Leer la columna de Aldo Mariátegui en Perú.21 del 25 de noviembre del 2013 me hace recordar una frase de don Luis Miró Quesada de la Guerra, recordando que “el periodismo puede ser la más noble de las profesiones o el más vil de los oficios. Obviamente este Mariátegui es parte del segundo agrupamiento a diferencia de su ilustre antecesor.
Miente miente que algo queda, parece ser su bandera. No investiga, ni siquiera averigua. Me responsabiliza de haber sido “quien impulsó que la revocatoria se inserte en la ley orgánica de municipalidades porque era presidente de la comisión de constitución en el año 2003.” No sabe que la revocatoria nació en la Constitución de 1993 y se legisló en la ley que regula los derechos de participación ciudadana dada y modificada durante el fujimorismo. La Comisión de Constitución que presidí de julio del 2001 a julio del 2003, sólo intervino en esa legislación para restituir el derecho al referéndum que había torcido el fujimorismo al exigir votación parlamentaria previa; no tocó nada de la revocatoria y tampoco intervino en la modificación de la ley orgánica de municipalidades que correspondía a otra comisión, la de descentralización y gobiernos locales.
No es la primera vez que actúa con esta ligereza y absoluta falta de profesionalismo.