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Qué hacemos cuando el martillo no chanca

Se supone que el “martillo” iba a aplastar al COVID. Eso no ha ocurrido. Necesitamos un plan B que parta del realismo, por más duro que sea. Aceptar y comunicarle a la población que no habrá vuelta a la “normalidad” tras la cuarentena. Y usar todos los instrumentos a nuestra disposición, corrigiendo rápidamente cuando corresponda, entendiendo que todo suma.

La cuarentena era el martillo que iba a aplastar al COVID-19. La medida dura, dolorosa incluso. El gobierno recibió aplausos iniciales, pese a que el resultado inevitable era un infarto económico. A fin de cuentas, la recompensa prometida era vencer a la epidemia y con ello a la amenaza que representa para los peruanos.

Esa victoria nunca llegó. Debemos aceptarlo. No tiene sentido intentar tapar el sol con un dedo. La curva se ha aplanado, pero la evidencia hasta el momento sugiere que no lo suficiente. No lo podemos confirmar con las cifras oficiales de casos reportados, que no son muy confiables. Pero sí con medidas más precisas como hospitalizaciones, internados en UCI con ventilación mecánica y defunciones, que parecerían mostrar solo una modesta reducción de la pendiente.

El objetivo de la cuarentena no era aplanar la curva. Era chancarla. Lograr que el reloj retroceda varios meses.

Un martillo blando e impreciso
Hagamos un poco de historia. Hace cinco semanas un estudio del Imperial College (IC) de Londres cambió radicalmente la visión de muchos gobiernos. Señaló que mitigar (o aplanar la curva) era insuficiente.

Hasta ese momento se había instalado la idea de que aplanando la curva se permitiría que el número de hospitalizados (y principalmente aquellos que requieren servicios de UCI) estuviera por debajo de las capacidades de los sistemas de salud. El objetivo era obtener inmunidad de grupo (herd immunity) en un plazo prolongado: que un porcentaje suficientemente alto de la población se contagie, y deje de ser susceptible al virus y así este desaparezca, pero sin desbordar el sistema de salud. Se evitarían así muchas muertes. La idea era intuitiva.

Pero incorrecta. Los modelos epidemiológicos de IC (usando data real) decían que una curva aplanada sobrepasaría varias veces las capacidades UCI de cualquier país. Mitigar no iba a funcionar. Había que suprimir. Eran necesarias cuarentenas generalizadas que lleven R muy por debajo de 1, como en Wuhan. O sea, el martillo.

El estudio también recibió críticas. Tal vez la más válida es que asumía que luego de una cuarentena generalizada se soltaba. Y como muy poca gente se había contagiado e inmunizado –debido precisamente al éxito de la supresión–, meses después habría un rebrote. Parecía que solo se estaba pateando el problema.

Ante esto, el español Tomás Pueyo añadió que luego de la supresión no se podía simplemente soltar a ver qué pasa. Había que bailar: tomar acciones de acuerdo con cómo vinieran las cosas. Soltar y ajustar. El martillo para ganar tiempo y el baile para luego.

Algunos países han retrocedido el reloj sustancialmente con la supresión. China es el caso emblemático, pero no es el único. Nueva Zelanda es tal vez el mejor ejemplo. Recientemente otros países (Australia, Austria, Suiza, Dinamarca, Alemania) también han logrado que sus casos activos caigan: pocos nuevos casos y muchas recuperaciones.

Ese no ha sido, lamentablemente, nuestro caso.

¿Qué pasó? No sabemos bien. Los medios resaltan los casos de violación de cuarentena. Una foto impacta. Pero la data dura de Google Mobility indica caída de hasta el 90% en el número de contactos en espacios públicos de comercio y recreación. Es una de las más marcadas de América Latina.

Parte del problema es el número de personas promedio en nuestros hogares dadas las condiciones de habitabilidad. Pensemos en un caso extremo para entenderlo. Imaginemos que cada peruano viviera solo. Si nos quedamos todos 2 semanas en nuestras casas, la epidemia desaparecería. Los infectados no contagiarían a nadie encerrados en su casa.

Pero no vivimos solos. Mientras más grande la familia, mayor el número de contactos. En un hogar de 5 personas, cada infectado puede contagiar a los otros 4 y así esparcir la epidemia. El riesgo es aún mayor cuando cohabitan desde nietos hasta abuelos en predios que carecen de condiciones sanitarias adecuadas. Además, la densidad poblacional en predios/vecindario es alta. No voy a trabajar pero converso con vecinos o voy con frecuencia a la bodega.

Más allá de las razones que lo explique, no hemos logrado vencer la epidemia a martillazos. ¿Qué tan cerca nos hemos quedado?

Para saberlo necesitamos estimar R, el número efectivo de reproducción, y que determina la evolución de la epidemia. R mide el numero de personas que el infectado típico contagia y es una función del tiempo que el infectado contagia, del número de contactos que tiene, de la probabilidad de que contagie por cada contacto y del porcentaje de la población susceptible al contagio. R>1 y la epidemia sigue creciendo. R<1 y empieza a ceder. El objetivo original era martillar R muy por debajo de 1.

No podemos estimar R con la evolución reportada de contagios. La información es muy mala. No sabemos ni cuántos contagiados hay de verdad, ni a qué tasa crecen. No hay ni pruebas moleculares suficientes ni protocolos rigurosos.

Pero sí podemos estimar R con el número de hospitalizados y fallecidos. No directamente de una fórmula. Pero si indirectamente. Para ello usamos un modelo epidemiológico SEIR (Susceptibles, Expuestos, Infectados y Removidos) en la calculadora epidémica (https://gabgoh.github.io/COVID/index.html).

Encontramos que un R alrededor de 2 nos permite replicar aproximadamente la trayectoria reciente de hospitalizados y muertos. Hay varios parámetros que determinan el estimado de R y por ello imposible dar un número exacto. Pero si podemos decir con mucha certeza que la información disponible hasta hoy (viernes 17) sugiere que nos hemos quedado por buen margen. Y que parece bastante posible que incluso con una cuarentena generalizada y prolongada como la actual no podamos llevar R debajo de 1.

Hemos pagado los costos de la supresión con los (magros) beneficios de la mitigación. A menos que la información de los próximos días cambie sustancialmente, todo indica que como mínimo necesitamos un plan B.

Un choque de realismo para poder avanzar
Aunque la cuarentena estaba plenamente justificada en un inicio, la gran mayoría de peruanos necesita generar ingresos de forma más urgente. ¿Qué hacemos ahora si como parece no hemos controlado la epidemia?

No podemos subestimar la magnitud del reto que tenemos por delante.

Para una dosis de realismo usemos palabras recientes de la canciller alemana Merkel (doctora en Física): “si R se mantiene en 1.2 –es decir de cada cinco personas contagiadas una infecta a dos y las otras cuatro infectan a una–, se alcanza la capacidad de salud alemana en julio. Para que vean qué poco margen tenemos”. Imaginemos nosotros cuando nuestros cálculos dicen que estamos en 2. Y no somos Alemania.

El gobierno debe ser realista. Aceptar que la supresión no está funcionando como debería. Que los puntos de inflexión o de quiebre deberían ser obvios. La cuarentena no ha sido suficiente y tenemos que continuar la lucha contra el COVID-19 por otros medios.

Ser realistas implica no confundir a la población. Una muestra de lo que no hay que hacer son las pruebas. Está ampliamente aceptado que las adecuadas para diagnosticar el virus son las moleculares (https://www.paho.org/es/documentos/directriceslaboratorio-para-detecciondiagnostico-infeccion-con-viruscovid-19). Es decir, aquellas que identifican marcadores genéticos únicos al COVID-19.

Como no las adquirimos a tiempo ni en cantidades suficientes, estamos usando las serológicas, llamadas pruebas “rápidas”–también existen moleculares rápidas, que tampoco hemos conseguido–, que detectan el desarrollo de anticuerpos.

Estas pruebas tienen un alto porcentaje de falsos negativos – como lamentablemente hemos visto con el excongresista Ushñahua– en la primera semana de infección (y de falsos positivos posteriormente). No deben usarse para diagnosticar. Deberían ser únicamente usadas en una etapa posterior –cuando un porcentaje signifi cativo de la población esté contagiado– para identificar quiénes contrajeron el virus aún siendo asintomáticos y presumiblemente están inmunizados. Y así permitirles retornar al mercado laboral (sin riesgo de contagiar o ser contagiados).

Incorporar ambos tipos de pruebas (molecular y serológica) al “conteo” diario de pruebas o considerarlas “equivalentes”, como está haciendo el gobierno genera incertidumbre sobre el uso que le estarían dando a las pruebas serológicas. El INS/MINSA tiene un protocolo supuestamente orientado a mitigar el problema de falsos negativos —tomando una segunda prueba “rápida” siete días después— pero más allá de su eficacia, es incierto si siquiera están siguiendo el protocolo de manera rigurosa. Tampoco hay claridad sobre qué se hace con las personas durante la semana entre la primera prueba serológica negativa y la segunda de descarte (¿aislamiento?).

Debemos también aceptar y comunicarle a la población que no va a haber vuelta a la “normalidad” (ni cercanamente) cuando acabe la cuarentena. Una gran mayoría de la población cree que, con la excepción de espectáculos multitudinarios, sería básicamente back to business.

No será así. Debemos ser conscientes de que si no nos cuidamos obsesivamente y actuamos en todos los frentes, enfrentamos un escenario espeluznante. El riesgo a la salud de la población es inmenso. No es generar pánico. Es decirles la verdad.

Armado con la verdad (y la confianza que todavía genera en los peruanos) el presidente puede recomenzar. ¿Por cuál camino?

Del martillo al dique
El camino NO puede ser buscar la inmunidad de grupo. Esta estrategia resultaría en centenares de miles de muertos. En países con testeos masivos –como Alemania y Corea– la tasa de letalidad naif (muertes divididas entre casos) está entre 2.2% y 2.9% (y creciendo continuamente en las últimas semanas). ¡Y estamos hablando de Alemania y Corea! Pero supongamos que por el subreporte de casos la letalidad sea menor al 1%-2% aceptado como real. Usemos 0.5%. Con 25 millones de peruanos infectados para obtener inmunidad de grupo, esto implicaría fácilmente 125 mil muertos.

Casi seguro serían muchos más. Una vez que sobrepasamos la capacidad de UCI, la probabilidad de muerte es prácticamente 100%. Todo aquel que necesita ventilador y no lo tiene, fallece. Si usamos parámetros internacionales (https://science.sciencemag.org/content/early/2020/04/14/science.abb5793) y asumimos que 1.3 % de los casos necesitan UCI por 10 días, necesitaríamos una capacidad de atención de 3.25 millones de días UCI en los próximos meses. Es un nivel inimaginable. Tal vez terminamos ahí pero no puede ser nuestro plan B.

El único camino posible es, por el momento y con la información disponible, una estrategia de ”diques móviles”. Buscar minimizar dentro de lo económica, social y políticamente tolerable y posible la presión sobre el sistema de salud. Y esperar a que en los próximos 12-18 meses haya un tratamiento o vacuna efectiva. Necesitamos comprar tiempo de otra manera.

Este camino exige usar todo lo que sea posible. No es perder el foco sino entender que todo suma. No podemos darnos el lujo de descartar nada.

Debemos disciplinadamente generar un mecanismo para aprender, adecuar y mejorar. Necesitamos ciclos de aprendizajes hipercortos y corregir rápidamente lo que no funciona. Como en una guerra. Moviendo y adecuando nuestras defensas (diques), donde se requiera. Conscientes también de que repliegues tácticos (endurecer las medidas) pueden ser necesarios. Cuando el enemigo te está arrasando.

Ese aprendizaje no es ni automático ni obvio. A veces pareciera que la curva que más se ha aplanado es la de aprendizaje del gobierno. El tremendo esfuerzo de la población debe ser a cambio de una estrategia articulada de salida de nuestras autoridades. Una estrategia que hasta el momento no es visible.

Atrás quedó la decisión trascendental y acertada de la cuarentena, para poco a poco ir perdiendo el paso. Reacciones tardías, mensajes y acciones confusos (pruebas, protocolos de admisión, restricciones a movilidad, medidas económicas, etc.). Son muestras de un gobierno que se queda sin ideas y quizás hasta se autoengaña.

¿Por dónde empezar a corregir? Por lo obvio: expandir las capacidades de hospitalización y UCI, que requiere mucho más que una combinación de camas con ventiladores. Era muy importante si el martillo funcionaba. Es literalmente de vida o muerte ahora que parece que ello no ha ocurrido. Es fundamental el recurso humano (intensivistas y otro personal especializado en UCI), que no puede ser “adquirido” tan fácilmente. La distribución geográfica de las capacidades UCI también es importante. Es necesario que el Estado esté preparado para reasignar y movilizar recursos (desde ventiladores hasta personal médico) a lo largo del territorio. También que los protocolos de admisión para hospitalización eviten el rechazo de personas con signos evidentes de la enfermedad ante la ausencia (y las deficiencias) en las pruebas.

También se vuelve más urgente la necesidad de testear, rastrear y aislar. No vamos a ser Corea o Singapur, pero hay espacios significativos de mejora.

Esto nos podría en teoría ayudar a reducir R. Y brutalmente. El principal canal es que la duración de la infección relevante –es decir la etapa en la que el infectado contagia a otros– cae ya que al aislarse deja de contagiar. Por ejemplo, mientras que el periodo de infección biológico dura hasta 14 días, la identificación temprana de infectados puede lograr que esparzan la enfermedad solo por 2 o 3 días. ¡Es decir solamente ese factor puede reducir, en teoría, R hasta la séptima parte (=2/14)! No es lineal y no va a ser tan dramático, pero da una idea del potencial.

Esto debe ser complementado por otras medidas low tech que venimos sugiriendo hace varias semanas (“Ideas para una estrategia de salida” y “Perú y la cuarentena: ¿cuándo y cómo salimos?”) como uso obligatorio de mascarillas, jabones, aislamiento de ancianos y grupos vulnerables. También debemos incluir muchos más termómetros en espacios públicos. Pensar en el uso de “pasaportes inmunológicos” probablemente sea prematuro, dadas la poca confiabilidad en la aplicación de pruebas hasta el momento.

También debemos empezar a ver cómo aprovechamos perfiles demográficos como guía para reincorporar de forma más activa a la población de menor riesgo (jóvenes y mujeres), dada su menor tasa de letalidad. Y aplicar criterios geográficos en algunas decisiones.

Fundamentalmente la población debe ayudar, concientizada de la gravedad de la situación. El R no es solo una característica biológica de la epidemia. Es fundamentalmente el resultado de lo que hace la gente. Y para que la gente actúe, esta debe ser completamente consciente de la gravedad de la situación.

Ello nos devuelve a la importancia de que el gobierno, con el presidente a la cabeza, proteja su credibilidad con información veraz, oportuna y realista.

Con estos cuidados, se tiene que empezar a abrir pronto la economía, gradual e incrementalmente, en función del riesgo y la capacidad de mitigación, de manera de reactivar el aparato productivo y proteger hasta donde sea posible los puestos de trabajo. Para ello se requieren protocolos bien definidos, debidamente validados y rigurosamente implementados (con requisitos cumplibles). El gobierno tiene que ser pragmático. No se necesitan grandes estudios para entender que hay sectores formales que presentan riesgos mitigables e importantes beneficios (en términos de divisas, impuestos y empleo).

La población que opera en un entorno de informalidad debe estar informada sobre el peligro latente que representa la epidemia. Esto requiere de datos detallados y precisos que puedan ser compartidos con asociaciones de comerciantes, juntas de vecinos, etc. Los actores informales, cuando son conscientes de la gravedad de la epidemia, han sido los primeros en implementar medidas low tech (círculos plasmados en el piso para mantener el distanciamiento en mercados y venta de mascarillas a la entrada de establecimientos, por ejemplo). La razón es sencilla, y es que ellos son los más vulnerables frente a la paralización.

El reto es enorme pero el país puede estar a la altura si se le dice la verdad, por más dura y cruda que sea. Es el ingrediente principal. Sin verdad no habrá dique que contenga la epidemia.

Lo tiene claro otra mujer, también alemana y doctora (aunque en medicina) como Merkel, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, “no se puede superar una pandemia de esta velocidad o esta escala sin la verdad. La verdad, sobre todo: los números, la ciencia, la perspectiva, pero también sobre nuestras propias acciones”.

Deysi Cori Campeona Mundial Juvenil de Ajedrez

Hoy me desperté tranquilo, reposado y aprovechando unas cortas vacaciones dormité más de la cuenta. No tenia motivo para sobresaltos pero recordé que los hermanos Cori habían disputando la última ronda del Mundial Juvenil de Ajedrez en la India durante nuestra madrugada. El día de ayer estuve viendo los resultados de ambos en la página de Chessbase. El menor de los Cori andaba muy rezagado y estaba jugando muy mal, presumo yo debido a alguna enfermedad o dolencia. No encuentro otra explicación a tan bajo resultado pero podemos confiar en su juventud y talento para obtener mejores resultados en próximos torneos.

Deysi en cambio, superando a connotadas rivales del orbe, sumo un punto de oro en la última ronda y espero la derrota de la hasta entonces primer lugar, la rusa Olga Girya. Le favoreció la suerte al final pero supo aprovecharla y como dicen tuvo la suerte de campeona.

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Conocí a Deysi Cori cuando tenía solo 10 años y jugamos una partida durante un Selectivo al Zonal Sudamericano del año 2003. En ese entonces disputamos una súper teórica línea de la Variante del Dragón de la Defensa Siciliana. Le gané muy rápido debido sobre todo a su desconocimiento de la variante, pero ella no se amilanó en ningún momento y lucho hasta el final. No dudo que sus conocimientos de aperturas la hayan ayudado mucho ahora lo que se puede palpar en sus partidas.

Desde estas líneas mis más sinceras felicitaciones y todo lo mejor para su carrera de ajedrecista. ¡Deysi, la meta ahora es el mundial absoluto!

La mejor de las suertes, Renzo

PD: ¿mínimo los Laureles Deportivos no?

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Fedor Emelianenko vs Antonio Silva

Esta es una de las mejores peleas que he visto. Sucedió entre una de las leyendas vivas más exitosas como es el ruso Fedor Emelianenko y Antonio Silva, un brasileño que se ha convertido poco a poco en un ícono de las artes marciales mixtas. Aquí la pelea:

Al final Silva se acerca a Emelianeko, se arrodilla y le dice que el (Emelianenko) fue, es y será el mejor de todos los tiempos y que nunca podrá haber alguien que siquiera lo iguale. En verdad un final épico para una lucha titánica.

Saludos, Renzo

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Volver al cuerpo (del milagro posible en las heridas)

Extraordinario post de Vinka Jackson, escritora chilena de quién soy admirador y seguidor.

August 19, 2009

“Como si la hazaña no consistiera en ser vulnerable” (Marguerite Yourcenar)

Se supone que deba escribir seriamente esta noche (para una charla sobre abuso y reparación) y sin embargo quiero tenderme en un diván de terciopelo, completamente desvestida y sólo llevando en el cuello un pendiente donde se refleje la luna o el mar, cual Rose de Titanic. Aunque sin esperar a que nadie me dibuje, porque mis trazos y colores los decido yo. De todos modos, puedo dejar que me toquen, que abran suavemente la línea que separa mis piernas y en ese tacto arquearme toda, muy alto, hasta quedar colgada de un hilo directo al cielo. Como un móvil en pleno espacio, verme de lejos y constatar que mi péndulo de carne y hueso no necesita oscilaciones bruscas y cíclicas para dar con su centro: mi médula de organza, el exacto medio de mí que es blando y suave, capaz de volar, cantar y comer semillas, a veces, como un pájaro haría.

Entre migraciones y gratitudes, como las aves justamente, es que me doy a luz. En toda mi envergadura, a mi velocidad justa, soy. Me forjo, yerro, encuentro el rumbo y me descarrilo, a veces con estrépito y otras, muy íntima y silenciosamente, en el pequeño-inmenso territorio que soy. Hay tantas formas de estar viva; tantas versiones de respirar, paralelas y engañosamente unísonas. Si presto atención, cada una es una melodía y en el aire se teje un pentagrama barroco donde reverencias y fugas son la respuesta natural, supongo, frente a la inmensidad sagrada de lo que ni sé cómo nombrar.

Crezco.
Me constato creciendo en un caos de música, palabras (y sus silencios respectivos) y ángeles (o algo así, mis hijas), y de esa alquimia perfecta que sólo se da entre una mujer y un hombre que conservan sus nombres y contornos, con más fuerza, precisamente gracias al amor. Ahí puedo tenderme, soñar o levantar algo: un hogar, una trayectoria, o apenas un dedo para señalar que amanece y que vale la pena poner atención a ese momento que nunca es igual. Millones de años y la belleza se las arregla para no perder originalidad ni por un segundo. Siglo tras siglo, día tras día, ningún rocío se distribuye igual que otro sobre la hierba, jamás la luz cae de igual forma sobre las ventanas del mundo.

Junto al cuerpo que despierta y me presenta a una mujer que no conocía hasta ahora, nada se siente igual, tampoco. El corazón muta cuatro estaciones por hora, o al menos por cada día y cada noche. La vida muere sin tregua en presente, y por darle esa libertad es que se queda y, en el fondo, nunca muere del todo. Sobre pilas de hojas, pétalos y plumas vencidas, quedan risas, ternuras, todo de nosotros. Por el universo andan fotografías diminutas que retratan los ojos de mis hijas, la buena voluntad del hombre que amo, las sonrisas dulces y misteriosas de mis amigas y amigos, mi alegría profunda por el privilegio de gozarlos a todos ellos, y de gozarme, que es ganarme, en otras palabras. Correr la carrera conmigo y no dejar que lleguen primero mis sombras y espectros, que también tienen derecho a correr, no está de más decirlo para que ellos sepan y confíen (y en esa confianza descansen), pero quien lleva la antorcha y recibe la coronita de laureles tengo que ser yo. No puede ser de otro modo. Y es desde el triunfo que hablo de “ganar”, pero también desde el ganar-me para estar simplemente de mi lado; cómplice absoluta; fan número uno de los empeños de mi espíritu desprolijo y porfiado, pero tan constante que conmueve. A mi me conmueve…y me gana entera: por eso a todas voy con él, a todas. Cada día más.

La historia de amor más sorprendente e imprevista es, a fin de cuentas, la que he logrado vivir conmigo misma y no es ególatra ni arrogante esta declaración, sino hija de una humildad macerada en décadas –ese tiempo puede tomar, cuando no se ha partido con el pie correcto- de aprender a mirarse con aprecio y con perdón. De pronto recuerdo que tengo dos cicatrices desafiantes de mi aprecio y mis perdones. Son dos visibles y miles de las otras, que no se ven. Pero bien podrían resumirse todas en las dos del cuerpo. Justo en el vientre, (Ecuador de mi mujer trizada y luego redimida en dos gestaciones), y en una pierna, huella de lo que me cuesta caminar a veces, y de las ganas que tengo de hacerlo sin metapío ni gasas pese a mi miedo a heridas y fracturas. Me da vergüenza mi desnudez en estos tiempos, confieso. A veces tristeza y hasta rabia. No es fácil ver al cuerpo con marcas. Es tan blanco el mío, para peor, y en su translucidez, cada costra toma la dimensión de un cráter. No debería asustarme: el magma que asoma es mío. Mi hervidura de sueños y aspiraciones, de deseos y orgamos adeudados que me he ido cobrando, lenta y alegremente, uno por uno. Si a pesar de sus marcas, esta piel puede abrigar, encender y desatarme, y conmigo, al compañero y todas sus pieles, de lobo, ciervo, hombre y dios, no puede ser tan poca cosa. Paso la esponja por cada tramo suyo repitiendo estas reflexiones y la secuencia de un último fuego, y doy gracias por poder sentir lo que siento, estas ganas de lanzar mis brazos hacia atrás, exhalar y sentir que en esa franja de aire crezco fuerte y hermosa como un planeta recién aparecido en la galaxia. Entonces, disculpo a mis cicatrices por estar ahí y contemplo mi imagen al salir del baño, con cariño elegante y franco. Fuera, me esperan para abrazarme con las manos y con los ojos y nunca hubo en una mirada tanta blandura y calidez; un hueco perfecto donde encajarme y descansar y agitar mi esencia también, remolino de viento y trueno en cada célula… sobre todo las del pulso más animal y genital de que mi organismo sea capaz y jamás haya sido.

Es todo bastante nuevo, y el pudor acompasa cada descubrimiento, pero me sé alerta y presente como nunca me sentí. Si hay algo que me vincula con lo divino de un solo momento, y con la capacidad lumínica (siempre disponible) de lo humano, es esta soltura de mi cuerpo que es al mismo tiempo acción de gracias, inspiración mágica y sexo puro, robusto y absoluto. Oneness, whole, totality, god, goddess, o como quiera que se llame la entidad que disuelve la sola posibilidad del vacío y hace caer una a una las cinco letras de su nombre. Así me siento en sus brazos, pero sobre todo en los míos, en posesión de ellos, usándolos como puedo usarlos (y no sabía), desde el hombro y hasta la yema de cada dedo, desplegar mi abundancia. Una pulsación que es infinita y versátil: resume sin tiempo ni restricciones mis cinco sentidos (y otros que creo tener) en el tacto y éste me convierte en un océano de mujer. Muto, cambio y de pronto puedo ser un paisaje que ahora es de bosques y establos, y pareciera que lo erótico es el único conjuro posible para el verde, y el heno, para venados o caballos, y seres humanos también. Hay algo perfecto en el acoplamiento de los cuerpos; en verdad perfecto. Una energía que no necesita ser consumada y sólo basta su latencia para dar otra textura a lo que nos rodea y moviliza. Es el vértice donde se encuentran otras plétoras, pero si ésta falta, si a mí me falta (y tampoco lo sabía), algo se siente suelto y pendiente. Así transcurrí la mayor parte de mi vida y me resulta extrañísimo y sorprendente reunir al fin, como en la vara donde se atan todas las guirnaldas en una fiesta, todas mis partes y gracias; saber que mi pulso es completo y ondulado y no una línea plana en el monitor invisible que lleva registro de mis días viva. Era tierra, agua, aire, pero no fuego, no totalmente. Mi llama estaba reducida a un espacio seguro, estrecho y a prueba de incendios, la media ni que paradoja, si todo lo que ella necesitaba para ser ella justamente, era arder. Ni un milagro más ni uno menos. La justa medida y presencia de lo sagrado en mí.

Ahora ardo.

Doy lumbre y calor. Tanto calor.

Sobre mis pecas quedan gotas de sudor, como después de la lluvia, pero en realidad son restos de fuego. No cenizas; más bien imagino brasas transparentes y cristalinas, capaces de devolver al sol reflejos multicolores: cientos de arco iris en miniatura yendo en su dirección, como en urgencia de fertilizar algo que ni siquiera cabe en las palabras sumadas de todas las lenguas. O sólo necesita una. De las más simples.

Amor.

Amor.

Si la repito demasiado me asusta quitarle parte de su espíritu, así como los aborígenes temen a las cámaras fotográficas. Pero es amor, en todas sus formas, el que me permite reunión, al fin, conmigo y con todo.

You told me I’m golden, como en la canción de The Weepies. El sol, el amor, mi cuerpo completo e iridiscente. Golden. Oro puro mi corazón también. Sin pulir ni convertido en joya o lingote, incondicionalmente bello y vivo. Dorada la vida. Eso debe ser lo que aventureros, conquistadores y piratas buscaban, pero como yo, tampoco sabían exactamente qué querían encontrar. Y es que toma su tiempo saber. Ojalá no tanto que en encontrar, o más bien hacer la vida que uno quiere, se le vaya a uno la existencia entera. Yo quiero creer que llegué a tiempo a darme a la bienvenida. Puntual y expectante, sigo acudiendo cada día. A veces, de madrugada, como hoy.

Abrazos, Renzo Leer más »

¿Fraude electoral?

Hubiese querido no tener la necesidad, imperiosa e inclemente por cierto, de escribir estas líneas. Y no porque quisiera que Lourdes Flores gane las actuales elecciones metropolitanas. Tampoco porque desconfiase de la Onpe, entidad para la que trabaje en las, hoy lejanas, elecciones presidenciales del 2001 y que fueron ganadas por Alejandro Toledo sobre Alan García en 2da vuelta. Menos aún con la intención de fomentar el pánico o la incredulidad. Pero lo cierto es que estan sucediendo cosas muy extrañas en estas elecciones, además de la extrema lentitud con la que se van contabilizando los votos. Pero vayamos a los hechos concretos.

Según un análisis anterior que públique el 06 de Octubre daba por descontado que la ventaja de Susana Villarán era muy holgada y más que suficiente para decidir desde ya la contienda electoral. Ciertamente era un suposición basada en mis conocimientos de estadística tomados en la universidad. Sin embargo, debo reconocer que consideré un supuesto muy fuerte y no del todo exacto el cual era el hecho que la muestra analizada habría sido tomada al azar. Las tomas al azar garantizarían la uniformidad de la muestra para los análisis estadísticos y reducirían significativamente el margen de error. Sin embargo, a pesar del supuesto cuasi ausente, la muestra evaluada (73.346% del total de actas procesadas) era muy grande y representativa. Era casi imposible, pensaba yo, que en el resto de actas cambiase demasiado la tendencia o el porcentaje.

Claro, se podría decir que las actas que quedaban por revisar podrían favorecer mucho más a una candidata que a otra, pero es casi un misterio de donde provienen cada uno de esas actas. Por un lado Lourdes Flores menciona que tiene un colchon de votos de actas observadas en La Molina, Surco, San Isidro y Pueblo Libre que le permitirían revertir la tendencia mientras que Susana Villarán confía aumentar su ventaja con los votos que rescatará de Villa el Salvador, San Juan de Lurigancho, Comas, Independencia, Carabayllo, San Martín de Porres y El Agustino. Sin demasiadas conjeturas estoy seguro que la mayoría de actas observadas provienen de estos últimos populosos distritos. Y es claro entender por qué. Fuerza Social es un partido relativamente nuevo frente al PPC. El PPC por tanto tendría gente más experimentada en el tema de impugnar u observar actas. Y ciertamente la idea de los personeros, tanto de FS como del PPC era impugnar y observar actas que podrían favorecer a una u otra candidata. Como, sospecho yo, la mayoría de actas observadas provienen del cono norte, de distritos que tienen mayor simpatía por Susana Villarán, era de esperar que las actas observadas que se van procesando favorecerían lentamente a SV. En otras palabras los personeros de LF al observar actas que, suponemos, en su mayoría tenían votos para SV lo que buscaban era reducir en lo posible la ventaja que podría sacarle SV en sus distritos. Entonces es tambien de esperar que dichas actas una vez procedas empiecen a favorecer principalmente a SV aunque sea ligeramente. Pero no ha sido el caso, al menos hasta ahora.

En mi análisis anterior utilicé los siguientes datos:

Votos posibles = 4,339,798 (100%)
Votos emitidos = 3,751,350 (86.44%)
Votos validos = 3,425,020 (78.92%)
Votos SV = 1,318,563 (35.15% del total de votos emitidos)
Votos LF = 1,287,387 (34.32% del total de votos emitidos)
Diferencia = 31,176 (0.83% del total de votos emitidos)

Y al día de hoy tenemos los siguientes (sorprendentes) datos:

Votos posibles = 5,149,141 (100%)
Votos emitidos = 4,445,502 (86.33%)
Votos validos = 4,018,120 (78.03%)
Votos SV = 1,534,846 (34.53% del total de votos emitidos)
Votos LF = 1,527,002 (34.35% del total de votos emitidos)
Diferencia = 7,844 (0.18% del total de votos emitidos)

Para que se den estos resultados las actas observadas tuvieron que procesarse de la siguiente forma:

Votos procesados = 809,343 (100%)
Votos procesados emitidos =694,152 (85.77% guarda relación con los porcentajes anteriores)
Votos procesados validos =593,100 (73.28% no guarda relación con los porcentajes anteriores pero tiene sentido por ser de actas observadas)
Votos procesados SV = 216,283 (31.16% del total de votos procesados emitidos, no guarda relación con los porcentajes anteriores)
Votos procesados LF =239,615 (34.52% del total de votos procesados emitidos, guarda relación con los porcentajes anteriores)
Diferencia = 23,332 (3.36% del total de votos procesados emitidos, no guarda relación con los porcentajes anteriores)

Es razonable y entendible que el porcentaje de votos válidos disminuya considerablemente dado que la muestra proviene de actas observadas. Aquí no parece haber observación alguna. El porcentaje de votos blancos y nulos aumento ligeramente de 13.56% a 13.67%, lo cual quiere decir que las actas observadas procesadas tuvieron 14.23% de votos blancos y nulos, pero esto también se mantiene dentro de los rangos normales y razonables. Pero mi sorpresa es mayúscula cuando reviso los porcentajes de LF (34.52%) versus SV (31.16%). Esto quiere decir que LF ha mantenido su porcentaje (+0.20%) en la muestra pero SV ha caído considerablemente (-3.99%). Es decir SV casí ha perdido 4% en su actuación de las actas procesadas que supuestamente fueron impugnadas por LF para no favorecer a SV (pero no para perjudicarla). Esto es lo más extraño del caso. O sea, casí todos los porcentajes se han mantenido dentro de lo esperado y normal excepto el de Fuerza Social.

Una pregunta que se cae de madura es ¿a dónde se han ido los votos de SV? Definitivamente tienen que haberse colado entre todos los demás candidatos, pero ¿tantos votos? Recordemos que el siguiente partido en la lista, Restauración Nacional apenas llega al 7.783 %. Tal ves se podría hacer una película titulada ¿Y dónde esta mi voto? En mi post anterior resumía que para que LF gané tenía que mejorar su actuación en más del 4%. Al parecer esta sucediendo pero al revés. ¿Qué paso con los resultados de las encuestadoras a boca de urna? ¿No que SV ganaba con más del 40% de los votos válidos? ¿Pueden cometer un error tan grande todas las principales encuestadoras del país? Yo vote por LF pero definitivamente no me gustaría que gane de esta forma.

Saludos, Renzo

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Un pequeño análisis electoral

En este pequeño análisis intentaré demostrar que es matemáticamente imposible, aunque la vida siempre suele darnos agradables sorpresas, que Lourdes Flores (LF) le gane a Susana Villarán (SV) en la contienda por el sillón municipal. Primero recordemos los siguientes datos: la cantidad de votos posibles de las actas contabilizadas hasta el momento en estas elecciones metropolitanas son de 4,339,798 los cuales estan representados por 31,455 (100%) actas electorales correspondientes a otras 31,455 (100%) mesas instaladas. No se dejo de instalar mesa alguna, lo cual habla por si mismo del excelente despliegue logístico de la ONPE.

En seguida revisamos que se emitieron 3,751,350 votos (91.301% de los votos posibles) de los cuales fueron considerados válidos 3,425,020 votos, descartandose los votos blancos, nulos e impugnados. Del universo de votos emitidos SV obtuvo 1,318,563 votos (35.149% de los votos emitidos) mientras que LF obtuvo 1,287,387 votos (34.318% de los votos emitidos) lo que nos lleva a una diferencia de tan solo 31,176 votos (0.83% de los votos emitidos). Utilizo como base los votos emitidos en vez de los votos válidos puesto que en estas elecciones no hay segunda vuelta y se gana por mayoría simple. La diferencia, como se aprecia es mínima y es menor aún que la que hubo entre Alan y Ollanta en las elecciones de 2006 en las que Ollanta llego a situarse a escasos 60,000 votos del líder aprista. Hay que recordar que si bien Ollanta recortó distancias, al final fue Alan el que se llevó una mayor cantidad de votos lo cual era algo natural y esperable en muestras de distribuciones uniformes y aleatorias como (casi) era el caso.

A continuación observamos que se impugnaron 8,384 actas lo cual, por regla de tres simple, representarían 1,156,728 votos. Estos votos son los que SV y LF estarían disputando palmo a palmo. Supongamos que de estos votos solo se considerarían válidos 91.301%, de manera similar al universo de votos emitidos, entonces nos quedarían 1,056,103 de votos válidos a repartir entre LF y SV. De todos estos votos válidos, un 18.874%, siempre aproximadamente y de acuerdo con los resultados de la muestra, se los llevarían los demás partidos políticos. Es decir 199,324 votos se irían a otras canteras que no serían ni de LF o SV, lo que dejaría por repartir 856,779 votos válidos. ¿Pero qué se necesita para que LF gane estas elecciones? Para simplificar un poco trataré de ponerlo en términos de ecuaciones de primer grado. Digamos que L son los votos que irían para LF y S son los votos que irían para SV, entonces tenemos nuestra primera ecuación:

L + S = 856,779

Pero queremos además que LF supere o al menos iguale con SV, lo cual nos lleva a la segunda ecuación:

L – S = 31,176


Me tome la molestia de resolver estas ecuaciones lo cual me llevo a las siguientes cifras:

L = 443,978

S = 412,802

Es decir que para que LF le gane a SV esta necesitaría al menos de 443,978 votos (38.382% de los votos impugnados) mientras que SV se debería quedar a los más con 412,802 votos (35.687% de los votos impugnados). Es decir LF tendría que mejorar su actuación en más de 4% respecto a como ha estado yendo hasta el momento dado un avance del 73.346% del total de actas procesadas. Esto estadísticamente es casi imposible.

Suerte para la próxima, Renzo

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A España sin Escalas (Parte 4)

Enero paso rápido, mi novia viajó a Madrid el 28 de ese mes y yo me quede trabajando en Lima. Los días pasaban algo aburridos sobre todo porque no podía aprovechar el verano dado mi trabajo y mis gastos. Sin embargo pude ir a la playa un par de días con Carlos y Hugo, amigos de mucho tiempo, con quienes siempre me divierto bastante y la paso bien. Vinieron luego Febrero, Marzo, Abril. Ya me estaba angustiando cuando recibo un correo de una tal Nuri Torroja pidiéndome los nombres de mis padres. Me pareció algo raro que me pidan los nombres de mis padres pero al fin no había mucho que objetar, envíe el correo y a seguir esperando. En el club donde nadaba ya todos estaban enterados que estaba postulando para trabajar de salvavidas en España. Algunos se habían mostrado sorprendidos y otros me alentaban y daban consejos especialmente los salvavidas del club Oswaldo, Augusto y “Napo”. Creo que eran los más entusiasmados y ahora lamento no haber compartido con ellos más tiempo para aprender de sus técnicas y experiencia. Cada día se me acercaba uno u otro y me preguntaban si ya me habían enviado el contrato y yo un poco nervioso cada vez contestaba que no. Y la angustia a veces me aturdía. En el trabajo no me estaba yendo bien, vamos no era poco lo que ganaba pero unos líos administrativos hicieron que me apliquen algunos descuentos para mí a destiempo e injustos, mientras que la carga de trabajo iba en aumento. Era una situación contradictoria puesto que por un lado sentía que cumplía una labor diligente y por otro percibía un ingreso mucho menor a mis expectativas. Una contracción muscular en la espalda se sumo a un pequeño y antiguo dolor en el hombro y mi estado físico no era el mejor. Deje de nadar para mejorarme del dolor de espalda pero no resulto, debido en gran parte a mi mala postura y al uso indiscriminado del mouse. Me preguntaba si acaso el stress o una mala alimentación no estaban haciendo estragos en mi cuerpo. Me había comprado un colchón muy bueno pero ayudaba poco. Y fue en medio de todo esto que llego el bendito contrato.

Nos lo enviaron por email y nos sugirieron que empecemos de inmediato los trámites ante el consulado español. Era todo un tema nada fácil de enfrentar especialmente si uno está trabajando. Los requisitos para sacar la visa española no era muchos pero si caros y pesados de gestionar. En resumen pedían lo siguiente: Certificado Médico Legalizado, Certificado de Antecedentes Penales Legalizado, Contrato de Trabajo, Resolución de Trabajo, Solicitud de Visado y dos fotos. A primera vista no eran muchos documentos pero el punto es que cada uno de ellos demandaba una considerable cantidad de tiempo y esfuerzo. Primero el Certificado Médico solo se podía sacar en el Policlínico Peruano Japonés que queda en Jesús María. Uno se pregunta por qué tanta desconfianza con el Certificado Médico pero cuando es vox populi que cualquiera puede pagar 30 soles por un certificado en cualquier consultorio de mala muerte es lógico que el consulado español se preocupe y tome cartas en el asunto.

Bueno la cosa es que había que ir al PPJ. Lo mejor es estar desde las 7:00 am para evitar la cola y apurar los trámites. Una vez ahí primero te aperturan una Historia Médica (S/. 1.00). Luego vienen los exámenes médicos que en total son 3: Medicina General (S/. 32.00), Rayos X (S/. 36.50) y Examen de Sangre y Heces (S/. 142.50). El examen de Medicina General es rápido, no demora más de 15 minutos pero hay que esperar un poco antes de ingresar. El de Rayos X es inmediato, entras a una sala amplia, te piden que te desvistas el torso y luego de tomarte la prueba te dicen que la puedes recoger en 3 días. El Examen de Sangre y Heces fue el más traumático de todos para mí al menos. No entrare en detalles pero por si acaso lleven una bolsa mediana y limpia y usen si desean el baño del Policlínico. Una vez obtenidos favorablemente los resultados de los 3 exámenes uno tiene que pagar 10 soles por la especie valorada del Certificado Médico. Pero para los incautos que creían que aquí acababan sus problemas les digo que no. Hay que dirigirse con el Certificado Médico aprobado al Ministerio de Salud para que lo Certifiquen, esto puede demorar un día pero si hablan para que los ayuden lo pueden tener ese mismo día por la tarde. Pero tampoco acaba aquí la cosa. Como si fuera poco ahora con dicho Certificado Médico certificado hay que ir al Ministerio de Relaciones Exteriores para que lo re-certifiquen. Parece cosa de locos esto verdad, pero aquí no acaba todo y ya les contare por qué. Pero antes volvamos a lo que nos falta. El Certificado de Antecedentes Penales lo sacas en el Poder Judicial que queda a la altura de la cuadra 11 de la Av. Abancay, previo pago en el Banco de la Nación (S/. 52.50), . El trámite es rápido, no es necesario tomarse foto alguna y les recomiendo no aceptar ayuda de extraños. Luego con el Certificado de Antecedentes Penales hay que ir al Ministerio de Relaciones Exteriores para que lo certifiquen al igual que el Médico también previo pago (S/. 45.80). Entonces con ambos Certificados re-certificados hay que hacer un envío por DHL a la Embajada de España para que lo re-re-certifiquen. Hay que pagar a DHL S/. 83.20 por el concepto de envío y dos legalizaciones. Finalmente ya estamos bastante cerca de obtener la preciada Visa. Hay que esperar 3 días útiles para recoger los documentos en la misma oficina de DHL donde los enviaste y luego juntarlos con la Solicitud de Visa que se baja por internet, llenar dicha solicitud y sacar dos juegos de copias a todos los documentos incluyendo las dos primeras hojas del pasaporte. Una vez en el consulado hay que pagar los derechos de trámite de visado (S/. 232.80), entregar los documentos y esperar la recepción de un ticket que se deberá entregar al DHL del consulado. En dicho DHL te entregan un recibo para poder recoger tu pasaporte en la oficina DHL de tu elección. El día decisivo hay que ir a la oficina de DHL elegida y realizar un último pago de 18.28 soles abrir el sobre y gritar de felicidad o tirarse del Puente de los Suspiros. En otras palabras sacar la Visa Española es casi un trabajo a tiempo completo. El tiempo invertido y el gasto en movilizarse además de copias y fotos es un presupuesto aparte que cada uno deberá considerar y evaluar previamente. Asimismo se debe sacar previamente el pasaporte que felizmente en estos tiempos es un trámite muy ágil y rápido.

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Moymoy Palaboy

Este es un par de jóvenes filipinos que se dedicaron a grabarse de forma casera doblando canciones para crear unos videos muy buenos. Es sorprendente la capacidad que tienen para expresar con sus rostros y movimientos de baile el rítmo de la canción. Aquí les va los 2 más populares, pero tienen muchos más:

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Hay que ganarle a Argentina

No tenemos equipo, no tenemos entrenador, no tenemos dirigentes, pero que importa, hay que ganarle a Argentina este 10 de Octubre, eliminarlos del Mundial y de paso borrar afrentas (deportivas) del pasado.

eliminados

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La Importancia De Las Cosas

A veces nos molestamos porque no conseguimos comprar alguna atractiva oferta o porque alguien va a llegar tarde y tenemos que esperarle o porque no tenemos un carro y si lo tenemos no es ni de la marca ni del modelo que quisieramos. A veces las cosas suceden de muchas maneras y no necesariamente como uno quisiera y a veces hay que adaptarse o simplemente sonreir como el papá del siguiente video:

Relájense, Renzo Leer más »