Hoy me conecte al facebook luego de mucho tiempo y encontre unas fotos de la última graduación de Ing. de la Cato, en ellas reconocí un rostro, el de mi amiga “Luchadora”; y le coloco este nombre porque creo que esta es la característica que más la define.
Luchadora se veía bastante diferente, un tanto demacrada y sin esa sonrisa vivaz que la caracterizaba. Las secuelas de la quimioterapia son ahora completamente inocultables.
Ella descubrío que tenía un tumor en el cerebro hace ya varios años atrás, pero nada, absolutamente nada de eso impidio que se convierta en una profesional, ni mucho menos que dejara el exigente ritmo de estudio que teniamos. Se enfrento con coraje y valentía a los diagnósticos que todos deconocíamos y jamás se dejo vencer, sus notas nunca variaron y su desempeño siguió siendo bueno en el lugar en el que practicaba. Mi Luchadora siempre fue inquebrantable aunque el cáncer le haya querido ganar la batalla.
Debió de haberse graduado junto conmigo (sí terminamos juntas) pero las secuelas de esa desgarradora enfermedad no la dejaron….finalmente lo hizo este año, y aunque la expresión de su rostro es bastante diferente (efectos cortizona, quimio y demás) para mi nunca dejará de ser “La gran Luchadora”.
No se mucho sobre el cáncer, pero por lo que me ha tocado vivir de cerca, cada día de tratamiento es también un poco menos de aliento para seguir luchando, sin embargo no queda más que aferrarte con fuerza a lo que más ames de esta hermosa vida para recobrar las “ganas” y recordar siempre que “Luego de cada anochecer siempre amanece”.
Siempre deseándoles lo mejor¡¡¡¡
Ale