Jesús da la muerte

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La presente entrada es producto de una reflexión espontánea surgida al terminar una parte del libro Dar la muerte de Jacques Derrida. Aprovecho la oportunidad para agradecer las visitas a este espacio que me está permitiendo tratar distintos temas desde una perspectiva poco erudita pero amena.

Si hay una realidad que implica a Jesucristo es la muerte y el mejor ejemplo de esto es la crucifixión. En esta oportunidad quiero intentar analizar las tres tentaciones de Jesús en el desierto para concluir que este evento fue determinante en la constitución de su mensaje. Cito los pasajes biblícos:

Jesús fue conducido del Espíritu de Dios al desierto, para que fuese tentado allí por el diablo. Y después de haber ayunado cuarenta días con cuarenta noches, tuvo hambre.
Y se le apareció el diablo y lo tentó:
Entonces, acercándose el tentador, le dijo: Si eres el Hijo de Dios, di que esas piedras se conviertan en panes. Más Jesús le respondió: Escrito está: No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.
Después de esto le transportó el diablo a la santa ciudad de Jerusalén, y le puso sobre lo alto del templo y le dijo: si eres el Hijo de Dios, échate de aquí abajo, pues está escrito: Que te ha encomendado a sus Ángeles, los cuales te tomaran en las palmas de sus manos para que tu pie no tropiece contra alguna piedra. Replicole Jesús:
También está escrito: No tentarás al Señor tu Dios.
Todavía le subió el diablo a un monumento muy encumbrado y mostróle todos los reinos del mundo y la gloria de ellos. Y le dijo: todas estas cosas te daré si, postrándote delante de mí, me adoras. Respondióle entonces Jesús: Apártate de ahí Satanás, porque está escrito: Adorarás al Señor Dios tuyo, y a él sólo servirás.
Después de esto, lo dejó el diablo:
Con esto le dejó el diablo; y he aquí que se acercaron los Ángeles y le servían.
Tomado de Wikipedia

Las tres tentaciones constituyen una muerte de Jesús pues implica su renuncia a tres eventos distintos que le hubieran servido para obtener un beneficio inmediato.

Primera Tentación
Después de ayunar por bastante tiempo lo lógico es que uno tenga hambre y aproveche la más mínima oportunidad para satisfacer esta necesidad. Lo asombroso de Jesús es la respuesta que da. En primer lugar, la negativa que pronuncia le ocasiona una muerte pues no satisface la necesidad inmediata. Da muerte al cuerpo pues la lógica es alimentarse sino un ser muere. Pero lo más interesante es lo que sigue. No solo de pan vive el hombre. Jesús al darse muerte da vida pues destruye una estructura (usando términos marxistas) e impone otra. Cambia lo temporal, lo mediato por algo de una naturaleza distinta (por no decir eterna). Creo que no me equivocaría al decir que el mensaje dejado por Jesús en los evangelios no contiene un mensaje de alimentarse solamente de panes, al contrario, dista totalmente de esto.

Segunda Tentación
Arrojarse para ser salvado por los ángeles implica una segunda muerte para Jesús pues elimina una parte de sí que pudo haber optado por esa vía por otra totalmente distinta que también constituirá su mensaje. No tentarás al Señor tu Dios es un recurrente en la vida y mensaje de Cristo. Un ejemplo de esto es la aceptación voluntaria de la crucifixión (en este punto sería muy importante analizar la oración en el huerto de los olivos). Entonces, renunciar a arrojarse para ser salvado sirvió como apertura para no “tentar” a Dios y aceptar su voluntad. La contradicción entre la tentación y lo que fue la acción son diametralmente distintas.

Tercera Tentación
La tercera muerte que se dio va por rechazar los bienes materiales ofrecidos. Nuevamente Jesús da muerte a una parte de sí para sentar las bases de algo completamente distinto: Adorarás al Señor Dios tuyo, y a él sólo servirás. Cambia la primera persona y lo que acarrea, por el servicio a Dios quién es el otro (EL GRAN OTRO). Jesús se abandona, se da muerte, y renace con un mensaje diferente a la tentación

El recurrente a las tres tentaciones es la muerte pero es mediante esta que se consolida un mensaje que es diferente a lo que la origina. La apertura del mensaje no es el mensaje sino algo diametralmente distinto a él. Como escuche de Isaac Rosler, la apertura de las religiones dista muchísimo de lo que la constituye. Es un misterium tremendum, un misterio orgiástico, es lo que sintió Abraham cuando iba a sacrificar a Isaac! Es lo que sintió Jesús en el desierto y en otros sucesos! Que distinto es el mensaje de Jesús con respecto a las tentaciones o el linaje de Abraham comparado con lo que estuvo a punto de hacer con Isaac.

Estos sucesos no son más que muertes artísticas que le acontecen a cada uno en el transcurrir de sus días. Son muertes pero a la vez no son muertes pues la esperanza es lo que hace que cada experiencia sea singular y no hay nada más hermoso que renacer después. Después de una muerte, uno empieza a desplegar sus alas para en algún momento poder volar.

César Sáenz Suárez
Redacción y ortogradía omitidas al ser un borrador

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