Los gastos de capacitación en favor del personal en la determinación de la renta neta de tercera categoría
Los gastos de capacitación en favor del personal en la determinación de la renta neta de tercera categoría.
Introducción
Un aspecto importante a considerar por parte de las empresas está referido a la deducción de los gastos de capacitación en favor de su personal, esto es, a verificar si los mimos cumplen con el principio de causalidad y los requisitos previstos en el artículo 37° de la Ley del Impuesto a la Renta y lo señalado en el artículo 21° del reglamento de la Ley del Impuesto a la Renta para su deducción.
El principio de causalidad en los gastos a favor del personal.
Sobre el particular, el artículo 37° de la Ley del Impuesto a la Renta recoge lo que en doctrina se conoce como el “principio de causalidad”, el cual permite que los contribuyentes generadores de rentas de tercera categoría puedan deducir de la renta neta imponible los gastos que se encuentren vinculados con el mantenimiento de la fuente productora de renta o la generación de ganancias de capital, en tanto la deducción no se encuentre expresamente prohibida.
Asimismo, el último párrafo del aludido artículo 37° de la Ley del Impuesto a la Renta, dispone que para efecto de determinar que los gastos sean necesarios para producir y mantener la fuente, éstos deberán ser normales para la actividad que genera la renta gravada, así como cumplir con criterios tales como la razonabilidad en relación con los ingresos del contribuyente, generalidad para los gastos a que se refieren los incisos l) y ll) de dicho artículo, entre otros.
Al respecto, en el inciso ll) del aludido artículo 37° de la Ley del Impuesto a la Renta, se dispone que constituyen gastos deducibles los gastos y contribuciones destinadas a prestar al personal los servicios de salud, recreativos, culturales y educativos, así como los gastos de enfermedad de cualquier servidor.
De otro lado, el inciso k) del artículo 21° del Reglamento de la Ley del Impuesto a la Renta precisa que se entiende por sumas destinadas a la capacitación del personal, a aquellas invertidas por los empleadores con el fin de coadyuvar a la mejora de la productividad de la empresa, incluyendo los cursos de formación profesional o que otorguen grado académico, como cursos de carrera, postgrados y maestrías.
En relación a los gastos de capacitación en favor del personal, cabe mencionar que mediante Decreto Legislativo N° 1120, se modificó la Ley del Impuesto a la Renta, modificación que entró en vigencia el 1 de enero de 2013, se dispone en la Segunda Disposición Complementaria y Final que el criterio de generalidad establecido en el artículo 37° de la Ley, no será aplicable para la deducción de los gastos de capacitación que respondan a una necesidad concreta del empleador de invertir en la capacitación de su personal a efectos que la misma repercuta en la generación de renta gravada y el mantenimiento de la fuente productora.
En ese sentido, si bien de acuerdo a lo dispuesto en el último párrafo del artículo 37° de la Ley del Impuesto a la Renta, los gastos en favor del personal señalados en los incisos l) y ll) del aludido artículo 37°, deben cumplir con el criterio de generalidad para su deducción, a partir del 1 de enero de 2013, dicho criterio no resulta aplicable para la deducción de los gastos de capacitación en favor del personal, bastando que se acredite el cumplimiento del principio de causalidad, esto es que el gasto incurrido repercuta en el mantenimiento de la fuente productora o la generación de renta gravada.
Sin embargo, SUNAT en el Caso Práctico de Impuesto a la Renta de Tercera Categoría del 2016 publicado en su página web, SUNAT en un ejemplo referido a las adiciones del Impuesto a la Renta 2016 respecto de los gastos de capacitación, señaló que la empresa debía adicionar el gasto de capacitación por el importe de S/. 5,000 por concepto de un diplomado llevado por un gerente de la empresa, siendo que de acuerdo con la estructura organizacional la empresa cuenta con 3 gerentes y durante el ejercicio solo uno llevó el diplomado, sustentando dicha conclusión en el Informe N° 021-2009-SUNAT/2B0000 y en la Segunda Disposición Complementaria y Final del Decreto Legislativo N° 1120°.
Al respecto, en el Informe N° 021-2009-SUNAT/2B0000 del 5 de febrero de 2019, la Intendencia Nacional Jurídica de SUNAT concluyó que: “No existe impedimento para que las empresas, al amparo del inciso ll) del artículo 37° del TUO de la Ley del Impuesto a la Renta, puedan deducir los gastos incurridos por concepto de maestrías, postgrados y cursos de especialización de sus trabajadores, siempre que dichos gastos cumplan con el criterio de generalidad, entre otros criterios”; sin embargo, cabe advertir que dicho Informe se emitió antes que entre en vigencia la modificación efectuada a la Ley del Impuesto a la Renta efectuada por el Decreto Legislativo N° 1120, vigente a partir del 1 de enero de 2013, el cual dispone que no se requiere cumplir con el principio de generalidad de los gastos de capacitación en favor del personal, en consecuencia, el criterio contenido en el Informe N° 021-2009-SUNAT/2B0000 estaría desfasado, no sería aplicable, y el ejemplo de adición en el Caso Práctico Impuesto a la Renta de Tercera Categoría respecto del gasto de capacitación por diplomado a un gerente, en realidad constituiría un gasto deducible.
Conclusiones:
1.- Los gastos de capacitación en favor del personal comprenden sumas destinadas a la capacitación del personal, a aquellas invertidas por los empleadores con el fin de coadyuvar a la mejora de la productividad de la empresa, incluyendo los cursos de formación profesional o que otorguen grado académico, como cursos de carrera, postgrados y maestrías.
2.- Los gastos de capacitación en favor del personal para su deducción no requieren cumplir con el criterio de generalidad del gasto, bastando que para su deducción se acredite el cumplimiento del principio de causalidad, esto es, que se encuentren vinculados con el mantenimiento de la fuente productora de renta o con la generación de ganancias de capital.
3.- Los gastos de capacitación son gastos que, si bien no tienen un límite cuantitativo en su deducción, en una eventual fiscalización SUNAT podría cuestionar la fehaciencia si los mismos no se encuentran debidamente sustentados o la proporcionalidad y razonabilidad del gasto, si el importe desembolsado en la capacitación al personal evidencia una diferencia sustancial con los ingresos generados por la empresa, aspecto que deberá ser analizado en cada caso en concreto.
4.- Los gastos de capacitación en favor del personal al igual que cualquier otro gasto contenido en la relación del artículo 37° de la Ley del Impuesto a la Renta, debe deducirse en el ejercicio en el que s devenguen, esto es, en el ejercicio en el cual se realice la capacitación, y si la capacitación involucra más de un ejercicio, se deducirá en forma proporcional a los meses y días de cada ejercicio que ha involucrado la aludida capacitación.
Por: Miguel Ángel Carrillo Bautista
Abogado especialista en Derecho Tributario