En el Perú se gobierna para el corto plazo. Quienes llegan al poder lo hacen con propuestas y buenas intenciones bajo el brazo, pero en el camino estas se tornan imposibles de resolver porque no existe un rumbo claro ni propuesta a futuro. Apagar incendios en el día a día y resolver crisis del momento copan la agenda de presidentes, ministros y alcaldes. Escasean planteamientos de largo aliento para evitar que la pobreza se extienda, la seguridad social empeore, la educación languidezca y la inseguridad se acrecienta. Henry Pease avizora un futuro incierto. No pocos piensan igual.
Por: Julio Alegría Cueto
¿Cree que ha cambiado el cortoplacismo en el Perú?
No veo nada nuevo bajo el sol, es decir, en el Perú los gobernantes se pasan los años apagando incendios, enfrentado crisis, problemas, y manejando una agenda casi rutinaria. La falta de planes, de políticas de largo aliento, la falta de debate político lleva a que no se vea prácticamente nada nuevo. O sea, manejarse bien económicamente en tiempos de bonanza no es nada difícil, no meter la pata en asuntos de manejo interior debiera ser más o menos normal, ¿pero hemos avanzado algo en términos de temas constructivos? ¿Hemos sido capaces de llegar a acuerdos que nos hagan dar pasos adelante? Por poner un ejemplo, me parece bien que se haya logrado esa ley de reforma magisterial con todas las limitaciones que tiene para la educación, en lugar de un simple aumento. Es un paso frente al tema de fondo de la calidad de la enseñanza, que tiene muchos problemas.
¿No hay planes sobre lo que se debe hacer para resolver los problemas actuales y del futuro?
Un plan es la posibilidad de poner a los capitales privados en concierto con las funciones públicas, y esta es una acción de gobierno que no se quiere hacer. Entreviste usted a un ministro y lo va a ver sin brújula, hable con un alcalde y lo va a ver sin brújula, ambos van a decir “yo tengo cuatro o cinco iniciativas”, pero aquí no importa quién hace la obra, la pregunta es cuál es el objetivo a conseguir, con qué medios, ese es el plan, pero se han acostumbrado a no pensar.
¿Pasa lo mismo en el Congreso?
En el Congreso existen los mismos problemas de siempre y algunos peores. Se abre un surco para llegar a un consenso que no sé dónde aterrizará para crear un senado. Ha pasado tanto tiempo y no pueden renovar al Tribunal Constitucional o nombrar al Defensor del Pueblo, aunque sea para eso que haya un senado. Pero, lamentablemente, no encuentro un adecuado debate político ni una adecuada fiscalización. No veo que se haya avanzado.
¿Cuál es su percepción de los gobiernos regionales?
He visto cosas interesantes, estuve en una cátedra en Arequipa donde acudieron los presidentes regionales y sentí que se está sedimentando en algunos la continuidad de varios gobiernos, y eso es un buen elemento para mirar un poco más lejos. Pero seamos conscientes de que nosotros no tenemos regiones, tenemos gobiernos regionales en departamentos, entonces, es bien complicado avanzar en el proceso de descentralización dividido en 25. Por eso propuse una fórmula para el senado que de repente ayuda, recordando a Jorge Basadre: él siempre decía que en el Perú todo lo que se construye es transitorio y se vuelve permanente. Entonces yo proponía que se cree un senado elegido por regiones, como dice la carta del 39, y que en la transitoria diga que mientras no haya regiones, agrúpense en cuatro grandes distritos electorales los departamentos colindantes más Lima-Callao. En unos cinco escenarios podemos ir construyendo una representación política que sea distinta de la departamental y que de repente ayuda a que se den asociaciones de departamentos pensando en futuras regiones, pero es muy difícil imaginar una efectiva descentralización con 25. Eso no va.
La Municipalidad de Lima tiene un plan a largo plazo, pero le han dado con palo a la alcaldesa, ¿qué puede hacer Susana Villarán?
La alcaldesa optó por una visión de largo plazo y por cumplir la ley que dice que su plan tiene que ser democrático. El problema es que los alcaldes son la autoridad más débil y el tema de la revocatoria que yo he defendido en la Constitución, está en mi opinión muy mal aplicada, no puede ser posible que cualquiera compre un kit y promueva una revocatoria, eso debería estar más estructurado porque de lo contrario atomizo la responsabilidad.
¿Es muy sencillo cambiar un alcalde?
Es demasiado fácil tirarse abajo un alcalde. Si algo nos ha enseñado esta gestión municipal es que las ideas cuestan, y poner orden en La Parada le ha costado a la alcaldesa, poner orden a los microbuseros de Lima norte que enfrentaron a 300 policías a pedradas también le ha costado. ¿Pero qué queremos entonces? ¿Una ciudad donde mande la informalidad, el desorden y donde cada uno haga lo que le da la gana? Porque eso no es una ciudad, entonces preocupa cuando veo que los procesos políticos no llevan a mejores condiciones de eficiencia de la ciudad, que necesita que la cosa funcione. ¿Cómo podemos estar tranquilos ante una encuesta que dice que los sectores D y E cuestionan a la alcaldesa de Lima porque no les ha dado seguridad ciudadana, cuando el alcalde no es el responsable de esto? Es tarea de la Policía Nacional.
¿Qué otros problemas se deben afrontar con una visión a largo plazo?
Si miro Lima, tengo que decir que todavía el 56% de adultos vive de la informalidad, y también diré que 180 personas de cada mil tienen tuberculosis. No hay ninguna ciudad en América Latina con más alta tasa de tuberculosis, ni Haití, y nosotros tenemos estos temas allí, y los dejamos pasar, convivimos con ellos. Y así como hablo de tuberculosis, podría hablar de varios problemas sociales, porque muchos piensan que la pobreza está en Apurímac o Huancavelica pero la pobreza está acá, donde hay millón y medio de personas sin conexión de agua, y pasan los años y no se hace nada. Encontré asentamientos humanos con 20 o 25 años esperando conexión de agua y no les hacen caso. Las municipalidades se han convertido en una manera de excavar hacia abajo del gobierno, no entiendo qué manera de gestionar una ciudad es esta, y eso no es responsabilidad de los alcaldes, ellos hacen lo que pueden, es el espacio que les dejan los gobiernos.
¿Cuál sería la fórmula para incluir el largo plazo en la agenda?
Hay un tema que pasa por los organismos públicos de planificación y por entender que la planificación es convocatoria democrática y por eso la ley manda planes de desarrollo concertados y no planes hechos por tecnócratas. Pero además de ese proceso, que es una manera de entrar, necesitamos que los partidos asuman su rol, no podemos imaginar una democracia sin partidos, o que el ciudadano atomizado no está empoderado, y la única manera en que funciona un régimen democrático es con una ciudadanía que tiene por lo menos pequeñas cuotas de poder, que se dan en la medida en que se forman colectividades que son las asociaciones partidarias, que debaten juntos, que forman cuadros juntos, que hacen planes juntos, que hacen propuestas juntos y eso tiene que cumplirse. Eso no se construye porque prefieren las opciones mediáticas para el desarrollo de liderazgos y no las opciones de participación.
¿No existen cuadros definidos?
Yo siento que los jóvenes ya se hacen esa pregunta, lo veo en la universidad, porque las discontinuidades son muy grandes en la política peruana entre otras cosas por la deformación de cuadros y aparatos partidarios; pero hay que armar algo que asocie la gente, mire por ejemplo la discusión sobre Movadef, en política como en la física todo vacío se llena, en la década del ochenta se destruyeron las estructuras partidarias, primero por la acción de Sendero Luminoso, segundo por los rastrillaje contra Sendero y tercero por Fujimori, que vino a disolver. En cualquier parte los que arman la agenda son los partidos, porque vienen de gente que está pensando el problema, que está discutiendo el problema, que está dirigiendo con ese criterio y eso es lo falta.
¿Qué más se puede hacer para darle mayor espacio a los partidos?
El primer espacio de los partidos es la escena municipal y la escena parlamentaria, también la escena regional, es decir todo los que son los escenarios electorales, pero estos pueden tratarse atomizadamente o integradamente, mucho de la legislación peruana camina hacia la atomización, no es que los partidos sean responsables de todo, es también que el voto preferencial ha llevado la competencia al interior de la lista, ha dividido la lógica de los partidos, hay temas de ese tipo que hay que corregir, hay temas que deben ayudar a que hayan grandes partidos y no una suma de átomos, y abrir espacios de confluencia. Creo que eso es un poco la direccionalidad de lo que se puede hacer.
¿Cuál es la responsabilidad de los medios de comunicación?
Los medios cumplen su rol en el sentido de que la libertad de prensa debe ser total, y lo que dice uno se contrasta con lo que dice el otro, pero no le puedo pedir a los medios que organicen, que reemplacen a los líderes, y lo que aquí hacen los políticos es reemplazar la lógica mediática, organizativa, asociativa, inherente a una democracia política, que es una actuación de autores que se reconocen unos a otros en asociación, aquí comencemos porque los partidos se crean a partir de un caudillo que se cree el propietario de la franquicia y se piensa quedar allí hasta que se muera, miren Europa, miren Estados Unidos, el ciclo de un líder está determinado, en Estados Unidos no van a tener un demócrata o republicano que dure a la cabeza de su partido más de ocho años. Termina el ciclo y el señor pasa a ser una figura y a tener otros roles y surgen otros dirigentes. Acá no, acá se quedan, miren allí al galán, quiere ser presidente por tercera vez y si se le da la posibilidad de llegar a la quinta también va a querer porque nadie quiere morir. Esa es la lógica del caudillismo y aquí la mayor parte de los partidos son caudillos con entorno o no, pero no son asociaciones.