…érase una nube, érase uno echado frente al mar.
la nube le dijo: “sálvame y no me sueltes”.
uno la salvó y no la soltó.
la nube nuevamente le dijo: “sálvame y no me sueltes”.
el uno la salvó y no la soltó.
la nube nuevamente insistió y le dijo: “sálvame y no me sueltes”.
otra vez el uno la salvó pero la soltó…
la nube se fue llorando entre la espuma del mar y él se achicharró sin desesperación…

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