Asistí buscando los 17 perdidos,
no encontré lo que buscaba
solo vi una realidad diferente

I
No recuerdo su apelativo, apenas su cara. Recuerdo su experiencia y su mirada. Dejó a quién siguió durante diez años y se largó con un camarada de más “nombre”. Yo era su pupila y me dijo “tú corre y si te agarran a mí ni me conoces”. Me dejó fría, sin saber que decir, con la prensa en la mano. Eran las grandes marchas en las que se preparaban las cosas con tiempo, se bajaba a las fábricas y se conversaba con los obreros, tratando de convencerlos. Y ¿de qué dos lindas chicas iban a convencer a esos hombres curtidos por la vida y por el sol? Ni yo misma lo recuerdo, solo veo su vehemencia y su mirar a lo lejos que le daba un aire diferente.
Hoy debe ser o un ama de casa tranquila o una dirigente o una encarcelada o cómoda prófuga en país extranjero o quizá para su bien esté muerta en combate. Tiene tantas posibilidades de existir que puedo habérmela encontrado ese día y no reconocernos.
Asistí con la ilusión de hace más de un cuarto de siglo, cuando miraba alucinada esa vieja casa llena de pintas y de baños descuidados, con esos cartelones de colores y con la furia en la mirada, el gesto ardiente de aquellos por los que habría seguido mil marchas… No encontré nada de eso.
No había fuego ni en los jóvenes ni en los viejos y yo era una desconocida con su cámara en la mano.

II
Años más, dejé todo tipo de discurso, todo tipo de lectura peligrosa, todo tipo de extrañas juntas …y me dediqué a hablar sobre lo único que conocía perfectamente “Yo misma”. Siempre miraba alrededor con el temor de encontrar aquel pasado que ya no quería recordar y que hoy ansiosamente busco. Y un día uno de ellos me encontró. Me siguió hasta que se animó a detenerme y solo le dije “Yo a ti no te conozco y si me recuerdas de alguna parte verás que he cambiado de envergadura”. El amigo que me acompañaba en mis cuitas diarias me dijo que había sido mala, y yo pensé más mala habría sido si le decía lo que yo pensaba de él en ese entonces.
En esa marcha busqué su atónita última mirada. No la encontré. Quizá lo mismo que mi tutora, ya no esté en este mundo.

III
Me alejé de todo, de noticias, de lo que ocurría en el mundo…de aquellos ojos… parece que hubiera sido un sueño, un mal sueño de pesadilla y que recién despierto con un interés inusitado por haberme perdido todo ese entonces. Quizá por eso pida información, reseñas, memorias, historia. Solo recuerdo mi vida como si hubiera sido divida en tres grandes bloques y retorno nuevamente al primero. Pero el primero ya no es el que recuerdo… o fue mi idealización de aquel entonces… y siempre fue así.

Puntuación: 0 / Votos: 0