Piracicaba ¡Lugar onde o peixe para!

¿Qué se nos viene a la mente cuando pensamos en Brasil?. Seguramente, ya estás visualizando el “Cristo Corcovado” y las hermosas playas en Río de Janeiro, la cosmopolita y moderna São Paulo o las impresionantes cataratas de Foz de Iguazú. Sin duda son lugares “must-see” es decir que sí o sí debes visitar en Brasil.

Sin embargo, Brasil ofrece muchos otros hermosos lugares que vale la pena conocer. Hoy quiero contarles de 2 ciudades que pertenecen al interior de São Paulo: Cordeirópolis y Piracicaba, las cuales recorrí junto con mis queridos Jacky y Juan un día de junio. En esta época del año se realizan las “Festas Juninas” (Fiestas juninas) que es  una festividad con la cual se celebra a San Antonio, San Juan y San Pedro en Brasil.

Nuestro recorrido empezó en Cordeirópolis, municipio brasilero del estado de São Paulo fundado en 1884 (sin fecha exacta). Una versión dice que su nombre se originó por la antigua hacienda “Cordeiro” de propiedad de la familia con el mismo nombre. Sin embargo fue en 1943, que pasó a llamarse “Cordeirópolis” a pedido de la población a través de un plesbicito.

Cordeirópolis está formando básicamente por descendientes de inmigrantes italianos en su mayoría, portugueses, españoles, alemanes y africanos. Así que no es difícil encontrar restaurantes que ofrezcan comida de dichos lugares, como es el caso de una querida amiga brasilera, Dildre, que junto con su familia tienen su restaurante “Vasques” especializado en culinaria italiana en “Cordeiro” (nombre cariñoso para Cordeirópolis el día de hoy) y tuvimos la oportunidad de degustar sus platos en el horario del almuerzo. Comida deliciosa, lugar acogedor, servicio excelente y todo a un precio justo. Recomiendo “frango a parmegiana” (pollo a la parmesana)

Caminar por las calles de Cordeirópolis fue muy ameno, nos encontramos con un concurso de bandas escolares y nos tomamos fotos con un grupo de jóvenes que aceptaron gustosamente. También podemos encontrar diversos negocios (comida, venta de ropa, bancos, librerías, etc.). Nos despedimos de Cordeiro para seguir nuestro full day, ahora a la ciudad de Piracicaba, ¡o lugar onde o peixe para! (Lugar donde los peces se detienen)

Piracicaba es otro municipio del estado de São Paulo. Su nombre viene de la lengua tupi e significa “o lugar onde o peixe para“: pirá (“peixe“), syk (“parar”) y aba (“lugar“).

La primera vez que conocí dicha ciudad fue en el año 2016, para solicitar mi carnet de extranjería en la Policia Federal. Fui unas veces más para completar dicho trámite e infelizmente nunca tuve la oportunidad de visitar algún sitio turístico de la ciudad. Por suerte, este 2018 fue diferente. ¡Es hora de conocer la famosa Rua do Porto de Piracicaba!. Les recomiendo caminar toda esta “rua” (calle), nosotros dejamos nuestro carro estacionado cerca al museo y a ¡caminar se ha dicho!

 

Nuestra primera parada de la “Rua do Porto” fue el  Museu da Água “Francisco Salgot Castillon”

Este museo ocupa un área de 12 mil metros cuadrados al lado del Río Piracicaba donde funcionó la 1ª Estación de Captación y Bombeo de agua de la ciudad. La construcción es de 1887 y es un lugar rico en detalles arquitectónicos como arcos, pisos y paredes de piedra, acueductos centenarios y antiguas tuberías de hierro. También podemos encontrar un pequeño acuario. La entrada es gratuita y desde allí se tienen hermosas vistas del río.

Salimos del museo y continuamos caminando, en este recorrido encontramos diversos negocios de comidas y bebidas. Aprovechamos para comprar unos helados y beber agua de coco. Yo recomiendo un delicioso açai con cupuaçu, postre típico brasilero que yo personalmente amo. Además, antes de llegar a nuestro siguiente destino, se pueden tomar fotos con el hermoso paisaje que nos regala el río Piracicaba.

 

Nuestra 2da parada fue el Ingenio Central “Barão de Rezende”. Uno de sus principales accesos para los caminantes, como nosotros, es a través de un puente llamado “Passarela Pênsil”. 

El Ingenio Central fue construido a partir de 1881 por el barón Estevão Ribeiro de Rezende y posteriormente vendido para la compañía francesa Societé des Sucrérie Brésilienne. El Ingenio Central dio inicio a la mecanización en la producción de azúcar y al reemplazo del trabajo esclavo por el pagado. Fue uno de los más importantes ingenios de Brasil, productores de azúcar y alcohol. Fue desactivado en 1974 y reconocido como patrimonio histórico de la ciudad ya en el año 1990 pasó a ser un importante espacio cultural, artístico y recreativo. Nosotros pudimos ver las antiguas edificaciones que forman parte del Ingenio Central, acceder a una muestra de arte que ese día se presentaba y comprar souvenirs de Piracicaba.

El cielo empezó a oscurecer y la noche nos regaló una hermosa vista: la ciudad reflejada en el río Piracicaba. En este punto preguntarás “Ok, si están en el lugar donde el pez se detiene, ¿comieron pescado?”. La respuesta es ¡sí!, no nos podeíamos ir sin degustar los famosos “peixes no tambor”, que son pescados fritos en parrilla al aire libre.

Nuestra 3era y última parada fue una especie de patio de comida en la Rua do Porto. Elige un restaurante (casi todos ofrecen peixes no tambor) y a ¡comer!, nos gustó mucho su sabor, la atención y sobretodo incrementar nuestros conocimientos gastronómicos 🙂

 

Terminamos nuestro paseo en Piracicaba, participando de una típica Festa Junina que se realizaba en la plaza principal de la ciudad, allí encontramos puestos de comida típica de estas fechas: vinho quente (vino caliente), pamonha, cuz-cuz y más. No podía faltar el acompañamiento de bandas de viola caipira deleitando a los presentes con música sertaneja raíz :

“Os passarinhos enfeitam os jardins e as florestas
São iguais às melodias, vivem n’alma dos poetas”

Un inolvidable paseo con gran compañía 🙂

A veces las pequeñas ciudades nos sorprenden con atractivos que desconocíamos, si tienes la oportunidad São Paulo – Brasil, te recomiendo un paseo full-day a las diversas ciudades de su interior que tienen mucho que ofrecer 🙂

Referencias

Historia de Cordeiropolis

Conheça a Rua do Porto

Piracicaba, que eu adoro tanto, cheia de flores, cheia de encanto

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