Los libros y yo

– Que quieres que te regale? – pregunta alguien
– Puede ser un libro? – respondo con otra pregunta
– segura?
– Sí! Ahora te digo cuales pueden ser – digo sonriendo

Amo leer desde el día que recibí a mis 6 años mi primer libro: “Fábulas de Esopo”. Primer grado de primaria me permitió abrir mi mente: ¡aprendí a leer!. Las palabras de los libros empezaron a cobrar sentido, dejaron de ser simples trazos para convertirse en un camino infinito de mundos nuevos. Imaginación, ¡esa capacidad que nos permite representar en nuestra mente aquello que leemos!, única de cada persona.

Cuando uno es niño, más aún de una niña de 6 años, la curiosidad es innata, mis recuerdos se remontan a viejos libros que “descubrí” en algún lugar de mi casa. ¡Rayados!. ¿Quien rayos hizo eso? La respuesta de mis padres fue: “Tú, cuando tenias 3 o 4 años”. Había rayado no uno ni 2, muchos!. Me daba pena haber hecho eso, aunque es comprensible para esa edad. Los que quedaban en pie, eran textos universitarios de mis padres, sin embargo yo buscaba cuentos, historias … ¡leyendas!

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Hermosa Mendoza

En Marzo, viajé a Argentina, específicamente a Ciudad de Mendoza por un congreso en la Universidad Nacional de Cuyo (UNCUYO). Fue un viaje directo Lima – Mendoza, con una duración de aprox 3horas.

La ciudad me pareció muy linda, con muy buen clima y sobretodo bien organizada. El punto principal de la ciudad es la Plaza Independencia, la cual uno puede llegar a través de una calle peatonal llamada “Avenida Sarmiento”, en la cual encontrarás bares, tiendas, restaurantes y más. Aproveché mi primer día para conocer las plazas: Plaza España, Plaza Chile, Plaza Italia y Plaza San Martín.

Los desayunos mendocinos (y quizás el tradicional desayuno argentino) me gustaron! consistían en cafe acompañado con alfajores o ¡media lunas! o “tortitas” que no son tortas en realidad, sino como una especie de pan muy rico! 🙂 Leer más