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“El Checho”, “Manteca” o “Goleador prehistórico” son algunos de los apelativos de este goleador argentino nacido en Río Cuarto, Argentina. Nació el 11 de enero de 1973 y llegó al Perú contratado por Ciclista Lima en 1992, 18 años durante los cuales no se ha cansado de anotar goles demostrando su valía dentro del campo de juego. Sin embargo, la crítica que se le da se funda en aspectos subjetivos y genera un error de conceptos en su valoración. Se detallará a continuación algunos argumentos que buscan valorar al jugador según criterios objetivos.
Como se mencionó al inicio, Sergio Ibarra ha jugado 18 años en tierras peruanas. En el lapso de estos años ha anotado 225 goles convirtiéndose en el máximo goleador del fútbol peruano superando a grandes goleadores como Oswaldo Ramirez (nada más y nada menos el autor de los 2 goles peruanos que dejaron a Argentina fuera del mundial de Mexico 70 en la Bombonera) o Waldir Saénz (goleador histórico de Alianza Lima). Si bien podría ser este criterio relativo por la evolución del fútbol y por el número de partidos, se da el caso de Germán Carty: este jugador comenzó su carrera en los mismos años que Sergio y tiene 140 goles pese a haber compartido el mismo escenario de fútbol evolucionado y jugado la misma cantidad de partidos (escasa diferencia 12 encuentros).
“El Checho” ha jugado en 14 equipos del fútbol peruano y en 3 del extranjero (siendo el más importante el Once Caldas, campeón de la Copa Libertadores y ex equipo de Johan Fano). Los equipos peruanos donde ha militado presentan diferencias notorias: Desde equipos protagonistas como Universitario de Deportes (2001) o el único campeón internacional peruano Cienciano, pasando por equipos de media tabla como Melgar (2008) hasta equipos inexistentes (o casi) como Deportivo Wanka (2000) o el glorioso Municipal (1997). Ha celebrado goles en 12 clubes, yendo desde los 7 en Unión Huaral hasta los 46 en Alianza Atlético.
Los mismos apelativos demuestran que es un jugador conocido y querido. “El Checho” o “El Manteca” remite a una relación de confianza, un trato como de amigo o familiar y “Goleador Prehistórico” muestra la importancia y a la vez los años del delantero de manera jocosa. El gaucho naturalizado peruano da una impresión de gran ser humano siendo asequible para la prensa (no tiene la pose de jugador arrogante) y con un gran sentido del humor.
Todo lo mencionado, señala que Sergio Ibarra es un jugador importante. Alguien que ha trascendido en el fútbol peruano siendo considerado un referente del área para los clubes que siempre han pugnado por recibir sus servicios pues, pese al paso de los años, su vigencia ha permanecido intacta. Ha demostrado ser un goleador de raza, aquel que tiene el instinto del gol y hace gritar de euforia a los aficionados del club donde juega.
Lamentablemente, la prensa deportiva critica a este jugador bajo criterios subjetivos como la calidad de sus goles o la edad. La irrelevancia de estos criterios hacen pensar que los periodistas están alienados, creen que están en Europa donde el dinero fluye a raudales causando comprar los jugadores técnicamente más dotados que, complementado por un exigente acondicionamiento físico, su nivel de performance es elevado. Al criticar a un jugador con esos criterios, los periodistas muestran un gran nivel de incoherencia, pues si seleccionan aquellos, sus aportes deben ser valorados subjetivamente comparándolos con lo mejor del periodismo deportivo mundial y por lo tanto su opinión es irrelevante, no son autorizados para dar información.
La principal función de un delantero es la efectividad, anotar todos los goles sean posibles sean bonitos, feos, raros, etc. Es como valorar a un trabajador por su aspecto y no por su productividad. Importa el resultado final, pues el fútbol ha pasado de ser un espectáculo a ser una industria. Si un equipo no gana, no va a tener aficionados que vayan al estadio o compren camisetas y para ganar se necesita hacer goles. El periodista que juzga, ¿lo hace aportando por amor a la profesión y al fútbol, o percibe un sueldo por cada opinión? El fútbol es el reflejo de la sociedad, no se puede juzgar con criterios subjetivos, que si bien existen, no son considerados per se porque todo se rige objetivamente, un economista ayudaría a constatar está afirmación.
Filipo Inzaghi, David Trezeguet, Luca Toni, Oliver Bierhoff, Peter Crouch o Fernando Morientes, todos estos jugadores son reconocidos mundialmente y son valorados por su oficio, hacer goles. ¿Alguien ha visto un gol de chalaca de Inzagui o una rabona de Toni? No, pues todos cumplen su rol: ser efectivos pese a que no lo hagan con la calidad requerida por los espectadores. Acá cabría preguntarle a Silvio Berlusconi que prefiere los goles de Ibarra o la calidad inocua de Manco.
Si bien a al amante del fútbol decirle que su gran amor ahora es una industria le ocasionaría una gran pena, no se puede quedar en el lamento y dejar que la prensa destruya más este hermoso deporte. No pueden ser justificados unos ataques subjetivos, no puede imponerse una capacidad de análisis que a la postre genera ignorancia. Es más fácil y honesto valorar objetivamente que criticar por gustos, prefiero dar números que interpretar y desmerecer a una persona, es mejor valorar el esfuerzo porque sentado no se hacen goles. Si tan fácil es criticar porque no se visten de corto y se hacen goleadores históricos.
Cada uno desempeña un rol y si se quiere juzgar, que sea objetivamente. Adelante Sergio, felicitaciones por tu alto desempeño y sigue con los éxitos,
EL MEJOR, EL CHECHO
C.S.
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