El Comercio
En Wall Street, los mercados accionarios cayeron, debido a la ola de ventas de títulos de empresas ligadas al sector energía, así como por los nuevos problemas bancarios en el sector crediticio. A ello se sumó el dato de la inflación en EE.UU., que subió 0,8% en junio y aumentó un 4,1% en un año, la mayor cifra en 17 años. Por otro lado, el gasto real de los consumidores bajó un 0,2% en junio; mes en el que también se redujo un 2,6% el ingreso real disponible, pese a la voluminosa devolución de impuestos. Muy poco pesó en el ánimo de los inversionistas el abaratamiento del petróleo ligero de Texas, que por algunos momentos se situó por debajo de los US$120 el barril, y cerró en US$121,41.
Las bolsas latinoamericanas se desplomaron, presionadas por la fuerte caída de los precios internacionales de las materias primas, a consecuencia del aumento de los inventarios en la Bolsa de Metales de Londres y por los nuevos temores sobre la economía estadounidense. La plaza de Buenos Aires fue la más afectada, su índice de acciones selectivas (Merval) cayó 3,78% y retrocedió a su nivel más bajo en casi dos años.
El mercado bursátil local cerró la segunda sesión del mes con fuertes pérdidas, afectado por la baja de los precios internacionales de los metales. En el mercado de futuros de Londres, el cobre bajó 3,7% y el zinc 3,9%, lo que afectó la cartera de acciones mineras, que cayeron en 3,2%. A ello se sumó la preocupación de las malas cifras económicas de EE.UU. La acción que más perdió fue Vena Resources (-10%); y hubo un reducido volumen de negocios, con solo US$5,64 millones en 720 operaciones.