. Los policías temen que los sancione quien tiene más poder y por eso actúan así, pero un discapacitado o un adulto mayor no tienen poder ni conocen las leyes. Por eso mismo están por gusto los estacionamientos para discapacitados, se estacionan jóvenes y hasta grandes camionetas a las que muchos discapacitados no pueden subir, en las narices de policías que dicen que ese no es su trabajo y a veces alegan que están al servicio de un Banco o de un centro comercial, pero están con uniforme de la policía nacional y dan la peor imagen de nuestra policía, sólo superada por los que coimean.

Ganaríamos mucho si los ciudadanos defendiéramos nuestros derechos (a gritos si es necesario). Como me especialicé en “remar a contracorriente”, grité a la gente que transitaba y vio el incidente, antes de cruzar Lampa: “ASÍ ACTUA NUESTRA POLICIA, DENUNCIÉMOSLA”.

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Comentarios

  1. Mi muy estimado Dr. Pease, en innumerables ocasiones(arriesgando mi existencia) he levantado la voz contra quienes consideraba los adalides de la injusticia y la arbitrariedad, llegando incluso a la ofensa personal. Pero luego me daba cuenta que sólo se trataba de gente como yo: temerosa como yo, egoísta como yo, ineficiente como yo, irrespetuosa como yo, indolente como yo, corrupta como yo, humana como yo.¿Qué ganaba al volcar mi ira y mi frustración contra este sistema confrontando a una persona que ante la más mínima muestra de poder se doblegaba? Poco sin duda. Claro, usted me dirá que si cada uno hace su parte y levanta la voz, entonces seremos un gran coro de personas reclamando nuestros derechos. Pero ¿Qué hay del derecho de ese pobre ignorante, temeroso, corrupto, incapaz, egoísta e indolente con uniforme que apenas tiene poder para abusar de su familia y de unos cuantos ciudadanos?. Ese infeliz, yo, nosotros somos parte del problema. probablemente usted pueda levantar su rostro por encima de los demás, porque me consta que es una persona íntegra. Pero los demás no son necesariamente así. El problema de este país no sólo está en el Policía que no cumple la ley o en el ciudadano que se la exige cunado le conviene. Está en todos. Un buen punto de partida para esta nación sería el reconocer (como lo hace el alcohólico o el drogadicto) que nuestro problema comienza porque todos, absolutamente todos somos responsables, por acción o por omisión. Y a partir de ahí empezar a construir una sociedad más justa, participativa, inclusiva, colectiva, solidaria. En la que la colaboración, la repartición y el compromiso sean la ley básica. De tal manera que un día no veamos al policía, al congresista, al empresario o al obrero como "el otro", sino más bien como alguien parte de mi propia comunidad de la cual yo también soy responsable. Sólo es posible la crítica cuando me he comprometido con la obra, solo es posible la sanción cuando he sido parte de la educación.

  2. Al sugerente título de su post "un policía que incumple la ley", yo le agregaría y un final feliz. Porque así usualmente no concluyen las negociaciones de las personas con discapacidad o cuando encuentran sus sitios reservados de parking usados por ciudadanos sin discapacidad, o cuando por motivos similares deben hacer una estación no catalogada por así decirlo. ud. por ser quien es y por tener un motivo tan importante y alguien que tenía la misión de esperarle alguien que por supuesto era más que alguien… las mailing lists de personas con discapacidad están abarrotadas de este tipo de reclamos. La accesibilidad lamentablemente no es un derecho real.

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