LA POLÍTICA COMO ANTAGONISMO O COMO INMUNDICIA
Henry Pease García
He defendido la revocación, como derecho constitucional desde hace años, como muchos, pero no significa defender la manera en que se aplica a los alcaldes, sin distinguir niveles y complejidades, atomizando la iniciativa y sin poner límites ni requisitos de procedimiento. Es arbitrario que con sólo 400,000 firmas se pueda revocar a un Alcalde de una ciudad con más de seis millones de electores y hay más errores que los legisladores deben evaluar pero hay la incapacidad adicional de un JNE que se corre de los problemas o transa hasta con la corrupción. ¿Es lícito cambiar firmas por galletas o fideos?¿puede haber financiamiento fantasma de los revocadores, donde cada día aparecen donantes carentes de bienes? Se pretende que el elector vote cuarenta veces en una sola cédula ¿cuál es el resultado? Que de todas maneras se daña a la Municipalidad y su capacidad de gestión.¿es posible que la revocatoria se entienda como fruto de un sentimiento difuso, alejado de razones, fuera del alcance de toda precisión? Hay problemas en la legislación y no sólo en el Jurado, pero la sociedad mediática está alterando todos los supuestos institucionales clásicos.
Hoy es posible acusar de “vaga” a una alcaldesa que ha hecho en dos años 176 escaleras mientras su antecesor hizo 800 en ocho años, es decir más o menos lo mismo. Además, está haciendo obras tan importantes para la ciudad que hasta el presidente de la Confederación Nacional de Instituciones Empresariales Privadas (CONFIEP) salió a defenderla. Un alumno me listó titulares que atacaban a muerte a la alcaldesa desde el día en que fue elegida, ¿Acaso esta sobredosis no crea imágenes gruesas que luego son muy difíciles de cambiar?
Leo, descansando de mis clases, el libro de Chantal Moufe “En torno a lo político”. Revisando y criticando teóricamente a Carl Schmitt, recoge la idea de lo político como antagonismo extrayendo el antidemocrático carácter del sustentador del nazismo, que polariza la contradicción como “amigo-enemigo” para reemplazarlo por algo esencial al pluralismo democrático. Reemplazar enemigo por adversario pero entender que lo político implica ese nivel de antagonismo no excluyente, es el aporte de este libro. Releyéndolo veo que en nuestro país la traumática y totalitaria relación amigo-enemigo, no me importa si entre nazis, comunistas o lo que luego inventen, es lo que prima. Para buena parte de los medios de comunicación hay que “liquidar” a la alcaldesa porque es “enemiga”, es “de izquierda”, lo cual significa, aunque no lo digan, que los que se identifican con esas ideas harían mejor en dedicarse a otra cosa o tomar las armas, ya que no son admitidos en términos reales.
He rechazado siempre la exclusión y la lucha armada pero es imposible entender lo político sin ver los antagonismos reales o fabricados y analizarlos. Hoy mucho del antagonismo tiene un componente de corrupción, políticos con rabo de paja y gente acostumbrada a medrar de la llamada informalidad, que va mucho más allá de las naturales estrategias de sobrevivencia de los más pobres y alcanza políticos y hasta partidos enteros. El congresista Mulder ha atacado a la alcaldesa con palabras que muestran prejuicio de clase y un conocido columnista se ha reído de esto recordándole la lucha de clases. ¿Por qué tan temprano todos están juntos? Vean bien, no falta ninguno. Del otro lado también están juntos los que tienen que estar, el PPC ha tenido un comportamiento coherente con la demanda de decencia que llevó a su lideresa a enfrentar la intentona de Kouri.
La alcaldesa Villarán, agraviada diariamente, tuvo el valor de dedicar un año con más de 40 alcaldes distritales y más de 18,000 ciudadanas y ciudadanos, a hacer democráticamente el plan regional de Lima. Ahora la Municipalidad tiene brújula, aprobada por unanimidad en la Asamblea Metropolitana de Lima.