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Marìa Sonrisa

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No sé si ella me conoció primero o si fui yo. Siempre al empezar un curso a mi me pasan dos situaciones: o conozco a la mayoría de los estudiantes o no conozco a ninguno. La primera situación siempre es de alegría pues se comparte entre amigos y uno trata de recapitular los eventos que sucedieron en el verano. La segunda situación siempre es algo incómoda porque se percibe un cierto nerviosismo en la gente. En la primera clase no se suele hacer amigos, eso queda para la segunda o tercera reunión.
La vi por primera vez cuando el curso de historia de américa dio inicio. La situación fue totalmente inédita porque no la conocía y me recibió con una sonrisa. De inmediato comencé a hacer conjeturas acerca de su origen. No era de la especialidad, facultad e incluso de la universidad. Traté de asociar su forma física, como se suele hacer con las rubias, con un determinado país. Su piel canela, ojos pardos y cabello castaño me hicieron pensar en primera instancia que era de Colombia y Venezuela. Esa resultaba bastante evidente porque según mis categorías mentales su linda sonrisa (y forma de ser) parecía de un ambiente del norte del trópico. Recuerdo que esa vez no intercambiamos más palabras.
En la segunda clase comenzamos a hablar más (pero no tanto). Le pregunté de donde era y me dijo que de Noruega. ¡De Noruega! Eso era imposible. Mi cabeza se lleno de nuevas conjeturas acerca de como podía ser de ese país nórdico. Ella comentó que su papá era peruano pero se fue a residir a ese país. Todo cuadraba de manera más clara. Siempre a un estudiante extranjero se le suele preguntar cuando piensa regresar a su país, ella respondió pero considero que el tiempo es irrelevante. Ahí quedó nuestra segunda conversación.
Siempre suelo permanecer un poco más de tiempo que el debido en la universidad, la cercanía de mi casa es el motivo de ellos. Una noche revisando mi correo la encontré. La saludé de inmediato y me preguntó donde se encontraban las separatas del curso. El lugar donde se encuentran siempre es el mismo: la fotocopiadora del edificio de la facultad. Me comentó que allí no estaban, entonces le ofrecí ir a la biblioteca a sacar copias del mismo libro.
En el trayecto hacia la biblioteca le pregunté como sobre su origen y me respondió de la misma manera (no esperaba otra respuesta). Ya en el recinto, sacamos el libro y nos dirigimos a la fotocopiadora. El señor de manera muy amable nos dijo que el tiempo que demoraría el trabajo sería de quince minutos. Teníamos un rato para conversar. Me preguntó mi nombre y esa pregunta resultó idónea porque yo no recordaba el suyo. Intercambiamos nombres y me comentó que su padre y su hermano también llevaban el mismo. Que interesante pensé!. Luego procedí a preguntarle de que parte del Perú su papá era. Me dijo que era de Cajamarca. En esta parte del relato si incluiré datos fidedignos. Cajamarca! Mi papá también es de allá. Nos dirigimos a tomar un café y en la conversación traté el mismo tema que siempre uso con mis amigos: el amor por el Perú. Y es que no encuentro otro tema para que se genere un vínculo con el lugar donde se encuentra la persona. Me comentó acerca de que le gustaba los Andes y le conté alguno de mis proyectos como es un libro sobre el significante indígena y todos los significados reducidos en él. Me alentó para realizarlos y claro, le haré caso. Nos dirigimos a sacar las fotocopias y ahí termino nuestra pequeña reunión. Pero no dejé de observar aquel tatuaje en su brazo que decía Cajamarca.
Ella dejó de ir a las clases debido a que, por motivos del idioma, no entendía en su totalidad el contenido de las clases. Tuvo que retirrse y dejé de verla por un tiempo. Donde estaría, eso rondó en mi cabeza por un tiempo pero no tanto.
La encontré un día, en otro curso. Intercambiamos unas cuantas palabras y quedamos para salir. Fue interesante y tomé esa ocasión como una oportunidad para conocerla y saber lo interesante que parecía su historia.
No sé si fue a la semana siguiente, pero nos reunimos. Los temas que conversamos eran interesantes, pero quería saber acerca de su origen. Me comentó que su padre fue a Noruega, conoció a su madre y posteriormente ella nació. Ella se crió sin su papá pero su madre siempre hablaba de él y es en los relatos donde su padre donde conoció la palabra Cajamarca. Su padre falleció cuando tenía nueve años y me imaginó el vacío que debió haberse generado dentro de ella. Es una chica que nunca deja de sorprenderme. Me dijo que el Perú era un país machista y muy religioso. Lo primero se manifiesta en los silbidos que solemos hacer los hombre a las mujeres especialmente a las foráneas. Lo de religioso es un tema complicado por que es una tradición cultural.
Fuimos a pasear un rato alrededor del malecón de Miraflores pero al verla no dejaba de pensar: viniste aquí quizás a resolver esa interrogante acerca de tu padre. Quizás al conocer de donde es tu él lo conozcas más. Finalmente concluí que una persona nunca muere sino que su presencia siempre ronda a lo largo del Mundo. Si quieres saberlo, pregúntale a Marìa Sonrisa que vino desde un país nórdico donde no hay gente que habla su idioma para resolver su interrogante. Si la vez, no olvides de ver su brazo y recordarás la palabra Cajamarca.

La protagonista de este relato ya conoció el lugar de donde es origen su padre.

Agradecimientos
A Fernando Contreras por ayudarme en redactar el final y a la protagonista por ser la inspiración de este relato. Sigue leyendo

Los programas televisivos y la constitución del yo en el niño

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La presente entrada tiene por objetivo desarrollar el argumento que los programas infantiles influyen de manera negativa en los niños puesto que en vez de enseñar a tomar conciencia tienden a plantear elementos fantasiosos que en sí mismo contienen conflictos internos dramáticos. El más importante elemento de todo es esto es la tendencia hacia la violencia generalizada.

Las emociones son las que gobiernan al ser humano durante su infancia. Es en este periodo en el cual recién la conciencia comienza a formarse pero aún no entra en funcionamiento. El recién nacido para pedir alimento llora, al niño se le da su comida y el joven ya puede resistirse a lo que se le da. Es en esta resistencia donde comienza a empezar el pensamiento pero aún no la conciencia. La conciencia hace su aparición cuando se da cuenta que es el alimento que cuenta y le sirve para su provecho. Reconoce el esfuerzo de todos los involucrados en permitirle el acto alimenticio, su beneficio y reconoce su posición respecto a los otros.

Hasta que no aparezca la conciencia, las emociones seguirán gobernando al hombre. Por qué las emociones no son buenas? No se podría decir si son buenas o son males, sino que tienen que controlarse. Tener conciencia y poder reconocer las propias emociones de uno (inteligencia emocional) permiten que la convivencia se fructífera. Si un padre sabe que siente mucha rabia al ver que su hijo derrama un frasco de pintura en su auto nuevo, tiene la oportunidad de tomarse un respiro para no poder agredir al pequeño. Este mecanismo, sumado con la conciencia de la igualdad y diferencia del otro (uno es igual en cuanto a la diferencia, pero diferente en tanto ella), lleva al termino de la agresión.

La misma conciencia hace su aparición de manera espontánea cuando la persona se pregunta Por Qué hago las cosas de determinada manera. El despertar de la conciencia también implica la aparición del yo que a mi parecer se puede ilustrar con la frase de Descartes “Pienso, luego existo”. A través de tener conciencia de lo que me pasa, sé que existo y puedo recién puedo pensar hacia donde me dirijo.

Tener conciencia es importante, puesto que sin ella, todavía uno está sometida al reino del inconsciente. Según señalan algunos psicólogos el cerebro está constituido por tres partes: una reptil, una mamífera y la racional. La reptil es la que lleva a uno a actuar inconscientemente, por ejemplo, los reflejos. La asociación al reptil es que este comportamiento tiende a ser no intencionado y no emotivo. La parte mamífera es la que produce las emociones como la alegría, rabia, tristeza, etc. Es la última parte la que nuestro esfuerzo como raza ha constituido que es el poder ver nuestros comportamientos y emociones para regularlos en el beneficio tanto propio como comunal. El esfuerzo y responsabilidad de nosotros es continuar avanzando en esta dirección.

A un niño se le tiene que permitir formar su conciencia antes que bombardearlo con tanta información que despierte sus sentidos. Las emociones hacen que no pueda discernir entre lo que es real y lo que es fantasía. Llamo realidad a todo aquello que no es constituido por un discurso. Entonces fantasía es el discurso construido tomando como base a elementos reales. En el espacio y el tiempo se pueden encontrar objetos reales que ocupan un lugar en él y tienen trascendencia. Mientras que también existen discursos que tienden a desplazarse.

Un tema interesante es la posesión. Llamo posesión cuando un YO no puede controlar una emoción determinada, deja que le embargue. Esto es un tipo de comportamiento infantil inconsciente puesto que no tiene un yo lo suficientemente fuerte para resistir los ataques emocionales. Si es que no se permite que el yo se fortalezca y robustesca, se producirán infinidad de actos realmente inconscientes. Creo es fundamental entre discurso y realidad mediante dinámicas pragmáticas.

Creo que el resultado de que se fortalezca el desvanecimiento del yo es la posición tan alejada de él hombre sobre el miedo. Las ciencias tras la ilustración no han hecho más que destruir la presencia mediante la férrea conceptualización. Esto ha sido bueno pero creo que la dirección debe cambiar de lo netamente académico a algo mixto. Puede ser que el discurso que ha venido trabajando la geografía es de apropiación del territorio, pero esto es a priori imposible. Más que apropiación puede ser la convivencia armónica.

Es cuestión de usted lector poder asociar lo referido en esta entrada con ejemplos específicos. Yo pude ver de pequeño La Vida Moderna de Rocko y en su momento su ironía resultaba un poco perturbadora. Otro tipo que resulto ser muy beneficioso fue Nopo y Gonta
que proponían el desarrollo de la imaginación a partir de objetos materiales específicos. No se recibía plenamente un discurso sino que le permitían el televidente generar uno. En esta misma línea se encuentra Nico y Tap con su programa de matemática que te llevaba a problemas que se resolvían utilizando la lógica. Estos programas brindaban información pero hacían que el televidente genere un mecanismo de respuesta lógico. En mi opinión, enseñaban a pensar y a construir.

Los dibujos japoneses con su discurso tan complejo creo que en vez de aportar a la constitución de la personalidad tienden a erosionarlo. La personalidad es importante puesto que, si bien existe una incertidumbre en la vida, el ser tiene que fijar existencia para que de esta manera pueda desarrollarse. Dar los elementos para vivir. Considero indispensable una filosofía pragmática.

Es importante pensar en los niños pues son los que toman la posta de las generaciones que envejecen. Pareciera ser que los hombres siempre al vivir se consideran el fin de la historia, lo que lleva que su comportamiento sea en cierto sentido egoísta, irresponsable e insostenible. Además de esto, también la sociedad hace que prefieras los valores personales antes que de los de la colectividad. El bien personal es importante, pero el de la comunidad lo es aún más (incluye al mismo individuo).

Para posteriores entradas desarrollaré temas acerca de la infancia siguiendo las preocupaciones de Rousseau en El Emilio. Dejo una última idea que consiste en que también se debe enseñar el dolor puesto que constituye un elemento fundamental en la existencia. El vida misma implica dolor. Si se busca una sociedad de máximo placer, el dolor tiende a ser algo insoportable que al no poder controlarse, se convierte en causa importante de los suicidios. Los crímenes deben detenerse a través de la conciencia y la inteligencia emocional. Sumado con la atribución psicológica (reconocer los estados mentales del otro).

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