Somos libres?

[Visto: 537 veces]

Para Favio Meza

Pablo Macera señala que la Historia el Perú se divide en dos periodos. Estos son el de la autonomía y el de la dependencia. El primer periodo se constituye por los desarrollos sociales prehispánicos desde su aparición en el territorio del actual Perú hasta la hegemonía Inca. El período de la dependencia comienza en 1532 con la presencia española y su dominio. Continúa con la influencia francesa, inglesa y estadounidense.

La importancia de esta propuesta un tanto escéptica es que se contrapone con la historiografía que celebra la independencia decimonónica (en 1821). Esto tanto en la vertiente positiva que resalta las “ansias libertarias” de los criollos patriotas; así como la que propone una independencia concedida. Si seguimos esta reflexión de Macera, ¿somos realmente libres o independientes?

Es necesario señalar que las relaciones de dominación (sean políticas, económica, sociales, etc.) tienen la capacidad para redefinirse y reinventarse conforme transcurre el tiempo. Para ilustrar esto se puede utilizar la evolución de los medios de producción marxistas (del esclavista al feudal y del feudal al capitalista). Esto siguiendo como motor la lucha de clases. Toda redefinición de las relaciones de dominación se dividen en dos grupos tomando como referencia a la Revolución Francesa: pueden pertenecer al Antiguo Régimen o la modernidad.

El Antiguo Régimen se ve representado por un absolutismo monárquico y una elite nobiliaria con privilegios. La jerarquía social no permite una movilidad para que los individuos asciendan en la pirámide. Se puede encontrar una ideología económica mercantil y posteriormente liberal. Las relaciones de dominio con la periferia implican el control de la producción, el pago de un tributo al monarca en su condición e soberano, una sociedad desigual y una administración política sujeta a los intereses de la metrópoli.

Con la Modernidad se experimentaron una serie de cambios trascendentales producto de la Revolución Francesa y la Independencia de los Estados Unidos. Ahora son los burgueses quienes controlan el poder al dirigir el estado. Se produce una sociedad con movilidad. En lo económico será el liberalismo quién devino en el capitalismo.

Fueron las relaciones coloniales de dominio asociadas al Antiguo régimen las que se redefinieron a partir de la superioridad económica, al nivel del factor capital, que permitió invertir en recursos primarios (o extractivos). Antes la metrópoli se llevaba el recurso sin ninguna restricción ni ningún pago por el bien. En la modernidad se produce la aparición de los estado/nación que otorgan el bien a cambio de un cierto pago.

Son estos estados populares y soberanos los que proclaman su autonomía política respecto a su país colonizador. Los gobernantes, presidentes o primeros ministros, son los que negocian el conseguir ingresos monetarios para poder destinarlo a diversos rubros. El escenario que se presenta es casi constante: un país ex colonizado con riquezas naturales que negocia con un país ex colonizador rico en dinero/capital donde termina el país chico vendiendo sus recursos por el capital.

Hay que recordar que son tres los factores productivos: tierra, capital y trabajo. De estos tres factores el Perú cuenta con abundancia del factor tierra pero no de capital (sea de dinero, máquinas, tecnología industrial, etc.)  El factor trabajo no se cuenta en abundancia (no somos ni China ni Papúa). En el caso de este país, las redes coloniales de dominación se redefinieron de la hegemonía política a la económica (la primera es más directa y explícita). La diferencia de capital es numerosa y sólo superable mediante años de desarrollo continuo. Pero, ¿se puede comparar la importancia de un factor productivo sobre otro? ¿Acaso el capital es superior a la tierra o viceversa?

En primer lugar, hay que tener en cuenta que el factor tierra no es infinito como muchos de los economistas aún creen. La otrora abundancia que se le confirió a este factor viene a ser suplida actualmente por la escasez fruto de una crisis ambiental provocado por la modernidad industrial. Considero que la alimentación es más importante al ser una necesidad inherente a la condición de vida humana. Esto genera a mí parecer  que el factor tierra sea más importante que el capital. En una situación de hambruna son los recursos alimenticios los que valen más que el dinero. Se puede contar con mucho dinero pero no hacer nada (no se puede comer el oro ni los billetes y si se hace no nutren al ser humano).

El dinero es limitado (ya sea moneda, billetes, oro o dígitos financieros) porque implica necesariamente la esperanza de que otra persona lo acepte como medio de pago. La esperanza implica la cesión de un bien o servicio que hay una posibilidad que no se conceda. De no darse la concesión es gracias a la finitud del dinero que no vale tanto como el bien que servía como medio de pago. Entonces, sumando con alguna propuesta de los liberales, el dinero no es tan importante como el capital. ¿Pero qué es el capital? Algo que aún no lo sé. ¿Qué es el dinero? Tampoco.

Lo que sé es que este país es muy diverso. Existen vastas aéreas para el cultivo de alimentos y para la crianza de ganado. Mucha atención: Este país es diverso más no abundante. Se tiene una gran cantidad de recursos hídricos y eólicos. Todo esto vale más que la miseria de dinero que se recibe por la minería. Este territorio ya demostró en el periodo prehispánico que se pudo producir tantos excedentes para alimentar cerca de nueve millones de personas. Esto sin la necesidad de la modernidad ni de la tecnología occidental.

El dominio cultural francés, el comercial inglés, o el industrial estadounidense, no son tales. Al contrario, son muy débiles. La verdadera colonización, el verdadero dominio, es el mental. El dominio  constituye un entramando de relaciones de diferente naturaleza (epistemológica, económica, social, etc.) que enjaulan el inconsciente de los individuos. Esto esperando el despertar de la conciencia (¿independencia?) que se dé gracias a otra persona o en una situación de crisis. En nuestro caso, la crisis es la del medio ambiente. No es solo un país rico, no es sólo la naturaleza en riesgo la de un lugar, es la de toda una región que se encuentra anteriormente antes del surgimiento de los estado/nación.

La libertad  está en poder negarse a vender los recursos pese a la inmensa oferta monetaria para generar un consumo acorde al desarrollo sostenible.  Es una consecuencia de ser libre el negarse a ir contra las reglas del mercado y de la economía cuando perjudican lo real (la vida). Ir contra la racionalidad en beneficio del entorno natural es ser libre. La racionalidad de la conciencia es drásticamente a la racionalidad capitalista. Un ejemplo de esto es la negligencia de botar leche al río para no alterar los precios. Actuar en beneficio del medio ambiente y no del capital es ser libre.

Puntuación: 0 / Votos: 0

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *