Que nadie se entere

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Abrirás la puerta. La casa estará en penumbra, no habrá luz que se ubique en ese espacio de la sala, tan solo vagos rastros de la luz que emiten los postes y se proyectan escazamente por la ventana. El perro correrá hacia ti, tú no podrás notar en qué momento llegó hacia tus pies. Cerrarás la puerta con cuidado y no encenderás la luz, ya que estarás cansado, fatigado. Te sacarás lo que llevas en la parte superior del cuerpo hasta quedar semidesnudo y encenderás un cigarrillo. No querrás ver televisión ni encender la computadora. Querrás sentarte en aquel mueble que lleva años en la misma posición, donde se sentó tu padre contigo cuando eras niño. La oscuridad es bella. Notarás el humo que se esparce lentamente por la sala. Notarás que el silencio es hermoso cuando no hay ni una pizca de luz. Verás que el perro está sentado cerca a ti y lo mirarás intrigado. Ha cambiado mucho ese animal. Ha cambiado el color de su pelaje. Ha cambiado su ánimo. Te llevarás la mano al rostro y sentirás que el tiempo no es tan abstracto como te lo enseñaron en el colegio, sino que se ve en las personas y en todo aquello que te rodea. Verás que el tiempo ya consumió tu cigarrillo y que de él solo quedan cenizas en la alfombra. Te gustará la soledad, te adaptarás a ella. Oirás algunos sonidos de claxon. Oirás una de las puertas de la casa cerrarse con fuerza. Dirás que fue el viento barranquino de invierno el que azotó la puerta. Sentirás frío. Sentirás el viento que azotó tu puerta en tu cuerpo. Te levantarás y caminarás hacia la cocina. La cocina estará ordenada, ordenada como cuando tu madre terminaba de limpiarla y tú la veías. Así era tu madre, amaba la limpieza. Esa cocina se robaba a tu madre cada día, cada mañana. Ahora, recuerdas el rostro palidecido de ella. La recuerdas cuando te servía tu desayuno. Recuerdas sus ojos, su cabello y quisieras que te vea. Abrirás el refrigerador y cogerás el vino que está sin corcho. Por un momento te alumbrará la luz del refrigerador,pero lo cerrarás de inmediato. Darás unos pasos. La oscuridad haría que te pierdas; sin embargo, conoces el tramo hacia la escalera. Subirás cada peldaño apoyándote de la baranda. Arriba no se percibe ni un solo rastro de luz. Caminarás con el vino en la mano y semidesnudo por ese pasillo. Te quitarás los zapatos y los tirarás hacia adelante. Sentirás de nuevo ese frío intenso calar tus huesos. Empezarás a tiritar. Empezarás a sentir la soledad y el tiempo, el viento y la nostalgia. En la puerta de tu cuarto,voltearás el rostro hacia el cuarto de tu padre. Creerás verlo en el marco de la puerta, lo irás reconstruyendo finamente con cada detalle que te gustaba de él. Reconstruirás su mirada y sus canas. Querrás que tenga esa camisa que solía usar siempre. Querrás abrazarlo. Querrás que no se pierda en la oscuridad. La oscuridad es bella,pero insensible. La oscuridad jugará contigo.Te traerá brevemente a ese hombre que te llevaba en su carro a comer a Miraflores, pero luego, esa misma oscuridad te lo arrebatará. Querrás llorar. Pero, papá enseñó que llorar no solucionará nada. Papá enseñó eso. Tú agacharás la mirada y lanzarás un suspiro. Los suspiros son aliviadoras sensaciones del recuerdo. Ya no valdrá la pena recordar. Todo se acaba, todo se agota. Hasta el recuerdo se agota. Lo notarás. Lo has ido notando mientras caminabas por la casa. Has notado la ironía de vivir. Has recorrido ese túnel oscuro que es el recuerdo. La oscuridad ha dañado todo. Ha nublado los cuadros,las fotos en las que salías con tus padres, las puertas de los cuartos, el jardín, el comedor y todo lo que tus ojos vieron a diario,pero pensaste que no importaban nada. Ahora quieres ver esas cosas vanas. Ahora matarías por ver esa repisa y esos libros. Te animarás a prender la luz. Bajarás hacia la sala y notarás que el animal sigue reposando. Descalzo y muerto de frío, te acercarás hacia el interruptor principal. Encenderás la luz y verás que no hay nada en la casa,todo a desaparecido,ni el animal está. La casa está vacía. Tan solo hay un espejo donde termina la sala. Caminarás confundido hacia dicho objeto. Cuando estés cerca, te darás cuenta que tu reflejo no se ve por el espejo. Cuando voltees, la casa recuperará todo. Verás que están los cuadros,las fotos,el animal y, sobre todo,tu cuerpo echado en el mueble.

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