MÁS SOBRE LA PROMESA DE LA VIDA PERUANA

Estimados blogueros:

Con lo que está pasando en el país y en visperas de las Fiestas Patrias, me parece sumamente apropiado postear estas interesantes reflexiones de la profesora Carmen McEvoy, aparecidas en el Diario El Comercio como “LA PROMESA DE LA VIDA PERUANA. En pos de la República”.

Por: Carmen Mcevoy

En vísperas de su aniversario, una complicada semana le ha tocado vivir al Perú. Resulta paradójico que ad portas del bicentenario, de “la promesa de la vida peruana”, el rostro de aquella cultura política, autoritaria, prebendaría y patrimonialista macerada durante casi dos siglos, sea lo que domine la escena. Por lo demás, hay que analizar a estas alturas lo que todos conocemos muy bien: la inexperiencia política del presidente de la República, la sumisión del Congreso, la crisis de los partidos políticos, la ausencia de representación, el desprecio por el mérito y la falta de respeto a las instituciones.

Lo que queda claro, en medio del teatro de lo absurdo al que hemos asistido, es que el problema no se circunscribe a un Ejecutivo sin rumbo ni a un Congreso que defiende intereses personales en un juego de poder cada vez más perverso. Nos falta un proyecto político y una visión del país; delinear con claridad qué queremos para este siglo lleno de desafíos y oportunidades.

Comentaristas peruanos y extranjeros coinciden en señalar las grandes perspectivas que se le abren a ese mismo país que entre la espiral inflacionaria y el terrorismo más cruel se debatía un par de décadas atrás. Pero la “reinvención” del Perú, un proceso que ha permitido descubrir la inmensa vitalidad de una nación diversa y milenaria, ha ocurrido básicamente en el ámbito económico. No se ha trasladado a lo político el afán audaz y emprendedor registrado en el plano empresarial. Y no es que se desconozcan los temas que –de la ausencia de partidos políticos a la ineficiencia del Estado para redistribuir los ahora abundantes recursos y resolver conflictos sociales– aportan a nuestra precariedad institucional. Acaso, adormecida por el crecimiento económico, cree la clase política que puede postergar eternamente una creciente demanda ciudadana: colocar el tema de crear un Estado abocado al servicio público y respaldado por una coherente visión de país

en el centro de la discusión nacional. En esta difícil coyuntura, ¿cuál es la relevancia de hablar sobre republicanismo?

Pienso que, con respecto a dos tópicos fundamentales, tiene vigencia esta tradición fundamental de nuestra historia nacional: la relación entre el liberalismo y el individualismo, que en los niveles más extremos conduce, inevitablemente, a una atomización de la sociedad; y el énfasis comunitario en algunas vertientes republicanas, que permitirían repensar la polis en el más amplio sentido del término, no como un mero agregado de individuos, sino poniendo de relieve la dimensión pública de lo político.

Con respecto a este último punto, que fue el tema del debate y las manifestaciones ciudadanas, me parece sugerente el énfasis en una nueva definición de la democracia, que el republicanismo vincula más bien con un ideal participativo y no meramente representativo. Lo anterior puede ayudarnos a combatir la visión neoliberal que a ratos homologa la democracia con las teorías del mercado, a nivel de costo-beneficio inmediato, promoviendo la idea de ciudadanos consumidores indiferentes a los supremos valores del republicanismo: que son la justicia y el bien común. Valores que debemos rescatar de cara al bicentenario.

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Acerca del autor

Luis Alberto Duran Rojo

Abogado por la PUCP. Profesor Asociado del Departamento de Derecho de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP). Director de ANALISIS TRIBUTARIO. Magister en Derecho con mención en Derecho Tributario por la PUCP. Candidato a Doctor en Derecho Tributario Europeo por la Universidad Castilla-La Mancha de España (UCLM). Con estudios de Maestria en Derecho Constitucional por la PUCP, de Postgrado en Derecho Tributario por la PUCP, UCLM y Universidad Austral de Argentina. Miembro de la Asociación Peruana de Derecho Constitucional, del Instituto Peruano de Investigación y Desarrollo Tributario (IPIDET) y la Asoción Fiscal Internacional (IFA).

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