Archivo del Autor: César Sáenz

Inca vs Inka (o Incas?)

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Para Gonzalo Portocarrero

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El presente artículo tiene por objetivo reflecionar en torno a la figura del Inca. Esta figura ha ido construyéndose y modificándose en el transcurrir del tiempo. Desde Garcilazo, los cronistas, Guaman Poma, Lorente, los etnohistoriadores, Daniel Estrada, Toledo, entre muchísimos más,  han venido articulando  diversas narrativas. Éstas se constituyen a partir de distintas evidencias representado en la diversdidad de fuentes a las que recurrieron. Todas estas narrativas tienen una finalidad que necesariamente es legitimar ciertos intereses en el presente a través de  la ‘conquista’ de la identidad.

Partamos del siguiente modelo:

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Se parte con la figura del Inca que necesariamente constituye un sujeto histórico. El axioma de inicio, la evidencia que no se cuestiona, es que fue el soberno de un estado muy sofisticado (imperial?) que existío en el territorio del actual Perú antes del arribo español. Sobre este sujeto se recoge información para “construir” su historia a partir de distintas fuentes (orales, escritas, artísticas, semasiográfocas, etc.) para identificar su vida. A partir de esto se articulan diversas narrativas en donde, siguiendo los mecanismos del inconsciente, se condensan y transfieren los intereses de quien las genera (casos paradigmáticos son el ‘Inca’ de Estrada y el ‘Pachacutec’ de Toledo). También se puede seguir el ‘método científico’ de las investigaciones académicas pero igual contienen en ellas una alta dosis de subjetividad pese a su intento por objetivizarlas. La diversidad de las intenciones derivan en la formación de un Inca1, Inca2, Inca3, Inca4, …, Inca n.

Asumimos que el realizar el esfuerzo histórico, darse el tiempo para cotemplar el pasado para obtener cierta información y conjeturas, otorga ciertas beneficios. El principal de éstos es conseguir la ‘identidad’, conquistarla, ese argumento que legitima la condición presente y provee a quien se vald de ella de un cierto poder ancestral, de una herencia. Esto acorde a que el poder del Inca era legítimo; por tanto, la continuación también lo ha de ser. Esta identidad se representa a partir de muchísimos y diversos discursos en el presente y en el pasado (que fue presente). El lema hisótico de esta consigna es ‘Incas sí, Indios no’ que no sólo acontece en el Perú como lo señala Méndez sino en toda América del Sur.

Entonces, no tenemos un solo un Inca sino también un Inka y asimismo una serie de Incas. Estos van desde los académicos formados por Franklin Pease, María Rostworowski, John Murra; los políticos como los hechos por Toledo y Daniel Estrada; los artísticos como el de Ollantay y la pintura de Luis Montero; los representados en los monumentos, en los textos escolares; etc. Es aquí donde el imaginario se representa en lo simbólico a partir de una supuesta realidad, una siempre insuficiente, debido a la contingencia de la reconstrucción histórica del sujeto a quien se investiga. Claro que toda representación sigue determinados patrones (una estructura canónica) un Inca con un tipo de corona, un cetro, un vestido tipo griego con una ‘correa’ en la cintura, la mascaypacha, la nariz aguileña en señal de la condición racial, etc.

En este artículo sólo mencionaré dos tipos de Inca: el de la academia limeña y el realizado en el Cusco (ojo que este puede ser también un universo de diversidad de Incas). El Inca realizado por la academia se construye a partir de la más rigurosa investigación, estructura metodologica y la imparcialidad de toda investigación objetiva. Para ellos se retiran todos los prejuicios para tomar distancia en la utilización de diveras fuentes como son las escritas (crónica, documentos administrativos, visitas, etc.), orales, etnográficas, etc. El discurso de la academia es la que nutre a la Historia Oficial a partir de las investigaciones históricas, arqueológicas y antropológicas. Esta Historia que es heredera de aquella que en un inicio legitimaba al estado con la herencia Inca a partir de la apropiación del pasado prehispánico y la segregación del ‘indígena’. Los últimos herederos de este tipo de escribir son los etnohistoriadores que se apropian del pasado haciéndolo suyo para presentarlo en congresos, simposios, etc. Pero en el país tienen una posición política conservadora y, en algunos casos, prominara lo que va en detrimento de las comunidades que estudian. POr esta razón cuestiono el trabajo de la academica y lo catalogo como una narrativa más. No la verdad sino algo que es verosímil pero que representan también intereses particulares.

La otra narrativa es la que actualmente se puede observar en el Cuzco (mucho ojo, es todo un universo) . Aquella hecha a partir de la herencia y costumbres junto con el trabajo de fuentes (riguroso o no eso depende de quien lo utiliza). Este tipo de construcción le permitió a Daniel Estrada generar su propia narrativa para ornamentar Cuzco con un Pachacutec de dantescas dimenciones, un cóndor aún más grande, una plaza con un inti, etc. Este tipo se representa, se vuelve realidad y performa, en el Inti Raymi en donde hay toda una actuación que permite que el Inca vuelva a la vida encarnado en un individuo.

Hay otro tipo de Inca que sólo mencionaré. Estos son aquellos que se construyen en diversas partes del Perú a partir de diversos argtumentos ‘históricos’. Entre ellos destaca para mi el colocado en Vilcashuaman, que tiene un halcón en la mano, que otrora era tierra chanca. El turismo y el discurso autoritario/personalista del alcalde llevan a que se coloque el monumento desplazando una supuesta ‘identidad’ local.

Es evidente de que hay una relación de asociación intrínseca entre el Inca y el gobierno autoritario/centralista/individualista. Si el Perú tuviese una herencia democrática, se representaría con más énfasis al parlamento o algún tipo de poder popular. La proliferación del Inca es una exposición social del autoritarismo aún vigente en nuestra sociedad. Sólo que se camufla con la ‘Utopía Andina’.

Pero, qué pasa cuando los Incas se confrontan? Cuándo el Inca de la narrativa de la academia limeña quiere imponerse sobre la cuzqueña? Cuándo los otrora ‘indígenas’, ahora ciudadanos, se valen de esta figura para legitimar sus reclamos y tener un símbolo para identificarse? Acaso la academia limeña tendría que desplazar su ‘verdad’ para permitir que más figuras entren en el debate? La contienda consiste en desprestigiar los argumentos de cada uno de los que articulan su narrativa. La academia se vale de la objetividad y se cobija en su método científico. Los cuzqueños en estar insertos en una tradición y costumbres ancestrales. Por un lado se les achaca subjetividad y poca rigurosidad en el trabajo; por el otro, el estar distanciados y dar una información artificial.

El Inca es el protegonista de una serie de ficciones hechas a base de la ‘Utopía Andina’. Sólo resta que termine la función para empezar a construir el país desde el presente hacia el futuro. Claro, no desatendiendo el pasado.

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Por qué ha sido exitosa la reciente campaña de Coca-Cola?

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El presente artículo tiene por objetivo reflexionar en torno a la reciente cambaña publicitaria de la gaseosa Coca-Cola. Es necesario señalar que no es un esfuerzo positivo, no pretendo esbozar La Respuesta, sino la presentación de una hipótesis. La campaña de esta bebida consiste en la utilización de los diferentes nombres de personas, tanto hombres como mujeres, en la etiqueta de la botella de medio litro. Se inserta en una estructura linguistica que es la siguiente: una fija (la efervecencia) + una muy variable (los diferentes nombres) + diferentes frases (persigue sueños, alcanza metas, etc.)

El nombre consiste en la principal evidencia de la existencia humana. La asignación del nombre consiste, en cierto sentido, un acto violento en el cual se impone un significante sobre un individuo (se entiende que esto se genera por un cierto afecto de los padres). Este término impuesto está determinado a permanecer durante toda su vida salvo cambios individuales. El nombre, un sustantivo, constituye el símbolo de la inserción del neonato en una tradición y en unas determinadas costumbres. El nombre no es inherente a la condición existencial sino a la vivencia social. Esto último puede ser cuestionado.

Considero que esta campaña pertenece a la estrategia publicitaria llamada neurobranding (neuropublicidad). Esta tendencia publicitaria busca dirigir las campañas en la “guerra de las marcas” hacia ciertas partes específicas de la mente. Éstas son la parte reactiva, límbica o emocional y el neocórtex o racional. Esta campaña en específico se dirige hacia la parte límbica o emocional que produce una identificación con el nombre ‘propio’. A parte de sentirse “bien” por tener un producto individualizado. Se resume en la personalización de una botella para la identificación del individuo. La singularidad de la edición, el sentirse únicos, consigue el objetivo: la compra.

Mientras se compra la gaseosa en la botella individual, el sujeto se olvida de los perjuicios que causa esta bebida. Se puede ver esto en la siguiente página http://fahrenheit2012.wordpress.com/2012/01/21/la-coca-cola-y-sus-peligrosos-efectos-para-nuestra-salud/

Entonces, hay que darse cuenta de que las campañas publicitarias tienen una fuerza mucho mayor que antes. Utilizan la fuerza del inconsciente para hacer ingresar al sujeto al mercado. Una previa reflexión antes de la compra no impide ir contra la ‘libertad del mercado’ que defienden los liberales.

Una adquisición consciente es el inicio de una vida más responsable.

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Desamortización 2.0

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“Desde el chiquero llegaba el rumor de una batalla.”
Gallinazos sin Plumas, Julio Ramón Ribeyro

 

Con el término ‘desamortización’ (desamortizar. (De des- y amortizar). 1. tr. Dejar libres los bienes amortizados. 2. tr. Poner en estado de venta los bienes de manos muertas, mediante disposiciones legales. RAE)  se alude a aquella acción por la cual se retira la propiedad de unos para concedérselos a otros. Esto bajo el criterio de trabajar la tierra con mayor eficiencia para incrementar la producción, entre otras justificaciones. Este fenómeno no es extraño en la historia peruana  puesto que ya aconteció durante el siglo XIX. Tal parece que nos encaminamos a un momento similar hoy en día (por eso el 2.0 del título).

Con el ascenso de la república, también lo hizo la ideología liberal durante el siglo XIX. La consigna de los gobernantes fue el de sustraer las extensiones de tierras en propiedad de las comunidades de indios y de las órdenes eclesiásticas en favor de contados individuos. Esto con la justificación de que las tierras se encontraban bajo el régimen de ‘manos muertas’  impidiendo el desarrollo eficiente que no proveía de una óptima producción. Esto llevó a que se expropiasen las tierras para formar grandes latifundios en manos de pocos terratenientes que se asociaban a grandes familias o militares. Esto el impulso de generar propiedad privada que permita la adquisición de recursos para hacer factible la producción. Era viable la inversión en tierra.

A mi parecer, esta situación constituye uno de los grandes errores de ‘nuestra’ historia: el dejar a los campesinos sin tierras (ojo Vargas Llosa cuando te preguntes cuando se jodió el Perú). El progreso y modernidad que se planteó en un comienzo NO aconteció. Los terratenientes recurrieron a formas de explotación laboral cuasi serviles y ,en forma, similares a los coloniales. Entre estos destaca la explotación de la mano de obra bajo el régimen del yanaconaje y de la utilización del enganche tanto por dinero como por oro para garantizarse el empleo de trabajadores mediante una deuda contraída.

El éxodo campesino fue finalmente resuelto por el Gobierno Revolucionario de las Fuerzas Armadas presidido por Juan Velasco Alvarado. En ese tiempo se les concedió la propiedad de la tierra a los campesinos agrupados en cooperativas. Velasco consiguió desarticular toda la topografía que constituían los grandes latifundios para constituir propiedades de pequeño y mediano tamaño. El lema de esta política fue “la tierra es para quien la trabaje” y esto se consiguió. Pese a no ser voluntario, esta medida de Velasco contribuyó a que el desarrollo neoliberal se desarrollara en suelo fecundo. La riqueza se retiró de unos pocos para que muchos pudieran acceder a ella. Más personas podían adquirir o invertir en porciones de tierra que otrora pertenecían a un solo individuo. Se dejaban de lado a las ancestrales familias adineradas para que ingresen empresarios de todo el mundo.

Hoy en día, la figura que se nos presenta es similar. Gente que tiene la propiedad de la tierra (organizadas en comunidades) están a vísperas de ser desplazadas de su tierra para beneficio de otros que cuentan con el capital para explotarlas (mineras, transnacionales, etc.) Caso ejemplar de este abuso son las concesiones mineras hechas por Fujimori por debajo de la mesa sin consultar a las comunidades en lo referente a su propiedad. A diferencia del siglo XIX ya no nos encontramos bajo un estado que se estructura bajo el principio de la desigualdad (al menos eso espero o percibo), pero que todavía tiene que ser modificado. Ahora las comunidades ya no tienen sólo indígenas o indios sino que están compuestas por CIUDADANOS que luchan por sus DERECHOS garantizado por la constitución. La situación se definirá en cuanto el estado sepa a quien beneficiar: a sus ciudadanos en comunidades o a las empresas/transnacionales. Ejemplo de esto es el Convenio 169 de la OIT que instituye la obligatoriedad de la Ley de la Consulta Previa.

En esta situación de tensión reaparece el término indígena. Este término en estos momentos se desprende de su connotación de dominio y sometimiento para convertirse en una categoría de resistencia. La condición de ‘indígena’ trae como consecuencia ciertos derechos que deben ser defendidos por el estado según lo dispuesto en la constitución. Ahora el indígena es un CIUDADANO CON DERECHOS como cualquiera y tiene el derecho que se respeten sus intereses.

Pd. Que yo sepa, puedo vivir sin plata, oro, zinc, etc. Pero no sin maíz ni papas. Puedo comer un camote pero no cobalto. El que quiere entender, que entienda.

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‘Indio’ es una caja (versión técnica)

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Para M. Montalbetti

Partimos con la idea de que ‘Indio’ sólo existe en el lenguaje. Para el desarrollo de este artículo utilizaré conceptos del libro Cajas de Mario Montalbetti y de su trabajo “El significado no es lo que era antes”.

El sentido de ‘Indio’ consiste en representar la relación de dominación de unos sobre otros en una sociedad que se estructura a partir de la desigualdad de los integrantes que la conforman. El sentido encalla, hace esquina, en una caja de dos dimensiones (2d) y en una caja de tres dimensiones (3d) según sea la situación en la cual se empleo (aplicaciones pragmáticas). En el primer caso señala o indica; en el segundo, evoca.

El sentido es lo que motiva la construcción de la caja que se llama ‘Indio’ que evidentemente es construida por alguien para significar tanto sus intereses como de un colectivo que lo representa. Es un acto de poder el clasificar a unos sobre otros en un colectivo social. Son estas dimensiones partes de una topografía mental.

Cuando funciona como una caja 2d señala o indica a quienes se encuentran sometidos en la relación de dominación.  Aprovechando que se encuentra en dos dimensiones, como el largo y ancho, la caja desplegada funciona como una flecha que apunta directamente a alguien a quien se le transfiere el sentido.

Cuando funciona como una caja 3d evoca a un objeto al cual promete introducir, en este caso a un sujeto a quien se le designa como ‘Indio’. En esta situación la caja se val del largo, ancho y altura para poder tener una situación de vacío que urge ser llenado por alguien (un hueco). En es momento se debe de tener en cuenta cuales son los criterios para determinar que alguien ingrese o no dentro de la caja. Una caja de zapatos guarda zapatos; una caja de pelotas, pelotas; pero una caja de ‘Indios’, Indios?. Pero, quiénes son los indios? Cómo se sabe cuántos son? En este caso la caja resulta ser un tanto ambigua puesto que el criterio de su clasificación es netamente subjetivo.

Siguiendo la teoría del signo lacaniano, el significante prima sobre el significado en una cadena abierta, ‘Indio’ adquiere su significado a partir de la sucesión infinita de los significantes. Esta sucesión se hace de acuerdo al sentido que remite. El significado se forma a partir del zurcido que uno realiza sobre ellos, se unen significantes para determinar cuál es el respectivo significado a partir de su experiencia personal (subjetividad). Es entonces que el zurcido genera sobre ellos un significado que se fija, restringe e inmoviliza. El plano imaginario se relaciona con lo simbólico a partir de esta dinámica. El zurcido oficial es el realizado por el poder representativo de la colectividad que enuncia un significado común. De este tipo son los significados que se colocan en las enciclopedias y diccionarios.

La cadena infinita llega a su fin, la caja adquiere su máxima eficiencia dejando de lado la ambigüedad, cuando un sujeto se define como ‘Indio’. De manera figurativa, este decide por propia voluntad ingresar dentro de la caja evidentemente por la implicación de recibir algún beneficio inmediato. Esto se parece a la escena en la cual Edipo contesta el enigma de la Esfinge. ‘Indio’ desaparece en cuanto alguien se reconoce como indio.

Pero, no es acaso que la misma mente humana se organiza en ‘cajas’ para representar la realidad y organizar su propia experiencia. ‘Indio’ existe en el lenguaje porque en la misma mente humana existen criterios de diferenciación de unos sobre otros. Eso será siempre inevitable por la singularidad inherente a los individuos pero debe de evitarse que el criterio a tomar en cuenta sea la desigualdad entre las personas.

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Sobre el Quechua

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Para Vanessa F.

La pasada semana se dio una noticia que es urgente reflexionar. El Gerente de Cultura y Turismo de la Municipalidad del Cuzco, Martín Romero, se pronunció de manera despectiva respecto al quechua. Señaló que esta lengua venía a ser un <cáncer> que impedía el desarrollo del pensamiento abstracto en la educación. Este historiador, un excelente ser humano que desarrolla una serie de eventos culturales a beneficio de los cuzqueños, pronunció un prejuicio que urge desterrarlo a la luz de los conocimientos contemporáneos.

Primero, hay que reflexionar en torno a la naturaleza del lenguaje. A menudo se piensa que viene a ser una creación/construcción humana, pero no es cierto. Hablamos porque tenemos lenguaje, no porque lo hemos creado a lo largo de la presencia humana en la tierra. El lenguaje viene a ser una condición de la misma naturaleza humana que reside en el mismo cerebro. El lenguaje es una capacidad del ser humano para la supervivencia.

En mis propios términos, la lengua viene a ser la materialización del lenguaje en el nivel social (mientras que el habla en el nivel individual). A partir del giro lingüístico alemán, derivando a partir de Humboldt, la lengua viene a ser la condensación de la experiencia (manifestación de su estar en el mundo). Esto se expresa mediante el significado ya sea el pragmático (ejemplo un niño que reconoce un perro sin saber lo que significa “animal mamífero cuadrúpedo …) o el social que se encuentra en las enciclopedias o diccionarios (Mamífero doméstico de la familia de los Cánidos, de tamaño, forma y pelaje muy diversos, según las razas. Tiene olfato muy fino y es inteligente y muy leal al hombre. RAE).

El siglo XX implicó para la humanidad la crisis de los paradigmas. Se produjo una crítica desde diversos ámbitos hacia la modernidad y a su vehículo intelectual: el positivismo. El giro ontológico de Heidegger permitió que la subjetividad cobrase mayor importancia al ser una condición misma de la existencia humana. Esta predefine la misma al hombre, la condiciona, en sus diferentes aspectos. Uno de estos son los prejuicios puesto el ser se inserta en una sociedad con tradiciones y costumbres que lo modifican teniendo que comprenderlos para interpretarlos. Es entonces que la diferencia y la diversidad se hacen indispensables.

El quechua es una lengua que constituye un patrimonio inmaterial tanto para la humanidad como para la nación. Refleja el estar en el mundo de sociedades por una considerable cantidad de años. Acumula una experiencia ancestral que no ha sido para nada valorada por los prejuicios contra la población natural. Desde la categoría de la modernidad, los viajeros e intlecuales criticaron a la “población indígena” por su condición misérrima. Su análisis no permitió la valoración tanto de la manera de cultivar en lugares complicados como la lengua en sí misma (ambos elementos impresionantes). Pero hay que tener en cuenta que no se mantiene prístino conforme pasa el tiempo sino que se modifica por el contacto con otras lenguas y se adapta al mismo contexto. El quechua pasó a ser escrito y a incorporar léxico proveniente del castellano. La lengua utiliza todos los elementos que le son indispensables para su entorno y sus necesidades.

El comentario del gerente viene a ser un tanto retrógrado en el tiempo que vivimos. Ya no estamos en el siglo XIX donde se afirmaba la superioridad de una raza sobre otras u otros elementos. Toda argumentación en este sentido es una falacia, es un discurso puesto que legitima intereses políticos sin basarse en la realidad. En estos tiempos se tiene que valorar la diferencia y diversidad de todos los individuos para obtener su aporte para la sociedad actual. El respeto a las tradiciones y a las costumbres son la manera para manifestar nuestra valoración hacia otros individuos. Todos somos iguales en cuanto somos diferentes pero diferentes en tanto la diferencia.

Se urge de rehabilitar todos los prejuicios en una sociedad con herencia colonial como la nuestra, que guarda la desigualdad como elemento angular en la estructura social. Pero antes de esto es necesario de expresarlos. El desliz del buen Martín Romero nos permite construir hacia el respeto de la diversidad superando las valoraciones despectivas que no se basan en realidades sino en opiniones.

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Sobre Monedas y Billetes

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Un billete o moneda cumple una función de pedagogía cívica. Los elementos que se ven representados en ellos, sean personajes o monumentos, son escogidos por el estado para cumplir fines específicos que se asocian a la formación, consolidación y reafirmación de la nación. Este artículo consiste en mostrar el discurso de apropiación del pasado prehispánico por parte del estado representado en la selección de figuras tanto en las monedas como billetes que circulan actualmente. Todo esto durante los últimos años en donde se produce un choque entre el estado y las comunidades a partir de los conflictos por los recursos naturales. El principal foco de tensión es la minería que provocó el artículo “El Perro del Hortelano” de Alan García.

En lo que respecta a las monedas de colección que pertenecen a la serie “Riqueza y Orgullo del Perú” la componen las siguientes piezas: el tumi/Chimu/Lambayeque, La Estela de Raimondi/Chavín/Huaraz, los sarcófagos de Karajía/Chachapoyas/Amazonas, Kotosh/Desarrollo Temprano/Huánuco, el Gran Pajatén/Chachapoyas-Inca/Amazonas, Huaytará/Inca/Huancavelica, Kuntur Wasi/Inca/Arequipa, Vilcashuamán/Inca/Ayacucho, Machu Picchu/Inca/Cuzco, Saywite/Abancay/Inca, Santa Catalina/colonial/Arequipa y Real Felipe/Colonial/Lima.

En porcentajes, el 84.62%  son prehispánicas (los once primeros ya mencionados). De este grupo el 46.15% del total son preincas y el 38.46% incas (asumo el Gran Pajatén como preinca). Además, el 92.31% no se encuentra en Lima. Las regiones que más se repiten son Amazonas (Karajía y Pajatén) y Arequipa (Kuntur Wasi y Santa Catalina).

Tomando como referencia a lo prehispánico 9.09% se encuentran en la costa, 72.37% en la sierra y 18.18%  en la selva. Sobre el total de monedas, el 15.38%  está en la costa, 69.23% en la sierra, 15.38% en la selva.

En los billetes, las figuras que acompañan son todas prehispánicas (en el billete de 10 se encuentra Machu Picchu; en el de 20, Chan Chan; en el de 50, Chavín; en el de 100, el Gran Pajatén; y en el de 200, Caral). Estas se ven acompañadas por algunas muestras de cerámica. De estas el 80% con preincas y 20% incas. Solo una se ubica en Lima (Caral) pero en el interior. Los demás están en Cuzco, Trujillo, Huaraz y Pajatén. Se repiten tanto en las monedas como en los billetes Machu Picchu y el Gran Pajatén. Se repite sólo como categoría Chavín (en la moneda la estela de Raimondi y en el billete el Templo Mayor).

De estos billetes, el 40% está en la costa, el otro 40% en la sierra y el 20% en la selva.

Del total de billetes y monedas, 88.89% son prehispánicos (contando la repetición de Machu Picchu y el Gran Pajatén).  El 55.56% son prehispánicos, 33.33% son incas, 18,75% en la selva.  Del total, 22.22% se encuentran en la costa, 61.11% en la sierra y 16.67 % en la selva.

Entonces, ¿qué se puede inferir de esto? Hay un predominio hegemónico de lo prehispánico sobre lo colonial. No hay nada de lo republicano. En lo prehispánico, hay una leve supremacía de lo prehispánico sobre lo inca.  En cuanto a las regiones, hay una mayor consideración de la sierra sobre la costa y la selva.

El análisis que puedo elaborar a partir de esto es el siguiente. En primer lugar, se continúa el discurso de apropiarse del pasado prehispánico como legitimidad para el proyecto llamado Perú. Toda esta emisión de masa monetaria se da en el contexto de un conflicto interno con las comunidades ante la expansión de la minería. Esto demuestra la unilateralidad  y centralidad del espacio frente a las demandas de las mismas comunidades. Los sucesos se asemejan a un “Incas sí, indios no” solo que ahora, gracias a los estudios arqueológicos/históricos/sociales, ya el estado se puede apropiar de un tiempo histórico mucho mayor.

* En el juego de billetes anterior se presentaban las siguientes figuras: Un aviòn y una base aerea en el de 10, la casona de San Marcos y Torre Tagle en  el de 20, el Palais Concert y la Huacachina en el de 50, Tacna y la Biblioteca Nacional en el de 100, el pozo de los deseos y el convento de Santo Domingo en el de 200. De estos billetes, en la cara frontal, el 60% estàn en Lima (el primer 20% està en el interior y el restante es una maniobra aèrea). De la parte posterior el 80% està en Lima y el 20% en Ica. En estas representaciones NINGUNA es prehispànica. Del total de figuras, el 40% es colonial, el otro 40% es republicano, un 20% es un lugar natural (laguna) y el 20% restante es una ciudad con un monumento republicano. Es evidente que existe un desplazamiento rotundo en las enunciaciones que el estado busca transmitir sobre el pasado.

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La bendita Geografía!

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Para Carmen Mallqui

Las dos dimensiones (más conocidas al menos) en las que se encuentra inserto el ser humano son el tiempo y el espacio. Al tiempo lo estudia la Historia, Arqueología y Paleontología. Mientras que al espacio, la geografía entre otras. Un estudio holístico del ser humano debiera congeniar estas dos dimensiones a partir de las disciplinas que las estudian.

En las anteriores entradas se ha venido reflexionando en torno al concepto de “Perú”. En resumidas cuentas, este término hace referencia a una construcción social que implica un proyecto y a una colectividad de individuos asociados a él. Este constructo (artefacto) tiene la capacidad para redefinirse y reinventarse conforme al transcurrir del tiempo. Además de adaptarse a las condiciones del espacio.

Esta entrada tiene por objetivo reflexionar sobre el papel que juega la geografía en la consolidación del estado y la constitución de la nación. En “Comunidades Imaginadas” Anderson resalta el papel del mapa. Su análisis muy general, pero sugerente en cuanto a los conceptos, se centras más que nada en la cartografía. El mapa resulta insuficiente puesto que existe también el conocimiento del entorno representado de diversas maneras. Es por esto que se ve implicada la geografía. La sociedad de intelectuales asociados a ella, en el caso peruano, aparece sino en el s. XVIII en el XIX. Su primera publicación insigne fue el Mercurio Peruano.

La geografía como disciplina, no como práctica, provee de la base material para articular y volver real conceptos abstractos como patria o nación. No sólo es el mapa, sino el estudio detenido y minucioso del espacio (medio ambiente) con sus particularidades los que cumplen una función cívica. Sirven como elementos para una pedagogía social que proponen las elites a la población para su supervivencia y vida social. Se instruye a través de ella la pertenencia a un país, el amor por la patria y inclusión en una nación.

Explicar el papel de la geografía en esta pedagogía se puede entender gracias a los mecanismos de defensa del inconsciente. Cualquier representación del espacio nominalizada a partir de criterios políticos se convierte en un medio para la condensación de  los conceptos como patria y nación. Estos a su vez fueron los que desplazaron comportamientos/afectos asociados con el lugar de procedencia. Otro camino es que en ellos se transfieren estas emociones humanas.

Se tiene entonces que la geografía, y las otras disciplinas que estudian el espacio, se encargan de convertir todo paisaje humano en cultural (si bien no de manera activa al menos en lo pasivo de la representación). Esto repercutirá y estará sujeto a los intereses del estado y de los individuos que la componen. Se puede señalar que se produce una apropiación del espacio, en este caso el territorio que compone un país. Es muy importante cuidar la vida tanto en flora y fauna, a la vez de gestionar los recursos ubicados en el territorio, para un desarrollo sostenido acorde con el medio ambiente evitando la depredación capitalista.

¿Cuáles son las semejanzas entre un tumbesino y un puneño? ¿De alguien de Pasco y Nauta? El hecho de ser peruanos y de tener la condición humana. ¿Cómo demuestran gráficamente que alguien de Puno y Tumbes son peruanos?  Con el mapa que contribuye a saber que tanto Puno, Ica, Loreto, Huánuco, Cajamarca, etc. Pertenecen a un colectivo nacional llamado “Perú” que le confiere una identidad.  Pero es el conocer el espacio de manera profunda lo que genera un sentimiento de propiedad.

Entonces, el  mapa genera una identidad pero los estudios geográficos pertenencia y propiedad. Sería interesante saber/estudiar las representaciones interregionales que se hacen en todo el país. Por ejemplo, saber cómo representa un puneño a un tumbesino y viceversa. Para esto son trascendentales las representaciones culturales donde el folklore ocupa un lugar privilegiado. El futuro del Perú se encuentra en esta dirección.

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Somos libres?

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Para Favio Meza

Pablo Macera señala que la Historia el Perú se divide en dos periodos. Estos son el de la autonomía y el de la dependencia. El primer periodo se constituye por los desarrollos sociales prehispánicos desde su aparición en el territorio del actual Perú hasta la hegemonía Inca. El período de la dependencia comienza en 1532 con la presencia española y su dominio. Continúa con la influencia francesa, inglesa y estadounidense.

La importancia de esta propuesta un tanto escéptica es que se contrapone con la historiografía que celebra la independencia decimonónica (en 1821). Esto tanto en la vertiente positiva que resalta las “ansias libertarias” de los criollos patriotas; así como la que propone una independencia concedida. Si seguimos esta reflexión de Macera, ¿somos realmente libres o independientes?

Es necesario señalar que las relaciones de dominación (sean políticas, económica, sociales, etc.) tienen la capacidad para redefinirse y reinventarse conforme transcurre el tiempo. Para ilustrar esto se puede utilizar la evolución de los medios de producción marxistas (del esclavista al feudal y del feudal al capitalista). Esto siguiendo como motor la lucha de clases. Toda redefinición de las relaciones de dominación se dividen en dos grupos tomando como referencia a la Revolución Francesa: pueden pertenecer al Antiguo Régimen o la modernidad.

El Antiguo Régimen se ve representado por un absolutismo monárquico y una elite nobiliaria con privilegios. La jerarquía social no permite una movilidad para que los individuos asciendan en la pirámide. Se puede encontrar una ideología económica mercantil y posteriormente liberal. Las relaciones de dominio con la periferia implican el control de la producción, el pago de un tributo al monarca en su condición e soberano, una sociedad desigual y una administración política sujeta a los intereses de la metrópoli.

Con la Modernidad se experimentaron una serie de cambios trascendentales producto de la Revolución Francesa y la Independencia de los Estados Unidos. Ahora son los burgueses quienes controlan el poder al dirigir el estado. Se produce una sociedad con movilidad. En lo económico será el liberalismo quién devino en el capitalismo.

Fueron las relaciones coloniales de dominio asociadas al Antiguo régimen las que se redefinieron a partir de la superioridad económica, al nivel del factor capital, que permitió invertir en recursos primarios (o extractivos). Antes la metrópoli se llevaba el recurso sin ninguna restricción ni ningún pago por el bien. En la modernidad se produce la aparición de los estado/nación que otorgan el bien a cambio de un cierto pago.

Son estos estados populares y soberanos los que proclaman su autonomía política respecto a su país colonizador. Los gobernantes, presidentes o primeros ministros, son los que negocian el conseguir ingresos monetarios para poder destinarlo a diversos rubros. El escenario que se presenta es casi constante: un país ex colonizado con riquezas naturales que negocia con un país ex colonizador rico en dinero/capital donde termina el país chico vendiendo sus recursos por el capital.

Hay que recordar que son tres los factores productivos: tierra, capital y trabajo. De estos tres factores el Perú cuenta con abundancia del factor tierra pero no de capital (sea de dinero, máquinas, tecnología industrial, etc.)  El factor trabajo no se cuenta en abundancia (no somos ni China ni Papúa). En el caso de este país, las redes coloniales de dominación se redefinieron de la hegemonía política a la económica (la primera es más directa y explícita). La diferencia de capital es numerosa y sólo superable mediante años de desarrollo continuo. Pero, ¿se puede comparar la importancia de un factor productivo sobre otro? ¿Acaso el capital es superior a la tierra o viceversa?

En primer lugar, hay que tener en cuenta que el factor tierra no es infinito como muchos de los economistas aún creen. La otrora abundancia que se le confirió a este factor viene a ser suplida actualmente por la escasez fruto de una crisis ambiental provocado por la modernidad industrial. Considero que la alimentación es más importante al ser una necesidad inherente a la condición de vida humana. Esto genera a mí parecer  que el factor tierra sea más importante que el capital. En una situación de hambruna son los recursos alimenticios los que valen más que el dinero. Se puede contar con mucho dinero pero no hacer nada (no se puede comer el oro ni los billetes y si se hace no nutren al ser humano).

El dinero es limitado (ya sea moneda, billetes, oro o dígitos financieros) porque implica necesariamente la esperanza de que otra persona lo acepte como medio de pago. La esperanza implica la cesión de un bien o servicio que hay una posibilidad que no se conceda. De no darse la concesión es gracias a la finitud del dinero que no vale tanto como el bien que servía como medio de pago. Entonces, sumando con alguna propuesta de los liberales, el dinero no es tan importante como el capital. ¿Pero qué es el capital? Algo que aún no lo sé. ¿Qué es el dinero? Tampoco.

Lo que sé es que este país es muy diverso. Existen vastas aéreas para el cultivo de alimentos y para la crianza de ganado. Mucha atención: Este país es diverso más no abundante. Se tiene una gran cantidad de recursos hídricos y eólicos. Todo esto vale más que la miseria de dinero que se recibe por la minería. Este territorio ya demostró en el periodo prehispánico que se pudo producir tantos excedentes para alimentar cerca de nueve millones de personas. Esto sin la necesidad de la modernidad ni de la tecnología occidental.

El dominio cultural francés, el comercial inglés, o el industrial estadounidense, no son tales. Al contrario, son muy débiles. La verdadera colonización, el verdadero dominio, es el mental. El dominio  constituye un entramando de relaciones de diferente naturaleza (epistemológica, económica, social, etc.) que enjaulan el inconsciente de los individuos. Esto esperando el despertar de la conciencia (¿independencia?) que se dé gracias a otra persona o en una situación de crisis. En nuestro caso, la crisis es la del medio ambiente. No es solo un país rico, no es sólo la naturaleza en riesgo la de un lugar, es la de toda una región que se encuentra anteriormente antes del surgimiento de los estado/nación.

La libertad  está en poder negarse a vender los recursos pese a la inmensa oferta monetaria para generar un consumo acorde al desarrollo sostenible.  Es una consecuencia de ser libre el negarse a ir contra las reglas del mercado y de la economía cuando perjudican lo real (la vida). Ir contra la racionalidad en beneficio del entorno natural es ser libre. La racionalidad de la conciencia es drásticamente a la racionalidad capitalista. Un ejemplo de esto es la negligencia de botar leche al río para no alterar los precios. Actuar en beneficio del medio ambiente y no del capital es ser libre.

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El efecto Sasha

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En los ùltimos dìas en Lima nos enteramos de la posible llegada de Sasha Grey. La apariciòn de una fotografìa suya en donde se podian apreciar unas combis (pareciera estereotipo de la ciudad) es lo que alimentò la noticia. Ademàs, se sumaba la realizaciòn de la feria del libro en donde ella posiblemente presentaria su ultimo escrito. Es que Sasha representa uno de los ìconos sexuales que conoce gran parte de la poblaciòn juvenil masculina.

Poco tiempo despuès se desmintiò la noticia, Sasha no estuvo en Lima. La foto fue trucada siendo una imagen en EEUU “photoshopeada” siendo reemplazado el escenario por las combis limeñas. Tambièn los organizadores de la FIL negaron rotundamente cualquier presentaciòn de esta estrella y su libro. Con todo esto se viviò un escenario particular: se difundiò una noticia real pero inverosimil.

Esta noticia repercutiò en las redes sociales en gran medida. Muchos comentaban cualquier posible acciòn respecto a esta chica. Lo inverosìmil generò respuestas reales. Lo falso genera comportamientos verdaderos que desconocen la condiciòn de verosimilitud de la  premisa.

Este efecto, al que llamo Sasha, se presenta en gran medida en la historiografìa peruana. Todo esto en un caso paradigmàtico: la proclamaciòn de la independencia por San Martìn en la plaza de armas limeña. Este celebre acto constituye un guiòn teatral peformada anualmente en los diversos colegios del paìs. Niños se disfrazan de San Martìn y exclaman que “El Perù es libre e independiente por la voluntad general de los pueblos y …”. Otros se disfrazan
de soldados realistas y patriotas. Algunos de sacerdotes y otros de criollos patriotas. Las chicas tambièn participan siendo mujeres con un vestido o las famosas tapadas. Todos actùan  un guiòn en donde los personajes principales son San Martìn y los patriotas criollos con ansias libertarias. Todo esto para celebrar la independencia del Perù.

El primer grito de independencia es inverosìmil que se dio en 1821. Podemos debatir si fue en 1811, 1812, 1813, 1814 o quizas otra fecha; pero no es en el 21 de ninguna manera. Esto  trae importantes consecuencias como son la participaciòn de la poblaciòn indìgena que demostraba una capacidad de agencia (capacidad de las personas para actuar polìticamente de manera  autònoma) anterior o paralela a los mismos criollos.

Tampoco se les enseña a los niños que los mismos criollos de Lima, agrupados en el tribunal del consulado, eran quienes financiaban la campaña de resistencia realista. No se les enseña ademàs que todos esos hèroes militares fabricados en complicidad por el estado y los historiadores como son Castilla o Gamarra lucharon contra las rebeliones llegando a reprimirlas en favor del rey. Son aproximadamente diez años en donde tienen todo el tiempo para limpiarse y adquirir la condición de celebridades nacionales.

Los niños performan un guion caduco e històricamente falso año tras año. Se les inculca una mentira que ellos no tienen la capacidad de ir contra. Constituye una negligencia mayor puesto que la educaciòn infantil repercute en la formaciòn de sus categorias mentales que lo sostendràn en su madurez. Se les està engañando y condicionando el resto de su vida en una mentira!. Esto no se ve apoyado por unos profesores de educaciòn tanto primaria o secundaria
que no critican el discurso historiogràfico que viene desde el estado y de la academia. Sòlo se valen del copiar y pegar para armar sus guiones de clase, sumandole en algunos casos una alta dosis de chauvinismo, para adoctrinar a sus alumnos. Estos son los que acentùan la falsedad de la premisa y dirigen las actuaciones con un modelo de lo que debe ser correcto.

Es momento de detener esa abominaciòn de las representacioens escolares en donde se celebra la proclamaciòn de la independencia por parte de San Martìn. Es nuesto deber como historiadores el generar una historiografìa que contradiga todos errores hasta ahora cometidos. Ademàs de generar una historia inclusiva para enseñarles a los niños. Esperan que llegue un foraneo a proclamar algo que ya fue dicho muchisimo antes por, quien sabe, alguno de sus parientes. Es necesario quitarnos el velo de los ojos de una historiografìa còmplice tanto del estado como de los militares. En este caso, somos los encargados de detener el efecto Sasha.

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Peruanidad

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En la anterior entrada se reflexionò en cierta parte sobre el origen del nombre Perù. Esta
palabra viene a ser un sustantivo que es nombre propio. En este escrito busco reflexionar
en torno a la peruanidad.

La palabra <peruanidad> se forma a partir del nombre Perù màs el sufijo -idad. El sufijo
-idad refiere a la cualidad inmanente de algo. A mi parecer hace referencia a la abstracciòn
(primera) del nombre.

<Peruanidad> viene a ser un significante. Segùn el modelo de significante/significado propuesto
por Lacan, el segundo se deriva por el zurcimiento en una cadena infinita de significantes.
Este zurcimiento consiste en como la experiencia individual de la persona modifica al significante.

En el caso de <peruanidad> su significado puede ser tan amplio como personas esten en contacto
con el significante. Para algunas personas la peruanidad puede implicar tomarse una chicha
de jora, para google un gallito de las rocas desplazandose en un doodle, puede ser una
canciòn de “Chabuca” Granda. El significado de peruanidad puede ser tan amplio como personas
quieran conferire.

El problema surge cuando este significante se vuelve parte del discurso oficial. Es entonces
donde el tèrmino adquiere un significado unidireccional. Esto es lo que ha venido siendo siempre:
la peruanidad es la musica criolla, el festejo, el ceviche, la causa y el lomo saltado.

La peruanidad lo define cada individuo en su significado, lo que implica conferirle un propio
rasgo de la propia identidad. El Perù es un proyecto abierto que podemos volverlo justo.

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