EL COACHING ONTOLÓGICO Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA – Parte I

coaching ontologico

¿Cómo se relacionan? ¿Cómo se podrían integrar y potenciar? ¿Para qué nos podría servir su integración? ¿Cuáles serían los beneficios para las personas, empresas, negocios, organizaciones?…son algunas preguntas entre otras que me permito compartir con ustedes y aquí lo que busco es contribuir a darles respuesta desde mi interpretación (mi mirada).

La disciplina del coaching ontológico surgida desde la propuesta de la ontología del lenguaje creada por Rafael Echeverría tiene como uno de sus propósitos fundamentales que los seres humanos seamos competentes en el lenguaje (comunicar con eficacia), no es suficiente con sólo practicarlo, y es desde allí, que ésta disciplina a través de sus distinciones, metodología, herramientas y práctica profesional se enfoca entre otros aspectos fundamentales a facilitar el desarrollo de las competencias conversacionales en cualquier sistema constituido por seres humanos desde la base ética fundamental del respeto mutuo y (desde el convivir amoroso) aceptar al otro u otra como un legitimo otro u otra (somos seres diferentes, válidos y autónomos; legitimizar la diferencia).

¿Cuáles son las competencias conversacionales del coaching ontológico que tienen que ver con la comunicación efectiva?

Las competencias conversacionales desde la mirada del coaching ontológico están constituidas a su vez por otras competencias como el poder generativo del lenguaje (el lenguaje genera realidades, actuamos cuando hablamos, carácter activo del lenguaje), la escucha activa (postura corporal del apertura, contexto emocional adecuado, co-responsabilidad de orador-oyente, la danza de lenguaje y emociones entrelazadas), los actos del lenguaje (afirmaciones, juicios / declaraciones, pedidos, ofertas y promesas) o también actos del hablar efectivo, tipos de conversaciones efectivas (conversaciones de juicios personales o explicaciones o privadas, conversaciones para posibles acciones, conversaciones para posibles conversaciones y conversaciones para la coordinación de acciones) para diseñar conversaciones efectivas, coordinación de acciones (no informar), compromisos futuros, diseñar preguntas efectivas (proceso de indagación en los demás) que faciliten la comunicación efectiva (escuchar con más eficacia a las demás personas que integran nuestros sistemas, compartir inquietudes, aclarar expectativas, establecer acuerdos claros, estar más alineados en objetivos comunes, acortar la brecha de nuestras interpretaciones en las diferentes situaciones que se dan en nuestras organizaciones, otros) dentro de los sistemas en los que participamos.

Cuando aprendemos a desarrollar e incorporar esas competencias en forma eficaz en nuestros sistemas nos abrimos a la posibilidad de comunicarnos con eficacia, de contribuir con la comunicación efectiva en nuestras familias, sistemas sociales, educativos, empresas, organizaciones; y en consecuencia nuestro accionar puede ser más efectivo y desde allí, obtener resultados diferentes y satisfactorios que antes no nos eran posibles desde la comunicación no efectiva. Tengamos en cuenta que todo lo que hacemos en nuestros diferentes sistemas se da a través de las conversaciones (somos seres humanos en el lenguaje, existimos en el lenguaje) y nuestras conversaciones nos constituyen en los seres que somos, así como cualquier sistema constituido por seres humanos está constituido a su vez por el tipo de conversaciones que en éste se dan.

Desde lo anterior, podemos reflexionar y preguntarnos ¿Cómo son nuestras conversaciones en nuestros diferentes sistemas en los que participamos? ¿Qué tipo de conversaciones tenemos en nuestras empresas, negocios? ¿Cuán efectivas son? ¿Cuánto tienen que ver el tipo de conversaciones que tenemos en los resultados que obtenemos en nuestras empresas, negocios? ¿Cuál es su impacto en el tiempo, costos, productividad, rendimiento de nuestras empresas, negocios?

Teniendo en cuenta el contexto actual del empresariado peruano en particular MyPE y PyME en dónde el enfoque está en actualizarse continuamente en los temas técnicos y buscar en diferentes espacios de consultorías, asesorías que les den “rápidamente” las recetas que necesitan para generar más ganancias y reducir sus costos; y demás, cuando surge la posibilidad de desarrollar temas no técnicos que tienen que ver con desarrollar competencias (habilidades y capacidades personales, talentos propios de los seres humanos) y en los que es necesario detenerse (darse una pausa) para ampliar su conciencia y cuestionarse por ejemplo con preguntas como las indicadas en el párrafo anterior, y desde allí, ser capaces de encontrar sus propias respuestas, soluciones (expandir su capacidad de acción efectiva) y obtener resultados diferentes que les sean satisfactorios, siendo evidente el cambio (la transformación de sus sistemas). Algunas de las respuestas que más resuenan son “no tengo tiempo”, “no puedo parar necesito generar dinero para sobrevivir”, “no voy a invertir dinero y tiempo en eso”, “¿Para qué voy a invertir en eso?”, “¿Cómo sé que mi empresa, negocio va a mejorar (ganar más dinero, reducir costos) si invierto en eso?”… y me parece importante reflexionar sobre estás respuestas y cuestionarlas respetuosamente.

Nuestro mundo vive cambios acelerados y es evidente que por ejemplo las organizaciones de nuestro país están en su mayoría enfocadas en actualizarse frecuentemente en temas técnicos (tecnologías, software, equipos, materias, técnicas, conocimientos, etcétera). Sin embargo; estás no vienen acompañadas de la actualización de temas que tienen que ver con los seres humanos (por ejemplo: nuestras empresas, negocios, equipos de trabajo están constituidos por seres humanos; y no nos estamos permitiendo actualizar lo humano, nuestro ser humano) y que de alguna forma ahora se están dejando de lado o le damos poca importancia generándose algo así como un desfase, desequilibrio, una brecha que pareciera alargarse hacia el futuro en vez de acortarse. Desde mi mirada, lo anterior no contribuye a hacer sostenible en el futuro nuestra existencia como seres humanos (y la de nuestros sistemas) y en vez de “actualizarnos como tales” dejamos de lado lo humano y buscamos nuestras respuestas para que nuestros sistemas sigan existiendo en lo más accesible y rápido que es lo técnico, lo que está fuera de nosotros y nuestros sistemas (y no en nosotros y dentro de nuestros sistemas).

Me parece fundamental para hacer sostenible nuestra existencia en el futuro como sistemas constituidos por seres humanos (por ejemplo: familias, empresas, negocios, organizaciones, etcétera) que tengamos en cuenta que es necesario que nuestra actualización continua en lo técnico venga acompañada de una actualización continua de lo humano (del desarrollo eficaz y continuo de nuestras habilidades y capacidades personales como la comunicación efectiva, que nunca va a tener una fecha de vencimiento, descubrir y desarrollar nuestros talentos; como seres humanos, equipos, empresas, negocios, sistemas) para integrarnos más al hacer más sinergias y generar desde nuestros sistemas nuevas y más potentes respuestas, soluciones que se complementen con lo técnico y que desde allí, podamos obtener resultados distintos y más satisfactorios que nos lleven adonde queramos llegar y que a su vez cada uno de nosotros desde su lugar y lo que está a su alcance pueda contribuir con la co-creación de nuevos contextos, realidades (por ejemplo familiares, empresariales, industriales) de convivencia que faciliten el bienestar y crecimiento sostenible en el futuro de quienes lo constituyen. En esencia desde nuestra propia transformación personal y organizacional contribuyamos a la transformación de nuestro país y desde allí mirando más allá colaborar con la co-creación de nuestro mundo.

Siguiendo con mi reflexión; veo desde mi lugar que para empezar a acortar esa brecha entre lo técnico y lo humano un primer paso fundamental y relevante es aprender a comunicarnos con eficacia (desarrollar e incorporar la comunicación efectiva) y lograr ser competentes en nuestras conversaciones, teniendo como punto de partida para dar ese paso el que reconozcamos nuestra
incompetencia en nuestras conversaciones (en nuestras formas de comunicarnos, comunicación no efectiva) con los demás en los diferentes sistemas en los que participamos (y que nos constituyen) como nuestras familias, centros educativos, negocios, empresas, entre otros.

La disciplina del coaching ontológico surge como una posibilidad que puede potenciar (enriquecer, fortalecer) la competencia de la comunicación efectiva al estar ésta relacionada y alineada a parte de la esencia en la que se enfoca la propuesta de la ontología del lenguaje que constituye al coaching ontológico y a las competencias que mencionamos en un párrafo anterior de las que ésta disciplina busca hacerse cargo en forma eficaz desde su práctica profesional a través de diferentes modalidades de intervención que incluyen la aplicación de varias de sus herramientas relacionadas.

Seguimos reflexionando en la parte II…

Por Clever Pino Morante, Coach Ontológico Profesional y Consultor Asociado de PERFIL (www.eperfil.org).

 

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