Archivo por meses: agosto 2011

Un primer ministro con programa de transformación (El gabinete Lerner en el Congreso)

El Comercio

Con un estilo claro y directo, el primer ministro Salomón Lerner presentó al país el programa de gobierno que ‘operacionaliza’ la gran transformación ofrecida por el presidente Humala. Ciertamente, si el 2016 se cumplen esas metas sociales, económicas y políticas, habremos iniciado una gran transformación. Habrá que evaluar puntualmente cada tema, pero sin duda servirá este texto para monitorear el proceso político que está comenzando.

Quiero destacar en este artículo la manera de gobernar del presidente Humala y la esencia del mensaje de su primer ministro. Se parece más al estilo del presidente Paniagua, austero y despersonalizado, en vez de omnipresente y apabullante como el del presidente García. Eso deja un espacio al jefe del Gabinete, como cabeza de los ministros, articulador de la ejecución política e interlocutor del Parlamento. Se facilita por la relación fluida que existe entre el presidente y el primer ministro que ya la tenían desde la campaña por el puesto entonces ocupado por Lerner. No hay competencia posible entre ambos cargos, porque el presidente es el jefe de Gobierno.

El mensaje del primer ministro tiene contenidos esenciales de lo que será –ya está siendo– la conducción política del Gobierno. Un primer gesto, enormemente válido para mí, es que el Gabinete no ha solicitado delegación de facultades legislativas, ese vicio en el que cayeron todos los gobiernos menos el del presidente Toledo. Pero va de la mano con los consejos de concertación propuestos y reactivados y con la estrategia de prevención de los conflictos sociales partiendo del reconocimiento de los derechos de la población y sobre la base de la recuperación de la credibilidad de las instituciones públicas. Este mismo estilo se expresa en la forma en que se ha llegado a decidir el adicional tributo de la gran minería y estas buenas maneras son indispensables para que el crecimiento económico siga dándose y la inclusión social sea posible.

Para iniciar una profunda y gradual reforma del Estado, de sus relaciones con la sociedad y una reforma política, es importante el debate de temas específicos, pero esta forma de abordar los cambios es lo más adecuado, porque el diálogo y la concertación es una apuesta metodológica de toda política pública de nuestros tiempos. En las políticas públicas importa más la manera de formularlas que las ideas que tenga el que lo hace, porque el proceso es necesariamente participativo y democrático o la política no funciona. El primer ministro ha enfatizado su demanda para que la tolerancia y el diálogo se instalen en la sociedad y, sin perder un ápice de radicalidad en sus objetivos de inclusión social, ha reclamado conciliación y reconciliación. Es la mejor manera de comenzar un camino juntos y por eso se ve tan desorientada a la oposición en el Congreso. Claro que el paso del tiempo les dará baterías para criticar fallas y errores del Gobierno, pero es hora de abrir espacios donde se concierten los grandes objetivos y políticas para la inclusión de tantos peruanos olvidados. Me hizo recordar lo que unos alumnos –los más jóvenes– me dijeron en una clase la semana pasada, repitiendo a uno de sus maestros de historia, José Agustín de la Puente, y recordándome a mi hermano Franklin: “El Perú ha vivido de espaldas a los Andes, su columna vertebral”. Por eso, ha propuesto un reencuentro histórico con el Perú rural a partir de un cambio metodológico: “mirar nuestro crecimiento desde abajo y desde adentro”. Son varias premisas que pueden empezar la gran transformación comenzando por la manera en que nos tratamos y haciendo posible la conjunción de esfuerzos para construir una sólida voluntad de inclusión y solidaridad que serán compatibles con la competitividad, la eficiencia y la innovación tecnológica que requiere nuestro desarrollo económico. Sigue leyendo

Construyendo gobernabilidad (El primer mes de nuevo régimen)

El presidente ha concentrado su atención en construir una conducción ordenada del gobierno. Se ha escrito que despacha con cada ministro acompañado del premier y se sabe que este ha solicitado a cada ministro que no declare sobre temas ajenos a su sector. Eso comienza a ordenar el escenario y desesperar a los periodistas, casi tanto como que el presidente no priorice responder a la prensa.
Un gobierno con 18 ministros y varios altos cargos autónomos requiere una conducción cotidiana que ordene, priorice y armonice contradicciones. Es una novedad positiva que el presidente y el premier actúen juntos. Eso convierte a este último en el segundo de a bordo, de manera efectiva contribuye a que no haya grandes contradicciones. No era viable con el doble juego institucionalizado en todo gobierno aprista, cristalización de la famosa escopeta de dos cañones.

El primer mes de un gobierno es el tiempo constitucional que tiene para preparar su primera presentación ante el Congreso. Ese es el momento en que tiene que mostrar su plan de acción, combinando la tarea inmediata con los objetivos de mediano alcance. Por ahora, lo evidente es la prioridad dada a la seguridad ciudadana por la calculada operación policial contra los escenarios de mayor criminalidad y la prioridad a la reconstrucción del departamento de Ica, expresada por la visita presidencial y urgida de respuestas contundentes que contrasten con la dejadez del gobierno aprista.

Es positivo este esfuerzo y ojalá ayude a centrar la atención pública en asuntos de fondo en vez del cortoplacismo que embota la política criolla. Es explicable que los periodistas se muevan en el corto plazo y destaquen las contradicciones de los actores políticos, pero es lícito que un gobierno busque reducirlas y encauzar los procesos de decisión para que sean sus resoluciones antes que las especulaciones las que destaquen. Por momentos, elgobierno se parece al Congreso. En este hay 130 representantes, todos iguales y todos necesitados de protagonismo mediático. Las reglas del Parlamento son públicas en todos sus pasos y esto hace que los parlamentarios se comporten como actores mediáticos. Un ejemplo de esto me lo enseñaba un colega con un semanario reciente que traía el texto de la intervención de Martha Chávez en la sesión secreta que la castigó. Su comentario fue: “Hasta parece un ser humano y no la troglodita que gritaba el 28 de julio”. Eso explica la razón de la sesión secreta cuando hay un tema disciplinario, porque en caso contrario la situación termina siendo inmanejable y se convierte en un circo mediático.

En el Parlamento todo se trata y por lo general se especula más allá de la información real. Es el centro de la deliberación política y su función es deliberar, desde todos los ángulos. Los ministros tienen que aprender a moverse en ese terreno pero tienen otras responsabilidades y una de ellas, evidente, es no soltar prenda sino en el momento adecuado. Para eso, es clave que cada ministro solo hable de la materia que se le ha encomendado. El rol de la prensa y del parlamentario es otro y se confrontan los tres con resultados variables que sirven a la democracia. El régimen democrático es un orden político, no la confrontación caótica en cualquier escenario y con los actores mezclados.

El Comercio

El presidente tendrá que hablar más a la prensa pero también podrá escoger entre varios estilos válidos. Venimos de cinco años con un presidente hipermediático, que usó y abusó en esa materia. Recordemos sus artículos sobre “El perro del hortelano”. Es muy raro que un presidente escriba artículos periodísticos. Ciertamente estos fueron un regalo a sus adversarios y aunque la crítica es por la política seguida –marginando y excluyendo– y no por escribirla, el hecho vale para mostrar las limitaciones de cada actor al salir de su rol.

El Perú ha avanzado en transparencia y a eso no se puede renunciar. Por eso hay que reconocer la importancia de que el Gobierno haya dispuesto reactivar los portales de Internet de cada ministerio, congelados en el gobierno anterior hasta el extremo de que en el Congreso se desconocían actas de la directiva y hasta votaciones del pleno. Esperamos que Antauro no esté en la agenda y que cualquier reforma constitucional dependa de lo que el Congreso logre negociar abriendo consensos. Sigue leyendo

Adiós al perro del hortelano (Retrocesos peligrosos)

El Comercio

La ceremonia del adiós comenzó el 28 de julio y durará todo un año. Conviene no mirar mucho las cifras, pues este gobierno comenzó por cambiar el INEI, poner a un “caserito” al mando y enjuiciar al anterior. Si el perro del hortelano iluminó la prepotente y equivocada actuación en el “baguazo”, lo que acaba de terminar en el Cusco no es sino más de lo mismo, con mejor manejo de coyuntura y nada más.

Los peruanos sabemos que este gobierno nos niega el derecho a tener una política pública, como la energética, discutida y debatida, como debe ser. Solo actúa cuando la violencia lo jaquea. Es increíble que solo tras los actos de protesta y violencia el Gobierno se diera cuenta de que allí, donde está el recurso natural, el balón de gas costaba 55 soles mientras en Lima 33. ¿Qué lugar tienen esos ciudadanos en esa política pública? El mismo que los de Bagua, cuando el presidente escribía enrostrándoles el perro del hortelano. Pocas veces la soberbia en política ha sido tan nefasta.

Pero muchos peruanos más sentimos que, en esta y otras materias, somos la última rueda del coche porque se informa poco y con poco respeto por la verdad, porque no se consulta y al que se queja se le insulta. Muchos políticos se llenaron la boca hablando del gas y creando grandes expectativas. Camina a paso firme la exportación y a paso cansino —lento entre los lentos— la atención del consumo interno. En los días en que salían los primeros embarques al exterior tuve que ir de Miraflores a Chorrillos para conseguir un balón de gas.

Pero este gobierno deja problemas mayores a pesar de que recibió la mesa servida en la economía. La corrupción corroe nuestra institucionalidad e impide que esta se democratice. Ningún Congreso ha dado tantas muestras de corrupción como el actual. El partido de gobierno se convirtió en un promotor insigne de vientres de alquiler aprovechando la inconsistencia de las bancadas de oposición. Aplicó además la línea de su jefe: el régimen de Alan García ha sido el gobierno aprista aliado al fujimorato tanto en la plancha presidencial como en las directivas del Congreso. Con estos medios logró poner candados a los mecanismos constitucionales de control que tiene el Parlamento. Esta es la historia principal, lo de la señora Canchaya, la “robaluz”, el “comepollos” o el “mataperros” es la anécdota. El escándalo se armó con los “petroaudios” que no son fruto de fiscalización del Congreso sino de un acto delictivo. Vimos que la viuda de un dirigente centroamericano de la internacional socialista a la que pertenece el PAP podía sacarle citas al presidente García, que este delegaría en sus ministros y estos —más papistas que el Papa— visitarían a Canaán, el empresario lobbista, en su suite y hablarían de concesiones petroleras y de hospitales. No avanzan los juicios y los candados corruptos puestos al Parlamento impidieron el control político. Un Poder Judicial que avergüenza a todos con el trato dado a casos de narcotráfico de los Sánchez Paredes y Valdez no se puede arreglar con un presidente que está sondeando ser candidato a la Presidencia de la República, algo inaudito. ¿No se le ocurrió peor momento para ese antojo? Pero este magistrado que firma por Cipriani, a pesar de que en su entidad se ventila la controversia con la PUCP, no solo está mostrando que se asocia con el poder actual. Está indicando que la crisis exige separar planos, algo que no comprenden.

Dejo para el final el discurso troglodita del ministro Rey y su pretensión de convertirlo en reglas que reinstalen la impunidad para los militares enjuiciados por violación de derechos humanos, retrocediendo en lo que hizo la transición. La entrevista hecha por El Comercio a Diego García Sayán es esclarecedora. No ha convencido a muchos Rey con su macartismo a ultranza.

Necesitamos un cambio que enfatice el respeto por las reglas del juego o instituciones sin las cuales la corrupción se desbandará. Sigue leyendo

Respaldo al Congreso (Hay que apoyar al presidente Abugattás)

El Comercio

En una importante entrevista para El Comercio el presidente del Congreso, Daniel Abugattas, hace un dramático reclamo para que cese el maltrato a este poder del Estado, comenzando por el comportamiento de los propios congresistas pero incluyendo también a los profesionales de la información y a los medios. El objetivo del presidente del Congreso es defender la institucionalidad en lo esencial del Parlamento y recuperar la capacidad representativa de los congresistas. No es tarea fácil y merece el apoyo de todos los demócratas, porque los otros insistirán en prostituir las instituciones y descalificar todo esfuerzo por salir de la postración en que se encuentra el Congreso, tras cinco años de la alianza aprofujimorista.

Para acercar el Congreso a la ciudadanía, su presidente propone salir de los muros del edificio de la Plaza Bolívar. Eso está bien, pero requiere una estrategia institucional de mediano alcance y no solo la movilización de todos los congresistas a Pisco ni la simple presencia de congresistas en asentamientos humanos. Ambas cosas pueden ser necesarias pero no son suficientes y hay que preguntarse por el impacto de la presencia de más de 200 personas juntas en una ciudad como Pisco. Siempre hay impacto positivo e impacto negativo.

La función de representación es permanente, cada mes y cada semana del año y tiene que cubrir todo el territorio nacional. Hay que reabrir una oficina descentralizada por departamento y que proporcione la logística para que ciudadanos y congresistas se comuniquen con facilidad. Yo tuve que cerrarlas el 2004 frente al chantaje de una bancada que amenazó con tomar las oficinas si no las convertíamos en despacho individual para cada congresista del lugar, lo que hubiera terminado generando mil escándalos. La semana en la que el parlamentario debe atender en su departamento no debe dedicarse a inspeccionar obras como pretendió el Parlamento anterior sino a escuchar y exponer ante los ciudadanos, eso es rendir cuentas.

Es imprescindible hacer reformas en el sistema electoral para que muchos peruanos accedan a la representación. Esta se ha concentrado en las capitales de departamento y localidades pequeñas y aisladas, como la selva baja, carecen de representación real. Propuse crear dos escaños que representen a las comunidades nativas de la selva, como medida inicial. Hay otros cambios que ya no deben esperar aunque nos demoremos hasta las próximas elecciones para implementarlos, como dividir los 35 representantes de Lima Metropolitana entre Lima norte, Lima sur, Lima este, etc.

Junto con esto, un Senado que exprese macrorregiones y ayude a especializar las diferentes funciones del Parlamento es indispensable, así como la renovación parcial del Congreso a la mitad del período presidencial.

Pero este Parlamento tiene retos que no puede evadir si no quiere terminar como el anterior. Hay que desincentivar a los tránsfugas, llegando incluso a excluirlos como en otros países y hay que impedir que los parlamentarios que vienen con juicios pendientes se conviertan en símbolos de la impunidad como ha ocurrido en dos casos del período legislativo anterior. La inmunidad es para proteger a los investigadores de las acciones que les pongan cortapisas en el camino, no para proteger de la justicia a ciudadanos, que somos todos iguales.

Pero el presidente reclama de la prensa un trato más respetuoso al Parlamento como institución y eso tiene mucho que ver con el respeto de medidas que impidan que el Congreso se convierta en un “circo mediático”. Debemos recordar que es la única institución del Estado que abre todas sus puertas en todas las etapas de su funcionamiento. ¿Alguna vez se ha tomado una sanción disciplinaria en la Corte Suprema, el Consejo de la Magistratura o el Tribunal Constitucional en público? La presencia de los medios convierte a los políticos en actores mediáticos y las decisiones, así, muchas veces resultan inmanejables. Sigue leyendo

Un mensaje equilibrado (Buen comienzo)

El Comercio

El presidente Ollanta Humala ha hecho un gran esfuerzo para formar un Gabinete equilibrado y lo mismo se puede decir de su mensaje inaugural. Ninguno de los extremos del espectro político estará satisfecho pero tampoco podrá poner el grito en el cielo. Es la mejor opción para que el crecimiento económico pueda continuar a pesar de los baches coyunturales propios de este larguísimo tiempo electoral.

El mensaje parece hecho con la hoja de ruta en la mano, de allí la referencia puntual a los temas que más tocó en la campaña. El salario mínimo o el lote 88, las políticas que permitan un crecimiento inclusivo y aquellas que pueden influir en un cambio productivo de mayor trascendencia en el largo plazo, porque la inclusión no se logra solo con medidas asistenciales.

Solo me parece urgente definir lo que entendemos por inclusión social, ya que hoy todos repiten el mismo disco y me temo que quieren decir cosas distintas.

No me olvido de que cuando en los años sesenta se demandaba reforma agraria, ante la evidencia de las estructuras arcaicas de propiedad y explotación social, propias del orden oligárquico, surgió de la propia oligarquía el término revolución verde para reemplazarla y desviar la atención hacia la emigración a la selva. Somos un país de modas y estas incluyen el debate político.

Lo mejor del mensaje fue la referencia del juramento presidencial a los valores de la Constitución de 1979. Además de que es legítimo invocarla e incluso desagraviarla, el hecho ha permitido mostrar a los fujimoristas tal como son ?y cómo fueron? sin ropajes.

Ver a Luz Salgado decirle a Humala ?presidente de facto? es una de las piezas más inauditas que pude imaginar. Aquellos que avalaron el gobierno de facto y violaron sistemáticamente la Constitución de 1993 reaccionaban con histeria y malacrianza que ya conocimos en los 90 cuando tenían el poder.

El Gobierno no ha perdido nada enfrentando al fujimorismo, porque nada puede esperar de esa bancada. Más bien, sus miembros han rayado la cancha y quedado como lo que siempre fueron. Ojalá los hayan visto tantos jóvenes que los imaginaban demócratas y hasta tolerantes.

El presidente fue cuidadoso en el texto de su juramento, quizás debió serlo también advirtiendo a sus vicepresidentes para que repitieran exactamente lo mismo. Pero incluso quienes critican a estos están desconectados de la realidad: solo el presidente hace su propio juramento. A los demás se les toma juramento y las únicas palabras indispensables en su respuesta son ?Sí, juro?.

Revisen la juramentación de los congresistas, pueden encontrar de todo, hasta referencias a sus padres y abuelos, a líderes políticos y alguno juró hasta por su ?amada Pochita?, y por lo visto ya una ministra se contagió de esta costumbre. Es pues ridícula la crítica de quienes, sin fijarse en los hechos, pretenden deslucir este acto con su intolerancia.

El peligro del centro político es el aburrimiento, pero el presidente Ollanta Humala con este giro nos evitó un 28 aburrido y estoy seguro que a muchos de sus seguidores les gustó la jornada.

Esto es mucho más sano que la vieja costumbre izquierdista y populista de endurecer el ceño, radicalizar la crítica y hacer que unos pocos sean los malos de la película.

Es un buen comienzo, pero es solo el comienzo porque luego requeriremos medidas concretas y después resultados tangibles. Sigue leyendo