Archivo por meses: octubre 2013

Sobre la Escritura de la Historia

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El presente artículo tiene por objetivo reflexionar en torno a la lingüística y la historia. Con este fin se busca plantear un marco teórico para aproximarse al pasado contenido en la escritura y desde la escritura.

Todo mi marco teórico de la lingüística se lo debo a Mario Montalbetti y las clases de Análisis Lingüístico. Se tiene el significado (el contenido de la referencia), significante (lo que se refiere) y objeto/sujeto (el referido) organizado en un triángulo:

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Un ejemplo en torno a un perro

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La relación entre el significante y el significado forma lo que se conoce como signo lingüístico. Hay tres aproximaciones para explicar la relación entre ambos que reciben el nombre de teorías del signo. Para Aristóteles el significante antecede al significado. Para Chomsky el significado antecede al significado. Finalmente, para Saussure ambos son simultáneos.

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Considero que tanto el significante como el significado y, por supuesto, el objeto/sujeto tienen una historicidad. Entiéndase por historicidad el poder modificarse en el tiempo (si tenemos dos momentos t1 y t2, por la historicidad ambos son diferentes). La historicidad entonces hace que puedan variar en el tiempo (a intervalos de tiempo más cortos o cercanos la variación tiende a ser menor pero es una modificación en sí).

Es importante analizar al objeto/sujeto. Este personaje será sobre el cual girará toda la investigación y la escritura de la Historia. Los predicados que se redactarán lo implicarán a él como sujeto o agente. Este objeto/sujeto evidentemente tiene historicidad porque se encuentra bajo las dimensiones del espacio/tiempo. Puede ser objeto/sujeto una piedra, el rey de España, una comunidad campesina de Guatemala, etc.

Un ejemplo puede clarificar la situación. Aún hoy utilizamos el significante ‘comunidad’ para referirnos a las colectividades campesinas. Este término comenzó a utilizarse en el siglo XVI y su uso se desbordó en el XVII, XVIII, XIX, XX y XXI. Pero evidentemente las colectividades campesinas son diferentes en cada uno de estos siglos y en estos momentos. Entonces, tenemos un significante que permanece constante mientras que el sujeto a quien designa varió y el significado también lo hizo.

Si se designa a la historicidad de estos tres elementos (significante como S, significado como s y objeto/sujeto como O) como *, entonces tenemos ocho posibles combinaciones:

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La lectura es la siguiente: En el caso 4 se llama ‘el significante se mantiene constante mientras que el significado y el sujeto/objeto varía’. En el 7, ‘el significante y el significado varían, pero el objeto/sujeto se mantiene constante’. La 3, ‘el significante y objeto se mantienen constantes mientras que el significado varía’.

La primera y octava posibilidad son imposibles. La primera puesto que si el significante, significado y sujeto/objeto son constantes, entonces no hay historicidad. Es el tiempo presente y no hay un estudio histórico sobre el mismo presente en tanto pasado. El último porque todo varía y no hay un elemento de referencia. Esto lleva a que la historicidad para su estudio en estos tres elementos no tiene que afectar ni a ninguno ni a todos. Por lo tanto, la variación tiene que afectar mínimo a uno o máximo a dos.

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Para organizar estas seis posibilidades se tiene dos criterios: por la inmediatez del pasado y por la teoría del signo a la que refiere. La primera toma como elemento ‘estructurante’ si el sujeto/objeto se mantiene constante. Si el sujeto no varía (caso 3, 5 y 7) entonces la historia es reciente (sujeto aún vivo pero que ya tiene pasado) o a la descendencia directa. Esto hace que el intervalo temporal que lo comprende sea realmente corto. La segunda manera, que se dan en los casos 2/4/6,  el sujeto varía lo que lleva a tener un marco temporal más amplio: un pasado más lejano. Por tanto, tenemos dos pasados: el pasado inmediato y el pasado distante.

El segundo criterio toma en consideración a las teorías del signo. El caso 2 y 7, donde el Ste. y Sdo. tienen el mismo signo (o varían o no varían) se asocia a la propuesta de simultaneidad de Saussure. En el caso 3 y 4 hace que el significante anteceda al significado por tanto se sigue a Aristóteles. En los casos 5 y 6  el significado el significado permanece mientras que el significante varía por tanto se sigue a Chomsky.

Volvamos al caso de  ‘comunidad’. Se tiene un significante que permanece constante pero un significado y sujeto que varían. Esto se asocia al caso cuatro. Es cuestión de tiempo el poder asociar cada una de las posibilidades a un ejemplo propio de la investigación histórica.

Por qué realizar este tipo de reflexión? Qué es lo significativo de este escrito para que no sea una simple divagación u onanismo? La Historia, en tanto discurso, se encuentra escrita. Es por esta razón, junto que la gran mayoría de fuentes que son documentos, que el signo lingüístico es inmediato a la Historia como práctica (investigación). Desconocer de lingüística en el trabajo histórico es como investigar sin análisis, es tan sólo leer y comparar.

Tener en cuenta este escrito es un intento por acercarse a lo real, al otro, pese a todas nuestras subjetividades inherentes a la condición humana misma. De no ser esto posible, entonces se tiene un patrón sobre el cual opera la subjetividad.

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Algunas reflexiones sobre el artículo ‘Visión de los vencidos o subalternidad?’

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El presente artículo constituye una crítica sobre un artículo de Liliana Regalado publicado en el libro Crónicas Coloniales. Hay que reconocer que quien escribe este artículo es sólo un estudiante de pregrado en la especialidad de Historia. El análisis toma en cuenta principalmente las conclusiones y la bibliografía. También ha de señalarse el respeto por la doctora Regalado adquiridos por sus trabajos y su excelente labor docente. Este crítica se contextualiza en medio de un profundo respeto académico.

Una primera preocupación surge al revisar los libros que se utilizaron para la elaboración del artículo. Considero que para efectuar una reflexión crítica de una corriente de investigación o conceptos se urge revisar gran parte de la literatura o al menos los representantes más significativos. Faltan trabajos de su fundador Ranajit Guha (Elementary aspectos of Peasant Insurgency in Colonial India) y de los principales exponentes como Dipesh Chakrabarty (Provincializing Europe), Homi Bhabha (The location of culture),  Gayatri Spivak  (Can the subaltern speak?) o Partha Chatterjee. Al margen de esto, toda reflexión crítica debe de valorarse en cuanto a sus argumentos.

Sobre la subalternidad describe tres ideas. La primera lleva a considerarla como un logos que persiste en sujetos que estuvieron en situación  de dependencia colonial. La segunda considera que los antiguos colonos desarrollaron una historia separada con sus propios registros de historicidad; además de sus propios hitos y símbolos. La tercera consiste en considerar a la ‘gestas’ emancipadoras como parte del establecimiento de una cadena de colonización.

A partir de estas valoraciones sobre subalternidad contrapone su apreciación sobre la <visión de los vencidos> propuesta por Nathan Wachtel. La primera idea consiste en revelar una historia desde la óptica del colonizado. La segunda se centra en que tanto el colonizador  como el colonizado comparten el mismo curso histórico. La tercera señala que se produce la existencia de relatos complementarios desde una perspectiva  no hegemónica. Acá sostiene que la inclusión está presente por el ‘coprotagonismo’ de todos los actores que participaron en la situación colonial. La cuarta implica que la subalternidad, a diferencia de la <visión de los vencidos>,  no suprime el hecho colonial aun después del ‘develamiento’ de las prácticas y discursos que colonizaron la historia y la cultura de los pueblos originarios. La quinta idea es la más importante: todas las explicaciones sobre el curso de la historia obedecen a particulares puntos de vista, manejo de teorías específicas y de la selección de acontecimientos a usar.

La crítica es la siguiente (en ánimos de contribuir a la historia rural del Perú). Para la primera idea sobre subalternidad. ¿No es acaso el gamonalismo un factor que persistió en la sierra hasta la reforma agraria? ¿No persistió de esta manera el yanaconaje, el sistema de pongos y otro tipo de trabajo servil hasta el siglo XX?  Por tanto, la dominación colonial en tanto coerción servil persistió y transgredió la periodificación que divide colonia/república. No sé si es que constituye un logos, pero si es una constante que persiste contemporáneamente a través de mecanismos como el racismo.

Sobre la segunda idea sobre subalternidad. ¿No es acaso la Historia del Perú una Historia criolla hasta la fecha? Esto tomando en cuenta la Historia que se enseña en los colegios y no la que se difunde en el círculo académico. La diferencia se da a partir de la reducida distribución de la segunda y de la masificación de la primera gracias al circuito del libro escolar. La Historia que se enseña en el colegio no es inclusiva porque no representa a las minorías. A diferencia de grandes personajes como Grau, Bolognesi, Ugarte, etc. A las minorías se las enseña como ‘indios’, ‘negros’, ‘chinos’. ¿Acaso se reconocen a las sublevaciones campesinas y su reconocimiento en las guerras (Chile/Independencia)? ¿ Se enseña  la participación criolla en favor/defensa de la monarquía y de los ‘grandes héroes’ luchando por España? ¿Se enseña la existencia del yanaconaje y el pongaje así como la expropiación de tierras? Ninguna de estas se da; por tanto, sí existe una historia separada formada por los ‘antiguos colonos’ y actualizada por sectores conservadores.

Sobre la tercera idea. Las ‘gestas’ emancipatorias no conocieron la realidad interna del Perú. San Martín y Bolívar, así como otros precursores, tuvieron ideas positivas para abolir el tributo y extender la condición de <peruano>. Pero estas iniciativas no contemplaron el respeto por la propiedad de la tierra y la defensa jurídica gracias a su ceguera propia del liberalismo. ¡Querían invertir en la tierra por tanto tenían que desamortizarla, quitársela a los ‘indios’, abolir las comunidades! Es con Castilla que tras la abolición definitiva del tributo indígena se forman los grandes latifundios. Estos fueron alimentadas a partir de mano de obra servil agrupada en el yanaconaje con mecanismos como el enganche o socorro. Pese a las buenas intenciones, sí se generó una cadena de ‘colonización interna’. Esto llevo el problema hasta 1920 cuando la constitución reconoce la personería jurídica de las comunidades y les otorga la propiedad sobre sus tierras. Todo esto bajo la condición de inenajena/imprescripti/inembarga – bilidad.

En cuanto a las ideas sobre la <visión de los vencidos> es necesario utilizar su quinta idea:  todas las explicaciones sobre el curso de la historia obedecen a particulares puntos de vista, manejo de teorías específicas y de la selección de acontecimientos a usar. esto resalta el papel inherente de la subjetividad del historiador en su condición de escritor y de enunciar en medio de un tiempo/lugar específico. La <visión de los vencidos> se enunció durante el auge la etnohistoria y muchas cosas han cambiado a partir de ese momento.

Sobre la primera idea sobre la óptica del colonizado. En primer lugar, siguiendo las líneas de conversación con William Aranda, la <visión de los vencidos>  es un reduccionismo maniqueo de la realidad. Se utiliza como pieza fundamental la dominación inherentemente política pero hay otras variables en las cuales la situación se cambia. Por ejemplo, la posesión de los recursos la tienen los ‘colonizados’ y de no trabajar la tierra perjudicarían a los ‘colonizadores’. En esta situación el primero tiene agencia sobre el segundo pero tomando en consideración otras variables. Esto con el objetivo de reconocer la agencia de los sujetos. Entonces, la <visión> nos deja una ‘historia del colonizado’ pero sin el ‘colonizado’ no para el ‘colonizado’. Quien escribe es un investigador extranjero (Murra/EEUU, Wachtel/Francia, Curatola/Italia Someda/Japón, etc.) o de Lima en situaciones privilegiadas al resto de la población (Pease/Católica, Rostworowski/IEP, etc.) que escriben desde  universidades o instituciones prestigiosas  para generar textos que circulan en el reducido ámbito académico.  A esto se le puede sumar que están escritos en español/castellano, inglés, alemán, japonés, francés, etc. Es imposible que la comunidad lea su estudio etnohistórico/subalterno/visionariovencido siempre y cuando no sepa el idioma de la escritura del trabajo. La impresión que se genera es de un investigador que se pone la máscara del ‘colonizado’ para escribir sobre él. Termina siendo la imposición de un discurso de uno sobre otro.

Sobre el compartir del curso histórico. Esto realmente es evidente a partir de que los actores comparten el mismo tiempo y, en fin de cuentas, el mismo espacio. ‘El aleteo de las alas de una mariposa puede provocar un Tsunami al otro lado del mundo’ por tanto la existencia de la condición de ‘no-contactados’ parece imposible. Esto ya lo dejó en claro Eric Wolf en ‘Europa y los sin Historia’. El problema recae en saber reconocer la alteridad, querer reconocerla además, ver el rostro del otro como un igual. A partir de la perspectiva de la primera idea, la de un ‘colonizado’, entonces es imposible que se cumpla un reconocimiento del otro a partir de la <visión>.

La tercera idea sobre la existencia de relatos complementarios y el reconocimiento de la inclusión. No podemos negar, aunque sea en la postura más positivista, que la desigualdad y opresión son los elementos que estructuraron la existencia de las instituciones de este espacio denominado ‘Perú’.  La existencia de un relato complementario sin una previa reconciliación entre los actores no es más que un acto de cinismo y consiste en pegar discursos con agua. ¿La inclusión consiste en sólo señalar el ‘coprotagonismo’ de los actores? Este es un primer intento y fundamental. Pero no se puede quedar aquí sino en el reconocimiento de su accionar, de su agencia, en todos los sectores que vienen a ser minorías. En la escritura no se buscan protagonistas sino actores sociales que luchan por su vida en las diversas condiciones.

La cuarta idea, en donde resalta la preferencia de la autora por la <visión> , supone que la subalternidad cree la existencia de prácticas y discursos que colonizaban a la Historia y la cultura pese a su ‘develamiento’ . En el interior del país aún subsisten las prácticas religionas cristianas, las corridas de toros y la utilización de los ‘animales coloniales’ (vacas, chanchos, ovejas, etc.). No se puede entender a la sierra sin el queso o el pan. Las prácticas y algunos discursos aún subsisten (y subsistirán) pero está en los individuos el revertirlas.

En conclusión, considero que la manera de abordar la Historia de los ‘Andes’ (utilizando este sujeto para designar un espacio geográfico en torno a la cordillera en donde habitan muchas personas) no implica ni la subalternidad ni la <visión de los vencidos>. Ambas posiciones colapsan y no explican la realidad de manera idónea. La ‘subalternidad’ porque como teoría y concepto parte de axiomas propios a una realidad distinta a la peruana (la india). Es indispensable utilizarla como marco de reflexión que permite afrontar, por oposición negativa o semejanza, lo que aconteció en el ‘Perú’. La <visión de los vencidos> es una forma de escritura que no toma en cuenta la subjetividad de sus historiadores que pretenden abordar al otro, al colonizado.  La falencia de esta <visión>se desarrolla en este artículo http://blog.pucp.edu.pe/item/176944/vencidos-o-vencedores
pero se continuara sobre este tema en los sucesivos artículos. La situación que se plantea, la disyuntiva entre la subalternidad o la <visión>, es irreal. El verdadero desafío es afrontar el pasado con la Historia Social.

La solución que se propone es la siguiente. Al margen de posiciones historiográficas o teóricas que solo sirven para una minoría, los historiadores y los que la estudian, se debe de masificar la enseñanza de Historia. No como discurso que es lo acontecido hasta la fecha con pésimos resultados sino como práctica. Se han de enseñar en el colegio el ‘arte de escribir’ en términos históricos reconociendo el visitar los archivos para poder redactar su condición histórica individual y colectiva en los diferentes lugares. Hay que difundir la enseñanza de la Historia en el interior del país con buenos profesores que permitan que más personas sean invitadas al debate por el conocimiento del pasado (actualmente lo tienen muy pocos en calidad de feudo como la Academia Nacional de la Historia). Enseñar la escritura histórica permitirá generar una producción masiva de textos para generar un circuito al interior del país que permita conocer la realidad de los diferentes lugares. Es el momento en el cual la memoria histórica de cada uno de los peruanos se canalice para desplazar al discurso histórico vigente que no es inclusivo (parafraseando a Gabriel Salazar).

El esfuerzo de la Dra. Regalado es notable por reconocer diferentes líneas de investigación. Es importante y digno de resaltarse que al transcurrir el tiempo ella actualiza sus métodos y perspectivas. No como algunos, los ‘hipsters’ históricos, que continúan defendiendo a la Etnohistoria. Pronto seguirá la crítica contra esta línea de investigación.

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El ‘giro’ hacia el predicado

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El presente artículo plantea la solución a un problema que se encuentra en la Historia. Esto tanto en el nivel de práctica (investigación) como de discurso (escritura).  El problema consiste en cómo denominar, nominalizar, a un sujeto que vivió en el pasado al cual se estudia. Siguiendo a Foucault, esta práctica consiste una forma de poder del ‘investigador’ sobre el ‘investigado’ porque se le pone el significante de manera unidireccional. Podemos ver este problema en el caso del kuraka. El kuraka no es un ‘indio’ porque no paga tributo ni tampoco es ‘español’ porque no le rige la inquisición. Qué es entonces el kuraka? Si tenemos el ímpetu taxonómico podemos utilizar un criterio que no va desde el mismo sujeto sino desde los predicados o acciones que recaen sobre él.

Este ‘giro hacia el predicado’ constituye la evolución desde la lógica oracional hacia la proposicional generada por Frege. En el caso histórico permite reconocer la agencia de los sujetos para no recibir una denominación, nombre, arbitrario. Su condición le permite vencer a los significantes impuestos desde el presente. Por ejemplo, es irresponsable denominar a un sujeto como ‘travesti’ en el siglo XIV o XV.

Ejemplo contemporáneo:
El ‘indígena’ en el siglo XXI
Ley de Consulta Previa

“Artículo 7. Criterios de identificación de los pueblos indígenas u originarios

Para identificar a los pueblos indígenas u originarios como sujetos colectivos, se toman en cuenta criterios objetivos y subjetivos.

Los criterios objetivos son los siguientes:

  1. Descendencia directa de las poblaciones originarias del territorio nacional.
  2. Estilos de vida y vínculos espirituales e históricos con el territorio que tradicionalmente usan u ocupan.
  3. Instituciones sociales y costumbres propias.
  4. Patrones culturales y modo de vida distintos a los de otros sectores de la población nacional.

 El criterio subjetivo se encuentra relacionado con la conciencia del grupo colectivo de poseer una identidad indígena u originaria.

Las comunidades campesinas o andinas y las comunidades nativas o pueblos amazónicos pueden ser identificados también como pueblos indígenas u originarios, conforme a los criterios señalados en el presente artículo.

Las denominaciones empleadas para designar a los pueblos indígenas u originarios no alteran su naturaleza ni sus derechos colectivos.”

Dx:      X descienden de poblaciones originarias del territorio nacional.
Ex:      X tienen estilos de vida y vínculos espirituales e históricos en el territorio que usan u ocupan.
Ix:       X tienen instituciones sociales y costumbres propias.
Pxn:    X tienen patrones culturales y modo de vida distintos a los de otros sectores de la     población nacional (constante n).
Cn:       X tiene conciencia de poseer una identidad indígena y originaria.
Inx:     X es ‘indígena’

Para todo sujeto que cumple con las condiciones objetivas y las subjetivas, entonces es un indígena.

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Para todo sujeto que cumplpe con las condiciones objetivas (todas) y las subjetivas), entonces es un indígena.

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La primera formulación constituye si es que los criterios son disyuntivos (o tienen descendencia o tienen estilos de vida o tienen instituciones o tienen patrones culturales). La segunda formulación constituye a una conjunción entre los criterios objetivos ( y … y… y ). La diferencia se genera en cuanto que para el primero solo un requisito es indispensable mediante que para el segundo, todos necesitan ser verdaderos.

Ejemplo práctico dos:

El ‘indio’ no tiene un significado predefinido. El ‘indio’ se genera en quien trabaja en la forma de mita, paga tributo, sirve en la encomienda, da servicio personal, es evangelizado, etc. Los predicados definen la condición del ‘indio’.

Ejemplo práctico tres:
Autor M. Montalbetti

En el caso del desarrollo Moche se presenta la figura de una deidad llamada Ai Apaec. Si vamos por el sujeto, entonces tenemos un significado tácito para el personaje que sería fácil de identificar en los huacos.. Si vamos por el predicado se genera la siguiente situación. El que vence a las arañas, el que derrota al cangrejo, el que navega en el mar, el que sube a los cielos … (entre otros predicados) ese es Ai Apaec. Son acciones que permiten identificar al sujeto.

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Sobre el Proyecto Colonial y el Sujeto Emancipatorio

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Para Homi Bhabha el “proyecto colonial” urge de repetirse constantemente. Tiene una naturaleza de estar siempre abierto, siempre inconcluso, puesto que si se cierra o concreta el estado imperial carece de justificación/legitimidad en el territorio. La presencia colonial garantiza la extracción de recursos que la metrópoli necesita para su estilo de vida.

Es el “proyecto colonial” el que plantea un programa de civilización sobre un sujeto y su colectividad. Plantea redimirlos mediante la evangelización o enseñanza de los altos valores sociales (carga del hombre blanco de Kipling).  Además, tiene como naturaleza negar la independencia de los individuos sometiéndolos a la dependencia sobre los colonizadores/dominantes. El “proyecto” colonial busca generar una necesidad intrínseca con el estado colonial que se representa mediante su tutela o encomienda a un tipo dominante. Entonces, aquellas diferencias que hacen indispensables su sometimiento urgen de ser repetidas constantemente para asegurar el estado de dominio.

Es la presencia Imperial en un territorio periférico lo que deriva en un choque cultural y la imposición de una colectividad sobre otro en los distintos planos (social, político, económico, etc.). Un mecanismo indispensable y preponderante es la imposición de la lengua. Por más que no se enseñe ésta a todos los individuos sometidos, sólo su misma presencia modifica todo el contexto. Surge la necesidad de encontrar una manera para representar al otro dominado. Se necesita expresar el sentido de la dominación en un acto de nominalización. Es un acto de poder el poder nombrar al otro más aún si es que se reduce su naturaleza para sintetizarlo en cuestiones negativas y despectivas.

Es entonces que se nombra al sujeto y su colectividad. En esta acción se utiliza el término ‘indio’. En el caso del Perú, el término indio homogenizo a individuos totalmente dispares. Alguien descendiente de los Moche, Chimu, Chachapoyas, Quechuas, Lupacas, Huancas, Tallanes, etc. Fueron reducidos al mismo significante. Este no reconoció las diferencias que existieron entre ellos ni consideraba las relaciones de dominio que hubo entre ellos. Es un término de síntesis y homogenización fortísimo. En este contexto tenemos un sujeto dominado (y su colectividad) y el término ‘indio’. Es este término el que lo lleva a insertarse en la lengua castellana.

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El sujeto entra al castellano a partir de la nominalización como ‘indio’. Este término venía del latín seguramente utilizado en una realidad completamente diferente a la presentada en la periferia colonizada. Cuando se ingresa a la lengua la situación hace que el sujeto, en su nominalización, ingrese a un sistema de valores puros. Este sistema está compuesto por significantes que se diferencian por oposición negativa. Es este sistema el que permite la elaboración de conjuntos sobre el sujeto lo que determina siempre la existencia de un elemento vacío que lo estructure. Todos los elementos encuentran consistencia en el conjunto debido a que hay un elemento que se encuentra afuera que estructura todo el sistema. Este es el elemento -1  o S1 que propone Lacan.

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Es entonces que al ‘indio’ siempre le va a faltar lo positivo. Este es el sentido de la existencia del “proyecto colonial” y la causa de su contradicción.  En el caso del imperialismo español, al indio siempre le va a faltar ser cristiano y vivir en policía para tener observancia de la ley natural con el objetivo de tener el dominio pleno de sus propiedades. En el caso del imperialismo decimonónico ser un ‘indio’ ilustrado, moderno, ávido y malicioso, higiénico, sobrio, y que inspire confianza. En el caso actual ser un musulmán liberal con apertura hacia el capitalismo. Es un sujeto vacío que articula todo un sistema que asegura el dominio al nivel de la lengua. El dominio tiene que reforzarse en la utilización constante del término, la puesta en ejecución del proyecto, en leyes o libros de literatura. Esto es lógico porque en el reparto de valores siempre los que tienen el poder se harán de lo positivo y los dominados de  lo negativo. Es parte del dominio cultural.

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Es importante reflexionar cuando aparece el significado de ‘indio’. Para esto se puede utilizar las tres teorías del signo (Aristóteles, Saussure y Chomsky). Para Aristóteles el significante prevalece sobre el significado. Esta posibilidad me parece que tiene mucho sentido puesto que permite una libertad a la hora de difundirse y utilizarse el significante. En una sociedad colonial la utilización del término se convierte en una ostentación de poder. La “indianización” de un ‘indio’ sobre otro ‘indio’ implica la aparición de un diferente significado en el sentido de dominación. Saussure el significado y significante son simultáneos, esto no puede ser porque el significante ya existía sólo que ahora se aplica a una nueva realidad. Además, el significado se forma continuamente mediante su utilización y la relación de dominio que evoluciona según la política imperial. Chomsky propone que el significado encontró un significante que lo exprese. Esto es factible porque el sentido de dominación encontró un significante idóneo para expresarlo ‘indio’.

Utilizando la línea de Aristóteles, es el significado de ‘indio’ que se formará a partir de la utilización del término. Primero se tiene el término y el sujeto, luego aparece el significado. El significado es importante en el sentido que expresa el sentido de dominación conforme transcurre el tiempo. Este explica la evolución en su concepción y como se representa para el poder. Pero lo importante es resaltar esa relación entre sujeto y término que explica la dominación.

Cuando  ‘indio’, y el sujeto que guarda relación con él, ingresan a la lengua se encuentran en un sistema de valores puros. ‘Indio’ constituye un significante que se diferenciará por oposición negativa con otros significantes. ‘Indio’ se diferencia de ‘negro’, ‘mulato’, ‘mestizo’, ‘español’ y ‘criollo’. Es interesante reflexionar en torno a las diferencias entre ‘indio’ y el mestizaje que experimenta.

En el contexto colonial, en la explicitación del proyecto, ‘indio’ siempre tiene que tener un significado negativo que exprese el sentido de dominio imperante en el territorio. Siempre tiene que tener el vacío que es la concreción del proyecto colonial. El vacío que constituye el ‘vasallo perfecto’ del orden imperial no debe de existir. Esta es la contradicción: se busca civilizar, educar, evangelizar, etc. al sujeto pero se impide la aparición de uno que cumpla con todas las exigencias porque deslegitimaría la presencia imperial. Mantener este sujeto vivo, sólo en el plano metafísico, y reafirmarlo constantemente es la tarea cotidiana del estado colonial. Tienen que alimentar una utopia y negar cualquier posibilidad de concreción.

Entonces el proyecto encuentra un problema que consiste cuando aparece el ‘vasallo perfecto’. De pronto aparece el indio cristiano que tiene observancia de la ley natural y hace dominio pleno de sus posesiones. En el caso del siglo XIX, cada viajero incorpora al sujeto a su propia lengua y vertebra diferentes vacíos acorde a la imagen propia que tiene (autoconciencia individual y colectiva).

Este sujeto que aparece se emancipa de la dominación. Es el sujeto emancipatorio que desarticula toda la presencia imperial a través del poder. Si no aparece este sujeto o sujetos que contradigan al sistema con tan solo su presencia, entonces la forma colonial tiende a permanecer (sociedades poscoloniales). Esto explica el mantenimiento del colonialismo en la estructura política peruana por ejemplo.

Para ilustrar todo lo hasta ahora se utilizará una analogía (esta no me corresponde sino a Mario Montalbetti). La situación colonial se parece a la escena en la cual Edipo encuentra a la Esfinge en Tebas. La esfinge es la estructura colonial o el estado imperial; mientras que el enigma es el proyecto colonizador. La existencia del enigma hace depender necesariamente la existencia de la esfinge: la esfinge vive por el enigma. El estado colonial depende inexorablemente del proyecto que se plantee. Muchos sujetos no pueden responder esta pregunta, muchos no cumplen con el proyecto. Hasta que aparece Edipo quien responde el acertijo. La esfinge ya no tiene más razón de existir al ser respondida la pregunta y termina autodestruyéndose. Edipo viene a ser aquel sujeto que encarna el objetivo del proyecto imperial que en su misma existencia contradice todo el estado colonizador. Una vez realizado su misión el estado imperialista debe dejar de existir. Este es el inicio, la vía libre, para la instauración de los estados nacionales.

En el caso peruano, la emancipación no coincidió de una manera netamente voluntaria. No fue el ‘indio’ quien la realizó sino criollos venidos del extranjero movidos por intereses particulares. Evidentemente si contribuyeron de manera fundamental en las luchas pero no en la dirección sino siendo dirigidos. Esto hace que la estructura colonial no sea hasta ahora contradicha pero que esta en vías de superación.

El proyecto colonial guarda su contradicción en su misma ejecución. Este también se desarticula con la descendencia del dominante en el territorio colonizado. Llega el punto en el cual el criollo se desarraiga de la metrópoli para defender sus propios intereses sumados con el sentimiento de pertenencia al territorio en donde nació. Es entonces que  el dominio cambia de agentes mientras que el paciente permanece. Es indispensable también poner énfasis en el mestizaje y los mecanismos de ascenso social para no ser maniqueístas como Mariátegui acentuando la presencia de un ‘indio’ incólume con el paso del tiempo. Este es el punto en el cual pone énfasis el indigenismo que pretende redimir al indio pero lo que hace es difundir más el término que expresa el sentido de la dominación.

Cuando el criollo asume el gobierno del estado se articula un nuevo proyecto (ahora nacional) que pretende continuar redimiendo al sujeto. Ahora serán proyectos filantrópicos de educación o higiene. Es recién con Mariátegui que la situación encuentra solución en los criterios económicos y sociales (no hay peor dolor que el de la billetera para los gobernantes).  La situación sólo se revierte cuando el sujeto dominado toma conciencia y se emancipe de cualquier proyecto. Acá se inicia la libertad que viene aconteciendo sucesivamente en el mundo.

El ‘indio’ sólo existe en la lengua. Necesita continuamente reforzarse y escribirse en obras de literatura, leyes, visitar, relaciones, etc. todo lo escrito es indispensable para la difusión del término que expresa el sentido de la dominación.

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From the location of culture and the colonial dominance

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Muchas de las ideas son tomadas de las clases con Mario Montalbetti.

In ‘the location of culture’ Homi Bhabha proposes that the colonial project must be reaffirmed constantly. This happens because of the nature open of it. If the colonial project occur completely the legitimation of the colonial structure and foreign presence is illegitimate. That makes that the subject of the project never has to be as planned at the beginning. He/she must always depend of the colonial presence meanwhile the imperial state extracts the resources. The project can’t be a reality ontological neither epistemological. It’s is a discourse of power. The completely success of the project happens when the subject thinks in the way as it planned. When the Accepts the dominance.

It is interesting to think this starting with the sign theory. There is a triangle that represents the meaning, the subject and the word/significant/sound. There are three different ways to explain the relation of them. The first one was made by Aristotle that said that the sign is a sound with meaning. The second was proposed by Ferdinand de Saussure that said the sign has meaning and sound simultaneously. The final one is of Chomsky that said that the sign is a meaning with sound.

It is real that the imperial presence in a determinate place makes a revolution in different dimensions. In this article only the cultural matters. Let’s take the concept of Langue that proposes Saussure. It is a system of signs. Inside it are only differences. And the sign is positive. But here is a contradiction, why if in the system are only difference exist negative signs? This was fixed by Lacan that proposes that the langue is a system of significants. By Jacobson in the way that there are not only differences. The third argument was modified by Baudrillard.

So this is the summary. We have the langue that is a system of pure values compounds of significants. The meaning is being produced of the shock of significants. There is an interesting thing here that made Lacan. In a system of pure values must exist an element that is outside it that defines all the elements that are inside. This is the element -1.

With this theory let’s see the colonial situation. Exists to big subjects: the colonial power and the dominate people. There is a confrontation of cultures where the language has a leading role. This situation allows that some persons (at the beginning) assimilate the culture of the other. But there is an imperative necessity of nominalize of the subjects that are dominated. In this moment the culture develops the langue. There is a term that makes a set where all the people dominated will go in. For the ruling culture the term that represents them will always be negative. The colonial culture is a perfect system of pure values! The dominated will be named by the term of ‘Indians’. It is different of the African and Asiatic persons. Of course are different from the colonizers and their progeny.

The langue in which are represented the subjects of the domination, the Indians, must always stand out their bad qualities. And the element of the set that is missing is the ‘good indian’ that satisfies the colonial project. In the case of Spanish presence in America is the Christian indian that can accomplish the natural law. Is the one that has the plenty dominium of his properties. Of course that this subject is unreal or utopic because if he/she appears the colonial project enter in contradictions. The system found the emancipatory subject that starts the change of a political way of administration to other.

It is important to use the metaphor of Edipo and the Sphinx in Thebas. This is an idea of Mario Montalbetti that I adapt in the case of history. The Sphinx asks an enigma to Edipo and he has to answer it. Once that is answered the Sphinx disappears because there is no reason for it existence apart from the enigma. We can say that the Sphinx is the colonial powers that propose a colonial project. When the subject that fits all the requirements appear there is no reason of the project to stand. The subject is the emancipatory one that guide the persons to another way of administration. As the Sphinx the colonial power and administration disappear. We can say that this subject is for example Gandhi or Luther King.

So we have the theory of Bhaba of the location of the culture. This can be explaining with the theory of sign that proposes the existence of an element that doesn’t belong to any set (-1). In the colonial projects are those subjects that realizes and fit the qualities of the colonizer. Meanwhile the apparition of that person, the language of the imperial power always highlight the bad aspects of the dominated and the need of them of the colonial administration.  The colonial powers must use the set until appears the emancipatory person. Once it appears the colonial presence is been challenged to their disappearance. This is the beginning of the national governments.

We can call -1 the ideal vassal of the imperial power that is hoped to never appear. The real vassals are represented by the negatives aspects of him/her. That negative stuff makes viable the colonial project that legitimates the presence and economic structure of extraction.

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En esto consiste la gran transformación?

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‘La minería responsable ha de convertirse en la palanca de nuestro desarrollo de la mano con la inversión privada que es una de las variables esenciales de este crecimiento y a la que convoco como socios para hacer realidad estas perspectivas de desarrollo y de industrialización.’
Ollanta Humala Tasso

El presente artículo consiste en un análisis del discurso pronunciado el 20/09/2013 por el presidente Ollanta Humala. Esto sucedió en la clausura del evento PERUMIN realizado en Arequipa. Este fue publicado el pasado domingo en todos los periódicos.

Abre el discurso el presidente Humala evocando que el país experimenta un crecimiento económico fruto del fortalecimiento tanto de la democracia y de sus instituciones como del esfuerzo de su gente. Esto permitió sortear con éxito la crisis financiera internacional del 2008 y 2009.  Esto también se debe a circunstancias favorables como el alza de los precios de los productos exportados  en el contexto del desarrollo de los países que para él constituyen los ‘principales polos de la producción planetaria’.

Para el presidente estas exportaciones no explican del todo el crecimiento peruano porque todavía la economía nacional presenta altas perspectivas de crecimiento. Esto se refleja  en la confianza de las califiacadoras de riesgo internacionales que consideran al Perú un país estable, próspero y seguro para las inversiones/crédito.

Seguido a esto utiliza la Historia para explicar que el momento no se parece en los tiempos del guano ni del caucho. En su consideración estos momentos fueron de una bonanza explosiva y temporal que, una vez terminada, dejaba pobre al país (se insertaba en un declive). Retoma la idea de que, pese a la recesión China y la precaria estabilidad europea, el Perú sigue creciendo por encima de los promedios Latinoamericanos. El crecimiento no es momentáneo sino sostenido.

Su hipóteis es que en este momento no se encuentra el país en un auge parcial sino viviendo una transformación (acaso la ‘gran’ que propulsó en su campaña electoral?) hacia el desarrollo. Este progreso que ha costado hacer despegar y que involugra al gobierno/sector privado/población. En todo este avance la minería ha jugado un papel esencial. Este es el contexto en el cual el presidente lanza el ‘proyecto humalista/nacionalista/nadinista/etc.’.

Utiliza unas gráficas para demostrar que del año 50 hasta el 2013 la minería se ha expandido. Es un mapa físico en el cual no se demuestra la condición de los suelos donde se explotan los yacimientos ni que comunidades se encuentran involucradas. Es un mapa que sólo muestra las estribaciones andinas y algunos recursos hídricos.

Evocando a sus asistenes, el presidente señala el proyecto de su gobierno que toma a la producción minera como su piedra angular, su estandarte, su base. Menciona que no es una actividad económica de corta duración, sino que es compleja, planificada y transversal. Además, genera demanda y anima la productividad de otros sectores haciendo que se incremente la competitividad general del país.  Es indispensable para él aludir al capital señalando que se requieren inversiones millonarias, infraestructura industrial, accesos y redes de comunicaciones.

El presidente considera que el Perú ha dejado de ser un país con potencial minero para convertirse en uno de primer orden. Resalta que ‘recién estamos aprovechando parte de sus posibilidades’. No deja de legitimar todos sus premisas con el respaldo de los rankings internacionales en donde no se señala la fuente donde se tomo. Dato sin fuente señor presidente, puede ser mentira.

Le pide a su público que retenga la idea de que la minería no se va a caer de un momento a otro pese a que es consciente de que los precios de las exportaciones fluctuarán dependiendo de las dinámicas del mercado. Incita además que ‘nuestra’ imaginación y ‘nuestro’ esfuerzo deben dirigirse a una perspectiva estratégica a largo plazo que consiste en hacer que la minería funcione como una PALANCA para dar el salto al desarrollo industrial. Ollanta Humala aún cree que ese debe ser el norte del país, constituye un objetivo nacional. La ‘función de la palanca minera’ debe permitir arrastrar sectores en la dinámica del crecimiento haciendo que todas las personas tengan las mismas oportunidades de salir adelante. Demagogia señor presidente.

Es en este momento que introduce el ‘proyecto humalista’ (el ‘proyecto Nadine’) . La asume que la ‘palanca minera’ se desarrolla a partir de proyectos en lugares inhóspitos (mentiras/patrañas/embustes todos sabemos que el problema de la minería es que coincide con terrenos agrícolas y ganaderos).  Es en este lugar que arriba el progreso y desarrollo que hace levantar campamentos, llevar maquinarias, trasladar equipos de ‘alta tecnología’, etc. Debe de contar con energía, represas, accesos, puertos, pistas de aterrizaje, carreteras y vías ferroviarias. Movilizar gran cantidad de mano de obra (Presidente, cómo en el tungsteno de Vallejo?), proveer de servicios básicos, establecimientos de salud y escuelas.

El ”proyecto Nadine” forma un ‘círculo virtuoso’ que se constituye por cadenas productivas y de polos de desarrollo territoriales que generan sinergias con otros sectores de la economía como el agro y la educación. Seguidamente muestra el proyecto en tres partes: la región norte, centro y sur.

El presidente evoca a la gente, a su población, a que haga el esfuerzo por asociar a la minería con desarrollo y transformacón con progreso/bienestar. la ‘NUEVA MINERÍA’ consolida ‘nuestro’ presente. Dando empleo directo, entre otras cifras. Nuevamente el presidente no pone la fuente de donde da sus cifras.

El presidente sin ningún desparpajo adhiere que el Perú siempre ha sido considerado como un país minero pero que ahora lo hace con manera ‘responsable’. Si bien le otorga a los inversionistas sólidos paquetes de garantías e inversión para que se sientan seguros/como en casa, ellos deben de cumplir con tener responsabilidad y con atención al medio ambiente.

Sólo dedica un párrafo para tocar el tema de las comunidades. Señala que se debe de generar un diálogo con ellas para que se sumen al esfuerzo de desarrollo para forjar junto con el gobierno/el pueblo (acaso las comunidades no son también el pueblo?/empresas  un futuro en el cual se sientan orgullosos (seguramente erradicando áreas de cultivo y contaminando ríos). Para este efecto esta creando Mesas de Desarrollo para que el estado vele por el beneficio de los lugares donde se dan las actividades extractivas.

También le da un párrafo a la minería informal. Señala que éstas erradican miles de hectáreas de bosques y contamina fuentes de agua. Los criminales que desarrollan esta actividad se ‘burlan’ de todos y de ‘nuestros’ sueños de progreso y desarrollo.

Cierra el presidente señalando que el buen momento presente encuentra una de sus claves en la minería. Ésta actividad da posibilidades reales de desarrollo sostenible, progreso e inclusión, perspectivas que pueden llevar a alcanzar ‘nuestro’ (no es el mío al menos) objetivo nacional de industrialización.

‘Pero el cambio está aquí y debe ser para bien, depende de nosotros, de nuestro esfuerzo, de nuestra responsabilidad y de nuestra unión, por eso como siempre digo, solos podemos avanzar rápido, pero juntos avanzaremos más lejos.’ Con esto termina el discurso.

Análisis

Este discurso nos pone ante el proyecto del gobierno humalista/nacionalista/nadinista. Estamos ante el ‘proyecto Nadine’ que utiliza como piedra angular a la minería. En la Historia Peruana, la minería ha venido relegada a la preferencia por el agro. Tomando en consideración que el Perú es un país con una riqueza impresionante que no se sustenta en la abundancia sino en la diversidad. Es acaso la minería la actividad económica que se encarga de velar por la sostenibilidad de los recursos naturales? NO!.

Me parece esta situación similar al siglo XVI durante el virreinato de Francisco Toledo. En este tiempo la corona decidió apostar a la minería como su principal actividad económica a través de la explotación de la plata en Potosí. La minería permitió ‘proletarizar’ a la población aborígen para que trabajase en la mina a cambio de la mita. Otros recibían un pago en metálico o el derecho de explotar la mina los fines de semana. La minería en el sur andino permitió formar circuitos económicos como el desarrollo de productos de pan llevar para abastecer a la mina, vino, etc. Potosí en cierta medida mostraba la dependencia del virreinato respecto a la metropoli pero también permitió la autosufiencia. Lima experimentó un crecimiento enorme en la primera mitad del XVII haciendo que florezca la cultura y las imprentas. En la segunda declinó la producción minera y el virreinato entró en crisis. Se desplazó el polo minero del Alto Perú a Zacatecas/México siendo el Perú una posesión de segundo orden. Señor presidente, si confíamos en la minería como se confió en Potosí, en algún momento se acabará y nos dejará en crisis.

El discurso del presidente Humala utiliza términos desarrollistas y progresistas. Tiene un tinte profundamente modernizante. Esto me hace recordar al gobierno Leguiísta y de Porfirio Díaz en México. El primero entregó concesiones a los inversores norteamericanos y el segundo al acentuarse en el poder llevó a la Revolución Mexicana. Parece ser que hemos puesto un soldado para que resguarde los intereses de la élite y venda al país. Destruya el agro y el medio ambiente. Tenemos a un títere belicoso que se entregó a los inversores en plaza de gobierno.

Los mapas que señala el presidente solo señalan las estribaciones andinas pero dejan de ver los valles que se ven involucrados así como los ríos. Además, no muestra los terrenos que se dedican a la agricultura y ganadería que tendrían que verse desplazados por la explotació  minera.  Tampoco muestra donde se encuentran las comunidades y que terrenos les pertenecen. El presidente está simplificando la diversidad del problema para animar a los mineros a continuar explotando la diversidad natural. Citando a Polo Campos “a montaña en sus venas guardaba el petróleo, ese petróleo de nuestro mañana, y la tierra serrana nos da a manos llenas el acero y el pan”. No al reduccionismo en favor de las ciudades, no a la industrialización de la naturaleza, no a la modernidad en favor de la élite. Es tiempo de defender los Andes!

Campesinos, es el momento de culturizarse y agruparse en partidos políticos para llegar al gobierno. Esta clase política defiende los intereses de la minería y de la explotación fácil de la tierra. Se requieren individuos que defiendan la tierra y la agricultura. La sostenibilidad de los recursos en el tiempo y la defensa de la naturaleza. Es hora de que comience la lucha por la tierra.

http://www.presidencia.gob.pe/discurso-del-presidente-de-la-republica-ollanta-humala-tasso-al-clausurar-la-31o-convencion-minera-perumin-en-la-ciudad-de-arequipa

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La sonrisa más hermosa (colaboren con la Teletón)

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A la edad de diez años sometieron a Tomás a una crucial cirugía. El motivo fue que apareció en una de sus piernas un tumor de mediano tamaño. Este organismo tendería a crecer, lo que hacía necesario su extirpación.

Tomás era el hijo mayor de una familia que contaba con los ingresos necesarios para subsistir. Le concedieron todo lo necesario para su formación además de mucho cariño. Su situación médica se convirtió en una importante preocupación tanto para la familia como para los amigos.

Le descubrireron este problema en una situación totalmente fortuita. De inmediato lo llevaron a visitar a un doctor para que emita su diagnóstico. Al revisarlo, el galeno dictaminó que era necesaria una operaración quirúrgica para que se retire el pólipo. La extirpación debí de utilizar herramientas parecidas a un cincel y martillo por lo aferrado del corpúsculo en el hueso. Esta operación ameritaba un costo grande que era el resentimiento de uno de los nervios de la pierna. Esto lo llevaría a perder la normal movilidad de una de sus extremidades.

La operación sucedió como lo tenían previsto los médicos y la familia. Primero se procedió a descartar la condición del tumor con una biopsia. Luego a preparar todo para la recuperación. Al último quedó ir proyectando todo para una rehabilitación abierta. Su pierna no llegaría a recuperarse del todo.

El pie no llegó a funcionar como antes pese a llevar una terapia de rehabilitación por varios años. Para esto se buscó el lugar más conveniente y este fue el Hospital Clínica San Juan de Dios.

El primer día de Tomás en el Hospital fue impactante. Se encontró con una situación similar a una película terrorífica yanqui. Niños andando con fierros en las piernas, algunos con clavos que les atravesaban las extremidades y dejaban la cicatriz al aire libre, muchos con muletas y otros con sillas de ruedas, entre otras escenas fuertes. Él se hubo acostumbrado a jugar y correr con sus amigos pero nunca estuvieron en éstas condiciones.

Pero lo que más le llamó la ateción fueron unos niños con una escisión en el rostro. Se podían ver sus dientes a través de la cicatriz. Su boca estaba partida. Para Tomás esto constituía una escena macabra y terrorífica, abominable que no le permitió dormir en semanas. Traba de saltarse ese escenario, quería dejar de divisar estos rostros cubriéndose la cara. Pero era imposible no verlo, era imposible esquivarlo y esconderse: era la realidad.

Tomás lidió con este escenario cerca de 3 años. Empezó a caminar mejor y eso le alegraba. El escenario que vivió era de una profunda fraternidad, todos eran niños con algún problema de esalud pero en vías de recuperación gracias al trabajo de fisioterapeutas. La amistad también se le presentó en una circunstancia como esa. La mejoría que experimentó en el Hospital se difuminaba en el colegio cuando sus compañeros de clase le gritaban ‘cojo de mierda’. Más aún cuando utilizaba una férula en la pierna que no disminuía su esfuerzo por jugar fútbol.

La terapia se combinaba con sus horarios escolares. Cambiaba de un escenario a otro para confrontar la realidad del dolor. Una realidad en la cual habían niños (y aún hay esperando por ayuda) que realizaban diversas actividades con el objetivo de superar su deficiencia.

El contraste era dramático. Por un lado niños engreídos (como todo niño en la infancia), que sólo jugaban y que no luchaban aún por nada. Por el otro niños que subían escaleras con unos pesos en su pierna, se sentaban horas en una especie de piscina para ejercitar sus piernas, corrían hacia adelante y hacia atrás, les pasaban corriente en las extremidades para que reaccionen sus nervios o se ponían compresas calientes. Esos niños que en su lucha por su recuperación se volvían fuertes al superar una fortísima cargas.

Pasaro los años y tuvo que dejar de asistir a este centro.

Hace unos días me encontré a Tomás en un conocido bar de Miraflores. Nos dispusimos a tomar algo y comenzamos a recapitular nuestras vidas puesto que hacía tiempo que no nos veíamos. Cuando le tocó el turno de contarme su vida, quedé impactado por su relato. Todas sus vivencias en este Hospital las contaba con un énfasis y melancolía . Intenté cambiar de tema para aliviarlo pero no pude. Con todo esto le pregunté sobre cuál era el escenario más hermoso donde hubo estado en su vida y que era lo que más lo impacto al punto de ser trascendente en su vida.

Me prespondió que el mejor lugar en el que estuvo era el Hogar Clínica San Juan de Dios. Me dijo que en este lugar los niños tenían fierros en las piernas pero caminaban, caminaban con problemas pero caminaban siempre hacia adelante. Tenían mil muletas o andaban en una silla de ruedas pero caminaban. Les ponían mil obstáculos pero caminaban. Siempre continuaban con la esperanza de superarse, de rehabilitarse, que constituía una magífica escuela de vida. Todos se unían a través de las más profundas escenas de amor tanto con sus padres, amigos y entre ellos que nunca se abandonaban.

Añadió que lo más hermoso que vió en toda su vida fue a esos niños que tenían la escisión en el labio, los que tenían labio leporino. Estos niños, pese a tener ese corte, igual sonreían. Le sonreían a la vida y a la esperanza de recuperarse. Le sonreían a sus padres, a sus amigos y a sus compañeros. Se sonreían a ellos mismos. Al igual que una rosa que florece entre espinas, la sonrisa de estos niños era la más hermosa pues en todas las dificultades brotaba e irradiaba felicidad.

Sentí un poco de verguenza y mucha admiración. Con nada más que decir, me puse a hablar de fútbol.

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Maestro Tito

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TESTAMENTO DE ALBERTO FLORES GALINDO

REENCONTREMOS LA DIMENSIÓN UTÓPICA

Por Alberto Flores Galindo

Lima 14 de Diciembre de 1989

Queridos amigos:

El 2 de febrero pasado fui asaltado sorpresivamente por una dolencia: un glioblastoma multiforme en el lado izquierdo del cerebro. En otras palabras: un tipo poco frecuente de cáncer que por su difícil diagnóstico y ubicación requería un tratamiento fuera del país. Gracias a los amigos pude viajar para tratarme durante dos meses en New York (Presbyterian Hospital). Tiempo después tuve que regresar una semana más a ese mismo hospital. Imaginarán lo costoso que fue todo esto. A pesar de la buena voluntad de algunos funcionarios públicos, del Seguro Social peruano sólo recibimos promesas, que condujeron a dilatadas reuniones, trámites y pérdida de tiempo. El Seguro Social, además, apenas reembolsaría parte de los gastos. Durante varios meses, casi todos los días, debimos ir a una y otra dependencia, buscar los papeles. Parte de nuestra documentación se perdió, el resto daba vueltas por las oficinas y tontamente nosotros también. Este engañó lleva ya 10 meses. Estuvieron a pesar de todo, amigos y excepcionalmente algunos dirigentes nacionales que efectivamente quisieron ayudar, pero después de casi un año no pudieron pasar de la intención. Esto, sin embargo, es lo que más vale.

El mío no es un caso excepcional. Al Seguro Social no le interesa ayudar a nadie, dificulta intencionalmente los trámites y la atención. El Estado y su burocracia no sirvieron, hasta ahora. En cambio los amigos sí. Por ellos pude viajar, hacer que me atiendan y enfrentar los males. La amistad aquí no es sólo una abstracción. Es un sentimiento cotidiano y efectivo. Sin la intervención espontánea de mis amigos no podría estar refiriendo esta historia, que me mostró la riqueza de la amistad. Experimentar eso que llaman ser solidarios. Muchos intervinieron e inmediatamente armaron un gran movimiento de solidaridad. Hubo desde quienes aportaron muy elevadas cantidades, hasta quienes las monedas que tenían en el bolsillo. Otros, sus visitas. Algunos sus palabras. Estuvieron también esos niños a quienes a se les ocurrió llegar con sus propinas. Más importante fue verles y compartir su afecto. Lo más movilizador fue la amistad. Conocidos y desconocidos de fuera y dentro del país han intervenido. De España, Francia, Inglaterra, Alemania y Estados Unidos llegaron colaboraciones. Con ellos me he sentido no sólo peruano, sino parte de todos los sitios. En estos momentos en el Perú cuando todo parece derrumbarse, cariño y solidaridad me mostraron otros rostros del país. Hubiera querido agradecer personalmente a cada uno.

No importa que no se haya podido derrotar al cáncer. Perdí. Perdimos. El final es ineludible. Me aguarda –tarde o temprano, en semanas más o menos– la muerte. Pero lo trascendente es el despliegue de apoyo que aún sostiene mi tratamiento y mi familia, que acompaña a Cecilia, Carlos y Miguel en los momentos más difíciles. La solidaridad fue moral y económica. Los amigos llegaron incluso a vigilar mi recuperación en el hospital, apoyaron a mi esposa, atendieron y cuidaron a mis hijos. Mi familia es pequeña, los amigos son muchos. He debido rectificarme, dejar a un lado mi habitual pesimismo. Descubrir la fuerza de la solidaridad.

Aunque muchos de mis amigos ya no piensen como antes, yo por el contrario, pienso que todavía siguen vigentes los ideales que originaron al socialismo: la justicia, la libertad, los hombres. Sigue vigente la degradación y destrucción a que nos condena el capitalismo, pero también el rechazo a convertirnos en la réplica de un suburbio norteamericano. En otros países el socialismo ha sido debilitado; aquí, como proyecto y realización, podría seguir teniendo futuro, si somos capaces de volverlo a pensar, de imaginar otros contenidos. Esto no es la moda. Es ir contra la corriente. También debemos enfrentarnos a los cultores de la muerte o a aquellos que sólo piensan en repetir las recetas de otros países. El desafío creativo es enorme. ¿Podremos? Es un desafío, además, donde están en juego nuestras vidas y la edificación del país. ¿Una sucursal norteamericana? ¿Un país andino? ¿Qué hacer con el Perú? ¿Será posible el socialismo? Hasta ahora, entre 1980 y agosto de 1989, se han producido 17,000 muertes. Asesinatos de propietarios, obreros, desempleados, campesinos. Todos tienen rostros y nombres aunque los ignoremos. Esto ha ocurrido en un país “democrático”, con el silencio de la derecha pero también la inacción de la izquierda. Muchos convertidos en espectadores.

No sólo estamos frente a desafíos económicos, sino también frente a requerimientos éticos. Ahora muchos han separado política de ética. La eficacia ha pasado al centro. La necesidad de críticas al socialismo, ha postergado el combate a la clase dominante. No sólo estamos ante un problema ideológico. Está de por medio también la incorporación de todos nosotros al orden establecido. Mientras el país se empobrecía de manera dramática, en la izquierda mejorábamos nuestras condiciones de vida. Durante los años de crisis, debo admitirlo, gracias a los centros y las fundaciones, nos fue muy bien y terminamos absorbidos por el más vulgar determinismo económico. Pero en el otro extremo quedaron los intelectuales empobrecidos, muchos de ellos provincianos, a veces cargados de resentimientos y odios.

En definitiva lo que nos resultará más costoso es haber separado moral de cultura. Socialismo es crear otra moral. Otros valores. A pesar de algunos intentos y ciertos personajes minoritarios, hemos convivido con el despliegue del autoritarismo y la muerte.

La mayoría de los intelectuales y demasiados dirigentes políticos de izquierda, hemos perdido la capacidad de vivir y sentir la indignación. Supimos de tantos enfrentamientos como el de Molinos en el que entre los subversivos no hubo presos, ni heridos, sólo 62 muertos de los que el MRTA sólo reconoce 42. Estas son ejecuciones. Nadie protestó, reclamó, denunció, se indignó. Esta es una pérdida de moral en la izquierda. Como este hay muchos otros casos. Nos hemos acostumbrado a vivir así. Nadie se atreve a decir que hay gran cantidad de muertos, ejecutados inocentes por las fuerzas represivas. No se lo puede decir en público, sin romper y colocarse fuera del “orden democrático”. Pero si no lo dicen todo empeora. Puedo decir todo esto con tranquilidad y sin miedo. No temo lo que me puedan hacer. No deberíamos aceptar el armamentismo que nos quieren imponer. También nos hemos acostumbrado a los crímenes del otro lado.

En este clima no nos asombra que se quiera hacer proyectos de paz y desarrollo imponiendo el orden de las fuerzas armadas. Imposición de los dominadores. No creo que haya que entusiasmar a los jóvenes con lo que ha sido nuestra generación. Todo lo contrario. Tal vez exagero. Pero el pensamiento crítico debe ejercerse sobre nosotros. Creo que algunos jóvenes, de cierta clase media, tienen un excesivo respeto por nosotros. No me excluyo de estas críticas, todo lo contrario. Ha ocurrido sin discutirse, pensarse y menos, interrogarse. Espero que los jóvenes recuperen la capacidad de indignación. Estos problemas ya han sido planteados, aunque sin éxito, en otros sitios y tiempos. Fue el caso de los populistas. Nombre para diversas corrientes que aparecieron en Rusia y otros países de Europa Oriental desde mediados del siglo pasado. Al principio enfrentados con Marx, quien luego admitió la posibilidad de otra vía al socialismo que no implicara la destrucción del mundo campesino. Hasta allí llegó. Los populistas a su vez, se diversificaron y enfrentaron entre sí. Desde los legalistas hasta los que perfeccionaron la práctica del terror. No tuvieron una sola línea y son vigentes por los problemas que percibieron y las respuestas y polémicas que desarrollaron. Planteados los problemas siguieron presentes hasta cuando, tiempo después, se eliminaron todas estas discusiones con los muchos desaparecidos o muertos por el estalinismo.

En el Perú sólo hemos pensado en una tradición comunista, olvidando a quienes fueron derrotados pero que quizá planteaban caminos que pueden ser útiles para discutir. No buscar otra receta: hacernos una. En todos los campos. Insistir con toda nuestra imaginación. Hay que volver a lo esencial del pensamiento crítico, lo que no siempre coincide con mostrarse digerible o hacer proyectos rentables. Es diferente pensar para las instituciones que hacerlo para los sujetos. El socialismo no debería ser confundido con una sola vía. Tampoco es un camino trazado. Después de los fracasos del estalinismo es un desafío para la creatividad. Estábamos demasiado acostumbrados a leer y repetir. Saber citar. Pero si se quiere tener futuro, ahora más que antes, es necesario desprenderse del temor a la creatividad. Reencontremos la dimensión utópica. El socialismo en el Perú es un difícil encuentro entre el pasado y el futuro. Este es un país antiguo. Redescubrir las tradiciones más lejanas, pero para encontrarlas hay que pensar desde el futuro. No repetirlas. Al contrario. Encontrar nuevos caminos. Perder el temor al futuro. Renovar el estilo de pensar y actuar. Lo que resulta quizás imposible sin una ruptura con esos izquierdistas excesivamente ansiosos de poder, apenas interesados en lo que realmente sucede.

Sospecho que no hay tiempo indefinido. Desde el siglo XVI, las culturas andinas excluidas y combatidas, han podido resistir, cambiar y continuar. Fueron derrotadas al terminar el siglo XVIII. Desaparece entonces la aristocracia andina, se combate a la sociedad rural, se deporta y extermina a sus miembros. Sin embargo subsistirá el mundo campesino. En el siglo XX nuevos enfrentamientos. Primero a principios de la década de 1920, después alrededor de 1960 y ahora. El capitalismo no necesita de ese mundo andino, lo ignora. Se propone desaparecerlo. Sobre todo ahora que tenemos nuevamente un discurso liberal, repetitivo y dirigido contra las formas de organización tradicionales. Dispone de instrumentos y posibilidades que antes no tenía. Esto ha sucedido en otros lugares, pero aquí no es inevitable destruirlo. Hay que proponer otro camino. Fue advertido por José María Arguedas, pero desde su muerte han transcurrido veinte años y nuestro desafío es cómo y de qué manera evitarlo. La respuesta no sólo está en un escritorio. Exigir un cambio de vida. Lo que se proponía Arguedas en El zorro de arriba y el zorro de abajo no era el regreso al pasado sino la construcción de una nueva sociedad, donde: “Todo eso es para ganar plata. ¿Y cuando ya no haya la imprescindible urgencia de ganar plata? Se desmariconizará lo mariconizado por el comercio, también en la literatura, en la medicina, en la música, hasta en el modo como la mujer se acerca al macho. Pruebas de eso, de lo renovado, de lo desenvilecido encontré en Cuba. Pero lo intocado por la vanidad y el lucro está, como el sol, en algunas fiestas de los pueblos andinos del Perú”.(J.M.Arguedas, El Zorro de Arriba el Zorro de Abajo, Lima, Editorial Horizonte, 1983, p. 22.). Esto fue un proyecto formulado hace veinte años y que ahora requiere que quienes se dedican al marxismo y las ciencias sociales continúen con ese proyecto pensando en el futuro. Los científicos sociales no lo piensan hasta ahora suficientemente. No hay que limitar el horizonte del pensamiento a cosas locales. Ese libro de El zorro de arriba y el zorro de abajo, en contra de lo que podía suponerse, no se refiere a problemas locales, sino que aborda el conjunto de la sociedad para incluir propuestas alternativas. Fue hecho hace veinte años, repito.

Sin embargo la izquierda no ha podido todavía responder a este desafío. Tiene miedo ahora de enfrentar el futuro. En un país como este la revolución no sólo reclama reformas sino la formación de un nuevo tipo de sociedad. En el país se ha comenzado a discutir el lugar de los campesinos, colocándolos no sólo como anécdotas, sino pensados como protagonistas. Hay que discutir el poder, entonces no hay que discutir la producción y los mercados, sino también dónde está el poder, quiénes lo tienen y cómo llegar a él. Cuestionar el discurso liberal. Los jóvenes lo pueden hacer. Muchos somos viejos prematuros. La derecha avanza en todos los terrenos. Quisieran estar listos militarmente. También dan la ilusión de un nuevo discurso. Un discurso en realidad cínico, que tiene tras suyo muchos muertos. Pero esa derecha sigue siendo una suma heterogénea de individuos con intereses particulares, muchas veces demasiado vinculados al exterior. Tampoco tienen sólo un proyecto. Por el contrario. Aparte de las discrepancias hasta ahora no asumen la construcción de una sola alternativa. Mientras tanto, para ser admitidos, esos izquierdistas que frecuentan más las recepciones que las polémicas y cultivan los buenos modales, se visten a la medida. En otro lado de la ciudad, las marchas, los enfrentamientos callejeros, largos, agresivos se han vuelto frecuentes. Reclaman respuestas urgentes. ¿Las buscamos? La cuestión se plantea sólo como el dilema entre quienes admiten la violencia y quienes optan por la vía legal. Así como hace falta una nueva alternativa, es necesario pensar el camino. Algunos creen que hay recetas ya establecidas y que apenas tienen que aplicarlas. Cuando las revoluciones han tenido éxito no ha sido así. Todo lo contrario siempre han sido y serán excepcionales.

El socialismo en el poder comenzó sorpresivamente en 1917, hace sólo setenta años. Apareció apenas terminada la primera guerra mundial en un país y en un lugar que se suponía uno de los espacios más atrasados, donde no se produciría uno de estos cambios sustanciales. Sin embargo, allí surgió el socialismo que, años más tarde, después de la segunda guerra mundial se expandiría a otros territorios, al Asia, al África. La empresa capitalista en cambio lleva ya algunos siglos de expansión. Las puertas al socialismo no están cerradas, pero requiere de pensar otras vías. Una tercera, cuarta, quinta forma. Un socialismo construido sobre otras bases, que recojan también los sueños, la esperanza, los deseos de la gente. Uno en el que se de cabida también a estas necesidades. Se requiere de los intelectuales. Pero insisto, lo lamentable que es el desencuentro entre ellos y la militancia política. Aquí también hay una responsabilidad de quienes han estado demasiado preocupados por la lucha inmediata, la imposición de una secta, la disputa del poder minúsculo. Así se envejece. Será muy difícil que estemos a la altura de las circunstancias.

Pero no todo está perdido. Pueden aparecer otros personajes. Además ya tenemos hijos. Ojalá pierdan admiración y respeto esos jóvenes, y asuman lo que no ha podido ser hecho. Pasar cuarenta años en este país es haber hecho demasiadas transacciones, consentimientos, silencios, retrocesos. Domesticados. Algunos imaginaron que los votos de izquierda les pertenecían. Pero las clases populares piensan, aunque no lo crean ellos. No dan cheques en blanco. Recordemos como fluctúan las votaciones. Los pobres no les pertenecen. Pero el socialismo –insisto– exigirá para su futuro un cambio radical en el discurso. Revolución no es sinónimo sólo de violencia. Hace falta proponer una nueva sociedad alternativa. Ahora es un poco tarde. En toda revolución hay siempre un sector demasiado radical que aparece al final. Aquí el desarrollo de los acontecimientos ha sido diferente. Ha surgido primero y, no obstante empezar desde un sector reducido, ha conseguido seguir existiendo y hasta incrementar el número de sus seguidores. Ha aparecido un sector demasiado radical, que ha derivado en el fanatismo, el sectarismo y el crimen. Ha conseguido funcionar y a lo menos tener un relativo éxito en ciertas regiones. Con el tiempo se ha ido tornando más sectario y su acción política ha derivado en una práctica contaminada con lo criminal. Son capaces de eliminar a dirigentes populares, como hace la derecha. ¡Qué horrible! ¡Esta gente que era de izquierda! Y los demás no se lo recriminan. Guardan también silencio.

Aquí –como más o menos en otros espacios– no se puede predecir y anunciar el futuro. El futuro no está cerrado. Si doy esa impresión me corrijo. No hay una receta. Tampoco un camino trazado, ni una alternativa definida. Hay que construirlo, resultado de los múltiples factores: la experiencia de la izquierda, los discursos del pasado, los nuevos problemas. Ahora en el Perú hay demasiadas posibilidades contrapuestas. Los enfrentamientos son más duros con enormes costos en vidas, pero los caminos siguen apareciendo. No es frecuente pero queda también la posibilidad de un socialismo masivo, revolucionario pero sin asesinatos.

En estos momentos podemos dividir el espectro político del país básicamente en tres. Tenemos de un lado a la derecha, aglutinada y representada por el Fredemo, aparentemente homogéneo, en realidad con diversos intereses que pugnan al interior. Tenemos también a Sendero Luminoso y al MRTA, uno transitando a la acción criminal, y el otro insuficientemente creativo y sin propuesta social. Está también la izquierda unida en el centro, entre uno y otro. Esta izquierda oficial empeñada en participar en las elecciones y en los mecanismos tradicionales de poder, se aleja del movimiento popular, es étnica y culturalmente distante de las mayorías populares. No puede sentir como ellos y no los incorpora en los cargos dirigenciales. Pero no es tampoco homogénea. De una izquierda que hace algunos años se pensaba toda revolucionaria se han ido desgajando y delimitando algunos sectores. Uno transita hacia la derecha o el Apra. Aparentemente la mayoría quieren persistir tercamente en el centro. Se empeña en las reformas. Muy pegado a ellos hay también un sector, más pequeño que quiere ser revolucionario, no criminal, que quiere remover las estructuras, no reformarlas, que empieza a plantearse el problema de la construcción de un socialismo original.

Todavía no existe una alternativa revolucionaria diferente cuajada. Requiere esfuerzo de creación, están allí sus elementos pero no puede crecer liderada por profesionales de clase media. No repetir, crear otro tipo de dirigente. Dar cabida a otros sectores sociales y a los jóvenes. Ellos no deben seguir haciendo lo mismo, no pueden seguir pensando como hace veinte años. Las cosas han cambiado. Hay quienes sienten su urgencia y quienes piensan que tienen tiempo. Es más no es sólo un problema de tiempo, Hay también uno geográfico. Las posibilidades de acción política son diferentes según las regiones del país. Los problemas no se pueden pensar igual desde Lima, desde Ayacucho o la región central. No se tome todo esto como una crítica por alguien –insisto– que se imagina por encima. Todo lo contrario. Es en parte una autobiografía.

Termino evitando ponerme como ejemplo de cualquier cosa. Lo cierto es que, como en pocos sitios, hemos sido una intelectualidad muy numerosa, pero a la vez poco creativa. Incapaces de dar a nuestro propio país la posibilidad de un marxismo nuevo. Intelectuales y políticos ignoran el pasado, la historia, lo que han sido. Demasiado modernos. Incapaces de elaborar un proyecto. Todos son mis amigos. Insisto que mientras en muchos otros países latinoamericanos el socialismo ha sido destruido, aquí sigue vigente. Todavía. A pesar de estar arrinconado. La izquierda se divide. La mayoría, en estos momentos, parece derechizarse. Pero también está esa minoría que se radicaliza. Hay una posibilidad de izquierda en todo esto, pero debe tomar forma.

Muchas gracias a todos los amigos y desde luego, sobre todo, a quienes discrepan conmigo. Siempre mi estilo agresivo pero no anula el cariño y el agradecimiento con todos ustedes, más aún con quienes más he discutido. Discrepar es otra manera de aproximarnos. Y desde luego cuando acudieron a ayudarme no les interesó saber que posición tenía en la cultura o en la política.

Un abrazo.

¡Qué buenos amigos!

Alberto Flores Galindo

Tomado de: http://cercadoajeno.blogspot.com/2012/09/testamento-de-alberto-flores-galindo.html

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Ensayo de Deontología

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Este fue el ensayo que presente en este curso que suena muy pomposo pero resultó siendo un bagre.

El presente ensayo tiene como objetivo reflexionar en torno a algunos puntos éticos a tomar en cuenta en la profesión de historiador. Este ensayo se estructura a partir de los siguientes tópicos. En primer lugar, se reflexiona en torno al rol del historiador como agente de desarrollo para comunidades alejadas donde no tiene presencia el estado. Esto permite pensar si el historiador no sólo se restringe al ámbito académico sino que también puede funcionar como un agente económico y social. Al final, se pensará someramente si el historiador puede desempeñar una correcta vida política. El segundo tópico es considerar la descentralización en el ejercicio de la profesión. No sólo se encuentra el debate en torno a la enseñanza de la historia por titulados en colegios de la ciudad sino también si se puede dar en universidades de provincia o hasta incluso colegios de provincia. Finalmente, se reflexionará en torno a la chismosería existente entre los colegas que no permiten armar un adecuado contexto para el desarrollo de la profesión.

No es necesario ocultar que la historiografía se ha encargado de sólo estudiar los sucesos acontecidos en las ciudades. La Historia del Perú no es más que una historia urbana escrita desde Lima. El trabajo de Basadre, Historia de la República del Perú, no es más que el intento de reunir y compaginar todo lo relacionado con el estado peruano en el tiempo que se propone. El “Perú profundo” es casi inexistente en el desarrollo. La no consideración de la población residente en los Andes llevó a la existencia de indigenismos o corrientes académicas esencialistas como la etnohistoria. Como señala Mark Thurner, estas surgieron por el no reconocimiento de la condición histórica de la población de los Andes. Considero que también existe un cierto racismo por parte de las élites que escribieron la historia. Tomando como racismo aquel discurso establecido en sociedades poscoloniales que tiene como objetivo diferenciar a las personas en una sociedad considerada de iguales, republicana. En fin, el siglo XIX se encuentra casi vacío de historia en los Andes (salvo la romántica esencialista) y es una tarea de los historiadores actuales poder superar tal negligencia involuntaria o voluntaria.

El historiador se encuentra frente a una sociedad racista y no sólo eso, sino sexista. El historiador puede tomar dos caminos: o continúa realizando la historia positivista de tinte político, económico o social que ensalza a las élites, o elige analizar los discursos que se construyeron a través del tiempo para desembocar en la realidad en la que nos encontramos. En mi caso, opté por el segundo camino porque pienso que el historiador tiene también una responsabilidad social que lo determina una cierta ética orientada hacia el bienestar de la sociedad. Entonces, el historiador se tiene que valer de todas las herramientas que todas las disciplinas establecen para demarcar su objeto de estudio. Uno de estos elementos por ejemplo es la deconstruccion derridiana que consiste en hallar los suplementos (bases desde donde se establecen la totalidad de los discursos) para encontrar lo que no se dijo por decir lo que se dijo. Considero que la tarea deconstructiva también ayuda para quitar la connotación de cada una de las etiquetas que se encuentran en la sociedad como son cholo, indio, serrano, etc. La historia puede ayudar, para algunos debe de hacerlo. Se urge de encontrar como se origina el discurso racista y de sus prácticas para poder tener una sociedad más igualitaria.

Sobre este aspecto, que papel puede desempeñar el historiador para fomentar el desarrollo en las distintas comunidades del interior del país. Pareciera ser que se utilizan los nombres de los pueblos para sustentar hipótesis que al ser demostradas otorgan reconocimiento y bienestar a quien la postula. Pero qué pasa con aquella gente de la cual se tomó su historia, su pasado, para establecer la investigación? Considero como desarrollo el dar las condiciones necesarias para una subsistencia humana para las personas: bajar la tasa de mortalidad infantil, bajar la tasa de desnutrición, aumentar los servicios de salud, servicios básicos de agua, luz, saneamiento, etc. Además de fomentar espacios para que se de una educación adecuada. El historiador no se puede mantener indiferente ante el olvido en la que se encuentra el interior del país cuando se ve a la metropoli despilfarrando dinero en bienes suntuarios propios de la riqueza del interior. El historiador al contemplar la realidad debe de ser responsable por generar algun tipo de ayuda para las comunidades. Es una especie de retribución por el permitir poder tomar su memoria, su historia, para el trabajo de uno. Se puede generar espacios como la difusión o al menos el dedicar un capítulo o una conclusión para invocar la actuación del estado para solucionar los inconvenientes. Sino se tendrá que recurrir al sector privado que es tan indiferente porque realiza el bien no por la condición del otro sino por su propio interés.

Es entonces que el historiador se presenta como un intelectual comprometido con la sociedad, claro, si es que toma la opción de dedicarse a analizar los discursos. Sino no es sólo aquel que le encanta rememorar el pasado para culturizarse de manera narcisita. Pero al ser alguien comprometido, no puede escatimar la dimensión política que no se manifiesta en la toma de cargos públicos sino en hacer que sus escritos luchen por una sociedad más justa y despierte en la gente el deseo por luchar por sus propios derechos. El historiador se debe de mantener al margen tanto de la orientación ideológica que se vuelve maniquea en izquierda y derecha. Debe de seguir la línea de despertar la conciencia en la población. Esto se logra a través de ver el pasado a través del presente para poder proyectarse hacia adelante.

No hay mayor justicia social para un país si es que no se desarrolla una buena educación. Es mediante esta negligencia y diferencia entre los colegios particulares/estatales donde se fijan, acentúan y mantienen las desigualdades sociales. La educación es el único medio para subvertir todo aquello que se está mal porque se le está confiriendo a la población la capacidad de agencia para luchar por sus derechos. No se les defiende por sus derechos humanos sino que hace que ellos mismos se defienden. La educación también permite que la violencia no sea sólo un arma en caso de subversión sino que pueda existir la posibilidad de diálogo. Como se reflexiono en clase sobre la enseñanza de historia en los colegios, de que sirve esto para el bienestar de la sociedad si es que cada uno persigue el lucro individual y elige trabajar en el sector privado. Cada uno tiene el derecho de velar por su bienestar según le parezca pero la indiferencia es el elemento que potencia la dejadez y la negligencia que luego detona en el terror(ismo). De qué sirve si es que sólo se hace un proyecto de responsabilidad social para un solo colegio teniendo capital humano (en términos de recursos humanos contemporáneo) para difundir a todo el país mediante la tecnología del internet. Historia para Maestros es un proyecto que mantiene el mismo discurso tradicionalista/conservador que se ha mantenido indiferente ante el racismo y sexismo de la sociedad. Eso es lo que se le continúa enseñando a los niños. Se tiene que cuestionar el mismo discurso que establecieron Clemente Palma, Riva Agüero, José Antonio del Busto, entre otros que se encuentra vigente en la historia pero que niega (ni considera) la diferencia de ese otro que vive en el país. Para ellos son sólo indios, campesinos, comuneros, etc. no son gente con la misma consideración historia que cualquiera. Eso es lo que queremos seguir enseñando a los niños?

El discurso que se debe de dar a los niños es una misma interpelación ética para el historiador. Qué prejuicios le estoy transmitiendo al niño? Qué tan imparcial es la historia que quiero contar? Hasta ahora sólo he podido percatar que los discursos son los mismos propios del sector conservador y de la orientación de Basadre. Urge realizar nuevos estudios para limpiar los discursos para los niños, o sino darles la capacidad de contraponer las otras posturas historiográficas existentes. La misma élite asigna el mismo discurso para que los niños no tengan una historia que los vincule sino que los coercione. Esto también va acorde con el tipo de educación nacionalista que inculca un acérrimo patriotismo. Cómo se puede difundir el ser peruano si es que el mismo proyecto de estado tanto económico, político y social es exclusivo? Niños de la selva o de la sierra tienen una historia del Perú que no incluye su propia historia que es tan válida como la oficial. Pero por el discurso patriótico chauvinista tienen acatar que son peruanos y aceptar lo que se les da. Cantar el himno, usar escarapela, entre otras cosas, anulan su capacidad crítica para cuestionar el proyecto de estado nación que les niega la diferencia.

El tema de un historiador éticamente no se debe restringir sólo a percibir ingresos producto de la actividad universitaria como de investigación. Debe de contribuir a disminuir las barreras de desigualdad educativa a través de concentrarse en la enseñanza de colegios de provincia. Esto es mi propuesta ética. La única manera para que este país pueda compensar la desigualdad educativa en este país es haciendo que los profesionales de universidades, historiadores de carrera, sean los que se dediquen que a orientar el discurso histórico educativo en provincia. La mejora en la educación es la verdadera justicia social. Está en las manos de la academia poder solucionarla.

Por último tópico quiero reflexionar acerca de las rivalidades entre estudiantes de la misma especialidad y la posterior chismosería. Considero que esto es una burla a la ética puesto que no se reconoce al mismo colega como un igual sino que se ocasionan burlas. Esto acorde a una mentalidad de algunos que se creen superiores a otros y ponen estereotipos que determinan comentarios irónicos. Se generan discursos para atacar como el asignarles epitetos denotativos o conferirles el rótulo de izquierdistas. Pareciera ser que en este país no se ha superado el relacionar a  la izquierda con el terrorismo que más que susto debe de ser reflexión ante la negligencia de las élites en diversos periodos de tiempo. Sumado a la indiferencia de la ciudad por el campo. Lo peor de esto es cuando se habla a las espaldas de la gente sin señalárselo a la misma persona en su cara. En fin, la misma negligencia de la historiografía parece ser hereditaria. Sólo la ética en la profesión pareciera ser que puede salvar la situación.

 Me siento orgulloso de sacar un 13.

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