Archivo por meses: julio 2013

Somos libres?

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Para Favio Meza

Pablo Macera señala que la Historia el Perú se divide en dos periodos. Estos son el de la autonomía y el de la dependencia. El primer periodo se constituye por los desarrollos sociales prehispánicos desde su aparición en el territorio del actual Perú hasta la hegemonía Inca. El período de la dependencia comienza en 1532 con la presencia española y su dominio. Continúa con la influencia francesa, inglesa y estadounidense.

La importancia de esta propuesta un tanto escéptica es que se contrapone con la historiografía que celebra la independencia decimonónica (en 1821). Esto tanto en la vertiente positiva que resalta las “ansias libertarias” de los criollos patriotas; así como la que propone una independencia concedida. Si seguimos esta reflexión de Macera, ¿somos realmente libres o independientes?

Es necesario señalar que las relaciones de dominación (sean políticas, económica, sociales, etc.) tienen la capacidad para redefinirse y reinventarse conforme transcurre el tiempo. Para ilustrar esto se puede utilizar la evolución de los medios de producción marxistas (del esclavista al feudal y del feudal al capitalista). Esto siguiendo como motor la lucha de clases. Toda redefinición de las relaciones de dominación se dividen en dos grupos tomando como referencia a la Revolución Francesa: pueden pertenecer al Antiguo Régimen o la modernidad.

El Antiguo Régimen se ve representado por un absolutismo monárquico y una elite nobiliaria con privilegios. La jerarquía social no permite una movilidad para que los individuos asciendan en la pirámide. Se puede encontrar una ideología económica mercantil y posteriormente liberal. Las relaciones de dominio con la periferia implican el control de la producción, el pago de un tributo al monarca en su condición e soberano, una sociedad desigual y una administración política sujeta a los intereses de la metrópoli.

Con la Modernidad se experimentaron una serie de cambios trascendentales producto de la Revolución Francesa y la Independencia de los Estados Unidos. Ahora son los burgueses quienes controlan el poder al dirigir el estado. Se produce una sociedad con movilidad. En lo económico será el liberalismo quién devino en el capitalismo.

Fueron las relaciones coloniales de dominio asociadas al Antiguo régimen las que se redefinieron a partir de la superioridad económica, al nivel del factor capital, que permitió invertir en recursos primarios (o extractivos). Antes la metrópoli se llevaba el recurso sin ninguna restricción ni ningún pago por el bien. En la modernidad se produce la aparición de los estado/nación que otorgan el bien a cambio de un cierto pago.

Son estos estados populares y soberanos los que proclaman su autonomía política respecto a su país colonizador. Los gobernantes, presidentes o primeros ministros, son los que negocian el conseguir ingresos monetarios para poder destinarlo a diversos rubros. El escenario que se presenta es casi constante: un país ex colonizado con riquezas naturales que negocia con un país ex colonizador rico en dinero/capital donde termina el país chico vendiendo sus recursos por el capital.

Hay que recordar que son tres los factores productivos: tierra, capital y trabajo. De estos tres factores el Perú cuenta con abundancia del factor tierra pero no de capital (sea de dinero, máquinas, tecnología industrial, etc.)  El factor trabajo no se cuenta en abundancia (no somos ni China ni Papúa). En el caso de este país, las redes coloniales de dominación se redefinieron de la hegemonía política a la económica (la primera es más directa y explícita). La diferencia de capital es numerosa y sólo superable mediante años de desarrollo continuo. Pero, ¿se puede comparar la importancia de un factor productivo sobre otro? ¿Acaso el capital es superior a la tierra o viceversa?

En primer lugar, hay que tener en cuenta que el factor tierra no es infinito como muchos de los economistas aún creen. La otrora abundancia que se le confirió a este factor viene a ser suplida actualmente por la escasez fruto de una crisis ambiental provocado por la modernidad industrial. Considero que la alimentación es más importante al ser una necesidad inherente a la condición de vida humana. Esto genera a mí parecer  que el factor tierra sea más importante que el capital. En una situación de hambruna son los recursos alimenticios los que valen más que el dinero. Se puede contar con mucho dinero pero no hacer nada (no se puede comer el oro ni los billetes y si se hace no nutren al ser humano).

El dinero es limitado (ya sea moneda, billetes, oro o dígitos financieros) porque implica necesariamente la esperanza de que otra persona lo acepte como medio de pago. La esperanza implica la cesión de un bien o servicio que hay una posibilidad que no se conceda. De no darse la concesión es gracias a la finitud del dinero que no vale tanto como el bien que servía como medio de pago. Entonces, sumando con alguna propuesta de los liberales, el dinero no es tan importante como el capital. ¿Pero qué es el capital? Algo que aún no lo sé. ¿Qué es el dinero? Tampoco.

Lo que sé es que este país es muy diverso. Existen vastas aéreas para el cultivo de alimentos y para la crianza de ganado. Mucha atención: Este país es diverso más no abundante. Se tiene una gran cantidad de recursos hídricos y eólicos. Todo esto vale más que la miseria de dinero que se recibe por la minería. Este territorio ya demostró en el periodo prehispánico que se pudo producir tantos excedentes para alimentar cerca de nueve millones de personas. Esto sin la necesidad de la modernidad ni de la tecnología occidental.

El dominio cultural francés, el comercial inglés, o el industrial estadounidense, no son tales. Al contrario, son muy débiles. La verdadera colonización, el verdadero dominio, es el mental. El dominio  constituye un entramando de relaciones de diferente naturaleza (epistemológica, económica, social, etc.) que enjaulan el inconsciente de los individuos. Esto esperando el despertar de la conciencia (¿independencia?) que se dé gracias a otra persona o en una situación de crisis. En nuestro caso, la crisis es la del medio ambiente. No es solo un país rico, no es sólo la naturaleza en riesgo la de un lugar, es la de toda una región que se encuentra anteriormente antes del surgimiento de los estado/nación.

La libertad  está en poder negarse a vender los recursos pese a la inmensa oferta monetaria para generar un consumo acorde al desarrollo sostenible.  Es una consecuencia de ser libre el negarse a ir contra las reglas del mercado y de la economía cuando perjudican lo real (la vida). Ir contra la racionalidad en beneficio del entorno natural es ser libre. La racionalidad de la conciencia es drásticamente a la racionalidad capitalista. Un ejemplo de esto es la negligencia de botar leche al río para no alterar los precios. Actuar en beneficio del medio ambiente y no del capital es ser libre.

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El efecto Sasha

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En los ùltimos dìas en Lima nos enteramos de la posible llegada de Sasha Grey. La apariciòn de una fotografìa suya en donde se podian apreciar unas combis (pareciera estereotipo de la ciudad) es lo que alimentò la noticia. Ademàs, se sumaba la realizaciòn de la feria del libro en donde ella posiblemente presentaria su ultimo escrito. Es que Sasha representa uno de los ìconos sexuales que conoce gran parte de la poblaciòn juvenil masculina.

Poco tiempo despuès se desmintiò la noticia, Sasha no estuvo en Lima. La foto fue trucada siendo una imagen en EEUU “photoshopeada” siendo reemplazado el escenario por las combis limeñas. Tambièn los organizadores de la FIL negaron rotundamente cualquier presentaciòn de esta estrella y su libro. Con todo esto se viviò un escenario particular: se difundiò una noticia real pero inverosimil.

Esta noticia repercutiò en las redes sociales en gran medida. Muchos comentaban cualquier posible acciòn respecto a esta chica. Lo inverosìmil generò respuestas reales. Lo falso genera comportamientos verdaderos que desconocen la condiciòn de verosimilitud de la  premisa.

Este efecto, al que llamo Sasha, se presenta en gran medida en la historiografìa peruana. Todo esto en un caso paradigmàtico: la proclamaciòn de la independencia por San Martìn en la plaza de armas limeña. Este celebre acto constituye un guiòn teatral peformada anualmente en los diversos colegios del paìs. Niños se disfrazan de San Martìn y exclaman que “El Perù es libre e independiente por la voluntad general de los pueblos y …”. Otros se disfrazan
de soldados realistas y patriotas. Algunos de sacerdotes y otros de criollos patriotas. Las chicas tambièn participan siendo mujeres con un vestido o las famosas tapadas. Todos actùan  un guiòn en donde los personajes principales son San Martìn y los patriotas criollos con ansias libertarias. Todo esto para celebrar la independencia del Perù.

El primer grito de independencia es inverosìmil que se dio en 1821. Podemos debatir si fue en 1811, 1812, 1813, 1814 o quizas otra fecha; pero no es en el 21 de ninguna manera. Esto  trae importantes consecuencias como son la participaciòn de la poblaciòn indìgena que demostraba una capacidad de agencia (capacidad de las personas para actuar polìticamente de manera  autònoma) anterior o paralela a los mismos criollos.

Tampoco se les enseña a los niños que los mismos criollos de Lima, agrupados en el tribunal del consulado, eran quienes financiaban la campaña de resistencia realista. No se les enseña ademàs que todos esos hèroes militares fabricados en complicidad por el estado y los historiadores como son Castilla o Gamarra lucharon contra las rebeliones llegando a reprimirlas en favor del rey. Son aproximadamente diez años en donde tienen todo el tiempo para limpiarse y adquirir la condición de celebridades nacionales.

Los niños performan un guion caduco e històricamente falso año tras año. Se les inculca una mentira que ellos no tienen la capacidad de ir contra. Constituye una negligencia mayor puesto que la educaciòn infantil repercute en la formaciòn de sus categorias mentales que lo sostendràn en su madurez. Se les està engañando y condicionando el resto de su vida en una mentira!. Esto no se ve apoyado por unos profesores de educaciòn tanto primaria o secundaria
que no critican el discurso historiogràfico que viene desde el estado y de la academia. Sòlo se valen del copiar y pegar para armar sus guiones de clase, sumandole en algunos casos una alta dosis de chauvinismo, para adoctrinar a sus alumnos. Estos son los que acentùan la falsedad de la premisa y dirigen las actuaciones con un modelo de lo que debe ser correcto.

Es momento de detener esa abominaciòn de las representacioens escolares en donde se celebra la proclamaciòn de la independencia por parte de San Martìn. Es nuesto deber como historiadores el generar una historiografìa que contradiga todos errores hasta ahora cometidos. Ademàs de generar una historia inclusiva para enseñarles a los niños. Esperan que llegue un foraneo a proclamar algo que ya fue dicho muchisimo antes por, quien sabe, alguno de sus parientes. Es necesario quitarnos el velo de los ojos de una historiografìa còmplice tanto del estado como de los militares. En este caso, somos los encargados de detener el efecto Sasha.

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Peruanidad

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En la anterior entrada se reflexionò en cierta parte sobre el origen del nombre Perù. Esta
palabra viene a ser un sustantivo que es nombre propio. En este escrito busco reflexionar
en torno a la peruanidad.

La palabra <peruanidad> se forma a partir del nombre Perù màs el sufijo -idad. El sufijo
-idad refiere a la cualidad inmanente de algo. A mi parecer hace referencia a la abstracciòn
(primera) del nombre.

<Peruanidad> viene a ser un significante. Segùn el modelo de significante/significado propuesto
por Lacan, el segundo se deriva por el zurcimiento en una cadena infinita de significantes.
Este zurcimiento consiste en como la experiencia individual de la persona modifica al significante.

En el caso de <peruanidad> su significado puede ser tan amplio como personas esten en contacto
con el significante. Para algunas personas la peruanidad puede implicar tomarse una chicha
de jora, para google un gallito de las rocas desplazandose en un doodle, puede ser una
canciòn de “Chabuca” Granda. El significado de peruanidad puede ser tan amplio como personas
quieran conferire.

El problema surge cuando este significante se vuelve parte del discurso oficial. Es entonces
donde el tèrmino adquiere un significado unidireccional. Esto es lo que ha venido siendo siempre:
la peruanidad es la musica criolla, el festejo, el ceviche, la causa y el lomo saltado.

La peruanidad lo define cada individuo en su significado, lo que implica conferirle un propio
rasgo de la propia identidad. El Perù es un proyecto abierto que podemos volverlo justo.

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y se llama Perú

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El Perú no cumple hoy 192 años. Su existencia se remonta al periodo virreinal (colonial). Citemos  a Garcilazo de la Vega quien narra didácticamente la aparición de este nombre:

Pues hemos de tratar del Perú, será bien digamos aquí cómo se dedujo este nombre, no lo teniendo los indios en su lenguaje; para lo cual es de saber que, habiendo descubierto la Mar del Sur Vasco Núñez de Balboa, caballero natural de Jerez de Badajoz, año de mil y quinientos y trece, que fue el primer español que la descubrió y vio, y habiéndole dado los Reyes Católicos título de Adelantado de aquella mar con la conquista y gobierno de los reinos que por ella descubriese, en los pocos años que después de esta merced vivió (hasta que su propio suegro, el gobernador Pedro Arias de Ávila, en lugar de muchas mercedes que había merecido y se le debían por sus hazañas, le cortó la cabeza), tuvo este caballero cuidado de descubrir y saber qué tierra era y cómo se llamaba la que corre de Panamá adelante hacia el sur. Para este efecto hizo tres o cuatro navíos, los cuales, mientras él aderezaba las cosas necesarias para su descubrimiento y conquista, enviaba cada uno de por sí en diversos tiempos del año a descubrir aquella costa. Los navíos, habiendo hecho las diligencias que podían, volvían con la relación de muchas tierras que hay por aquella ribera.

Un navío de éstos subió más que los otros y pasó la línea equinoccial a la parte del sur, y cerca de ella, navegando costa a costa, como se navegaba entonces por aquel viaje, vio un indio que a la boca de un río, de muchos que por toda aquella tierra entran en la mar, estaba pescando. Los españoles del navío, con todo el recato posible, echaron en tierra, lejos de donde el indio estaba, cuatro españoles, grandes corredores y nadadores, para que no se les fuese por tierra ni por agua. Hecha esta diligencia, pasaron con el navío por delante del indio, para que pusiese ojos en él y se descuidase de la celada que le dejaban armada. El indio, viendo en la mar una cosa tan extraña, nunca jamás vista en aquella costa, como era navegar un navío a todas velas, se admiró grandemente y quedó pasmado y abobado, imaginando qué pudiese ser aquello que en la mar veía delante de sí. Y tanto se embebeció y enajenó en este pensamiento, que primero lo tuvieron abrazado los que le iban a prender que él los sintiese llegar, y así lo llevaron al navío con mucha fiesta y regocijo de todos ellos.

Los españoles, habiéndole acariciado porque perdiese el miedo que de verlos con barbas y en diferente traje que el suyo había cobrado, le preguntaron por señas y por palabras qué tierra era aquélla y cómo se llamaba. El indio, por los ademanes y meneas que con manos y rostro le hacían (como a un mudo), entendía que le preguntaban mas no entendía lo que le preguntaban y a lo que entendió qué era el preguntarle, respondió a prisa (antes que le hiciesen algún mal) y nombró su propio nombre, diciendo Berú, y añadió otro y dijo Pelú. Quiso decir: “Si me preguntáis cómo me llamo, yo me digo Berú, y si me preguntáis dónde estaba, digo que estaba en el río”. Porque es de saber que el nombre Pelú en el lenguaje de aquella provincia es nombre apelativo y significa río en común, como luego veremos en un autor grave. A otra semejante pregunta respondió el indio de nuestra historia de La Florida12 con el nombre de su amo, diciendo Brezos y Bredos (Libro sexto, capítulo quince), donde yo había puesto este paso a propósito del otro; de allí lo quité por ponerlo ahora en su lugar.

Los cristianos entendieron conforme a su deseo, imaginando que el indio les había entendido y respondido a propósito, como si él y ellos hubieran hablado en castellano, y desde aquel tiempo, que fue el año de mil y quinientos y quince o diez y seis, llamaron Perú aquel riquísimo y grande Imperio, corrompiendo ambos nombres, como corrompen los españoles casi todos los vocablos que toman del lenguaje de los indios de aquella tierra, por que si tomaron el nombre del indio, Berú, trocaron la b por la p, y si el nombre Pelú, que significa río, trocaron la l por la r, y de la una manera o de la otra dijeron Perú. Otros, que presumen de más repulidos y son los más modernos, corrompen das letras y en sus historias dicen Pirú. Los historiadores más antiguos, como son Pedro de Cieza de León13 y el contador Agustín de Zárate14 y Francisco López de Gómara y Diego Fernández, natural de Palencia15 , y aun el muy reverendo Padre Fray Jerónimo Román, con ser de los modernos, todos le llaman Perú y no Pirú. Y como aquel paraje donde esto sucedió acertase a ser término de la tierra que los Reyes Incas tenían por aquella parte conquistada y sujeta a su Imperio, llamaron después Perú a todo lo que hay desde allí, que es el paraje de Quitu hasta los Charcas, que fue lo más principal que ellos señorearon, y son más de setecientas leguas de largo, aunque su Imperio pasaba hasta Chile, que son otras quinientas leguas más adelante y es otro muy rico y fertilísimo reino.

Este nombre vino a suplir a “Nueva Castilla” como nombre oficial de los territorios americanos meridionales. Apareció lo que comúnmente conocemos como Virreinato del Perú.

Es la segunda redefinición política de estos territorios, su reinvención, el que celebramos hoy. La transformación de la organización polìtica de una administración colonial a una república constitucional presidencialista es lo que se conmemora. El Perù deja su estructura acorde con el antiguo régimen para adoptar el modelo de estado/nación decimonónico vigente en toda latinoamérica. Como Perú no existe como “ser” debe de ser revitalizado, inventado, conmemorado constantemente a partir de ciertas pràcticas, símbolos o tradiciones. Para esta pedagogía del estado sirven las banderas, himnos, escudos, escarapelas, etc.

El estado, estructura política que administra un respectivo territorio, tiene plantear un proyecto y conseguir que todos los individuos que habitan en su jurisdicciòn se identifiquen con èl. Para esto se encuentran elementos importantes que ayudan a generar una identidad. Estos son la patria y nación. La patria viene a ser ese sentimiento de identificaciòn con el lugar de nacimiento sea el estado que sea. La naciòn es aquella identificaciòn que se genera entre los habitantes de un respectivo territorio que les permite reconocerse como pares en un territorio. Lo ideal para un estado es formar una nación, pero en nuestro caso la nación se formó ante la ineficiencia de un estado desigual.

Se encuentra alguna semejanza entre el campesino de Chachapoyas, el empresario puneño, el ama de casa huancavelicana o el estudiante trujillano? Se puede asignar cualquier tipo de característica en común que articule un proyecto nacional como el que todos “comen rico”. Cualquiera de estas articulaciones resultan banales, etnocèntricas y estereotipadas. Para suplir esta impase se tiene lo bàsico: todos tienen una vida social. El estado debe proveerles a todos las mejores condiciones de vida y punto.

El Perú es un proyecto abierto aún inconcluso, una creación en constante construcción, un producgto plástico maleable según los criterios y bienestar de sus ciudanos. Es un nombre insuficiente que no capta la esencia de las maravillas de un territorio diverso en naturaleza e individuos. Se puede hacer màs justo este paìs, pero no depende sòlo de marchas. Depende de de la mejor pràctica de la ciudadanìa y esfuerzo cotidiano por un estado acorde a la medida de sus ciudadanos.

Ojo.
El problema de atacar muy fuerte al estado lo tiende a desacreditar frente al sector privado. Pese a todo las instituciones de representaciòn polìtica ciudadana puede defendernos frente a la ingente ambiciòn por el lucro de los empresarios. Un estado organizado puede defender los intereses de un territorio frente a medidas jodidas como la que planea Nestle para privatizar el agua.

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Por fiestas patrias

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El 27 de Julio, la plaza San Martín se presentaba como una feria en donde los ciudadanos exponían sus reclamos contra el gobierno de turno. Repentinamente surcaron los cielos proyectiles que contenían algún tipo de gas lacrimógeno realizando su respectiva trayectoria helicoidal. Ante el impacto seguro, la gente esbozaba algún posible lugar de caída y se retiraban corriendo. Se generaba un repliegue de la manifestación hacia la Colmena. Un muy buen amigo conmocionado con este escenario manifestó que el gasear la plaza San Martín, con toda su connotación libertaria, implicaba una carga simbólica negativa muy difícil de olvidar.

Hoy 28 de Julio se conmemoran los 192 años de la existencia de la República del Perú. No es la fiesta exclusiva del nombre, no es la fiesta del Perú, sino que es de su segunda redefinición  política. Se conmemora la existencia de un estado no inclusivo que guardaba la desigualdad estructural de la colonia como elemento vertebrador. Un estado de espada al bienestar y desarrollo humano de la población campesina pero que no se olvidó de la usurpación de sus tierras.

Ejemplo de este estado es su Historia, la llamada Historia del Perú, que se enseña en los colegios. Una historia que se representa artísticamente en los colegios en el caso paradigmático de la proclamación de la independencia por San Martín (personaje protagónico) en la plaza de Armas limeña. El argentino es la figura central seguida por los patriotas criollos con sus ansias endémicas de libertad. Lejos de considerar lo negligente de este tipo de historia, los criollos reunidos en el tribunal del consulado financiaron la campaña realista, se olvidan negligentemente las rebeliones de 1811, 1812, 1813 y 1814. Se olvida la participación “indígena”  en la lucha libertaria mucho antes de la criolla del 21 que demostraron su accionar y agencia política siempre existente. Rebeliones en donde héroes nuestros, de la talla de Ramón Castilla y Agustín Gamarra, participaron a favor de la corona para reprimir estos levantamientos.

El Perú es solo en nombre que define dos tipos de estado en la Historia: el primero virreinal y el segundo republicano. El segundo es un estado que surge como elemento representativo del universo de los estado/nación decimonónicos del siglo XIX. Los arquitectos del estado, así como los gobernantes, siendo conscientes de la volatilidad de su existencia necesitaban de elementos que lo mantengan vigentes. Son elementos que conforman prácticas, tradiciones que se inventan, para cohesionar a los habitantes en una nación. Estos vienen a ser el himno, el escudo, y la bandera. El Perú no existe, es una construcción humana que define las relaciones sociales entre los individuos que habitan un respectivo territorio.

El nihilismo sobre el Perú y su condición no debe derivar en la desaparición del estado y una insurgencia anárquica popular. Debe de significar un espacio que legitime el esfuerzo de los ciudadanos por mejorar sus condiciones de vida. Exigir la redefinición de sus derechos y correspondiente asunción de deberes. Todo esto siempre acorde con el desarrollo sostenible del medio ambiente. Se debe de evitar la explotación excesiva de los recursos naturales que no nos pertenecen sino que son. ¡Feliz día Republica del Perú! ¡Luchemos por hacerte un lugar más justo!

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