Archivo por meses: enero 2009

Fractales en la naturaleza: El Romanesco

El romanesco es una variedad de Coliflor poco conocida. Más alla de sus cualidades nutricionales (nada escasas, por cierto), el romanesco se caracteriza por la estructura fractal de sus tallos, o lo que es lo mismo, las estructuras cónicas en las que se agrupan las inflorescencias.

Además su color verde característico llama especialmente la atención y a más de uno le hace pensar en un posible origen transgénico. Nada más lejos de la realidad, el romanesco es tan natural como el resto de las verduras que encontramos en cualquier mesa, tan sólo su peculiar aspecto nos llama la atención.

ROMANESCO
RG

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Amor y convivencia

Siempre me preguntaré por qué dos personas que se aman no pueden mantener una convivencia pacífica. ¿Acaso el amor que se tienen no es suficiente para llegar a un acuerdo? ¿Y qué fue de los bonitos sentimientos que se juraron para siempre? Según la Biblia “el amor todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta” (Romanos 12:9). Sin embargo la realidad nos pinta un cuadro muy distinto.

Recuerdo mucho mi retiro de confirmación en el colegio. Mi grupo lo conformaban 10 chicos de 4to de secundaria, todos provenientes de buenas familias. Estabamos conversando entre nosotros durante largo rato de las cosas que nos molestaban, que nos causaban tristeza, cosas que queríamos arreglar. En un momento casi todos nos pusimos muy tristes o pretendíamos estarlo, hasta que uno de ellos mencionó que sus padres se habían separado. Le siguieron dos más. Un cuarto comento que apenas había conocido a su padre y se puso a llorar. Le seguimos todos, bueno casi todos. Porque mis padres eran los únicos que permanecían juntos después de 15 años de matrimonio. La experiencia me hizo valorar mucho a mi familia y a mis papás. Poco después conversando con uno de mis mejores amigos (proveniente él de una familia de padres que provenían, cada uno por su lado de una primera relación) me comento casi lo mismo. Que de su grupo solo él tenía mantenía a sus padres juntos. Y que por supuesto todos lloraron excepto él. Conversando poco después acerca de esto nos pareció muy raro que un colegio católico, de padres católicos, de clase social media para arriba tenga a tantas familias separadas. Pero aquí no termina toda la historia. Al año siguiente mi hermano paso por similar experiencia. Y lo mismo le paso a uno de sus mejores amigos en el mismo retiro. Tengan en cuenta que era mi hermano(!) o sea que si juntamos todos los grupos, la fracción de familias que no habían sufrido una separación no era 4/40, si no la mucho menor cifra de 3/39.

Pensando al respecto casi he llegado a la conclusión que convivir con alguién depende de algo más que el amor que se tengan entre sí. Que el amor que se tengan entre sí ayuda mucho y que muchas veces puede sostener la convivencia, pero que se necesita de muchos más ingredientes. Imagino que es como el arroz chaufa, se necesita el arroz de todas formas, pero no sería arroz chaufa sin la cebolla china, el huevo, el sillao. Propongo otro ejemplo, muchos de nosotros amamos a nuestros hermanos, pero interiormente sabemos que no podríamos convivir con ellos o que en el mejor de los casos sería un suplicio hacerlo. Por otro lado la vida nos coloca en situaciones en las que tenemos que convivir con personas por las que no sentimos nada especial. Por ejemplo en el trabajo o en el hospital o en una prisión. Y sin embargo en estos casos es posible llegar a un nivel de conviviencia pacífico.

TOLERANCIA

Algunos pueden argumentar que una relación de pareja es más intima y que en este caso los roces son más frecuentes. Y ciertamente los roces son más frecuentes, pero de aquí a que estos roces se conviertan en batallas campales, más alla del amor que se tengan, depende muchas veces de la actitud de ambas personas para con la otra.

La actitud? Acaso será esta la respuesta?

Lo que si me queda claro es que uno pelea porque quiere. Si uno no quiere pelear, no pelea. Asi se caiga el mundo. Lo que sucede es que nos acostumbramos a reaccionar del mismo modo ante los mismo estímulos y no nos damos cuenta que podemos cambiar, que podemos reaccionar de otra forma, de otra manera, más suave o más fuerte, más agresiva o pacífica. Llegamos a pensar que nuestras reacciones son solo eso, reacciones. Pero pienso que sí se puede hacer algo. Ser más amable o más bondadoso depende exclusivamente de nosotros. Ser más agresivos también. Y acostumbrarnos a ello es solo cuestión de tiempo y práctica.

Otro aspecto clave para llevar una convivencia es nuestro nivel de tolerancia. Exageremos un poco. Fijémonos por ejemplo en una relación sadomasoquista. En la misma, dos personas llevadas por distintas necesidades se buscan y se encuentran, una para infringir daño y la otra para sufrirlo. El nivel de tolerancia en este caso es máximo. No admite discusiónes y en muchos casos la relación puede durar muchos meses y años. Cada uno tiene niveles de tolerancia muy variados. Hay cosas que unos pueden soportar mejor que otros y cosas que simplemente uno no esta dispuesto a soportar. Un mentira puede ser tomada como un simple error o distracción por parte de la pareja hasta ser el motivo para terminar la relación.

Pero cómo se entiende una tolerancia extrema. ¿Vale la pena vivir de esta manera? ¿Se puede llamar a una relación sadomasoquista una relación de pareja? Aquí entra a tallar otro aspecto que considero de suma importancia entre dos personas que se aman, el respeto. Una vez escuche algo asi como “el amor iguala”. Pero extendiendo un poco la frase dentro de una relación de pareja podríamos decir que “el respeto iguala”. Y es que en verdad una relación de pareja propiamente dicha se da entre iguales (o igualados). Las relaciónes dependientes que se dan no dejan de ser propiamente relaciones de pareja, pero si se pierde el respeto entonces llegamos a relaciones feudales en donde uno de los bandos domina al otro y lo maneja a sus anchas. Y podrán argumentar mucho pero no me atrevería a llamar a esta relación una relación de pareja. En todo caso será una relación de dominio, pero no de pareja. Porque normamente se emparejan seres similares. Por ejemplo podemos emparejar un par de zapatos, un par de zapatillas, un par de chelas, un par de amigos. A estos si se les puede llamar parejas de. ¿Pero que resulta de una zanahoria y un nabo? ¿Un pareja de qué? ¿O de una piedra y una hoja de papel?

En resumen mis ingredientes para la receta secreta (además del amor) son una buena actitud, harta tolerancia y mucho pero mucho respeto.
Espero les sirva a este post.

RG

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Taxistas para todos los gustos

x Carlos Tovar

No he visto en ninguna otra ciudad latinoamericana más taxis por metro cuadrado que en Lima. Ni siquiera en el DF. Algunas veces he hecho el ejercicio de contar cuántos de una treintena de autos que esperan la luz verde para cruzar una calle son taxis y me he dado con la sorpresa que la mayoría. Resulta fácil ver en cada esquina limeña una gran cantidad de autos de color blanco o amarillo que luchan por hacerse de un pasajero, o si ya llevan a uno, de avanzar lo más pronto posible hacia su destino, a costa incluso de espantar a peatones indefensos.

En Lima, basta levantar la mano, haciendo la típica señal llamando a un taxi, para que, como por arte de magia, antes de tres segundos, al menos un par de taxis pare enfrente tuyo. Con mucha probabilidad serán unos de aquellos autos modelo Station Wagon o, con un poco menos de suerte, un auto Tico. Digo con menos suerte porque los Ticos son autos absolutamente inseguros. Como con el paso del tiempo uno agudiza su instinto de conservación, ahora yo evito, por todos los medios, tomarlos.

TICO

Para quienes no los conocen, los Tico son unos autos de un metro de ancho por dos de largo que inundaron la ciudad de Lima durante los noventas y se convirtieron de la noche a la mañana en los preferidos por los taxistas (ahora, afortunadamente, han empezado a ser una especie en extinción). Con toda propiedad, una amiga venezolana los llamaba “zapaticos” por lo pequeños. ¡Y vaya que el tamaño de un Tico va muy a tono con su fragilidad! Su fortaleza es apenas mayor que la de una enorme batea de plástico. Dentro de ellos no hay forma de sentirse a salvo. ¡Y cómo corren los condenados! Tienen un arranque bárbaro. No sé si el resto de limeños tiene la misma impresión que yo, pero a mí me parece que hasta tienen personalidad propia. Como sí todos fueran conducidos por el mismo chofer, el cual, para compensar el complejo que debe producirle conducir un auto tan diminuto, hace gala de una enorme osadía al volante, a costa de la integridad de los peatones y, desde luego, de sus propios pasajeros… porque ni el usar cinturón de seguridad cambiará mucho las cosas si eres pasajero de un Tico, a no ser que si lo usas, y por desgracia el Tico choca, sólo está garantizado que salgas expelido con asiento y todo. Porque, además de ser seguramente la ciudad con mayor número de taxis per cápita en Latinoamérica, Lima es también, con poco margen de duda, la ciudad donde están los peores conductores de la región. Lo digo con cierto grado de chauvinismo y resignación, si cabe una mezcla tan rara de sentimientos.

Recuerdo a un amigo chileno quien me describió su primera experiencia en un taxi limeño como espeluznante. Para su mala fortuna tomó un taxi que condujo por la vía expresa a una hora en la que todo el mundo corre para llegar a tiempo a su destino. Bueno pues, también que en Chile el servicio de taxis es uno de los más seguros de la región (y también uno de los más caros) así que no es de extrañar que mi amigo haya quedado traumatizado después de su experiencia por vías limeñas.

Relatos sobre osadías de conductores hay muchas. Me acuerdo, en una época en la que aún tomaba Ticos, de un taxista que conduciendo uno estos bichos, por su afán de avanzar pronto, no tuvo mejor idea que conducir sobre la acera (A*C*E*R*A). Pero eso no fue todo. Esa maniobra, absolutamente inexplicable para cualquier persona del mundo civilizado o semi-civilizado, tuvo el agravante de ser ejecutada doblando una esquina. Es decir, el chofer no sólo invadió territorio peatonal sino que lo hizo de tal forma que si un peatón se encontraba doblando la acera en sentido opuesto (lo cual, como comprenderán, era plenamente probable) hubiera sido embestido por un auto, en plena vía peatonal, y, seguramente, habría pasado al otro mundo sin siquiera saber cómo lo dejó (Estupefacto, lo único que atiné a hacer es bajarme del taxi para no ser cómplice del conductor)…

La inconciencia de los conductores limeños respecto a la seguridad tiene muchos matices. Recuerdo a un taxista que, cuando le comenté que su auto no tenía cinturón de seguridad, me respondió muy orgullosamente: “No se preocupe joven, yo nunca choco”. ¡Como si chocar dependiera únicamente de él y no también de otro imprudente que ande al volante!

Pero el hecho de ser conductores osados no es lo único característico de los taxistas. Sería injusto reducirlos a eso. También tienen otros defectos.

Me acuerdo mucho de un taxista extremadamente gordo y conversador quien casualmente maneja un Tico. Manejaba y lo vestía, porque su extremada gordura lo hacía dueño de la parte de adelante del Tico sin opción a tener copiloto. Su envergadura era tal, que bien podría haber sacado cada uno de sus brazos por cada una de las ventanas delanteras. Como la mayoría de taxistas se reveló como muy conversador y me contaba una intrincada historia sentimental suya, con un sin número de detalles que, cuando íbamos llegando ya al final de la carrera apenas había pasado del “había una vez”. (Lamentablemente muchos de ellos no han desarrollado la capacidad de síntesis. Al igual que yo, que empecé esta nota con la idea de escribir sólo un par de párrafos). Ese mismo taxista me dijo: “Me acuerdo todos los detalles de lo que pasó porque tengo memoria de elefante”. “Y el cuerpo también”, pensé agregar, pero no me atreví, porque temí que el paquidermo me aplastase con toda su humanidad. No sé en qué consistía su historia porque por un lado la cantidad de detalles me había mareado y, por otro, porque yo trataba, sin éxito, de leer una novela que llevaba conmigo. Para no ser descortés, de vez en vez, le decía, “¿Ah, sí?” y el taxista respondía “Sí, sí joven”, y así repetíamos con cierta frecuencia nuestro “dialogo”. Mientras yo bajaba del taxi, el taxista me dijo: “Otro día te termino de contar, compare”. “Sí, claro, – le dije- terminando la absurda conversación”.

También me he topado con esos taxistas que se ponen a filosofar sobre la pulga del perro. Casi siempre es difícil entender qué dicen. Hablan de la vida, las mujeres y los partiditos de fútbol de fin de semana. De que su equipo favorito perdió por mala suerte. De los maradonas que son jugando al fútbol y de los goles que se les escaparon en su pichanga del último fin de semana. Y cuando hablan de política siempre terminan diciendo “Todos los políticos son iguales, corruptos todos”, pero al rato están sobornando al policía que quiere ponerles una papeleta por haber cometido una infracción de tránsito. Para colmo, muchas veces, estos mismos conductores son aquellos que piensan que quien conduce respetando las reglas no sabe conducir. ¡O peor aun, los que piensan que los hombres son los únicos capacitados para conducir! Aquellos que si una mujer al volante y no hace las osadías que hacen ellos, salen con la conocida frase “¡mujer tenía que ser!”. Y es justamente lo que una vez me dijo uno cuando de pronto un auto que iba delante del suyo, conducido por una mujer, redujo, con toda precaución, la velocidad antes de llegar a un cruce. “¡Avanza tía!” –dijo, previa tocada de claxon. “Mujer tenía que ser ¿no?” –agregó, tratando de hacerme cómplice de su precaria forma de pensar. Cansado de argumentar contra lo mismo, esa vez opté por responder: “No lo sé –pero para provocar su fastidio agregué– “Aunque tiene un auto mucho mejor que el tuyo, ¿no, crees?”. Cosa que no le hizo ninguna gracia.

Los que no son conversadores, se les dan por hacer de DJ, aun cuando sus conocimientos sobre música no pasen de los grupos de moda, como el Grupo 5 o los Hermanos Yaipén. Tienen siempre la radio prendida a todo volumen en los parlantes de atrás, justo detrás de tu oreja. Pero por suerte la mayoría sólo te impone su gusto musical, porque hay unos pocos que se ponen a cantar. Si la canción es buena, la terminan arruinando con su voz. Tal como durante el año pasado me las arruinaba el bendito taxista que me hacía el servicio de taxi durante las mañanas de mi casa al trabajo. Se ponía a cantar todo cuanto la radio que sintonizaba, usualmente una de baladas, le ponía encima (tenía, presumo, una afición incontenible por el Karaoke). Entonces tenía que soplarme la versión taxi de Perales, Mocedades, Camilo Sesto y José José. Y de menos antiguos como Chayane y Arjona (Bueno, si se trataba de este último, yo prefería que el taxista cante porque, con el perdón de los Mayas, no hay cantante más insufrible que el guatemalteco ése). ¡Recuerdo que hasta Myriam Hernández cantaba el condenado taxista! Eso no es todo. Cuando por casualidad la radio pasaba una canción en inglés, hacia una traducción libre de la letra de la canción (Si al menos hubiera sido “Baby, one more time” de Britney Spears, la hacía con 50% de la letra, porque la rubia, la eterna adolescente –porque siempre adolece de algo– repite casi todo el tiempo una misma frase durante toda la canción). Además, el taxista acompañaba sus canciones con el claxon del auto, el cual tocaba al llegar a cada cruce…

Hablando de tocar el claxon, ello se ha convertido en un tic de los conductores y los taxistas lo hacen, además, muy prácticos ellos, para llamar a potenciales pasajeros. Recuerdo de un taxista que no sólo usaba el claxon sino, además, aunque parezca inverosímil, un altavoz. Mismo ambulancia. Se trataba de un taxista loco, obviamente. Un taxi driver. Yo que suelo andar despistado, caí en la cuenta de ello cuando el tráfico se puso complicado y el taxista hizo sonar una sirena de ambulancia y decir por el altavoz “A un lado, a un lado”. Juro que los carros se hacían a un lado. Pero eso no fue todo, cuando el taxista sobreparó en un cruce y vio a una chica parada comiendo tranquilamente un helado, empezó a gritarle por el altavoz “Mamita, mamita, invita tu helado pe”. Mientras, la susodicha volteaba la cabeza de un lado a otro desconcertada buscando averiguar quién le hablaba de manera tan sonora. Imaginarán que fue el viaje en taxi más insólito que he hecho. Por suerte duró poco. Cuando bajé del auto no estaba seguro que lo que había pasado había sido real o no, hasta que tomé conciencia que estaba en Lima. Entonces, me acordé de esa viñeta de Mafalda, quien mirando asustada a los autos, le pregunta a su madre “¿Los autos son seres que atacan al hombre para defenderse de qué?”

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Teoria de los Juegos de los Empresarios

En medio de la crisis global que vivimos los gobiernos del mundo están adoptando medidas urgentes para evitar un mayor desastre financiero. Sin ir muy lejos EEUU ha inyectado 700 000 millones de dólares a su economía y proyectan inyectar otro tanto.
Los gobiernos coordinan respuestas conjuntas y aplican planes de salvataje estándar en medio de políticas de austeridad. Los empresarios por su parte buscan reducir sus costos. A veces sin embargo la cura resulta peor que la enfermedad y las soluciones a corto plazo pueden convertirse en un dolor de cabeza en el largo.

PAPEL HIGIENICO

Imaginemos el siguiente escenario: dos empresas A y B cada una con 100 empleados de distintos niveles. Los 100 empleados de A compran siempre productos de la empresa B y los 100 empleados de B compran siempre productos de la empresa A. Ambas empresas mantienen sus utilidades porque sus mercados son estables en el tiempo. Sin embargo un buen día los dueños de A leen en sus emails que se avecina una fuerte crisis financiera. Entonces como medida de precaución despiden a 20 empleados a fin de reducir sus costos. Al primer mes de aplicada la política de austeridad ven con satisfacción que si bien sus ingresos no han mejorado, sus utilidades si dado que han reducido sus costos fijos. Sin embargo para la empresa B el panorama es muy distinto. Los contadores de B habiendo sacado sus estados de pérdidas y ganancias descubren que la empresa ha reducido sus ganancias en un 20%. Debido a esto la empresa se encuentra sin liquidez y se le dificulta pagar la planilla de 20 de sus empleados. Felizmente tienen algunos ahorros y logran cumplir con las obligaciones laborales, a pesar de los cual se ven en la necesidad de despedir a 40 de sus empleados para mantener su margen de utilidad.

El segundo mes del experimento tenemos un resultado muy distinto. Esta vez los contadores de la empresa B son los que se felicitan entre si por haber sugerido el despido de 40 de sus empleados para salvar la empresa y no solo eso, ahora la empresa mejoro su rentabilidad. Del otro lado de la moneda se encuentra la empresa A cuyos dueños no saben cómo salvar la situación que se vislumbra muy grave dado que a pesar de sus estrictas medidas de ahorro sus utilidades han disminuido sensiblemente.

Durante días los dueños de la empresa A discuten un nuevo recorte de personal. Saben que van a tener que despedir a 60 empleados para mantener sus márgenes y al mismo tiempo preparase para la crisis que se avecina. Eso significa también quedarse con el personal mínimo indispensable. Lo cual significa que si la medida no funciona la quiebra sería inminente. Pese a todo esto finalmente los dueños de A deciden el último gran recorte de personal. A fin del tercer mes respiran aliviados. Los números en azul les han devuelto la confianza y ven con mayor optimismo el panorama. Los contadores de B tratan de maquillar las cifras para evitar que sus cabezas rueden. Aguantan lo más que pueden los resultados. El jefe de ventas amigo de ellos les pide un mes más para tratar de rematar toda su mercadería y al menos cubrir sus costos. Todos los empleados despedidos tanto de A como de B compran en este 4to mes estas gangas. La empresa B al final de este 4to mes ha mantenido sus utilidades y a la empresa A le va muy bien dado que han mantenido sus ventas y reducido sus costos. Pero este 4to mes es el canto del cisne de ambas empresas. Al final del quinto mes los resultados son terribles. La empresa B al apreciar una mayor demanda de su producto por parte de los empleados despedidos, se arriesga por un producto económico para ganar mercado. Pero ya los empleados despedidos no pueden comprar nada más y las ventas y utilidades de B caen estrepitosamente. B se declara en quiebra. Ahora A tendrá que empezar a rematar sus productos porque nadie tiene poder adquisitivo en ese momento. Finalmente A quiebra también.

Este pequeño ejemplo actúa en forma de una teoría auto cumplida. Los empresarios al ver peligrar sus utilidades reducen sus costos fijos despidiendo personal. Si todo el resto de empresarios hace lo mismo la población no va a poder comprar los productos de todos los demás. Se crearía un efecto de bola de nieve que acabaría con la quiebra de muchas empresas.
La única oportunidad es que todos los empresarios se pongan de acuerdo y no despidan a sus empleados. De hacerlo así posiblemente la economía se recuperaría más rápidamente en una recesión. El gobierno en este caso tendría que apoyar principalmente a las empresas más sensibles (inmobiliarias, tecnológicas, de diversión, etc.). Y los empresarios arriegarse a mantener a su personal.

Si tu fueras empresario, te arriesgarías?

Renzo

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UN DÍA DE PLAYA

Ir a las playas del Sur de Lima en verano puede resultar una experiencia agradable siempre que tengas claro a dónde vas y lo que vas a hacer. Ir a la aventura puede resultar un verdadero dolor de cabeza como pude comprobarlo con unos amigos hace poco. En principio ibamos a ir a Santa María que es una agradable playa con pocas olas y arena limpia. Pero al final decidimos ir a Punta Hermosa que en realidad es un conjunto de playas (Cangrejo, El Bosque, Kontiki, La Bikini, La Escondida, La Revés, Playa Blanca, Punta Hermosa, Punta Negra, Punta Rocas, Pico Alto y Santa Rosa).

Después de muchos vericuetos y el paso obligado por una farmacia para socorrer a un amigo que se moría, llegamos a Playa Blanca

PLAYA BLANCA

No había ni poca gente ni mucha gente y las olas estaban bien especialmente para los surferos. Creo que ese día conte como 50 de ellos. Nuestro desfalleciente amigo por cierto se quedo dormido y tuvimos que taparlo.

CARLOS

No salió el sol pero hacía calor asi que después de un rato decidimos darnos unos cuantos chapuzones y revolcones. Me sorprendió ver a unos chiquillos de 7 u 8 años corriendo tras olas que les triplicaban de tamaño. A la hora que la barriga avisó fuimos a comer algo no sin antes tomarle una foto a este personaje que bautizamos como “MONJE HINDU”.

MONJE HINDU

En Punta Hermosa existen gran variedad de restaurantes y comida marina para todos los gustos. En el lugar a donde fuimos incluso vendía picarones. Lo único es que en el 2do piso costaban casi el doble (!). Cosas de nuestro país.

PICARONES

El retorno a Lima fue sin sobresaltos y tranquilo. Todos nos llevamos buenos recuerdos y con la idea de regresar pronto.

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Teoría de los Juegos del Fin del Mundo

La Teoría de los Juegos ha logrado una aplicación muy especial en las ciencias biológicas y también en las medidas de protección al medio ambiente. Sus predicciones nos permiten anticiparnos a sucesos o formas de comportamiento humano (o animal). A continuación el escenario siguiente nos coloca entre la espada y la pared.

Normalmente la población de peces en el mar depende de la cantidad de alimento disponible. Imaginemos una población pequeña con abundante comida. Dicha población tenderá a crecer año tras año hasta que el alimento empiece a escasear. En ese momento sucederá una crisis de alimentos, lo que llevará a que la población disminuya dramáticamente. Este proceso se da naturalmente sin la intervención del hombre de tal forma que habrán años en que la población marina sea muy abundante y años en que los que no.

Con la intervención del hombre el panorama se torna muy distinto. La Teoría de los Juegos predice que el hombre, sin controles de por medio, tenderá a depredar la población marina hasta extingirla. Se trata de un supuesto muy simple pero efectivo. Imaginemos que somos dueños de una pequeña flota de barcos y queremos, como casi todas las demás flotas maximizar nuestras utilidades (a corto plazo). Esto implica intentar capturar la mayor cantidad de peces comerciales en el menor tiempo posible. Si todos las demás flotas se guían por este principio (y en la realidad es lo que sucede) y existen suficientes flotas, la población de peces para las próximas temporadas mermará dramáticamente.

Sin embargo en la pesca como en otros ámbitos de la vida todo tiene su límite y así lo ha demostrado la historia muchas veces. Sin ir muy lejos aquí en el Perú entre los años 1972 y 1973 la industria pesquera entró en crisis debido a la captura indiscriminada de la anchoveta. Las consecuencias fueron catastróficas no solo para la industria de harina de pescado si no para la producción de guano de isla (!). Adivinen de quién se alimentaban las aves guaneras?

Ante estos sucesos los estados intervinieron definiendo una cuota máxima de captura y épocas de veda lo que aseguró que la industria sobreviva en el tiempo.

PLANETA

Pero qué sucede con el mundo? O mejor dicho qué sucede con nuestros recursos naturales? Es posible que el hombre reaccione a tiempo para evitar una crisis mundial de recursos? O vivirá como el ratón del libro pensando que su queso durará eternamente? Extendiendo la aplicación de la teoría de los juegos a un panorama global no topamos con un pronóstico muy sombrío debido sobre todo a dos factores:

1. El crecimiento de la población mundial
2. Consumo irracional de los recursos naturales

Ambos factores nos llevarán irremediablemente a una crisis mundial (posiblemente a una tercera guerra mundial) y a una disminución dramática de la población (como los peces!). Y no soy pesimista al respecto.

Se puede revertir esta situación? Difícil pero no imposible. Lo primero que se debe hacer es detener el crecimiento poblacional mundial. Es necesario y urgente aplicar medidas de planificación familiar extrictas y severas. Aunque algunos postulan que ya se cruzo la frontera de no retorno, aun así vale la pena hacer el esfuerzo, no creen?

Y lo segundo es aplicar mejores y efectivas políticas medio ambientales y sobre los recursos naturales a nivel global. Pensar de otra forma es ilusorio e ingenuo. Nuestro mundo esta muriendo y con el nosotros y nuestros hijos.

Renzo

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LOS FRACTALES MÁS CONOCIDOS

Aquí les presento dos de los fractales más conocidos y más simples también, el primero se conoce como Sierpinski Gasket:
1

y el segundo Koch Snowflake:

2

El desarrollo de ambos se inicia con un triángulo y luego tomando puntos intermedios se van insertando triángulos más pequeños.

Saludos, Renzo

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Machismo

Como peruanos y limeños además vivimos inmersos en el machismo, respiramos una sociedad machista de la cual muchas veces no nos damos cuenta. Inclusive cualquiera que crea que no es machista probablemente tenga actitudes o pensamientos machistas. En lo personal no me considero machista, me agrada la idea de compartir muchas cosas con el sexo opuesto, por ejemplo decisiones, compras, dinero, etc. Sin embargo debo reconocer que a pesar de ello tengo algunos paradigmas que no he podido desterrar.

Pero qué es el machismo. Me animo a postular cuatro expresiones o manifestaciones de una persona (hombre) machista:

1. Celoso
2. Violento
3. Vicioso
4. Mujeriego

1. Celoso: El machista es celoso por naturaleza, no puede confiar en su pareja aunque esta le sea muy fiel y no le de motivos para ello. Los celos pueden tener diferentes niveles variando desde un “no quiero que hables con ese chico” hasta un “si no eres mía no eres de nadie”, seguido de un balazo en la cabeza y posiblemente el suicidio. Los celos se originan por la falta de autoestima del machista, que necesita reafirmarse controlando a la pareja y a la necesidad de evitar la angustia ocasionada por creer que la pareja lo esta engañando. Esta duda se origina porque el machista por regla general es infiel y de la misma manera que una ladrón piensa que todos son ladrones o que un mentiroso cree que todos son mentirosos el machista infiel cree que su pareja es infiel.

2. Violento: Tanto física como psicologicamente el machista procupa amedrentar a su víctima, asustarla de forma tal que la pareja no pueda reaccionar y tenga que seguir soportando en aras del amor una situación denigrante y dolorosa. La violencia también es la necesidad del machista de tener control sobre la pareja, de forma tal de sentirse seguro como mencione antes, ante la duda de ser engañado. La violencia puede ser física e irracional e increíblemente ser soportada estoicamente por la mujer. También puede ser psicológica a través de gritos, miradas, expresiones de furia o amenzas.

3. Vicioso: El machista es facilmente alcohólico, drogadicto o tiene algún otro tipo de vicio por ejemplo casinos, apuestas, juegos de azar. El vicio lo necesita normalmente para fugar de una realidad frustrante que no le da paz ni tranquilidad. Y por lo general impulsa sus otras manifestaciones.

4. Mujeriego: Sumado a todo lo anterior y tal vez como resultado, el machista resulta mujeriego, no tanto por su líbido o deseo sexual, más bien diría por una necesidad de afirmación de su masculinidad. El machista siente dudas más o menos serias de su masculinidad y el hecho de ser mujeriego lo reafirma temporalmente.

Hay otro aspecto del machismo que resulta de voltear la moneda. Al observar a la mujer “machista” podemos tambien definir algunas características bastante claras, pero esto sera objeto de otro post.

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