El triunfo de Susana Villarán no es con las justas.Comenzó muy abajo y es por eso que no tiene alcaldíasdistritales. El salto mayúsculo lo dio en la coyuntura enque sacaron a Kouri, no por transvase de votos sinoporque allí se posicionó mediáticamente como lacandidata con más fuerza.
A Susana la atacaron sin piedad y con enormesfalsedades. A una demócrata que nunca defendió lalucha armada le han dicho terrorista. Jaime Bayly lodemostró en la noche de las elecciones, al protestar concasi todos los tabloides en la mano por las primeras planas del sábado cuando estabaprohibida la campaña. La calumniaron hasta en las horas de silencio obligado.
Esta coyuntura me recordó algo de lo que viví hace 27 años cuando acompañé a AlfonsoBarrantes en su victoria de 1993. Nos dijeron de todo. A mí me cuestionaron hasta mireligión y dijeron que corregí mi apellido materno por razones políticas para esa campaña.Quisiera que a estas alturas se den cuenta de su error, pero en nuestra política criolla novale sino la diatriba coyuntural.
Ahora dicen que Susana no podrá gobernar porque tiene un par de regidores de PatriaRoja y porque no tiene alcaldes distritales, que son otros gobiernos. Les voy a demostrarque es posible gobernar en grande y con grandeza y estoy seguro de que Susana lo hará.Pero tengo una cuestión previa. Quiero aclarar que Fuerza Social y Susana Villarán son laizquierda democrática de hoy. No heredan las taras, limitaciones ni prejuicios de ayer ytienen derecho a ser ellos mismos. Mostraré lo que hicimos con el liderazgo de AlfonsoBarrantes y con peruanos tan valiosos como Ángel Delgado (reforma tributaria, impuestode promoción municipal), Óscar Ugarte (vaso de leche) y muchos más que aquí no puedomencionar. Pero hoy esa Izquierda Unida ya murió y está surgiendo otra. Tiene que serdistinta porque el mundo lo es.
No hay izquierda democrática si no reconoce, de entrada, que solo se llega al Gobiernopor elecciones democráticas, no por golpe ni por vía armada. Esta es una opción quemarcó toda mi vida, y la compartí con Alfonso Barrantes porque lo acordamos en 1983,cuando me invitó a participar, y él fue ejemplar en cumplir lo que acordamos. Por eso,ambos enfrentamos a Sendero Luminoso sin medias tintas. Pero la democracia no es soloun método para elegir gobernantes, es una manera de gobernar.
Ahora que tantos dicenque es imposible que Susana gobierne con amplitud, este ejemplo puede servirle no paraimitarlo sino para hacer su propia creación heroica. Alfonso me visitó pocos días antes deque juráramos con un ejemplar de la revista “Quehacer” de Desco en la que escribí un artículo contra la ley que da mayoría absoluta a cada alcalde al margen de los votosobtenidos. Me dijo: “Nos convertiremos en dictadores”. Yo tenía una fórmula y se la dije:“Cuando en el debate no hayamos convencido por lo menos a una de las bancadas deoposición, yo te pediré que postergues el tema hasta la siguiente sesión. Con calmaevaluaremos si se han unido por fregar o si tienen la razón”. El resultado fue más del 90%de los acuerdos del consejo por consenso en los tres años.
El gobierno de Barrantes incorporó a las tres bancadas de oposición: Manuel Cáceda(PPC) encabezó el transporte urbano, Pedro Coronado (PAP) presidió la comisión depresupuesto y Lucho Castañeda (AP) encabezó la empresa administradora del peaje. Miscompañeros de bancada aceptaron que el protagonismo lo tuvieran quienes perdieron laelección. Yo sé que los pleitos al interior de Izquierda Unida y su ruptura por decisión de Alfonso nublan todo, pero podemos decir con la frente muy alta ante las diatribas conservadoras que fuimos un gobierno democrático desde todos sus ángulos. Algo más,nos investigaron hasta 1995 auditando nuestras cuentas hasta tres veces: no hubo ni uncaso de corrupción. ¿Por qué reciben así a Fuerza Social y a Susana Villarán cuando hayestos antecedentes? Solo pido un poco de consecuencia y de respeto por el otro, algoelemental para la democracia