Fernando Gil Sanllehi
Profesor del curso Coaching para abogados
Me encuentro en una etapa interesante de mi vida profesional, donde cada vez el Liderazgo cobra más y más importancia para poder seguir construyendo una línea de carrera y obteniendo mejores resultados. Sin lugar a dudas este concepto se utiliza muchísimo en el día a día, pero su definición parece haber quedado condicionada a la persona que la utiliza y no a una idea global que se explique de manera autónoma.
En las charlas, conferencias y clases que doy, una pregunta que frecuentemente me hacen es “¿Cómo desarrollo mi liderazgo?”; es por ello, que a continuación detallaré algunos conceptos claves que según mi experiencia , podrían servirle para aclarar un poco esta idea y moverse a la acción para obtener los resultados que desee.
Para comenzar hay que separar al Liderazgo de lo que son las competencias. El liderazgo es una “Meta-competencia” que está conformada por la sumatoria de distintas competencias individuales y que combinadas de manera efectiva darán un mayor o menor nivel de liderazgo. Seguidamente hay que tener en claro que el Liderazgo sólo se manifiesta si hay un agente que lo lleve a cabo- “El Líder”- y cuán importante es su rol en la actualidad.
Siguendo con lo anterior, ¿Qué competencias se tienen que desarrollar? Esto depende del objetivo que se tenga delante y de las particularidades específicas del rol y entorno donde se encuentre la persona. Un Líder, por ejemplo, podría necesitar la competencia de la comunicación, la asertividad, la administración del tiempo, la delegación, el feedback, entre otras, es el mix efectivo de todas estas que permitirán obtener a un Líder exitoso.
El Líder no se origina por tener un puesto específico o jerárquico dentro de una organización. El Líder se crea en base a la autoridad y respeto que las personas del entorno le brinden. Así cobrará importancia su adecuada gestión y desarrollo de competencias: si las personas del entorno no perciben autenticidad y consistencia en el pensar, decir y hacer del líder, su autoridad podría debilitarse fácilmente.
Para ser un líder exitoso, lo primero que debe hacer es mirarse al espejo y empezar a desarrollar las competencias individuales, trabajar en nuestros miedos, trabajar en nuestras creencias, gestionar adecuadamente nuestras emociones. En un inicio este proceso
se nos hará tedioso, pero es lo que permite al líder moverse a un espacio de aprendizaje constante, donde va a desarrollarse en cada reto que se plantee y donde tendrá la capacidad de adaptarse a cada situación que se le presente, siendo cada vez más efectivo y desarrollando liderazgo sobre sí mismo.
Una vez que el individuo está operando de manera efectiva, podrá concentrarse en el entorno: podrá liderar a sus colaboradores y equipo de manera auténtica y consistente, para alcanzar los objetivos que se proponga, soportando el proceso de aprendizaje de los demás y el desarrollo de sus competencias individuales. Es así, que el Liderazgo se vuelve casi un arte: la habilidad para poder instrumentar a los demás a que hagan lo que uno necesita para alcanzar un objetivo en común, iniciando por el liderazgo personal de cada individuo y que sumados crean un espacio de liderazgo compartido.