Hace algunos meses entré en la onda del Twitter y esto fue de casualidad, dado que ni chateo ni me gusta estar frente a una pantalla de televisión. Pero fue cosa curiosa que yo me ponga a hacer zapping y que en eso diera con una serie gringa famosa, pero cuyo nombre ni recuerdo. Se trataba del drama de un hombre mayor desempleado que estaba muy incómodo pues a pesar de sus logros y reconocimientos como agente publicitario estaba marginado por la edad. Se había presentado a una entrevista de trabajo y no lo habían seleccionado. Le contaba esto a su esposa, quien sí estaba muy al día en lo que era medios de comunicación. Su esposa le preguntó acerca de la entrevista, y él enfadado le dijo que solo le había preguntado por su usuario !Twitter! ¿pero qué es Twitter?, dijo él indignado cada vez más. Ella soltó una carcajada y le explicó brevemente que era un miniblog, que ya varias veces se lo había dicho, pero como a él esas cosas no le interesan… !Uyyyyyy! Por supuesto que ni corta ni perezosa me puse a ver qué era aquello que yo también ignoraba como aquel pobre hombre. Así llegué a la comunidad. Invité a varios amigos reales, pero yo sola quedé e hice nuevos amigos virtuales. Me quedé y tweets y tweets, una y otra vez. Hasta hacerme adicta. Lógicamente, como en todo uno encuentra cosas interesantes y otras no tanto. Uno busca sus querencias o sus carencias, y de algún modo las encuentra. Aprendí a resumir, a Retwittear, y a aplicar ciertas herramientas que iban apareciendo, ciertos vínculos amigos que me indicaban cómo hacer la cosa más fácil (o más difícil para mí) y manejar más cuentas a la vez (Tweedesk,Birdfeed, Uber Twitter, Twitter feed, etcétera…). Preferí volver a la simpleza twitter, y respiré tranquila. Hoy que he pasado los 3 mil 261 tweets, veo que he tratado de todo lo que pasaba por mi cabeza el dolor personal, el acontecer social, la chacota, en fin, que un momento pensé que estaba más perdida que en un mercado chino pues todos twitteaban de todo lo que les venía en gana y todos “hablaban” solos. Me di cuenta de que ciertos hechos sí nos hermanaban como lo sucedido en Haití, o hasta lo de las últimas elecciones de Chile, lo de Chávez, lo del Chino, lo del cholo (racismo) y sobre todo nuestro representante político actual. Me volví un avatar. Recibía abrazos, besos virtuales, quizá una que otra zancadilla, recibía regalos también. Un día uno de mis virtuales se actualizó y me preguntó por qué tanto tiempo pasaba twitteando. Recién caí en cuenta de que era por mi soledad y que había hecho de eso mi mundo como muchos de los de mi comunidad twittera. Decidí hacer una cura contra eso, de prácticamente 8 horas quise pasar a una hora. Imposible. Los extrañaba y quería saber de ellos y hacía la trampa, entraba y de nuevo tweets y podía quedarme todo el día, toda la noche… Hace poco otro twittero-bloguero me invitó a una reunión de blogueros colombianos y peruanos. De hecho por cuestiones personales no podía ir, pero !yo no soy una bloguera! humildemente twitteo y RT, pero nada más. Confieso que me sentí triste pues me di cuenta de que me había acostumbrado a los 140 caracteres y ya no quería esforzarme más…ni escribir ni leer más de 140…
Este mi blog estaba desfasado, ya no escribía nada en él, tanto así que hasta la clave me había olvidado…como salida a mi adicción Twitter pensé en recuperarlo, actualizarlo, quererlo, y dije !ya encontré mi cura contra mi adicción twitter!

Mi twitter, mi juego,mis reglas… y como los ninos !yo estaba de cabeza!
Los dejo con una canción muy mona.


Puntuación: 0 / Votos: 0