Estoy con ganas de escribir sobre la Mala, sí la que rapea y deja a más de uno con la imagen de una irrespetuosa que gusta de escandalizar con su lenguaje procaz. Pero, la Mala es buena en lo que hace y lo que hace es enunciar acerca de una parte de nuestra sociedad en general. Esa parte oscura y lúgubre de una juventud que existe y que tiene todo el derecho de manifestarse.
Por un programa de televisión llegué al grupo de los Blacks, el barbero y Tisha, y a partir de ellos llegué a la Mala. Los primeros manifiestan el vivir de los jóvenes del Callao, pero de aquellos que no tienen nada, ni esperanzas. Esos existen, !eh! Muchos de estos chicos marginales conforman bandas, barras bravas, que caen en drogas y prostitución y otras historias que como sociedad nos apesta y queremos esconder. Pero ahí están y ahí estarán.
Y bueno, los de Calle Trece y Nelly Furtado, y los de Calle Trece y la Mercedes Sosa. Sí, Mercedes, la negra, cantó con estos chicos y le salio buena, y La Mala y los de Calle Trece, salió mejor. Su música tiene fuerza, la fuerza que proviene de los jóvenes, de los irreverentes, de los extremos.
Estos iconos de la música son modelos que copian los jóvenes; sienten esta música más cercana a su realidad que cualquier otra. Me pueden decir que estos chilllidos malsonantes no son dignos de imitar; pero así es la realidad, una malsonante sinfonía en la que estamos inmersos todos.
Vale la pena escuchar a la Mala, en malabarismos juega con el lenguaje, creando una atmósfera que nos deja !Wow!

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