Viví contarlo ¡¡¡

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Creo nunca o casi nunca nos ponemos a pensar en lo valiosa que resulta nuestra vida por el simple hecho de existir. Cada día despertamos con la idea de lo que tenemos “por terminar”, el trabajo, los pagos de la casa, las deudas y ese sinfín de detalles que llenan nuestras mentes, actividades e ideas. Todo gira alrededor de una historia en la que si bien somos protagonistas no tenemos el papel estelar, porque pocas son las veces que consideramos que lo realmente importante es poder disfrutar de cada instante de simpleza y practicidad.
El jueves pasado desperté así pensando en todo lo que tenía que hacer ese días, las clases a las que debía llegar, las diapos que tenía por hacer y lo mucho que debia esforzarme para lograr mi objetivo.
Me despedí rápidamente de mi familia en casa de mi hermana , casi a la volada, tome mi carro y salí hacia mi casa. Allí lo guarde en mi cochera, luego tomé mi bolso y me fuí a mis clases. En cada momento de es mañana mi mente sólo se proyectaba a “lo siguiente”, las cosas que debia hacer el viernes, el cumple de mi amiga en la tarde, la juerga que no tendría el sabado y así una consecución de ideas que ocupaban mi mente y no me dejaban recordar lo feliz que podía ser ese simple momento.
Regrese a casa como todos los días, había olvidado que Edelnor notificó un corte de luz por unos trabajos que harían al costado de mi fachada , por eso lo primero que hice al llegar es increpar a los obreros lo poco atareados que se veían y lo mucho que perjudicaban mi vereda ahuecada.
Ya sentada en mi escritorio envíe los mails para la reunión de más tarde por el cumple de mi amiga, debía aprovechar el tiempo al máximo porque a las 4 de la tarde debía de estar allá. Sin embargo el hambre empezó a apremiarme, sabía que debía ir a comprar mi comida…pero mi conexión a la compu me demoraba….una llamada de mi papá me apuro ha hacerlo. Así que cerré la compu, cogi mis llaves y salí. Cruce la pista, como siempre lo hago, y entre al restaurant de siempre. Escogí mi menú de siempre (ensalada de palta pollo a la plancha), recibí el vuelto y con una gran sonrisa di la vuelta y salí.
Tan sólo fueron dos pasos los que dí más allá de la puerta…y al girar mi cabeza a la derecha vi como un carro a toda velocidad se estrellaba contra el arbusto que estaba junto a mí. En ese microsegundo me percate que no tenia ningún lugar para correr, escapar o protegerme y no entendía porque la persona al volante no frenaba, cuando en eso el carro me atrapó.

Solo recuerdo aquel ruido infernal de las llantas del carro y el choque contra algo. Sentía como si mi cuerpo se disolvierá en la nada y mi mente no entendía porque esa era la forma que había escogido el destino para mi muerte.
Finalmente caí tendida casi enla esquina de la calle, y cuando pense que había terminado..volvío aquel ruido infernal acompañado de un sonoro estruendo con el que el carro me cayó completamente encima.
Apenas note que podia hablar grite con todas mis fuerzas y pedí auxilio para que me saquen de allí. Todo mi cuerpo estaba debajo del carro, no sabía si es que alguna de mis extremidades iba a funcionar. Y fueron esos trabajadores de Edelnor que increpe minutos antes, los que estoicamente levantaron el carro y me sacaron de abajo de el. Quede tendida en medio de la calle, con un dolor atróz en la piernas pero conciente de que mi cabeza estaba bien. Estaba sola, pero a pesar de eso mi miedo en ese momento no era por como iba a enfrentar esa situación sino por las posibles consecuencias que tendría de ella …esperaba lo peor.
Los detalles de como me trasladaron y lo mucho que insulte a la mujer que iba al volante, son casi los mismos que de cualquier crónica policial. Una ambulancia que tarda en llegar, un polícia inepto y con poco don de gente, bomberos prestos a servir, calmarte y ayudarte y mucho revuelo en la zona por lo terrible del choque.
Si bien veía a mi alrededor a muchos “curiosos”, todos ellos eran mis vecinos, esos de los que muchas veces renegue, a los que casi nunca saludaba e incluso varios que no sabía ni que existian, pero todos estaban allí a mi lado buscando que este acompañada,cuidando de mi, procurando que todo saliera bien. Jamás pensé que tan cerca mío habían tantas personas que se preocupaban por mi.
En la clínica el diágnostico mostro una fractura de fémur, como consecuencia varios meses de reposo en el que además de las muletas para caminar necesitaré de todo el apoyo de los que están cerca de mi para continuar con el desarrollo de mis actividades cotidianas.
Por primera vez luego de mucho tiempo me doy cuenta de lo valioso que es disfrutar de las cosas simples de la vida, sonreír por estar VIVA, valorar el cariño de los que están cerca y descubrir que somos una maravillosa creación capaz de aprender hasta las experiencias más duras que nos toquen vivir.

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