WASHINGTON [EL COMERCIO / AGENCIAS]. Tras cuatro días de violencia tanto en Gaza como en el sur de Israel el pronunciamiento del presidente electo Barack Obama ha sido discreto, lo que incrementa las preguntas sobre cómo enfrentará la situación del Medio Oriente en su gobierno.
Sin embargo para muchos árabes, el silencio de Obama, quien en este tema ha tratado de mantener un perfil bajo por respeto al gobierno de George W. Bush, es un claro indicio de que sus cambios en política exterior serán menores y lentos. Además critican el hecho de que Obama sí se haya pronunciado por los atentados en Mumbai, India.
“Quiere ser cauteloso y creo que va a mantener la cautela porque el conflicto árabe-israelí no es una de sus prioridades”, dijo Hassan Nafaa, politólogo egipcio y secretario general del Foro de Pensamiento Árabe de Ammán. Ante este mutismo, un grupo de protestantes a favor de Palestina se concentró ayer frente a su casa en Hawái.
MOMENTO OPORTUNO
Los analistas consideran que Israel programó los ataques para impedir que la situación en Gaza se convirtiera en la primera crisis internacional para Obama, entre otras razones. También consideran que la ofensiva contra Hamas podría afectar las iniciativas a corto plazo de la administración entrante.
“Los israelíes no quieren que esto sea lo primero con lo que se encuentre (Obama) cuando entre en la Oficina Oval”, dijo Steven Cook, experto en Estudios del Medio Oriente en el Consejo de Relaciones Exteriores. Sin embargo, apuntó que “claramente, complica cualquier esfuerzo por comprometerse en un vigoroso esfuerzo diplomático”.