Estimados blogueros:
Va el editorial del Diario El Mercurio (Chile) del pasado lunes 30 de junio de 2014, bajo el título “Enfoques Internacionales: Panorama peruano”. que hace referencias a la situación actual del Perú.
Hay que revisar con detenimiento lo que señalan sobre el triangulo territorial en Tacna que ahora se pretende insinuar que es territorio Mapocho. ¡Me ha causado, primero perprejidad, pero luego risa!
Es la posición de un diario prestigioso en ese país, pero no creo que muestre la sensación del Gobierno Chileno o del conjunto de la sociedad chilena en su conjunto. ¡Veremos que pasa en el tiempo que viene!
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Por: Editorial del Diario El Mercurio (Chile)
En Perú, la actividad económica y el Presidente Humala sufren declinación. Se presume que su economía, la de mayor crecimiento en América Latina, con aumentos anuales de hasta 8% del producto, este año experimentará un desarrollo menor que la mitad. Es habitual la impopularidad de los mandatarios del Perú: se descapitalizan rápida y progresivamente durante su gestión y, a diferencia de los chilenos, no se recuperan al final de sus ejercicios.
El caso del Presidente Humala es más agudo. Según las recientes encuestas, su rechazo aumentó al 75% y su apoyo ciudadano ha caído al 21%, el más bajo de su mandato y bastante por debajo de sus predecesores en tiempos similares. Este resultado podría haber influido en el relevo de sus ministros de Interior, Transportes y Relaciones Exteriores, y en el anuncio de medidas para detener la baja en la actividad económica. Entre estas decisiones se incluye la licitación del gasoducto que transportará el gas de Camisea al sur peruano, cuya viabilidad económica depende de exportaciones de gas a Chile.
Parece haberse esfumado el apoyo que recibió Humala tras el fallo de la Corte de La Haya sobre delimitación marítima con Chile. Ahora debe asumir la implementación de tal sentencia, que requiere cambios reglamentarios y reformas que deben ser aprobadas por el Congreso para adecuar la legislación interna al derecho internacional. Probablemente esa haya sido la causa del cambio de canciller, con la designación de su embajador en China, Gonzalo Gutiérrez. Se trata de un profesional de la diplomacia, a diferencia de su antecesora, Eva Rivas, ex ministra de Justicia, una designación política resistida por el servicio exterior peruano. Gutiérrez es conocido de muchos chilenos por su pasado desempeño como ministro consejero en la embajada peruana en Santiago y por su cruzada para impedir el uso de la denominación “pisco” por las producciones chilenas. No tuvo éxito en ese cometido y la Unión Europea autorizó su mención para las exportaciones peruanas y chilenas. Después de esa campaña fue nombrado vicecanciller.
También se anunció la designación de Fernando Rojas, otro profesional y reciente jefe del servicio exterior peruano, en reemplazo del embajador de Perú en Chile, Carlos Pareja. El desempeño de Pareja en momentos complejos para las relaciones bilaterales ha merecido transversal respeto y reconocimiento en nuestro país y seguramente en el suyo.
El nuevo embajador y el flamante canciller deberán enfrentar los desencuentros que ya se han producido por la insistencia peruana en reclamar terrenos de menos de 4 hectáreas en la frontera entre ambos países. Para Chile, la reclamación peruana carece de sentido. Si bien la Corte no se pronunció sobre este aspecto -la demanda se refería solo al territorio marítimo-, sí determinó que el límite marítimo era el paralelo que atraviesa el Hito 1, desechando así la pretensión peruana de que dicho límite comenzara en el pretendido Punto 266 o Concordia, situado a unos 200 metros al sur del Hito 1. Insistir en esto para reclamar soberanía peruana sobre un arenal, un triángulo yermo, de escasa extensión, al sur del paralelo limítrofe fijado por la Corte Internacional de Justicia y sin acceso al mar, es decir, con costa seca, no parece lógico ni aceptable. Algunos interpretan la polémica como un pretexto del Perú para mantener abiertas reclamaciones territoriales contra Chile, arriesgando un retroceso y enturbiamiento de las confianzas y relaciones bilaterales.
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