No te lo tomes de manera literal!

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Michel Foucault en Las palabras y las cosas menciona (en el libro traducido al español por la editorial Siglo XXI que se encuentra en la biblioteca): árbol, sino todo aquello que tiene, cuando menos, tronco y ramas. El nombre se vinculó también a una circunstancia señalada: la noche designa no el fin de este día, sino el lapso de oscuridad que separa todas las puestas de sol de todas las auroras. Por último se vinculó las analogías: se llamo hojas a todo aquello que es pequeño y liso como una hoja de árbol.> Esta cita da lugar a una primera reflexión sobre el sentido literal de los escritos que por analogía lo vinculó a un comentario de Leopoldo Nosek acerca de que los psicoanalistas no deben de interpretar los sueños sino ver como se componen.
Si designo la palabra y lo relaciona con ese objeto rojo de forma más o menos esférica se puede ver que entre el signo (la palabra, el significante) y el objeto (que pertenece a una categoría que ser fruta) existe una relación arbitraria, impuesta, forzada, violentada?. El objeto en ninguno de sus lados, ni de sus átomos, ni de sus supercuerdas tiene las seis letras de .
Entre el objeto y la palabra existe un suplemento, una diferencia, un exceso que el signo no puede capturar. Ese exceso es incomensurable, es ilimitado, es el ser! (cuidado con la ingenuidad de mi afirmación). Si menciono la palabra árbol y le pido a usted lector imaginar uno, el árbol que usted piensa y el que yo tengo en mi cabeza son distintos conforme a las relaciones entre significante y significado en cada uno. Pero le pido que reflexione acerca de árbol que tiene en la mente y el árbol en físico, la diferencia es el suplemento (el exceso, lo que el signo no logra capturar). La naturaleza del objeto es independiente al de la palabra. Mediante todo este párrafo pretendo señalar que el signo no es el objeto; al contrario, está en defecto con él.
Los escritos son el “reino de la palabra” pero son el “calabozo” de la existencia (aunque parezca paradójico). En la palabra no reside el ser sino su representación, está vacía (en cierto sentido). He tomado algunos argumentos de Jacques Derrida señalados por Isaac Rossler en un seminario el año pasado.
Para concluir, quisiera mencionar un ejemplo. Si a usted lo insultan en la calle, más que ofenderse por la mención, debe (disculpe mi osadía) preguntárse: Por qué menciona lo que menciona?. Comienza la doble reflexión del pensar sobre lo pensado (la esfericidad de la esfera). Esta reflexión es vital en medio de el ataque de los signos, símbolos e íconos que son los abanderados del consumismo. Pensar sobre lo pensado, sentir sobre lo sentido.

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