Brasil 2017, Libros, Viejos y Nuevos Amigos :)

Agosto 2017 fue un mes de cumplir metas y decir “Sí se pudo” y “Valió la pena el esfuerzo”. Me reencontré con grandes amigos que durante el 2016 fueron mi familia en Brasil. 2 semanas increíbles en el país que se volvió mi 2do hogar.

Semanas antes de viajar, me decidí a mochilear. ¿A dónde me voy?, ¿Qué me gustaría conocer? ¿Hasta qué punto lo permite mi presupuesto? (Sí, hay que ver el bolsillo también). Recurrí a mi libro de portugués, en el cual explicaban las regiones de Brasil y fue allí que lo vi: Minas Gerais, Belo Horizonte (BH). ¡Es ahí donde quiero ir!. Me tomé 3 días de mi viaje para ir allá. Agarré mi mochila, un par de zapatillas, mi iPhone, mi smartwatch (que sin querer queriendo se hizo parte de mi outfit diario) y unos buenos libros digitales… y a la aventura.  Avión, bus, hartos kilómetros caminados pero cada minuto lo valió. Me preguntaron si no tenía miedo viajar sola, mi respuesta fue: “Nunca me sentí sola” y muy cierto, en el camino conocí gente muy interesante y amable. ¡Amo el pueblo brasilero! ¡Amo el pueblo mineiro!

Me acompañaron el sertanejo universitario, el calor moderado de BH, la historia que me esmeré en conocer sobre Minas Gerais (Tiradentes, Inconfidencia Mineira, Liberdade Ainda que Tardia), las piedras preciosas y ese lindo “sotaque” mineiro.

 

Mi primer día en Belo Horizonte, lo invertí en hacer un reconocimiento de la ciudad, a pie:
Praça Liberdade: Amé entrar a cada uno de los museos que rodea la plaza, fueron Memorial Vale, O Museu das Minas e do Metal, o Espaço do Conhecimento, o Centro Cultural Banco do Brasil.  Entrada gratuita

Mercado Central: Buenos precios y rico queso!
Rua da Bahía: … Ay Rua da Bahía! Fue una de las principales calle que recorrí en mi primer día, me encantó la frase “A minha vida é esta, subir Bahia e descer Floresta”

Fue en esa misma calle que me hospedé, mi cuarto tenía una ventana a lo que considero una buena vista: la mezcla perfecta de naturaleza y modernidad de ciudad. BH no me pareció tan agitada como SP o Río pero tampoco tan sosegada como Limeira o Campinas, para mí una de las ciudades que me encantaría volver. Había tanto por conocer que olvidé almorzar, únicamente pude comprar un pastel de queso (sí aquellos que me encantan!) para engañar al estómago.

 

Mi día 2, nuevamente, cogí mi mochila y tomé un bus en la rodoviaria (terminal terrestre) de BH rumbo a Ouro Preto, ciudad histórica famosa por su arquitectura colonia y hoy Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Me sentía en la región sierra del Perú. Hermosos paisajes, grandes nubes, hacía un poquito de frío pero no impidió seguir con mi recorrido (nada como un buen café para calentarme). Fue anecdótico mi llegada a la plaza principal, mi reacción fue “Y ahora donde empiezo?”, mi mirada perdida llamó la atención a un guía de turismo, Dim, que me ofreció su servicio personal a un precio que consideré bueno, excelente guía, hizo que cada minuto en Ouro Preto lo aprovechara al máximo, me llevó a los museos, iglesias, el teatro municipal, a unos miradores donde se podían tomar buenas fotos, sobretodo me explicó a detalle la historia y los personajes principales de la ciudad, entre ellos Aleijadinho el mayor representante del estilo barroco en Minas Gerais.

Esta vez mi carné de la universidad me ayudó muchísimo pues pagué media entrada en todos los sitios que visité. Dim, me llevó a un restaurante de comida típica brasileira, especialmente mineira. Buena comida y buena atención.

Infelizmente, el día quedó muy cortó, me faltó ir a algunos  museos pero tenía que tomar el bus de las 6pm de regreso a BH (son 2 horas de viaje). Así que existen razones para volver a esta bella ciudad.

 

¡Mi 3er día fue de decisiones!, me recomendaron ir al Instituto Inhotim, considerado el mayor centro de arte de aire libre de América Latina, es un viaje de 2h desde BH. Por otro lado, me faltaba ir a Pampulha y conocer el famoso Mineirão. Luego de meditarlo, opté por Pampulha y fue una de las mejores decisiones!

El Conjunto Arquitectónico de Pampulha, fue diseñado por Oscar Niemeyer por encomienda de Juscelino Kubitschek (conocido en la ciudad como JK). Encontramos la Iglesia de San Francisco de Asis, el Museo de Arte, la Casa do Baile y más atracciones. Nuevamente, anecdótico, tomé un Uber para llegar hasta allá, el taxista muy amable me recomendó comenzar en la Iglesia y me sugirió qué visitar. ¡Voy a caminar por toda la laguna! me dije a mi misma. A veces me sorprende mi nivel de ingenuidad xD y mi excesivo optimismo. La laguna tiene aprox 18km, no pude dar la vuelta completa por el tiempo (jaja sí claro). Vi capibaras, tortugas y muchas aves.

En mi búsqueda del Museo del Fútbol del Mineirão, conocí a unos brasileros que me ayudaron a llegar a mi destino. Por suerte iban por el mismo camino que yo así que nos pusimos a conversar. Muy divertido conocerlos. Ya en el museo, la guía nos hizo entrar al imponente Mineirão. Simplemente me quedé fascinada al ver el campo de fútbol.

Algo que los brasileros mismos se reían fue el comentario de la guía “Aquí tienen al Mineirão, lugar del fatídico 7 a 1”. Vamos! Brasil puede más! y lo está demostrando en estas eliminatorias.

 

Mi regreso a Limeira-SP, fue de brindis con mis queridos amigos colombianos con pisco sour peruano, preparado por todos! 🙂 en mi casa (Ok, mi querido paisa, tu casa ahora  =) ). Si lees esto, te diré que Ok, tienes mejor acento que mis colombianos favoritos Maluma y JBalvin.

Sin duda, un viaje que nunca olvidaré pues guardo los mejores recuerdos en mi corazón :). Solo tengo que decir “Obrigada Brasil” y “Ave María pue'”

Puntuación: 5 / Votos: 1