El presente artículo tiene por objetivo reflexionar acerca de la importancia de la presencia del padre en la constitución de una familia. El padre es muy importante ya que su rol por defecto es proveer a la familia de recursos y servir de sostén. Para señalar la importancia de la presencia del padre en la constitución del carácter de los hijos, se seguirá algunos conocimientos del psicoanálisis freudiano. Si bien este método tiene un carácter positivista, es necesario para intentar construir una sociedad saludable.
En un hijo varón, el padre sirve para cortar el “complejo de Edipo” que tiene con la madre. El hijo al ser, los primeros años, llevado por las ímpetus vitales considera a la madre como SU hembra. Considera que tiene propiedad sobre ella. Pero en su cerebro poco desarrollado no está procesado la figura paterna. No considera que entre él y la madre está el padre quien es el verdadero hombre de la madre. Esto implica una frustración en el hijo (la primera fundamental a la hora de constituir la personalidad). También surgirá el complejo del falo en el hijo que será superado una vez que el niño adquiera conciencia del “suyo”. Ahí despierta y surge el individuo.
En la hija la presencia de padre es trascendental. El padre es el encargado de formar parte del llamado “complejo de Electra” que es una afinidad intrínseca con la hija. La hija considera a su padre como su primer hombre, por tanto la imagen que él le transfiera será muy importante y vertebradora. El padre debe proveer a la criatura de todo el amor necesario para que surja en ella autoestima y control. Esta experiencia le servirá como molde para futuras experiencias y su valoración.
En ambos sexos, el padre debe de servir de consituyente del super yo. Garante de que el hijo y la hija se sometan al control natural de autoridad. Debe lograr que sus vástagos amen cumplir la ley o que sepan que tienen que cumplirla sobre todas las cosas. Si el padre está ausente, se genera una rabia en los hijos. Está puede surgir de compararse con los demás niños si cuentan en su familia con uno. Esta rabia será contra la autoridad y puede desempeñar rabia contra la autoridad. Esto va en contra de las leyes que constituyen la sociedad y funciona como válvula que detona la transgresión. Toda transgresión es rabia materializada por la violencia cometida contra el sujeto carente de episodios de amor.
Lo normal en el Perú, lamentablemente, es el abandono del hogar por parte del padre. Una interesante prueba es ver los constantes saludos en el facebook por el día del padre a la madre. Esto genera a priori que el hijo no se frustre con la madre, sea toda suya, y se considere un “dios”. A esta persona no le importa en lo más mínimo el otro (no reconoce su rostro ni admite su existencia). Se generan impulsos conductas impulsivas y violentas producto de pura rabia acumulada.
Los hijas que crecen sin un padre que las provea de afecto tienden a buscarse cualquier hombre. Este hombre esta en posición de hacer lo que quiera con esta chica y seguir la cadena del abandono del hogar. Esto solo agudiza el problema de la sociedad.
El Perú cuenta con madres muy comprometidas y entregadas. Lo que falta son padres responsables que críen hijos saludables. Considero vitales que construya en los hijos una visión de igualdad con el otro y de amor sobre todas las cosas hacia la vida. La campaña de revolución sexual, con la “libertad” en su discurso, solo trae desinterés por las consecuencias de sus acciones. También la importancia adquirida por el aborto hace que si es que se incrementa la promiscuidad este método debe ser necesariamente legal. Si seguimos así nos quedaremos sin personas que pueblen el mundo.
Ser responsables es nuestra consigna y nuestra responsabilidad.