SELECCION DE ARTÍCULOS – ‘HEROES’

Favor las dispensas del caso para este tiempo de ausencia (no pasara de nuevo), a su vez gracias por todo su aprecio y la lectura de éste humilde Blog, toda este eco parte de ustedes y se empieza a ver a nivel nacional. Hoy les traigo una selección corta de las publicaciones de mi columna en EPENSA:

HÉROES

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He conocido personas extraordinarias en distintas circunstancias. Las he visto durante el trabajo, por las calles ignotas de alguna ciudad, mientras deglutía el menú de la casera, o durante una bebedera improvisada en alguna tasca de fin de semana. Pero las he visto.

Todas tienen algo en común: La simpleza y la grandeza. Dos palabras que podrían sonar antagónicas pero que, sin embargo, se complementan tan armoniosamente en ellas que parecen estar ungidas por algún halo divino o poder sobrenatural.

Fue en Gamarra, allá por la capital, donde disque se aglomeran los verdaderos empresarios textiles del Perú. El recuerdo ya es algo difuso, pero sé que era pequeño y algo rechoncho, de tez oscura y ojos achinados. Vestía  un short de jeans y un polo a rayas ahumado por el aire viciado de la ciudad.  En vez de antebrazos tenía nudos de plástico amarrados torpemente a unas baquetas. Un alambre, enredado en su cuello, sostenía una armónica y una trompeta que le permitía cambiar ágilmente de estilo si el público se lo pedía. En sus piés, sus pulgares y las cuerdas de una guitarra añeja te sacaban y devolvían el alma al pecho. Yo coloqué dos monedas y pedí  “Gitana” mientras lo contemplaba groseramente.

Un tal Nick Vujicic, australiano, con similares discapacidades (o “habilidades especiales”) llegó a nuestro país y fue condecorado por nuestro Congreso. Lo propio ocurrió con Tony Meléndez, nicaragüense, recibió medallas y lo nombraron “Huésped distinguido”. Pero ¿Quién condecora a éste personaje? ¿Hasta cuándo reconoceremos el mérito ajeno, pero no el mérito de los nuestros? Nos encanta el esnob y despreciamos a nuestros héroes, a aquellos que exudan paz y te inspiran; y son devorados, todos los días,  por un anonimato que quizás nunca acabará.

Ustedes opinen…

 

 

 

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