Archivo por meses: marzo 2011

Una campaña conservadora aburre e irrita (Los costos de las ofensas entre políticos)

El Comercio

Un excelente comentario de Enrique Bernales (El Comercio, 23/3/11) inspira este artículo.

Tiene razón en su aburrimiento e irritación porque la campaña es una de las de más bajo nivel que hemos visto. Creo que lo es, en especial, por la raigambre conservadora que preña candidatos presidenciales, periodistas y poder mediático. Ha llegado al extremo de mostrarnos a Ollanta Humala con un rosario en la mano proclamando un catolicismo que nadie le conocía. Desde el colegio me enseñaron a distinguir planos y si bien mi religión sustancia mi conducta política en más de 25 años de actuación pública nunca he traficado con ella para ganar votos. Por eso me indignó lo que vi en televisión. No es un gesto coherente con una práctica que se profesa, sino una forma burda de acercarse a un electorado ingenuo. Pero es el mejor indicador de lo que viene pasando. Hasta el temido candidato ‘antisistema’ del 2006 se ha vuelto conservador.

No es el único caso. Ya critiqué la tontería del ADN de peluquería que promovió Lucho Castañeda ofendiendo a Toledo, pero quiero enfatizar los costos de las ofensas entre los líderes políticos. Dejan huella y cierran las posibilidades de buen debate y de concertación. ¿Se imaginan lo que puede ser el Parlamento fragmentado cuando solo concertando entre bloques que vienen de esta campaña puede legislarse y ponerse orden en las instituciones?

Para cualquiera de los candidatos hacer propuestas serias no es rentable. Toledo lo ha hecho y ni siquiera logra titulares de segunda con ellas, trátese de educación, salud, juventud, deporte o del tema que sea. Pero en esta agrupación y en las otras hay propuestas que pocos conocen, porque ni los medios ni los reporteros le dan importancia y por tanto los candidatos aparecen hablando de lo que ellos preguntan y suelen resaltar. A la hora de evaluar las responsabilidades siempre son variadas.

A Enrique Bernales le preocupa el financiamiento de la educación y la respuesta la puede encontrar en la síntesis del plan de gobierno de Perú Posible en la parte titulada “Crecimiento y desarrollo para todos”. Buscando un crecimiento no menor al 6% anual se propone: Para mejorar la eficiencia, simplificar la normativa y racionalizar las exoneraciones; para mejorar la equidad se propone ampliar la base de impuestos directos; reducción de la evasión tributaria cuando menos en 20%, considerando nuevas medidas a implementar por la administración tributaria bajo esquemas similares a retracción, percepción tributaria, etc.; racionalización de las exoneraciones tributarias reduciéndolas del 2% del PBI al 1,6%; reducción del contrabando en un 50%. No listo todo ni es la parte del plan de gobierno en la que he participado, pero son conocidos los especialistas.

Hoy escuché al presidente Toledo responder a un canal de televisión sobre el financiamiento del aumento de los sueldos de los maestros, recordando el abultado monto de acreedores tributarios a los que el Estado no cobra por desidia o por complicidad y por supuesto que hay medidas que pueden ahorrar gastos innecesarios del Estado y el alto costo de la corrupción.

El problema es que no hay espacio para un debate de contenidos. Se requiere de conductores preparados –y que lean los textos de los programas– y de una audiencia que no bostece cuando se den cifras y argumentos técnicos. Payasadas como el látigo que usó un candidato y el discurso de plazuela que tuvo otro en el debate de los once no se deben permitir, porque dañan a todos.

Mi opinión es que la vocación conservadora de muchos medios y los que preguntan van de la mano con candidatos que no quieren o no pueden ir al fondo de las cuestiones que hay que debatir, porque saben que si lo hacen les caerá la quincha de los que se acostumbraron al llamado pensamiento único, libre de ideas que al introducir cambios les genera inseguridad. Sigue leyendo

Una campaña conservadora aburre e irrita: Los costos de las ofensas entre políticos

El Comercio

Un excelente comentario de Enrique Bernales (El Comercio, 23/3/11) inspira este artículo.

Tiene razón en su aburrimiento e irritación porque la campaña es una de las de más bajo nivel que hemos visto. Creo que lo es, en especial, por la raigambre conservadora que preña candidatos presidenciales, periodistas y poder mediático. Ha llegado al extremo de mostrarnos a Ollanta Humala con un rosario en la mano proclamando un catolicismo que nadie le conocía. Desde el colegio me enseñaron a distinguir planos y si bien mi religión sustancia mi conducta política en más de 25 años de actuación pública nunca he traficado con ella para ganar votos. Por eso me indignó lo que vi en televisión. No es un gesto coherente con una práctica que se profesa, sino una forma burda de acercarse a un electorado ingenuo. Pero es el mejor indicador de lo que viene pasando. Hasta el temido candidato ‘antisistema’ del 2006 se ha vuelto conservador.

No es el único caso. Ya critiqué la tontería del ADN de peluquería que promovió Lucho Castañeda ofendiendo a Toledo, pero quiero enfatizar los costos de las ofensas entre los líderes políticos. Dejan huella y cierran las posibilidades de buen debate y de concertación. ¿Se imaginan lo que puede ser el Parlamento fragmentado cuando solo concertando entre bloques que vienen de esta campaña puede legislarse y ponerse orden en las instituciones?

Para cualquiera de los candidatos hacer propuestas serias no es rentable. Toledo lo ha hecho y ni siquiera logra titulares de segunda con ellas, trátese de educación, salud, juventud, deporte o del tema que sea. Pero en esta agrupación y en las otras hay propuestas que pocos conocen, porque ni los medios ni los reporteros le dan importancia y por tanto los candidatos aparecen hablando de lo que ellos preguntan y suelen resaltar. A la hora de evaluar las responsabilidades siempre son variadas.

A Enrique Bernales le preocupa el financiamiento de la educación y la respuesta la puede encontrar en la síntesis del plan de gobierno de Perú Posible en la parte titulada “Crecimiento y desarrollo para todos”. Buscando un crecimiento no menor al 6% anual se propone: Para mejorar la eficiencia, simplificar la normativa y racionalizar las exoneraciones; para mejorar la equidad se propone ampliar la base de impuestos directos; reducción de la evasión tributaria cuando menos en 20%, considerando nuevas medidas a implementar por la administración tributaria bajo esquemas similares a retracción, percepción tributaria, etc.; racionalización de las exoneraciones tributarias reduciéndolas del 2% del PBI al 1,6%; reducción del contrabando en un 50%. No listo todo ni es la parte del plan de gobierno en la que he participado, pero son conocidos los especialistas.

Hoy escuché al presidente Toledo responder a un canal de televisión sobre el financiamiento del aumento de los sueldos de los maestros, recordando el abultado monto de acreedores tributarios a los que el Estado no cobra por desidia o por complicidad y por supuesto que hay medidas que pueden ahorrar gastos innecesarios del Estado y el alto costo de la corrupción.

El problema es que no hay espacio para un debate de contenidos. Se requiere de conductores preparados –y que lean los textos de los programas– y de una audiencia que no bostece cuando se den cifras y argumentos técnicos. Payasadas como el látigo que usó un candidato y el discurso de plazuela que tuvo otro en el debate de los once no se deben permitir, porque dañan a todos.

Mi opinión es que la vocación conservadora de muchos medios y los que preguntan van de la mano con candidatos que no quieren o no pueden ir al fondo de las cuestiones que hay que debatir, porque saben que si lo hacen les caerá la quincha de los que se acostumbraron al llamado pensamiento único, libre de ideas que al introducir cambios les genera inseguridad. Sigue leyendo

El Parlamento en la lucha contra el narcotráfico y la corrupción: Por una propuesta concertada

El Comercio

El narcotráfico es la fuente de los más graves casos de corrupción en el país y es la amenaza más grave para la sociedad peruana. Hemos pasado de ser productores de pasta básica a ser productores y exportadores de cocaína. Según la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Onudd) entre el año 2000 y el 2008 se incrementó esta exportación en 214%. Sigue aumentando el sembrío de hoja de coca, ahora en por lo menos 13 departamentos del país. Pero el Parlamento parece mirar a otro lado y estos no parecen ser sus problemas.

Con el narcotráfico aumentan los crímenes y ajustes de cuentas. Ya vemos en Lima hechos de este tipo además de los sicarios que cuidan a los mochileros que ejecutan parte del tráfico de estupefacientes, y hoy junto con los restos de Sendero Luminoso atacan a nuestras FF.AA. y PNP. Este es uno de los más graves problemas del país y amerita concertar propuestas para que el próximo gobierno sea eficaz en la lucha contra el narcotráfico y la corrupción.

Debemos detener el crecimiento de los cultivos de coca. Eso solo es posible con una gran inversión pública y privada que construya alternativas para esa población. Hoy el Estado tiene recursos y debe emplearlos para este objetivo. Pero el gobierno tiene que ser eficaz en la represión del tráfico ilícito de drogas y sus insumos químicos para que esa inversión tenga sentido.

No lo está siendo y es casi seguro que lo impide la corrupción como se refuerza en un reciente informe de IDL-Reporteros que dice: “Parecía una gran incautación de kerosene destinada al narcotráfico. Pero cuando un peritaje encontró que por lo menos parte de lo incautado era combustible para las aeronaves del VRAE, la posibilidad de que el turbo para el vuelo de los helicópteros termine utilizado para los vuelos de la cocaína demanda la investigación a fondo de lo que, si resulta cierto, sería un enorme delito”.

En el Congreso debería formarse una comisión ordinaria de lucha contra el narcotráfico que revise toda la legislación y actualice los instrumentos contra delitos que vienen ya globalizados y operan con tecnología moderna. Ese grupo de trabajo debe hacer un seguimiento permanente de lo que va ocurriendo, de los resultados positivos y negativos de la gestión de las autoridades que tienen que enfrentar este problema. Debe ponerles reflectores porque solo con transparencia se combate la corrupción, y debe asegurar la oportuna asignación de recursos para este fin que aunque es tarea del Ejecutivo debe deliberarse en el Congreso y a tiempo.

Hay que reforzar la Unidad de Inteligencia Financiera que este gobierno trasladó indebidamente a la SBS. Debe ser un órgano autónomo pero debe dar cuenta al país y al Congreso de los resultados de su gestión. La obvia reserva de los procesos no la excluye de la necesidad de rendir cuentas de su trabajo.

La lucha contra el narcotráfico es parte prioritaria de la lucha contra toda corrupción. Hay que revisar la legislación del Sistema Nacional de Control para que la contraloría pueda ser eficaz, y debe modificarse la forma de elegir al contralor porque nadie se fiscaliza a sí mismo y hoy se le designa únicamente al aprobar la iniciativa del presidente de la República. Podría elegirlo el Congreso previo concurso al cual presenten candidatos varios órganos especializados de alto nivel en la sociedad civil. Hay que premiar la transparencia y castigar el incumplimiento del deber inherente a todo órgano estatal.

Hay que modificar el procedimiento de investigación para que sea paralelo a la investigación fiscal o de la contraloría. Conocidas las denuncias contra los funcionarios, la comisión investigadora las traslada a la contraloría para que investigue y denuncie, o proceda a acusar constitucionalmente cuando corresponda. El informe establece responsabilidades políticas y modificaciones a las leyes pertinentes, cuando fuere necesario.

Para esto, el nuevo Congreso tiene que ser drástico e impedir que alguno de sus miembros resulte vinculado al narcotráfico. También debe espulgar al personal que trabaja en ese tema y acabar con el poder de congresistas que tienen asuntos pendientes con la justicia. De allí salen votos y maniobras que impiden que el Parlamento actúe con transparencia y eficacia. Sigue leyendo