Archivo por meses: noviembre 2010

Hablando de lealtades: Respuesta a Constante Traverso

El Comercio

Leí ayer en Hildebrandt en sus trece un artículo de un ciudadano que conocí hace unos 20 años y que, además del mal gusto de llamar San Alfonso del milagro a quien no le puede contestar, se ocupa de mí con falsedad. Nunca he sido Presidente del IU ni me propuse selo. Tras el Congreso integré una presidencia colegiada de ocho miembros, que era más o menos lo mismo que el Comité Directivo anterior que también integraba.

Cuando Alfonso comenzó el proceso de ruptura propuse, entre otros, un congreso bajo la regla “un militante, un voto”. Me encargaron su organización con una comisión en la que todos los partidos participaron y organizamos más de 400 congresos provinciales y distritales previos al Congreso de Huampaní de enero de 1989. Se inscribieron más de 150 000 ciudadanos y los que no teníamos partido éramos más de cien mil. Si Alfonso, que se inscribió y tuve el padrón con su firma en mis manos- hubiera asistido a este Congreso que tuvo presentes más de 3 000 delegados elegidos en los congresos previos, sin duda hubiera retomado el liderazgo y puesto sus condiciones. Su ausencia debilitó la posibilidad de cambiar lo que era sólo una alianza electoral de partidos.

El articulista habla de mi ambición por la candidatura presidencial y eso tampoco es cierto. Suelo contar una anécdota que se produjo un año antes en una relajada conversación entre Alfonso y yo. Alfonso comentó que un amigo le había dicho que él era el dueño de los votos de IU. Le dije que estaba equivocado, que él era el hombre de la unidad de la izquierda y que si rompía IU cualquier c… sacaría más votos que él. Era obvio que pensaba que la ruptura destruía las posibilidades de todos. En un seminario de la Comisión Sudamericana de Paz, en Caracas de 1991, dirigido por Juan Somavía y al que asistió el general Morales Bermúdez, Alfonso sostuvo que el pueblo lo había flagelado por dos razones: por la ruptura de IU y por su amistad con Alan García.

Tras el Congreso, junto con Gustavo Mohme y Jorge del Prado, hicimos reiterados esfuerzos por convencerlo de aceptar la candidatura y yo me negué a aceptarla cada vez que me la propusieron hasta que Alfonso se inscribió como candidato presidencial con algunos de los partidos de IU, sellando la ruptura. Allí había que defender el espacio político que tanta gente construyó trabajosamente. Para mí esa candidatura significó sacar la cara –en su peor momento- por la izquierda que integré y por peruanos muy valiosos que al quedar fuera de juego retrocederían lo avanzado en democracia. Más de medio millón de votos dejaron a varios de sus representantes en el Parlamento pero el daño de esa ruptura que fragmentó la izquierda es uno de los factores que elevó a Fujimori.

Ni siquiera quise ser parlamentario, permitiéndolo la ley de entonces al candidato presidencial. No entiendo cómo ese ciudadano me increpa lo que yo haya hecho en el Parlamento al que llegué en 1993, no por IU sino por el MDI, que formamos con Rolando Ames, Gustavo Mohme, Javier Iguíñiz, Óscar Ugarte, Gloria Helfer y Julio Castro, entre otros, cuando IU, cuando IU ya no existía. Existen los textos del MDI y de la IU, propuestas programáticas democráticas por todos lados pero prefiero hablar en primera persona: traté de construir una izquierda democrática y combatí siempre las tesis de lucha armada incluso desde mis clases en le Universidad. No he sido no marxista ni leninista y sí he propuesto un socialismo democrático. A diferencia del articulista, lo que pienso está impreso en más de quince libros y en muchos artículos de la prensa nacional. Izquierda Unida fue una apuesta democrática y se comprueba con la forma en que gobernamos Lima. La historia tendrá que reconocer el liderazgo de Barrantes haber hecho avanzar la democracia a pesar de varios componentes ideológicos en contrario presentes en todos en mayor o menor medida. La experiencia hizo avanzar. Es cierto que no avanzamos en relación al defecto que afecta a la mayoría de partidos, de izquierda, centro o derecha en el Perú: el caudillismo exacerbado que explica mucho de estas rupturas y que lo forjan no sólo líderes caudillistas sino seguidores que necesitan un caudillo como el articulista de marras. Tendrá que entenderse alguna vez que los partidos son asociaciones de ciudadanos y funcionan con reglas que se asumen libremente pero que todos cumplen. Y una de de esas normas es que siempre los líderes tienen que ser aves de paso.

Sigo siendo amigo de los que se fueron y de los que nos quedamos. Tienen derecho a criticar mi terquedad: yo no quise romper e hice toso lo que pude para impedirlo. Fui consecuente con que le dije a Alfonso en la primera conversación política que tuve con él en 1983, tras invitarme a ir como Teniente Alcalde: “Tú y los partidos son indispensables y los demás no debemos agudizar la contradicción.” Fue al día siguiente de la inscripción de la lista, que tuve que encabezar yo-recién llegado-, porque tras una discusión Alfonso se retiró y desapareció una hora antes del cierre del plazo para inscribir la lista municipal.

Solo una referencia a las torpes afirmaciones del articulista sobre Susana Villarán y Fuerza Social. Poner flores en la tumba de un amigo o de alguien al que uno quiere es normal y burlarse de eso es tonto y falto de mínima calidad humana. Fuerza Social no es la continuidad de Izquierda Unida ni de ninguno de sus partidos. Es gente mucho más joven que, salvo Susana y alguno más, no vivía en esa época. Déjenlos ser lo que quieran ser, con respeto.
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27 años después: El gobierno democrático del alcalde Alfonso Barrantes

El triunfo de Susana Villarán no es con las justas.Comenzó muy abajo y es por eso que no tiene alcaldíasdistritales. El salto mayúsculo lo dio en la coyuntura enque sacaron a Kouri, no por transvase de votos sinoporque allí se posicionó mediáticamente como lacandidata con más fuerza.

A Susana la atacaron sin piedad y con enormesfalsedades. A una demócrata que nunca defendió lalucha armada le han dicho terrorista. Jaime Bayly lodemostró en la noche de las elecciones, al protestar concasi todos los tabloides en la mano por las primeras planas del sábado cuando estabaprohibida la campaña. La calumniaron hasta en las horas de silencio obligado.

Esta coyuntura me recordó algo de lo que viví hace 27 años cuando acompañé a AlfonsoBarrantes en su victoria de 1993. Nos dijeron de todo. A mí me cuestionaron hasta mireligión y dijeron que corregí mi apellido materno por razones políticas para esa campaña.Quisiera que a estas alturas se den cuenta de su error, pero en nuestra política criolla novale sino la diatriba coyuntural.

Ahora dicen que Susana no podrá gobernar porque tiene un par de regidores de PatriaRoja y porque no tiene alcaldes distritales, que son otros gobiernos. Les voy a demostrarque es posible gobernar en grande y con grandeza y estoy seguro de que Susana lo hará.Pero tengo una cuestión previa. Quiero aclarar que Fuerza Social y Susana Villarán son laizquierda democrática de hoy. No heredan las taras, limitaciones ni prejuicios de ayer ytienen derecho a ser ellos mismos. Mostraré lo que hicimos con el liderazgo de AlfonsoBarrantes y con peruanos tan valiosos como Ángel Delgado (reforma tributaria, impuestode promoción municipal), Óscar Ugarte (vaso de leche) y muchos más que aquí no puedomencionar. Pero hoy esa Izquierda Unida ya murió y está surgiendo otra. Tiene que serdistinta porque el mundo lo es.

No hay izquierda democrática si no reconoce, de entrada, que solo se llega al Gobiernopor elecciones democráticas, no por golpe ni por vía armada. Esta es una opción quemarcó toda mi vida, y la compartí con Alfonso Barrantes porque lo acordamos en 1983,cuando me invitó a participar, y él fue ejemplar en cumplir lo que acordamos. Por eso,ambos enfrentamos a Sendero Luminoso sin medias tintas. Pero la democracia no es soloun método para elegir gobernantes, es una manera de gobernar.

Ahora que tantos dicenque es imposible que Susana gobierne con amplitud, este ejemplo puede servirle no paraimitarlo sino para hacer su propia creación heroica. Alfonso me visitó pocos días antes deque juráramos con un ejemplar de la revista “Quehacer” de Desco en la que escribí un artículo contra la ley que da mayoría absoluta a cada alcalde al margen de los votosobtenidos. Me dijo: “Nos convertiremos en dictadores”. Yo tenía una fórmula y se la dije:“Cuando en el debate no hayamos convencido por lo menos a una de las bancadas deoposición, yo te pediré que postergues el tema hasta la siguiente sesión. Con calmaevaluaremos si se han unido por fregar o si tienen la razón”. El resultado fue más del 90%de los acuerdos del consejo por consenso en los tres años.

El gobierno de Barrantes incorporó a las tres bancadas de oposición: Manuel Cáceda(PPC) encabezó el transporte urbano, Pedro Coronado (PAP) presidió la comisión depresupuesto y Lucho Castañeda (AP) encabezó la empresa administradora del peaje. Miscompañeros de bancada aceptaron que el protagonismo lo tuvieran quienes perdieron laelección. Yo sé que los pleitos al interior de Izquierda Unida y su ruptura por decisión de Alfonso nublan todo, pero podemos decir con la frente muy alta ante las diatribas conservadoras que fuimos un gobierno democrático desde todos sus ángulos. Algo más,nos investigaron hasta 1995 auditando nuestras cuentas hasta tres veces: no hubo ni uncaso de corrupción. ¿Por qué reciben así a Fuerza Social y a Susana Villarán cuando hayestos antecedentes? Solo pido un poco de consecuencia y de respeto por el otro, algoelemental para la democracia Sigue leyendo