Estimados amigos:
Dos noticias de la semana pasada tienen que ver con el tema del plagio. Una, es la reiteración de la denuncia de plagio contral el escritor Alfredo Bryce Echenique, y la otra es un comunicado emitido por la Pontificia Universidad Católica del Perú sobre un sanción a sus alumnos por plagio que fue disminuida por Consejo de Asuntos Contenciosos Universitarios de la ANR.
A continuación presentamos el referido comunicado de la PUCP publicado en varios periodicos este fin de semana. Luego, las reflexiones de Rocio Silva Santiestevan respecto al asunto Bryce, aparecidas en el Diario La República bajo el título “Bryce e Iwasaki”, el 18 de abril pasado.
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Comunicado de la PUCO
La Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP) denuncia públicamente ante las instituciones educativas y académicas del país, y ante la opinión pública en general, que el Consejo de Asuntos Contenciosos Universitarios (CODACUN) de la Asamblea Nacional de Rectores (ANR) viene emitiendo resoluciones administrativas que constituyen un cuestionable y nefasto precedente que afecta gravemente la esencia del trabajo académico universitario.
El CODACUN es un tribunal administrativo creado por la Ley Universitaria N.° 23733, conformado por ex rectores o ex decanos de facultades de Derecho, que tiene la atribución de revisar, en última instancia administrativa, las resoluciones de los consejos universitarios que afecten los derechos de profesores y alumnos.
En marzo del 2009, dos estudiantes fueron sancionados por el Consejo Universitario de la PUCP con suspensión por haber cometido plagio en la elaboración de sendos trabajos de investigación, al utilizar párrafos de obras de autores sin realizar las citas correspondientes; es decir, hicieron pasar como propias ideas ajenas. El plagio es un acto que contraviene la tarea principal de la universidad: pensar y reflexionar, lo que, evidentemente, implica que el quehacer universitario no consiste en la mera transmisión y repetición de conocimientos. Por ello, nuestra casa de estudios y otras instituciones educativas nacionales y extranjeras consideran el plagio como falta grave.
Sin embargo, el CODACUN ha emitido resoluciones en los mencionados casos de plagio reduciendo significativamente la sanción a una simple amonestación. Para ello, se ha basado, entre otros criterios, en un comentario sobre la voz “plagio” publicado en la página web “Wikipedia”, según el cual el referido tribunal administrativo considera que “los estudiantes se comportan de manera natural al imitar y copiar en exceso o sin indicar las fuentes” y que “la enseñanza consiste fundamentalmente en la repetición constante de ideas y formulaciones ajenas, omitiéndose muchas veces, por economía, las fuentes”.
Ello es más escandaloso aún si se tiene en cuenta que dichos argumentos han sido tomados de un portal de Internet que advierte expresamente a sus lectores que no garantiza la validez de la información que difunde. En efecto, en el vínculo sobre “Limitación general de responsabilidad”, Wikipedia señala claramente que “la información que se encuentre en esta enciclopedia no necesariamente ha sido revisada por expertos profesionales que conozcan los temas de las diferentes materias que abarca, de la forma necesaria para proporcionar una información completa, precisa y fiable”. Más aún, en el vínculo “Aviso de riesgo”, este portal manifiesta lo siguiente: “Por favor, ten presente que cualquier información que encuentres en Wikipedia puede ser imprecisa, engañosa, peligrosa o ilegal”.
La aplicación de argumentos académicamente descalificados, por parte del CODACUN, constituye un grave peligro de devastadoras consecuencias para el trabajo intelectual que se desarrolla en las universidades públicas y privadas del país, puesto que, bajo su amparo, la labor seria, dedicada y honesta en los diversos ámbitos del conocimiento cederá ante prácticas irreflexivas de reproducción de información que provocarán la esterilidad científica de los claustros universitarios.
La PUCP manifiesta su sorpresa y profunda extrañeza por el hecho de que una instancia administrativa que resuelve, entre otros temas, controversias relacionadas con el mundo académico universitario, y que está conformada por docentes que han ejercido cargos de autoridad en sus respectivas instituciones, fundamente sus decisiones con argumentos anónimos, sin respaldo académico o profesional, reñidos con la ética, carentes de sentido común, demoledores de las bases de la actividad intelectual y que, por ello, se ubican en el extremo opuesto de la tradición académica universitaria.
Por ello, la PUCP ha dispuesto el inicio de acciones judiciales contra las referidas resoluciones administrativas del CODACUN a fin de que la decencia y rigurosidad del trabajo intelectual siga siendo un principio fundamental del mundo universitario peruano, e invita a sus pares y a la ciudadanía a sumarse a este empeño.
Secretaría General de la PUCP
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Por Rocío Silva Santisteban
La semana pasada Gonzalo Pajares, periodista de Perú21, entrevistó por fin a Alfredo Bryce Echenique, sobre el peliagudo tema de los artículos que firmó y sobre los cuales cae la negrísima sombra del plagio. Pajares estuvo realizando una pormenorizada investigación sobre el tema, precisamente porque admira las obras de Bryce, y llegó a la conclusión de que había plagiado 22 artículos de periódicos como La Vanguardia o El Comercio. En la misma entrevista el periodista confirma que el Indecopi multó a Bryce por el plagio de 16 artículos con la suma de 77, 500 soles. Nuestro escritor sostiene que no ha plagiado a nadie, y que en todo caso “todo plagio es un homenaje”. Finalmente la entrevista se cierra con estas palabras durísimas del periodista: “Le confieso, señor Bryce, que lo admiro como escritor, que lo quiero como amigo; pero hoy lo respeto menos”.
No voy a referirme en este artículo a los problemas éticos de Alfredo Bryce Echenique. No soy quién. La verdad que podría suscribir las palabras finales de Gonzalo Pajares: una sombra se ha cernido sobre uno de nuestros escritores más queridos y a sus lectores, a quienes aprendimos prácticamente a leer con Un mundo para Julius o con “El descubrimiento de América”, esta entrevista nos choca. Nos estremece. Nos manda una descarga de frío letal desde la coronilla y por toda la espina dorsal. No se trata de que esté descubriendo algo nuevo: sus palabras prácticamente son las mismas de sendas entrevistas anteriores (Caretas, por ejemplo). El problema es precisamente que no reconoce los plagios. La gran complicación es que repite un discurso de político criollo: el corazón de este nudo en la garganta del lector se centra en que Alfredo Bryce mantiene una actitud de mendacidad ante las pruebas, ante el investigador de las mismas, y ante la opinión pública.
Hace muchos años como para recordarlos, otro escritor peruano, Fernando Iwasaki, fue acusado de plagiar en uno de sus artículos de Expreso un fragmento de un texto publicado por E.R Doods. El tema no hubiera pasado a mayores (léase, más allá de las fronteras del Fundo Pando) si no lo hubiera entrevistado César Hildebrandt un domingo por la noche en el programa que conducía en Canal 4. ¿Qué hizo Iwasaki? Admitió el plagio. En ese entonces era un joven escritor, con muchos admiradores y enemigos, pues había publicado El Perú como entelequia y era calificado como uno de los “jóvenes turcos”. Todos a una hicieron leña del árbol caído. Iwasaki no fue cínico, no mintió hasta creerse esas verdades a medias, no dijo que había “homenajeado” a E.R. Doods, por el contrario, salió a la televisión nacional un domingo por la noche, con el tope de televisores prendidos, y admitió con vergüenza que él había cometido ese error. Después se fue del Perú hacia Sevilla con su hermosa esposa andaluza, a estudiar un postgrado, y por esas cosas del Destino o, como decía mi abuela, “no hay mal que por bien no venga”, hoy es finalmente respetado, reconocido en España pero también en el Perú, como un escritor fino, de calidad, que puede hilar historias sobre las Inquisiciones Peruanas (que él padeció, dicho sea de paso) o El Derby de los penúltimos.
Dos maneras de enfrentar el mismo problema. Ahora, ¿eso implica que Fernando Iwasaki es mejor escritor que Alfredo Bryce? En primer lugar son incomparables; en segundo lugar, aún cuando Alfredo Bryce sea un asesino en serie o un terrorista kamikaze, eso no significa, como tampoco significó en los casos de Ezra Pound o Mishima, que Un mundo para Julius no sea una novela espléndida e intensa. Bryce, plagiario o no, es uno de los mejores escritores latinoamericanos del post-boom. Y eso nadie se lo quita.
1 Comentario
A PROPÓSITO DEL PLAGIO: SOY UNA PROFESORA INVESTIGADORA DE LA UNAC Y EL VRI HA COLGADO UN INFORME FINAL DE INVESTIGACIÓN EL 2011; Y HACE UNA SEMANA HE ENCONTRADO QUE HA SIDO OBJETOD PLAGIO. PUES APARECEN PUBLICADOS EN LA PAGINA DE SCRIBD, UN PLAN DE TESIS Y LUEGO LA TESIS (CARÁTULA Y RESUMEN) DE AUTORÍAA DE UNA BACHILLER DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL DEL CENTRO (HUANCAYO), PARA OPTAR EL TÍTULO PROFESIONAL DE INGENIERO QUÍMICO.
ME HE DIRIGIDO AL DIRECTOR DE INVESTIGACIÓN DE ESA UNIVERSIDAD QUIEN LUEGO DE PEDIRME EL NOMBRE (PESE A QUE LE HABÍAA ENVIADO LA INFORMACIÓN ), CUANDO LE RESPONDÍ ADJUNTANDO MÁS PRUEBAS, NUNCA MÁS ME RESPONDIÓ. AL IGUAL QUE EL RECTOR A QUIEN TAMBIÉN ENVIÉ LA INFORMACIÓN. EL VICERRECTOR DE MI UNIVERSIDAD TAMPOCO ME HA HECHO MUCHO CASO, Y ESTE ES UN CASO ABSOLUTAMENTE GRAVE. EN EL INDECOPI QUIEREN COBRARME 200 SOLES PARA LA DENUNCIA, LO CUAL ME PARECE EXAGERADO E INJUSTO. ALGUIEN ME PUEDE DECIR QUÉ HACER?