No soy una persona presta a realizar todas las actividades de la casa (conocidas tb como quehaceres domésticos), pero suelo ingeniarmelas cuando es necesario.
Lo cierto es que a lo largo de toda mi vida (que aún no es muy larga) hemos tenido siempre en casa a alguien que nos apoye en todas esas cosas, personas con las que compartimos gran parte de nuestras vidas, algunos momentos malos y unos tantos emocionantes. Pero ninguna de ellas calo tan profundo como las personitas que estuvieron cono nosotros estos últimos 5 años.
Una niña que llego temerosa y asustada de Puno, pero que aprendió rápidamente como ayudarnos y que tuvo siempre una sonrisa para nosotros, y luego llego su primita, otro ángel que se robó el corazón de mis sobrinitos.
Ellas eran discretas pero muy acomedidas, silenciosas pero curiosas a la vez, muy hábiles y tiernas. Por todas estás razones nos sorprendió mucho que hace un mes nos dijeran que se iban porque querían regresar a su pueblo a convertirse en las nuevas representantes de su música, para esto se iban estado preparando en un academia en la que les enseñaron a tocar instrumentos de percusión.
Nosotros no tuvimos más opción que la de apoyarlas en esta decisión, y de desearles toda la suerte del mundo en este nuevo camino. Ya ha pasado uno semana desde que se fueron, y si bien ya hace unos días llego su reemplazo “físico” siento que conforme pase el tiempo va ha ser más dificil llenar el vacío que han dejado, su carisma y sensibilidad son cosas que siempre recordaré; y deseo de todo corazón que les vaya muy muy bien en está nueva etapa, y ellas saben que aquí siempre estará SU FAMILIA.