Archivo por meses: septiembre 2014

Henry Pease: El institucionalista de la izquierda

Por: Santiago Pedraglio
En el marco de los homenajes a propósito del fallecimiento de Henry Pease, es importante recordar la valiosa apuesta que lideró en la Izquierda Unida (IU), como presidente del comité organizador de su congreso nacional de 1989, por consolidar el carácter democrático, institucional y masivo de esta agrupación.

La corriente que lideró Pease buscaba superar la contraposición tradicionalmente planteada entre un líder de masas y una organización política institucionalizada y de alcance nacional (algo que, salvo el Apra de Haya de la Torre, ningún partido había logrado).

Lamentablemente, este enorme esfuerzo concluyó en un fracaso. IU se dividió en el congreso aludido, lo que tuvo como uno de sus nefastos efectos la presentación de dos candidaturas de este frente en las presidenciales de 1990.

De esto hace 25 años, pero el asunto es actual: la izquierda sigue dividida, resistiéndose a la unidad y a la institucionalidad, con caudillos o “personalidades”, y con un indubitable espíritu de facción.

Para el congreso de IU, Henry Pease impulsó un movimiento nacional de institucionalización de la izquierda. Hubo congresos previos en todos los departamentos, en cerca del 90% de las provincias y en un sinfín de distritos. Participaron activamente los partidos que conformaban IU, y sus militantes independientes. En el contexto de la crisis económica y el acosamiento de Sendero Luminoso, la izquierda, agrupada en la IU, logró organizarse nacionalmente desde las bases. No fue fácil; hubo disputas y conflictos en eventos de base, pero los acuerdos se acataron en la abrumadora mayoría de ellos.

La deplorable ruptura fue la expresión de que, a pesar de los esfuerzos y de la firme voluntad de Pease, así como de la opinión de un amplio sector de la izquierda, primaron el contexto electoral y las expectativas individuales del momento.

Más allá del caso de IU y de su final, el esfuerzo de institucionalización que lideró Pease no ha sido repetido por ningún partido en las últimas décadas.

Sigue leyendo

Henry Pease, recuerdos de una mañana de noviembre

Por: Wilfredo Ardito

FOTO, CORTESÍA JAVIER TORRES SEOANE

Eran fines de 1989, tiempos de hiperinflación, violencia e incertidumbre. Para el 3 de noviembre, los senderistas habían convocado a un “paro armado” en Lima, es decir la paralización total de las actividades, como demostración de fuerza, con miras a sabotear las elecciones municipales que iban a tener lugar pocos días después. Los senderistas ya habían convocado antes “paros armados” en Ayacucho y Huancayo, asesinando a quienes se atrevían a desafiarlos.

Tras el anuncio senderista, inicialmente primaron en la capital el temor y el desconcierto, hasta que Henry Pease, candidato por Izquierda Unida a la Alcaldía de Lima, tomó una decisión y convocó a una Marcha por la Paz para ese mismo día. Era una decisión arriesgada, porque implicaba enfrentar frontalmente a los senderistas y mostrar que la sociedad no les tenía miedo.

La convocatoria de Pease generó primero incredulidad, pero luego universitarios, líderes juveniles, miembros de ONGs, grupos parroquiales y representantes de todos los grupos políticos fueron anunciando que participarían en la marcha, pese a los riesgos que implicaba. Inclusive, Mario Vargas Llosa decidió sumarse públicamente, aunque él ya era el principal líder del FREDEMO, que presentaba a Juan Incháustegui a las elecciones municipales.

Al final, la marcha fue plural y multitudinaria, logrando que el paro pasara desapercibido y que la gente se sintiera más fuerte, porque le había perdido el miedo a los senderistas.

Días después, en las elecciones municipales, Ricardo Belmont obtuvo más del 40% de los votos, seguido de Incháustegui. Henry Pease no llegó al 12%, pero dudo que los comicios se hubieran podido realizar con normalidad si él no convocaba a la Marcha por la Paz.

Y así era Henry Pease. Él podía haberse quedado tranquilo en la vida académica, preparando clases, asesorando tesis y escribiendo libros. De hecho, son innumerables las personas tienen un excelente recuerdo de él como profesor. Sin embargo, desde muy joven decidió hacer mucho más: para él no solamente se trataba de analizar procesos sociales, sino promoverlos. Por eso fue Teniente Alcalde de la Municipalidad de Lima, en tiempos de Alfonso Barrantes y también congresista en diferentes períodos. Precisamente, otra muestra de su compromiso con los derechos humanos fue cuando logró la investigación sobre los desaparecidos del caso La Cantuta en el año 1993: lo hizo durante el primer gobierno de Fujimori, mientras éste gozaba de gran respaldo popular.

Sus problemas de salud no le impedían seguir comprometido con el país, reflexionando y aportando. Recuerdo cuando escribió un artículo en solidaridad con Hilaria Supa, frente a los agravios racistas que recibió. Hace pocos años, me invitaron a una reunión en su casa para definir una estrategia para impedir la victoria de Keiko Fujimori. Recuerdo que algunos de los presentes estaban muy preocupados, pero él parecía tranquilo y dispuesto a hacer todo lo necesario.

Muchos peruanos asocian la política con la corrupción y la mezquindad, pero Henry Pease era ejemplo de una forma diferente de hacer política, pensando en el más débil. Muchos son los que identifican el mundo académico con una torre de marfil y creen que los intelectuales son gente que no quiere “mancharse” con la realidad, pero Pease era un ejemplo de intelectual que se acerca a los demás y que hace política para enfrentar sus problemas.

Para quienes todavía insisten en que la izquierda no deslindaba con el terrorismo, Pease es un ejemplo de valentía y coherencia. Por esto, creo que Pease logró, como Javier Diez Canseco, un respeto generalizado de todos los que lo conocieron, aunque no compartieran sus ideas.

Para todos los peruanos que se dejan caer en el pesimismo, Pease es un ejemplo de constancia y esfuerzo, que actuó con valentía en una época marcada por el desaliento y la violencia y siguió haciéndolo después, pese a las dificultades de la escena política y de su propia salud.

¿Queda mucha gente como Henry Pease en el Perú? No lo sé. Su trayectoria parece realmente abrumadora.

En los últimos años, vi con satisfacción cómo varios de mis alumnos que migraron del Derecho a la Ciencia Política se fueron convirtiendo en sus asistentes y pudieron cultivar su amistad. Quizás sean ellos, los llamados a sucederlo. Quizás sean muchos más. Tenemos un gran ejemplo a seguir.

Sigue leyendo

Henry Pease, Leading Academic and Politician, Dies

Peruvian Times – News from Peru

Henry Pease, a soft-spoken but tenacious politician and academic, died in Lima on August 9 of complications related to cancer.  He was 69.

A key leader in center-left politics, Pease served as president of Congress during the Toledo administration (2003-2004).  Earlier, he was deputy mayor of Lima in the 1970s, and in 1990 led an unsuccessful presidential bid as the United Left candidate when the initial candidate bowed out.

For more than 40 years, Pease also taught uninterruptedly at Peru’s Catholic University, first as a lecturer from 1971, and from 1987 as professor of the Social Sciences Department.

Most recently, he was director of the university’s School of Government and Public Policies, at which he launched a magazine on political science and government barely three weeks before he died.

A prolific author, lecturer and op-ed columnist, he wrote in El Comercio for many years, until the publishing group bought the Epensa editorial group and so controlled about 78% of the country’s news media.  In a letter to publisher Francisco Miro-Quesada, Pease said he could no longer write in the newspaper because “years of political study and practice have convinced me that neither the State nor private entities should hold this kind of concentration.”

Many of his articles as well as his open university talks, featured on YouTube, covered the issues of governance — “To govern means to listen, come together and reach a consensus” — and democracy in a country with an authoritarian culture, where “the manner in which we Peruvians treat each other shows that there are still traces of an old culture that we need to overcome.”

The day before he died, in an interview for the Catholic University’s Punto Edu site, Pease analyzed the current political situation in Congress and the future of political parties, particularly President Humala’s governing party, from which 10 lawmakers have defected because Humala imposed Ana Maria Solorzano as the candidate to preside Congress this year, over protests within the party.

“When a political boss system takes precedence over institutions, parties become expendable,” Pease said.

Sigue leyendo