EL TRIUNFO DE LA Ñ – AFIRMACIÓN DE HISPANOAMERICA

Un avance extraordinario
Capaz la letra Ñ muestre la singularidad del idioma castellano (mal llamado “español”), que la conquista española introdujo en América, delineando nuestro proceso cultural. La Ñ no existía en el griego ni en el latín, que han sido las matrices de las lenguas romances actuales, sino solamente la N, que en los inicios de la Edad Media se fue reforzando con otros signos, especialmente la I, la Y, la G, e incluso la N duplicada. Este último proceso dio lugar a la Ñ.
Efectivamente, al aparecer las lenguas romances vulgares, los monjes ubicados en la península ibérica empezaron a economizar letras para ahorrar esfuerzo en las tareas de copiado de las obras clásicas. Según se dice, la secuencia «nn» se escribía con una «n» muy pequeña denominada virgulilla encima de una «n» de tamaño normal: «ñ». Con el desarrollo de las primeras imprentas, se asumió esta costumbre para ahorrar costes en la colocación de caracteres duplicados (por ejemplo en “anno”) y se empezó a transcribir con un guión encima (año), que indicaba que se repetía la letra.
En América Latina, desde fines del siglo XVI la letra se fue incorporando progresivamente en la estructura de los idiomas de origen nativo como el aimara, guaraní, mapudungun, mixteco, quechua, tagalo y zapoteco. En ese sentido, hoy por hoy, para América Latina tiene un sentido mayor pues significa la muestra del proceso de fusión cultural que vivimos a lo largo de todo este tiempo.
En Estados Unidos de América, a raíz de la presencia creciente de la cultura latinoamericana, la letra Ñ ha venido siendo resaltada. Ejemplo de ello es el hecho de que en una reciente edición sobre la influencia de la cultura latina en ese país, el semanario norteamericano Newsweek consagró su portada a lo que denominó la “generación Ñ”. De hecho, en el propio idioma ingles se admite ya la ñ en préstamos del castellano como en el caso de «cañón» (aunque la grafía más común sea «canyon»), «cañada» (en Cañada del Oro en Arizona), «jalapeño», «piñata» o «niño» (en la corriente marina y en la Oscilación del Sur El Niño).

Un problema: Los teclados de computador
A pesar del proceso descrito, a comienzos de la década de 1990 un problema empezó a ocurrir en materia informática que trajo dificultades en el acceso a Internet. Los fabricantes de teclados en el primer mundo estructuraron muchos lotes de ellos sin la presencia de varias grafías castellanas: la letra Ñ y los signos de apertura de interrogación y admiración. El fastidio no tardó en llegar y es posible que muchos lo hayamos experimentado a lo largo de estos años.
Algunos gobiernos reaccionaron activamente, como el caso de España que estableció una reglamentación que impedía comercializar en su territorio productos informáticos que no tuvieran en cuenta “todas las características del sistema gráfico del español”. Muy pronto esa reglamentación fue materia de cuestionamiento en la Unión Europea (UE), cuando se impulsó el proyecto de algunos fabricantes de ordenadores, que pretendían comercializar teclados sin Ñ. La UE estimó que la reglamentación española equivalía a una medida proteccionista que violaba el principio de libre circulación de mercancías.
La situación genero muchas críticas entre los internautas que, en operaciones en red, empezaron una campaña casi quijotesca para reivindicar la Ñ. Para la Real Academia Española (RAE), la desaparición de la Ñ de los teclados representaría un atentado grave contra la lengua oficial.
Capaz una reacción emotiva muy comentada fue la de la poetisa argentina María Elena Walsh, quien en el diario La Nación de Buenos Aires señaló: “¡No nos dejemos arrebatar la eñe! Ya nos han birlado los signos de apertura de interrogación y admiración. Ya nos redujeron hasta el apócope… Sigamos siendo dueños de algo que nos pertenece, esa letra con caperuza, algo muy pequeño, pero menos ñoño de lo que parece (…) La supervivencia de esta letra nos atañe, sin distinción de sexos, credos ni programas de software… Luchemos para no añadir más leña a la hoguera donde se debate nuestro discriminado signo… La eñe es gente“.
Gabriel García Márquez, nuestro gran escritor latinoamericano, clamó que era “… escandaloso que la CE (Comunidad Europea) se haya atrevido a proponer a España la eliminación de la eñe… sólo por razones de comodidad comercial“, señalando que “Los autores de semejante abuso y de tamaña arrogancia deberían saber que la eñe no es una antigualla arqueológica, sino todo lo contrario: un salto cultural de una lengua romance que dejó atrás a las otras al expresar con una sola letra un sonido que en otras lenguas sigue expresándose con dos“.
A raíz de esas reacciones, el gobierno español queriendo consolidar la protección de la letra respondió en 1993 con una ley que salvaba a la Ñ, acogiéndose al Tratado de Maastricht, que admite excepciones de carácter cultural.

Un segundo problema: Acceso a Internet
Luego de la casi generalizada incorporación en los teclados y “lap tops” que se venden en América y Europa, el problema con la Ñ paso al ámbito de la Internet pues las Directivas sobre dominios que usábamos normalmente en América Latina y en España se basaban en el alfabeto anglosajón. Por eso, a principios de octubre de 2007, se lanzo en España el procedimiento de registros de dominios “.es” con caracteres propios del castellano, catalán, euskera y gallego.
El objetivo de la iniciativa es poner en valor el español en Internet y en el desarrollo de la Sociedad de la Información. Al respecto, el Director de la RAE, Víctor García de la Concha, consideró que la entrada de la Ñ o los acentos graves y agudos en Internet supone un “pequeño paso, pero virtualmente es un gran paso” para la difusión del castellano en la red.
Los resultados han sido más que alentadores pues durante la primera semana de puesta en marcha, red.es, que tiene asignada en España la gestión de dominios bajo el “.es”, contabilizó más de 1.200 registros con alguno de los siguientes signos: á, à, é, è, í, ï, ó, ò, ú, ü. Respecto a los dominios “.es” que incluyen ñ, ç o l.l (l geminada de catalán) red.es informó que se hallan en fase de asignación y que se resolverán mediante sorteo.
En este sentido, los caracteres más solicitados han sido la ñ y la ó. Alguno de los nombres de dominios “.es” que serán sorteados son: enseñanza.es; eñe.es; enseñar.es; niñas.es; baño.es; cataluña.es; cataluña.org.es; cineespañol.es; contraseña.es; coño.es; coruña.es; diseñoindustrial.es; doñana.es; guareña.es; hotelesespaña.es; marinacoruña.es; nuñez.es; ocañamoya.es; peña.es; señor.es; señoras.es; tintasydiseño.es; viñas.es; viñedosruiz-jimenez.es
Cabe destacar que el 30% de las solicitudes proceden de la Comunidad de Madrid, el 20% de países distintos a España (con Estados Unidos a la cabeza, seguido de Chipre y Alemania) y con porcentajes que oscilan entre el 9% y el 8% para Andalucía, Cataluña, Valencia y País Vasco.
El éxito de los dominios “.es” sitúa la cifra de registros en los 708.191 a finales de octubre, un 26% más que a principios de año, 200.000 más que en el mismo periodo de 2006 y casi un 90% más que los existentes en 2004.
Capaz por eso la ceremonia de entrada oficial de la letra Ñ a internet lleno de expectativa a muchos castellano-hablantes. Esta se realizó en la Real Academia Española, el 5 de noviembre pasado, bajo la presidencia del jefe del gobierno de España, José Luis Rodríguez Zapatero, y con la participación de los directores de las 22 Academias de la Lengua Española.

Puntuación: 3.61 / Votos: 61

Acerca del autor

Luis Alberto Duran Rojo

Abogado por la PUCP. Profesor Asociado del Departamento de Derecho de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP). Director de ANALISIS TRIBUTARIO. Magister en Derecho con mención en Derecho Tributario por la PUCP. Candidato a Doctor en Derecho Tributario Europeo por la Universidad Castilla-La Mancha de España (UCLM). Con estudios de Maestria en Derecho Constitucional por la PUCP, de Postgrado en Derecho Tributario por la PUCP, UCLM y Universidad Austral de Argentina. Miembro de la Asociación Peruana de Derecho Constitucional, del Instituto Peruano de Investigación y Desarrollo Tributario (IPIDET) y la Asoción Fiscal Internacional (IFA).

4 Comentarios

jad

¿mal llamado español? ¿Entonces el idioma que hablan mayoritariamente en USA, es el mal llamado ingles?

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Juan Carlos

En España hay otros dialectos y lenguas vernaculares a parte del castellano. Por ello decir que hablamos "español" sería como decir que hablamos "peruano" distinguiendo a una legua sobre las que se hablan en nuestra patria. No obstante para la RAE el uso de la palabra "español" en referencia al castellano es aceptado. Por ello que no sería "mal llamado español" pero "comunmente llamado español".

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Ernesto

Buena entrada. Como bien dice Juan Carlos, la RAE admite “castellano” y “español” con uso intercambiable. La ligereza con que el uso de ambos términos se hace, alejado de parámetros estrictamente lingüísticos, ha conllevado a la total confusión en la opinión pública de ambas voces, bien diferenciadas semánticamente. Algunos datos para contrastar:

1- La Constitución Española, carta magna sometida a presiones políticas desde las periferias nacionalistas, establece que “el castellano es la lengua española oficial del Estado”. La constitución de 1978 no se caracterizó por su acierto, en lo que al nombre del idioma respecta (Gregorio Salvador, <>, Barcelona (1987), Ariel.

2-Por su parte, la Asociación de Academias de la Lengua Española (ASALE) mediante su Diccionario panhispánico de dudas, ​que tiene carácter normativo, ha declarado que la polémica está actualmente superada; basta con echar una ojeada a la prensa para verificar que tal afirmación tiene más de deseo que de contrastado hecho. Obviemos que la propia asociación elige “española” y no “castellana” para categorizar la lengua.

3-Quienes prefieren como nombre oficial de nuestra lengua común el de “castellano”, alegan que Castilla es el solar originario del idioma, y que las otras lenguas de España, el gallego, el catalán y el vasco son tan españolas como ella. Quienes se inclinan por “español”, aducen que no hay que considerar el origen castellano de la lengua, sino su desarrollo hasta el momento de convertirse en auténtica coiné, lengua común y unitaria conformada gracias a todas y cada una de las aportaciones de los distintos ámbitos territoriales peninsulares, adoptada por todos ellos como instrumento de intercambio y comunicación, y extendida a América en el siglo XVI.

4- El argumento del origen castellano de nuestra lengua no avala suficientemente que su nombre oficial sea “castellano” o “lengua castellana”. El medieval condado de Castilla aportó, si se quiere, un complejo estrato, la infraestructura sobre la que después se superpondrá la estructura de una lengua plenamente desarrollada. Dicho estrato, el castellano histórico, superpuesto a la base del latín (siguiendo este argumento, deberíamos catalogar nuestra lengua como latina, por su origen), se enriqueció con rasgos del sustrato vasco en el que nació (véase sistema vocálico) y con numerosos rasgos de las variedades y lenguas de contacto (gallego-portugués, navarro-aragonés, astur-leonés, catalán, árabe).

5-Pretender que un andaluz, un argentino, un colombiano, un valenciano, un canario o un mexicano hablen el castellano de un hablante de Burgos o de Salamanca es tan absurdo como inútil. Aunque regidos por el mismo sistema fonético (sistema fonético de la española, no castellana) actualizan el habla con una serie de rasgos fonológicos que los diferencian. (Sin ir más lejos, véase estas realizaciones del fonema /s/ en español: [s] ápico-alveolar castellana, [s] predorsal y dorsal en el sur de España y América).

6-Identificar “castellano” dialectal actual (variedad diatópica del español) con aquella variedad histórica (variedad romance del latín) y con el español panhispánico del siglo XXI es alardear de una manifiesta falta de conocimientos lingüísticos que más valdría silenciar, y con premura si realmente se pretende arrojar luz y no tinieblas.

Gracias y enhorabuena por el blog.

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