Ayer fuí a la universidad para recoger la inscripción de mi tema de tesis, es decir el primer paso de mi último trámite acádemico; y si bien mi tesis ya está avanzada cada vez que la reviso encuentro que debo corregirla más (malazo¡¡¡¡), el punto es que al caminar por mis pasillos del A y el B tuve un sinfín de sensaciones.
Primero que me sentí un poquillo viejilla, porque era increíble ver aquel mar de caras nuevas que entraban y salían de sus prácticas, luego nostalgia al recordar aquellos críticos lunes en los que tenía práctica y por los que tenía que pasar todo el fin de semana estudiando y finalmente extrañaba el no ya no estar allí en medio de la masa que tiene que estudiar para pasar el curso o que simplemente le gusta hacer hora mientras conversa con los amigos.
Nose en que momento el tiempo paso tan rápido, me parece ayer cuando pasaba horas de horas en sala de lectura (no precisamente estudiando) o cuando nos juntabamos para almorzar, cuando estabamos en la barra de la semana de Ing. cuando nos amaneciamos para hacer los trabajos, cuando me estresaba porque si es que iba a pasar electricidad (que al final jale).
Antes decía que el colegio había sido la mejor época de mi vida, que allí había compartido practicamente mi vida con las amigas ( a las que veo hasta ahora), pero ahora debo decir que los recuerdos están compartidos, la universidad me dejo gratísimos recuerdos ( y esto que no juerguee tanto) amigas y amigos realmente entrañables y experiencias que nunca olvidaré