El doce de marzo del 2008 no sólo iba a ver a The Cure, la mejor banda del planeta (para mi, claro). Los iba a ver con personas a quienes hasta ese momento conocía sólo de manera “virtual”, y nada menos que en Paris, la ciudad luz.

La aduana francesa

Dos días antes del concierto, llegué a Paris procedente de Bratislava, capital de Eslovaquia. La policía de la aduana francesa me “recibió” en el aeropuerto Orly-Sud (uno de los dos aeropuertos que tiene Paris), revisando mi pequeña maleta roja. Pero como les comenté a algunos amigos, si hay algo que caracteriza a los franceses son sus buenos modales… ¡incluso al revisar tus cosas! “No se preocupe señor, nosotros revisaremos sus pertenencias y las pondremos en el mismo lugar”, “¿Cuál es el motivo de su visita a Francia?”. Lo que le contesté a los policías fue la verdad: “Vengo a ver a The Cure”. Cuando terminaron de revisar mis cosas y ponerlas en su lugar el policía se despidió con un “Bien señor, hasta luego y que disfrute su concierto con Robert Smith de The Cure”. Luego de cuatro años, volvía a pisar suelo francés.Paris es caro

Y la verdad es que Francia es un país bastante caro. Al menos, si lo comparas con Eslovaquia (o cualquiera de los nuevos países de la UE). Me acerqué al mostrador a comprar un ticket para el Metro “Nation” (una hora aproximadamente) y me costó alrededor de 9 euros, es decir, unos 40 soles. Con ese dinero en Perú uno se va hasta Ica: ida y vuelta! Al bajar del Metro me esperaba una amiga, Elsa, que había conocido a través de una comunidad de viajeros y que me iba a hospedar esa noche. Era la primera vez que me hospedaba en la casa de alguien a través de esa comunidad, pues cuando estuve en Perú fui yo el anfitrión de un par de viajeros. Yo estaba molido por el viaje, pero Elsa muy amablemente me mostró su casa, preparó una buena cena, sirvió un buen vino y acondicionó un lugar en la sala en donde yo iba a dormir. Nos hubiera gustado conversar más, pero yo estaba totalmente cansado y ella, estudiante de arquitectura, debía terminar una maqueta para el día siguiente. Igual, fue un muy buen recibimiento

Los amigos

Al día siguiente por la mañana, once de marzo, me levanté alrededor de las 9.30am y partí con dirección a la estación “La Republique”, desde la cual iba a ir al hostal que, con tres amigos (que hasta ese momento sólo conocía de forma virtual a través de curefans.com), habíamos reservado semanas atrás. Llegué alrededor de las 10.30am y lamentablemente no podía ingresar a la habitación sino hasta las 14.00. Yo esperaba a Marika (de Finlandia) y Brian (de EEUU) alrededor de las 11.00. Como en casa de Elsa sólo había tomado un té, salí a buscar un lugar en donde tomar un desayuno “barato”, mientras hacía tiempo hasta las 11.00. Encontré un café en la misma “Place de la Republique” en el que vendían un desayuno por cerca de 6 euros, es decir, unos 27 soles, es decir, unos 8 básicos en la PUCP. Pero para una ciudad como Paris, el precio era “normal” y hasta “barato” diría yo. Así que me instalé en el café parisino, y procedí a devorar (acuérdense que sólo había tomado un té ese día y eran casi las 11.00am) el delicioso pan baguette, el “croissante”, y tomar el café y el jugo de naranja. Estuvo bueno.

Luego del desayuno me dirigí a nuestro hostal, el Asbolute Paris, para encontrarme con Marika y Brian, que se supone para las 11.00am ya iban a estar allí. Al abrir la puerta me encontré con una joven delgada, de cabellos rojos y alta. Era Marika, a quien conocía hace mucho tiempo, pero sólo a través de correos electrónicos y de discusiones en el foro. Nos dimos un fuerte abrazo, y como si fuéramos amigos de tiempo, simplemente hablamos como si nada, como si el día de ayer ya nos hubiéramos visto. Y es que el puente entre la virtualidad y la realidad parece cada vez más corto. Le pregunté por Brian, y me comentó que éste había perdido el vuelo y que recién iba a llegar por la tarde, alrededor de las 15.00. Como tampoco podíamos entrar a la habitación, decidimos dejar las maletas más grandes en la recepción e ir a caminar y a buscar algo de comer, o quizás tomar una cerveza. Eran cerca de las doce.

Encontramos un lugar cerca de la Place de la Republique en el que ordenamos un par de cervezas Heineken y dos grandes sándwiches de baguette con queso. Ella, vestida con su polo negro de The Cure, me mostraba las fotos que previamente había hecho de los otros conciertos de la gira a los que había asistido. Hablamos de todo, y partimos alrededor de las 13.30. Había empezado a llover así que fuimos lo más rápido que pudimos al hostal. Finalmente la recepcionista pudimos entrar a nuestra habitación. Era un lugar pequeño y tenía dos camarotes, un televisor, y el baño contaba con una bañera: perfecto para pasar el par de días.

Por la tarde se nos unió Tof, un francés que vive cerca de Burdeos y que venía procedente de Barcelona, ciudad en donde The Cure había tocado el día anterior. Juntos fuimos a la Torre Eiffel a hacer algunas fotos. A eso de las 15.30 llamó Brian quien finalmente había llegado a Paris. Quedamos en encontrarnos en la estación “Trocadero” (desde donde se accede a la Torre Eiffel), pero al final nos cruzamos y nunca nos encontramos. Regresamos al hotel para ver si finalmente dábamos con él, pero nada. Decidimos echar un vistazo al lugar en donde The Cure tocaba al día siguiente, el “Palais Omnisport de Paris Bercy (POPB)”, un lugar en donde tocan todos los grandes artistas. Depeche Mode, REM, RadioHead, todos habían pasado alguna vez por allí. Y para The Cure no era la primera vez, ellos estuvieron en 1996 y en el Prayer Tour (1989).

El poder de un polo

Yo tenía puesto el polo de “curefans.com” y curiosamente, mientras íbamos al POPB, Brian me reconoció en plena estación de Bercy. Un lugar en donde transitan miles de personas por día, pero que por esas cuestiones del destino, sirvió para que los cuatro nos encontráramos finalmente. Dimos un largo paseo alrededor del POPB, cenamos en el “Cafe Bercy”, justo al frente del lugar del concierto, y regresamos al hostal a descansar. Nos esperaba un largo día.

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Un día en Paris… con The Cure (Parte I)
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2 thoughts on “Un día en Paris… con The Cure (Parte I)

  • 25 marzo, 2008 a las 6:57 pm
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    yo solo veo a The Cure en TV Rock porque no tengo dinero para comprarme un DVD y menos tengo cable, soy pobre buaaaaaa mis viajes mas largos son hasta villa el salvador y comas

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