Archivo por meses: marzo 2012

“Una reforma constitucional debe realizarse por consenso”

La República – 11/01/2010

Entrevista/Henry Pease García. Ex presidente del Parlamento. Sostiene que renovación total del Congreso cada dos años y medio le dará autonomía a este poder, pero pide al gobierno no promover el cambio a la fuerza o con chantajes.
Marco Sánchez.

¿Reducir el mandato congresal es el mejor modo de renovar el Parlamento?
La mejor fórmula es reducir el mandato, que sea la mitad del periodo presidencial y, por tanto, cada dos años y medio se elija a todo el Congreso. La ventaja más importante es separar la elección legislativa de la presidencial, porque los Congresos están demasiado sometidos al presidente. Si separamos ambas elecciones, la gente pensará más para elegir congresistas.

¿El Apra debe buscar consenso para lograr esta reforma?
Se ha estado tratando de sostener que se puede chantajear a los parlamentarios diciendo “haré cuestión de confianza de mi iniciativa de reforma constitucional y, si no se aprueba, cae el gabinete; y a la segunda vez, disuelvo el Congreso”. Ni siquiera en regímenes parlamentarios se utiliza la cuestión de confianza para hacer un cambio constitucional. Un cambio constitucional es de consenso.

¿Votar por un Congreso cada dos años y medio puede generar inestabilidad?
En absoluto, porque la estabilidad de un país depende del gobierno. Estamos en un régimen presidencialista.

¿El Apra puede utilizarlo para fines propios?
Todos pueden utilizarlo en una elección cada dos años y medio. Pero la cuestión de fondo es que cada cinco años elegimos un caudillo, lo ponemos en Palacio y lo amarramos con 120 congresistas. Eso no puede ser. En EEUU eligieron a Obama y ni el 15% de parlamentarios. Acá basta colgarse del saco. Con elecciones cada dos años y medio, se dirá “este congresista sirve y este no”.Pero, repito, se necesita buscar consensos. La Constitución no puede cambiarse por imposición de unos sobre otros.

En cinco meses, el Apra impulsó tres iniciativas para renovar el Congreso. ¿El apuro por la reforma es evidente?
Hay conciencia del problema y buscar salidas. Todos deben pensar en cambiar un Congreso con bajos niveles de aprobación. Pero el proyecto inicial del Ejecutivo se votó y descartó en la Comisión de Constitución…

Me pregunto: ¿y se sentaron a concertar? Para librar a ministros, impedir que se investigue corrupción o seguir ocultando la barbaridad de Bagua sí lo hacen, ¿no?

¿Por qué no la revocatoria?
Es equivocado en un país con representación proporcional. Si lo aplico en un parlamento elegido así, revoco a todos quienes han tenido menos votos. Es más sencillo elegir dos años y medio y evitar revocatorias que generan enconos políticos y procedimientos.

De no lograrse esta reforma, ¿es posible cerrar el Congreso?
No creo que se pueda hacer una reforma constitucional bajo chantaje. El asunto es conseguir votos y exigir a los partidos que se pronuncien con razones. En el Perú, cerrar el Parlamento es obra de autócratas como el corrupto y asesino hoy entre rejas.

¿Qué opina de amarrarlo al voto facultativo?
Es un error sustantivo del Apra y no darse cuenta de en qué país estamos. En EEUU y Europa no hay problema, porque el mercado integra. Aquí, el mercado excluye: no hay acceso a mercado laboral, consumo y las elecciones se vuelven un elemento de inclusión. Además, ¿qué pasa cuando vota el 40%? Los partidos perdedores dirán “usted no tiene legitimidad”. ¿Queremos inestabilidad política?

¿Se podría lograr un Congreso con menos escándalos?
Un factor es la reforma, pero el país no depende del Congreso. Depende primero del Ejecutivo y luego de otros poderes. Si fortalecemos los partidos, elegimos un demócrata responsable como presidente y un Congreso con autonomía, estaremos mejor.

“Sentí vergüenza al ver el indulto a Crousillat”

¿Cómo reaccionó frente al indulto a José E. Crousillat?
Es un escándalo. Felizmente, eso no influyó en la sentencia (de Fujimori). Pero sentí vergüenza ajena al ver el indulto. Es una tomadura de pelo perdonar a un señor que se fugó. El Estado lo trajo, logró condiciones particulares en su atención y, finalmente, se le indulta. Es un escándalo, como lo es ver a parlamentarios fujimoristas en la Mesa Directiva (del Congreso), incluso cuando tienen juicios y se encubren en el estatus parlamentario. Se quiere olvidar la corrupción más grande que ha existido en el país.

¿Y que el Tribunal Constitucional facilite la liberación del general fujimontesinista Chacón?
Es una barbaridad imperdonable. Me arrepiento de haber ayudado a elegir a algunos de estos magistrados, porque nos han dado un sopapo a los peruanos. Una cosa es decir “corrijan plazos y procedan en términos perentorios” y otra decir “lo excluyo”. Ese general será toda la vida sospechoso de corrupción.

¿El TC es filoaprista?

Algunos de mis antiguos colegas me dirán responsable por haber sido capaz de recomendar (en el Congreso anterior) votar a un aprista (Carlos Mesía, vicepresidente del TC), pero cuando se maltrata las instituciones, los ciudadanos deben reaccionar contra magistrados que hacen barbaridades. Sigue leyendo

“Se debería elegir un Senado por regiones”

La República – 20/05/2009

Entrevista/Henry Pease García. Connotado sociólogo y ex presidente del Congreso habla desde su oficina de la Universidad Católica del Perú sobre las importantes reformas que desde hoy debate el Parlamento.

Una vez más, el Congreso buscará los votos para aprobar importantes reformas que se arrastran hace años. ¿No hay una verdadera voluntad política para ello?
Creo que hay una fragmentación política que ya se ha convertido en fragmentación temática. Los grandes temas no les interesan a muchos congresistas. Varios de los que promovieron la interrupción del debate constitucional (en el Congreso anterior) no querían las reformas porque les interesaba cosas puntuales menos importantes, pero en las cuales podían intervenir. La falta de preparación es así: no todos pueden entrar a debatir temas de fondo.

Pese a que son temas que tienen que ver con el funcionamiento mismo del Parlamento. Como el de un posible retorno a la bicameralidad.
Que es la menos popular, pero la más importante de todas las reformas de las que se habla. En el proceso del 2001-2002 se llegó a votar favorablemente la creación del Senado. Pero lo que no aceptaban los provincianos, y con razón, era que se elija por distrito único. Desde entonces sostengo: hay que elegir un Senado con representantes por regiones. Eso, además, sería un instrumento para fortalecer el proceso de descentralización.

Pero la gente piensa: para qué dos cámaras con el mismo tipo de gente, salvo excepciones…

Es que el nivel de gente depende fundamentalmente del elector y de los partidos. Si hay partidos y no solo caudillos con su entorno –como en la mayor parte de los que se llaman partidos– y si hay continuidad en los procesos electorales, entonces va a mejorar el nivel. Pero yo no creo que el principal problema del Parlamento sea la calidad de la gente, sino el sistema que pone la predominancia del caudillismo y de una actitud muy burocrática.

La única reforma que parece tener consenso es la eliminación del voto preferencial…
Y no la comparto, me parece un crimen… Yo soy un ciudadano que desde 1978 tiene el derecho de elegir dentro de la lista. Pero sí creo que hay que cambiarlo, que la fórmula es mala y hace daño a los partidos. Por eso he propuesto elecciones primarias abiertas en todos los partidos, organizadas por la ONPE y en una sola fecha. Eso permitirá armar las listas con decisión de todos los ciudadanos que decidan votar por ese partido. Eso ayudaría a institucionalizar los partidos y a que estos, desde la etapa previa a las elecciones, se vean obligados a entablar relaciones abiertas y transparentes con el electorado, lo cual ayudaría a construir la representatividad de los legisladores.

¿Los congresistas deben poder renunciar al cargo?
Creo que todo cargo debe ser renunciable. Esa es una norma del pasado, que corresponde a una época en la que el Ejecutivo tenía tales poderes que podía chantajear al parlamentario mucho más.

“Buscar reelección sería suicida para el presidente García”

Aunque no se concretó la pretensión, hace algunas semanas sugirió la posibilidad de plantear reformas que permitan la reelección presidencial?
Sería un grave error político que haría comparable a este gobierno con el de Fujimori. Si bien hay personajes que están haciendo ese acercamiento, no creo que el presidente de la República caiga en ese error, porque sería realmente suicida.

Al respecto, en Ecuador, Bolivia y Venezuela se argumenta que los cambios importantes requieren regímenes más largos…
No comparto esos liderazgos que sacrifican un elemento fundamental del régimen democrático, que es la alternancia. Además, no es cierto que para los cambios más importantes se necesiten muchos años. Siempre los segundos mandatos son mandatos donde comienza a torcerse lo iniciado. Sigue leyendo

‘El texto constitucional se debe lograr por consenso abrumador’

La República – 16/08/2008


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HENRY PEASE. El sociólogo y ex presidente del Congreso de la República acaba de publicar el libro “Reforma Política” e insiste en la discusión del tema constitucional por partes.

¿Confiaba en que esta vez se aprobaría la reforma constitucional?
No, porque no hay voluntad de hacer las cosas por la vía del consenso, siempre hay diferencias de fondo. El 2001 apostamos por una reforma por consenso y avanzamos hasta cuando una parte del Apra y de Unidad Nacional bloquearon el intento. Ahora la discusión tiene elementos objetivos y otros que no lo son. No dudo de que hay diferencias en la manera en que se desarrolla la economía, pero la Constitución es básicamente un conjunto de reglas políticas. El cambio de modelo económico del ’90 se hizo con la Carta del ’79, no con la del ’93. Todas las medidas se dieron con delegación de facultades del Congreso, los años ’91 y ’92. Ello demuestra que es posible entrar al tema constitucional por partes.

¿Cómo hacerlo?

Si conseguimos que se renueve el Parlamento cada dos años, o que se expresen de mejor manera las regiones en el Parlamento, habrá mejor correlación de fuerzas y será posible construir acuerdos para otros cambios. La democracia no es blanco y negro, y parte de eso se da en lo que sostengo en el “Mito de la Carta del 79”. Yo participé de una fórmula que elaboramos con (Jorge) del Castillo por la cual, cerrada la reforma, se restauraba la Carta del 79; y habíamos consensuado temas del régimen económico.

Pero esto fracasó en el Congreso anterior…

Un congresista de UN pidió la suspensión, pero había en parte de la bancada aprista una rebelión contra la posición de Del Castillo, entonces se quebró el consenso. Habría que evaluar si esos consensos son posibles ahora.

¿Cree que el Apra continúa con sus diferencias internas?

Es que las posiciones divididas se basan en la mitificación de las cosas. En qué rumbos podría esa posición discrepar con que la reforma estudie todos los artículos, vote cada parte, y cuando haya consenso aplicarlo a la Carta anterior, con todo lo nuevo en Derechos Humanos, instituciones públicas y mecanismos de representación,

El capítulo económico de la Carta centra la disputa entre oficialistas y parte de la oposición.

Perdóneme, el mito ha sido el centro. El debate no entró a la discusión económica. No creo que se puedan analizar los preceptos de la Constitución, al margen de las posibilidades reales. Los debates son necesarios para sacar lo medular, como la propiedad de la empresa; para determinadas reglas o buena adecuación de impuestos, como las sobreganancias. Pero hay una discusión plantada desde hace muchos años. Nosotros propusimos cambiar todo lo que se tenga que cambiar, pero por consenso. Lo que se tenga como texto constitucional debe tener abrumador consenso. Si no, que no se dé.

¿Una salida podría ser una Asamblea Constituyente?
Para ser convocada requiere que la Constitución lo permita, esta Carta no lo permite y no se puede caer en un acto arbitrario. La pregunta es: ¿queremos una Asamblea Constituyente donde unos impongan a otros reglas de juego?

¿Qué puede hacer el Apra para avanzar en reformas?
Insistir en cambios que ventilen el sistema político. Por ejemplo, la renovación por mitades o la reducción del plazo parlamentario; también, que el Senado tenga presencia de regiones. Hay maneras de refrescar y legitimar el sistema político mientras se tenga nueva concertación de fuerzas.

¿La bicameralidad, reforma de justicia y vacancia de congresistas le parecían prioritarios en la agenda?
La bicameralidad es importante si pienso asentar un Estado descentralizado. El Poder Judicial también es clave. Los otros proyectos no me parecen significativos, como tampoco la vacancia por inasistencia o la renunciabilidad. Creo que el lugar principal del parlamentario está con su gente, yendo y viniendo y si en eso falta al Parlamento, no debe costarle. Pero insisto, este Parlamento –como el anterior– no avanzará nada si no se concierta.

“La función de representante no soporta escándalos”

¿Por qué debe darse la vacancia automática de congresistas, como propone en su libro?
Trato de rescatar que en una sociedad mediática una función que no soporta el escándalo es la del representante, porque se extiende al conjunto y daña el sistema. No demos lugar a grandes procesos y enjuiciamientos.

Pero, sinceramente, ¿usted cree que prosperará?
Bueno, no he presentado un proyecto de ley, sino algo para pensar. La vacancia no es un castigo. Uno es elegido por dos factores: personal y partidario. Si eso se rompe, se rompió la representación. También planteo que la representación cuesta y es una tontería esperar que salga del bolsillo del parlamentario.

¿Este Congreso tiene fijación con sancionar?
No. Las normas han avanzado. Antes no había códigos de Ética, y no son consecuencia de que esta realidad sea más corrupta que la anterior.

¿Se debe procesar a un legislador por matar un animal?
Me parece una barbaridad que un congresista haya mentido al país. Segundo, la sociedad ha evolucionado y los animales tienen también derechos. El parlamentario debe ser reconocido por respetar reglas.
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‘No hay voluntad para reformar Constitución’

La Primera – 16/06/2008

Ex presidente del Congreso, Henry Pease, advierte que rol de la oposición es criticar y que los gobiernos tienen la obligación de contestar. En la siguiente entrevista declara también su apoyo a la bicameralidad y señala que no hay voluntad de concertar para cambiar la Constitución.

–¿Qué ha pasado en la discusión sobre la reforma constitucional?
–Lo que veo es que los mismos actores que hoy son partido de gobierno, paralizaron la reforma, por lo menos, uno de ellos, Carrasco Távara que ha salido en la misma dirección, y resulta que lo hace en nombre de algo que se ha convertido en un mito.

–¿La Constitución de 1979?
–Claro y es una buena Constitución. Me parece mejor que la actual; pero la Constitución no es un mito porque en el momento que la convertimos en mito, pierde su utilidad. No es cierto que cambien las cosas si cambia la Constitución.

–¿Insisten en que se requiere tener mayoría absoluta para cambiar la Constitución?
–Los cambios constitucionales requieren un amplio consenso. No es normal que cualquier gobierno tenga la capacidad de cambiar solo las reglas de juego y por tanto, se tiene que ser capaz de concertar. El fondo del problema es que no hay voluntad de concertar.

–Y hay muchas cosas que el Congreso no quiere discutir.

–Hay que cambiar la manera de elegirlos porque ese sistema proporcional que es la única entrada, significa que los que vivimos en Lima votamos por 35 y por otro lado, jugamos a la polla con el preferencial. Por qué no se hace una combinación de esos temas y se tiene la mitad de la cámara formada por representación uninominal.

–¿Cómo toma usted la palabra disolver?
–El presidente puede disolver el Congreso sólo si le han censurado dos consejos de ministros. Eso quiere decir que al segundo, son los propios parlamentarios los que se disuelven. Por lo tanto, no le van a dar el gusto. Las instituciones no son automáticas.

–¿Hay oposición?
–Siempre hay oposición y me parece que no tiene sentido estar calificando a las personas. El rol de la oposición es criticar y los gobiernos tienen la obligación de contestar a la crítica porque eso construye el diálogo democrático.

–¿Haría una evaluación de la producción legislativa?
–Hay veces que se proponen barbaridades o se proponen buenas ideas pero que están distorsionadas en su presentación. Por eso es que las leyes tienen que debatirse. Cuando apoyo dos cámaras es porque lo que falta aquí es debate. Las cosas hay que mirarlas desde todos los ángulos.

–Entonces apoya la bicameralidad.

–Creo que sÑ Es necesaria con funciones diferenciadas y al mismo tiempo, renovado a la mitad del mandato. Reduciría la cámara de diputados a dos años y aseguraría la posibilidad de reelegirlo porque al buen parlamentario hay que reelegirlo pero hay muchos que no.

–¿Cómo debe ser la próxima mesa directiva?
–Siempre he sido promotor de la mesa multipartidaria. No entiendo la democracia como confrontación. Entiendo la democracia como cooperación, donde cada uno defiende lo suyo, sus intereses, sus ideas pero tienen que entender que no avanzan si no se ponen de acuerdo con el otro y eso es lo que se necesita en todos los niveles. Sigue leyendo