¿Es bueno corregir con golpes? Asientes -no lo sientes personal- ¿Te golpearon para corregir? Callas, advierto la vergüenza para aceptar la realidad proveniente de un estilo de crianza punitivo, típico de nuestra sociedad.

En el artículo “Las víctimas invisibles de la violencia de género” (Ordóñez y Gonzáles, 2011), se analiza y concluye que la vivencia por parte de los niños de situaciones de violencia y abuso de poder cobra un significado crucial, puesto que las experiencias vividas en la infancia constituyen un factor de vital importancia para el posterior desarrollo y adaptación de la persona a su entorno. Los niños aprenden a definirse a sí mismos, a entender el mundo y cómo relacionarse con él a partir de lo que observan en su entorno más próximo.

De este modo la familia es considerada como el primer agente socializador del niño y el más determinante a la hora de la instauración de modelos apropiados de funcionamiento social. Las relaciones familiares, especialmente los estilos de crianza y la relación entre los padres, influyen sobre la capacidad del niño para la autorregularización de sus conductas y emociones, y sobre el significado que atribuirá a las relaciones interpersonales.

Por otra parte, los estilos parentales excesivamente punitivos o coercitivos pueden servir de modelo para la resolución coercitiva de los conflictos, que se generalizan desde las relaciones padres-hijos a las relaciones con los otros, facilitando el desarrollo de déficits en el funcionamiento interpersonal. Estos primeros patrones de funcionamiento social, aprendidos y reforzados dentro de la familia, se aplican después a las interacciones con los iguales. Las consecuencias para la salud mental de niños abarcan principalmente los trastornos de conducta, ansiedad y miedos, depresión, agresividad, baja autoestima y signos de trauma y estrés post-traumático, asimismo, puede haber dificultades en el desarrollo de las habilidades sociales, y creencias sobre la aceptabilidad de la violencia en las relaciones.

¡Antes, la educación era mejor, aprendí a golpes y malo no soy! Por ello ¡Todo tiempo pasado fue mejor! ¡Un momento! ¿No tenemos una sociedad enferma, egoísta, nada empática, poco solidaria y de molde gracias a esto? Te golpearon ¡No lo tienes que repetir tú! Es probable que recuerdes más una golpiza que un abrazo, lamentablemente te hicieron valorar positivamente lo primero.

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