Amigos míos, lamento mucho mi ausencia tan prolongada en los últimos meses, aunque me cueste admitirlo perdí la inspiración y los momentos de concentración para poder escribir se alejaron increiblemente, pero creo que ahora misteriosamente están a punto de volver.
Bueno les tengo que contar que en febrero de este año me animé a tomar un tour por Europa, así es que me embarqué en el viaje de mi vida que duró 21 días. Mi principal vivencia: El mundo es fascinante y creo que la vida es muy cortita para terminar de conocerlo; ya ando planeando otros destinos y aventuras, pero antes de eso quiero aprovechar este espacio para contarles un poco de lo que conocí en el mágico (porque para mi es así) París:
Pese al frío más descomunal que sentí (creanme, nunca he usado mi casaca más abrigadora sumada a guantes y gorro y aún así sentía un poquitín de frío) la ciudad lo captura a uno. Desde el primer momento en que pisas sus calles encuentras la perfección entre aquellas construcciones antiguas, que traen a tu mente las épocas de de reynado y princesas, y el constante ir y venir de las personas que le dan un toque de modernidad muy sofisticado.
Absolutamente todo combina de la manera perfecta, los parques, las calles, el arte en las calles, los espacios para sentarse y conversar o simplemente comtemplar aquello que dentro de lo apacible y sosegado es divertido e inesperado.
Finalmente mis lectores les dejo el consejo de que no dejen de visitar esta ciudad, sentirán como su alma se estremece hasta el infinito solo con mirar al Sena o con contemplar por un momento algunos de los espacios que en versalles albergaron a Luis XVI y Maria Antonieta. La magia está en cualquier rincón que veas en esta ciudad…
jajaja Maca sale linda, parece un pingüinito.