Con la televisión digital y otros medios digitales, se abre para los niños toda una gama de posibilidades, no sólo de gozar de experiencias adicionales como espectadores, sino también de interactuar. Y esta interacción puede darse de diversas maneras: desde un programa de TV que anima al niño a “participar” gritándole sus respuestas a la pantalla, respondiéndole a los actores cuando planteen preguntas, acompañando los cantos y los bailes, o –mejor aún- saliéndose del cuarto de la tele cuando los inviten a hacer algo más divertido que el sentarse como simples espectadores. Pero ahora – en la medida en que exploremos las potencialidades de la interactividad digital – será posible hacer algo más atractivo, más divertido, y potencialmente más educativo, que simplemente mirar la pantalla del televisor.Para la audiencia, la interactividad puede implicar una mayor posibilidad de escogencia – sobre lo que ven y sobre donde lo ven. Puede también significar que la audiencia se involucrará más con los contenidos, porque la experiencia será más como un juego, que sentarse y ver pasivamente. Los video-juegos son muy populares entre los menores, por lo que introducir algunos de sus elementos en sus experiencias como televidentes o en los sitios web sería la forma de capturar su imaginación y entusiasmo. Tener la posibilidad de “responderle” el emisor es otro de los beneficios potenciales de la televisión digital, lo que implica que las audiencias pueden votar, enviar mensajes, y participar en programas de nuevas maneras; es claro que internet ya permite todo esto y más. Congregar a la audiencia como una comunidad es otra característica de las nuevas tecnologías digitales, y aunque esto tiene sus problemas en relación con los menores, sistemas bien pensados que garanticen su seguridad y bienestar les pueden permitir participar en formas verdaderamente empoderadoras e incluyentes.

Los niños y niñas están listos para adoptar estas formas de participar e interactuar, porque están abiertos a las nuevas tecnologías, a aceptar innovaciones, y a adoptar nuevos estilos de contenidos, tanto en la TV como en línea. Ellos mezclan fácilmente el consumo de medios y el juego. En sus mejores momentos, la televisión ha alimentado su imaginación y enriquecido su forma de experimentar el mundo. Ahora, las nuevas tecnologías digitales le añaden inmediatez a este proceso, y la combinación de juego y consumo de contenidos permite una experiencia más rica que el simple, pasivo, mirar la pantalla, de forma que el goce es mayor, la experiencia más vívida, y el aprendizaje más profundo. Apostarle al futuro digital significa apostarle a los niños y jóvenes, con todo su potencial de curiosidad, diversión y búsqueda de crecimiento personal.

Las posibilidades que brindan los nuevos canales digitales de TV y la interactividad asociada son una poderosa mezcla que ningún campo debería dejar pasar de largo. Pero es claro que hay grandes retos. Muy poco de esto se podrá realizar sin una financiación que apoye contenidos de calidad, en la TV, la radio y en línea. Esta financiación no vendrá solamente de fuentes comerciales. En Europa empiezan a manifestarse tensiones en las emisoras de servicio público. Con la proliferación de los canales de televisión –especialmente de la televisión infantil los ngresos por publicidad se han fragmentado, y las compañías programadoras nacionales están encargando cada vez menos programas. En su lugar hay una proliferación de canales internacionales con inmensos surtidos de programas, muchos de ellos producidos en los Estados Unidos. Aunque muchos de estos programas son divertidos, están inevitablemente centrados en la cultura norteamericana o son –al menos- internacionales, tanto en estilo como en contenidos. Aunque se podría pensar que esto facilita un mayor entendimiento lobal en realidad ver las propias localidades, oír nuestras propias historias, y verse a uno mismo (o a personas como uno) retratados en televisión, es el primer requisito para tener una niñez saludable, conectada con la sociedad en que vive, orgullosa de su cultura y capaz de enfrentar el mundo con confianza.

A medida que adoptamos la edad digital, todos los países del mundo se preguntan qué significa esto para sus audiencias y particularmente para sus niños y jóvenes. Los medios digitales traen consigo tanto nuevas oportunidades como nuevos retos. Para responder a ambos, debemos hacer todo lo posible para estimular a los productores comprometidos y talentosos a innovar, experimentar y correr riesgos. Necesitamos que la experimentación se extienda a las nuevas plataformas y a las nuevas formas de contenidos que llamamos, de manera demasiado amplia, medios interactivos. Y debemos hacer todo lo que esté en nuestro poder para garantizar que estos esfuerzos cuenten con unas fuentes de financiación adecuadas.

Fuente: http://www.comminit.com/es/node/281009/37#