La turbulencia en los mercados externos obliga a pensar en ahorrar. La estrategia es diversificar hasta en tres tipos de monedas
Por Luis Davelouis Lengua
Es probable que los vaivenes del tipo de cambio, la subida del petróleo, las tasas de interés a la baja y el destino incierto de la bolsa, respecto de la realidad macroeconómica del país, lo tengan dándose de cabezazos contra la pared. Sobre todo si en algún momento –entre el 2006 y este año– cambió sus ahorros a soles (CTS y depósitos a plazo incluidos) y solarizó sus deudas.
Desde enero del 2006 hasta la fecha, el dólar se ha venido depreciando consistentemente frente al sol, desde S/.3,4522. a S/.2,957 (es decir, una caída de 14,34%). Esta tendencia debería continuar en el mediano plazo (al menos un año más) y la decisión que usted tomó con tanto miedo, rendirá sus frutos (ver infografía). No se equivoque, las tendencias son cíclicas y tal característica es más amiga de la diversidad que de la concentración.
La explicación de la caída se apoya en lo mismo que hace menos de dos años: crecimiento sostenido de la economía peruana, basado, sobre todo, en una robusta demanda interna.
Las cosas en EE.UU., por el contrario, no son tan auspiciosas. Al inmenso déficit fiscal que arrastra (desde hace mucho tiempo), y la velocidad a la que se endeuda, se suma esta crisis financiera que atraviesa, la peor desde la década de 1920. En suma, es una economía aletargada y con expectativas de inflación, lo cual probablemente impida a la Reserva Federal volver a bajar las tasas de interés para tratar de contrarrestar la desaceleración económica que enfrenta. Además, si como pretende el Ejecutivo estadounidense, el Congreso de ese país aprueba el paquete de rescate del sistema financiero por US$700.000 millones, la deuda se incrementará todavía más hasta un nivel récord de US$10’000.000 de millones (10 billones de dólares) como calculan algunos economistas como el superblogger Nouriel Roubini.
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