Los ingenieros estadounidenses Martin Cooper y Raymond S. Tomlinson han sido galardonados con el Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica 2009, según ha hecho público hoy en Oviedo el Jurado encargado de la concesión del mismo.Sus investigaciones han contribuido de forma significativa al gran avance tecnológico de las comunicaciones humanas y han sido fundamentales para el desarrollo del teléfono móvil y del correo electrónico, respectivamente. Dos líneas de investigación que han revolucionado la manera de comunicarse de miles de millones de personas en todo el mundo.
El Jurado de este Premio -convocado por la Fundación Príncipe de Asturias- estuvo presidido por Enrique Moreno, e integrado también por José Luis Álvarez Margaride, Juan Luis Arsuaga, Juan Ignacio Cirac, Pedro Miguel Echenique, Juliana Fariña González, Antonio Fernández-Rañada, Luis Fernández-Vega Sanz, Vicente Gotor, Santiago Grisolía, María del Carmen Maroto Vela, Petra Mateos-Aparicios, Amador Menéndez Velázquez, Rafael Nájera Morrondo, César Nombela Cano, Fernando Ortíz Maslloréns, Ana Pastor, Miguel Ángel Pesquera, Eduardo Punset, José Ramón Quirós García, Julio R. Villanueva, Guillermo Suárez Fernández y José Antonio Martínez-Álvarez (secretario).
Esta candidatura ha sido propuesta por Vinton Cerf, Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica 2002. Apoyada por Leo Esaki, Premio Nobel de Física 1973; Harold Kroto, Premio Nobel de Química 1996; Hamdoun I. Touré, secretario general de la Unión Internacional de Telecomunicaciones; Stephane Boyera, responsable de la iniciativa Web Móvil para el Desarrollo Social del Consorcio Mundial W3C; Anriette Esterhuysen, directora ejecutiva de la Asociación para el Desarrollo de las Comunicaciones.
Martin Cooper nació en Chicago (Illinois, EE.UU.) en 1928 y se licenció en Ingeniería Eléctrica en 1950. Pionero en la industria de la comunicación sin cables, Cooper inventó en 1973 el primer teléfono móvil portátil y supervisó además los diez años de trabajo que fueron necesarios para llevar el producto al mercado. Durante las casi tres décadas que trabajó para la compañía Motorola, desarrolló nuevos productos que generaron un importante volumen de negocio. Tras abandonar la empresa, cofundó la compañía Cellular Business Systems, que pronto dominó el mercado de la telefonía móvil. En 1992, cosechó un éxito similar al frente de ArrayComm, compañía de la que es director ejecutivo y con la que ha desarrollado el sistema de antenas inteligentes, otra gran revolución en el mundo de las comunicaciones inalámbricas, con aplicaciones no sólo en la telefonía móvil sino también en el uso de Internet inalámbrico de largo alcance.
Ha colaborado con el Gobierno estadounidense para localizar nuevos espectros de radiofrecuencia y ha formulado la Ley de Eficiencia Espectral, también conocida como Ley de Cooper, que determina que el máximo de conversaciones de voz o transacciones de datos que pueden circular por un área del espectro radiofónico se duplica cada 30 meses. En 2002 Cooper recibió el George R. Stibitz Computer and Communications Pioneer Award del Museo Americano del Ordenador y el Industry Leader Award-Wireless Systems Design.
Raymond Samuel Tomlinson nació en Amsterdam (Nueva York) en 1941. Estudió en el Instituto Politécnico Rensselaer de su ciudad natal, donde participó en un programa de la compañía IBM. Se graduó en Ingeniería Eléctrica en Rensselaer en 1963 y continuó su formación en el Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT).
En 1967 se unió a la compañía tecnológica Bolt Beranek y Newman -ahora Tecnologías BBN-, en la que contribuyó a desarrollar el sistema operativo TENEX, que incluía ARPANet y TELNET. En 1971 desarrolló la primera aplicación de correo electrónico de ARPANet al combinar satisfactoriamente los programas SNDMSG y CPYNET para enviar mensajes entre ordenadores. Eligió el símbolo de la arroba para distinguir los correos locales de los globales en la dirección del mensaje. Poco después, la arroba se convirtió en el icono digital que es hoy.
El programa inicial de Tomlinson supuso una revolución, ya que rompió las barreras iniciales para el futuro desarrollo del email, que rápidamente se convirtió en una de las aplicaciones más utilizadas de la red y que por su inmediatez y bajo coste ha sabido adaptarse a las demandas comunicativas de las sociedades desarrolladas.
En el año 2000 recibió el George R. Stibitz Computer Pioneer Award, del Museo Americano del Ordenador. En 2001 le fue otorgado un premio Webby de la Academia Internacional de las Artes Digitales y las Ciencias. En 2002 la publicación Discover Magazine le confirió su Premio de la Innovación. En 2004 compartió con Dave Crocker el Institute of Electrical and Electronics Engineers Internet Award (EE.UU.).
Los Premios Príncipe de Asturias están destinados, según los Estatutos de la Fundación, a galardonar “la labor científica, técnica, cultural, social y humana realizada por personas, equipos de trabajo o instituciones en el ámbito internacional”. Dentro de este espíritu, el Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica “será concedido a la persona, institución, grupos de personas o de instituciones cuyos descubrimientos o labor de investigación representen una contribución relevante para el progreso de la Humanidad en los campos de las Matemáticas, Física, Química, Biología, Medicina, Ciencias de la Tierra y del Espacio, así como técnicas y tecnologías relacionadas con ellas”.
En esta edición concurrían un total de 40 candidaturas procedentes de Argelia, Argentina, Australia, Bélgica, Brasil, Canadá, Colombia, Costa Rica, Estados Unidos, Francia, Grecia, Holanda, Israel, Italia, México, Pakistán, Portugal, Reino Unido, República Checa, Suiza y España.
Este ha sido el quinto de los ocho Premios Príncipe de Asturias que se concede este año, en que cumplen su vigésimo novena edición. Anteriormente fueron otorgados el Premio Príncipe de Asturias de las Artes al arquitecto británico Norman Foster, el de Cooperación Internacional a la Organización Mundial de la Salud, el Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales al naturalista británico David Attenborough y el de Comunicación y Humanidades a la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
La próxima semana se fallará el Premio Príncipe de Asturias de las Letras. Los Premios Príncipe de Asturias de Deportes y Concordia se fallarán en el mes de septiembre.
Cada uno de los Premios Príncipe de Asturias, concedidos por primera vez en 1981, está dotado con cincuenta mil euros, la escultura creada y donada expresamente por Joan Miró para estos galardones, un diploma y una insignia acreditativos. Los galardones serán entregados en otoño en Oviedo, en un solemne acto presidido por S.A.R. el Príncipe de Asturias.